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LA REVELACION DE JESUCRISTO - 12


Apocalipsis Capítulo 12



La Mujer - Israel

Verso 1:

"Apareció en el cielo una gran señal: una mujer vestida del sol, con la luna debajo de sus pies, y sobre su cabeza una corona de doce estrellas".

En las Escrituras, el término "mujer" es utilizado generalmente para tipificar a la "iglesia" o a una "nación". En sentido figurado y espiritualmente hablando, Dios tiene dos "mujeres" en Su Vida. La nación de Israel y la Iglesia son Sus "esposas" (ver Jer. 3 y 2 Cor. 11:2). Esta grande maravilla de una mujer bellamente engalanada con el sol, la luna y las estrellas, no es la Novia (Iglesia) de Cristo. La Novia de Cristo ya han sido todos trasladados en un Rapto secreto hacia la Gran Cena de las Bodas del Cordero, después de que los Siete Truenos hubieron venido a pronunciarle sus voces a ella (Ap. 10). Esto ocurre antes de que los Dos Testigos aparezcan en la escena en Israel (Ap. 11). De acuerdo al sueño de José concerniente al futuro de su pueblo, donde le fue mostrado el sol, la luna y las estrellas, esta mujer es sin duda alguna, Israel. {Nota: Hay predicadores que enseñan que la "corona de doce estrellas" significan las doctrinas de los Doce Apóstoles en la Iglesia del Nuevo Testamento.  Además se enseña que la palabra "varón" en los versos 5 y 13 habla de "madurez espiritual" y representa a los "vencedores" que son recogidos en el Rapto. ("Varón" simplemente significa "hijo varón"  o hijo recién nacido ). Estas interpretaciones erróneas distorsionan la verdadera revelación que fue dada a Juan en este capítulo}

Con la translación de la Esposa de Cristo hacia el Cielo, la Nación de Israel ingresa en la visión profética al comenzar Dios a tratar con ella. En este capítulo podemos ver el establecimiento glorioso de Israel en el plan eterno de Dios. En continuidad a la visión del templo (en el capítulo 11) que será construido en la Ciudad de Jerusalén, esta visión  introduce a la "mujer" Israel como una nación posicionada en su reino glorioso en el futuro ("vestida con el sol") cuando Cristo se siente en ese templo en Jerusalén y reine sobre la tierra durante mil años - la Era Milenial de la Regeneración (Mateo 19:28). La nación de Israel fue ordenada para estar en esa posición incluso antes de que la tierra fuera fundada y colocada. Israel tenía la "luna" debajo de sus pies; ella tenía la Ley y los Oráculos de Dios que la sostenían y que profetizaban de su gloria futura - porque la luna sólo puede reflejar la Luz Gloriosa del Sol (Sol de Justicia, el Hijo de Dios).  Pero, oculto en la Ley,  en los Oráculos estaba el "misterio de Dios" concerniente a la Iglesia Gentil. El Apóstol Pablo fue una de las primeras personas en entender el misterio escondido de los Gentiles siendo injertados dentro del Evangelio (Ef. 2:19 - 3:21; Col. 1:25-28). El sabía que cuando Israel rechazó el Evangelio, Dios asignaría un período de tiempo para desplegar este "misterio",  antes de regresarlo a Israel de nuevo (Rom. 11 - ver Ap. 10:7).  Y cuando Israel sea restaurado a su posición  en la 'Edad del Reino',  las Doce Tribus de Israel serán la "corona" de la nación ("sobre su cabeza una corona de doce estrellas"). En esa posición, ella será la Nación de las naciones, por así decirlo. (Leer Isaías capítulos 11 y 65). El resto del capítulo describe el proceso que la nación tiene que pasar antes de que realmente pueda alcanzar su posición de reino glorioso en la Era Milenial (ver Hechos 1:6).

Los 144.000 siervos Judíos, sellados en el capítulo 7, son un grupo exclusivo de la Nación de Israel,  apartados  para ser sellados. Juan no los vio aquí como parte de esta Mujer Israel, aunque ellos son de Israel.

Verso 2:

"Y estando encinta, clamaba con dolores de parto, en la angustia del alumbramiento".

Israel estaba embarazada de un hijo - un "hijo varón".  Esta parte de la visión apunta a la historia, cuando Dios le prometió a Israel a través de Sus profetas, un hijo varón, un pariente redentor que sería dado a ella para la salvación de su pueblo. Una de esas grandes profecías se encuentra en el Libro de Isaías: "Por tanto, el Señor mismo os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel" (cap.  7:14). "Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz. Lo dilatado de su imperio y la paz no tendrán límite, sobre el trono de David y sobre su reino, disponiéndolo y confirmándolo en juicio y en justicia desde ahora y para siempre. El celo de Jehová de los ejércitos hará esto" (cap.  9:6-7).

El Gran Dragón Rojo - Satanás y Su Dominio

Verso 3:

"También apareció otra señal en el cielo: he aquí un gran dragón escarlata, que tenía siete cabezas y diez cuernos, y en sus cabezas siete coronas;"

Verso 4:

"y su cola arrastraba la tercera parte de las estrellas del cielo, y las arrojó sobre la tierra. Y el dragón se paró frente a la mujer que estaba para dar a luz, a fin de devorar a su hijo tan pronto como naciese".

¿Quién o qué es este gran dragón rojo?

Tenemos que obtener una vista panorámica completa de esta parte de la visión de Juan para ver la imagen verdadera; de lo contrario podemos fácilmente ser engañados, así como algunos teólogos lo están, en la creencia de que el dragón es tipo del Imperio Romano, China o el mundo Anticristo.

Incluso antes del nacimiento, Satanás sabía acerca de la semilla prometida de Dios a la mujer, que iba a triunfar sobre él. Esta simiente prometida fue primero profetizada justo después de la Caída del Hombre (ver Gén. 3:15). Un poco más tarde, cuando Dios llamó a Abram, la revelación de la palabra profética se hizo más evidente. El Padre de Israel profetizó y dijo: "Dios se proveerá a Sí Mismo de un cordero" (Gén. 22:8).  Eso fue sólo después de que Israel nació. Entonces comenzó a recibir la palabra profética sobre la simiente prometida, que llegaría a ser el Cordero de Dios que quita los pecados del mundo. Pero a causa de las transgresiones de Israel,  le fue añadida la Ley para mantenerla en el camino hasta que llegara la Promesa (Gál. 3:19). Pronto ella quedó embarazada por la Palabra y Satanás procuró destruir al recién nacido.

Ahora, esta visión del "gran dragón rojo" (Gr: "drakon", una serpiente fabulosa) habla de Satanás siendo la "grande y feroz  serpiente sanguinaria" (Ap. 12:9) cuyas acciones de "encantamiento" y "fascinación" siempre han causado la muerte,  lo cual sucedió en el Jardín del Edén. Antes que la Humanidad fuese creada,  Satanás encabezó una rebelión contra su Creador, y arrastró a la tercera parte de los seres angelicales que le siguieron en el pecado. Observe que el gran dragón escarlata tiene siete cabezas con una corona en cada cabeza, y diez cuernos. Esto habla del poder de Satanás sobre "siete grandes reinos" , a través de los cuales él,  como un espíritu, trabajará para impedir que Dios lleve a cabo Su plan para Israel.  Estos siete imperios serían los grandes enemigos de Israel en toda la historia. Y todo lo que afecte a Israel, el pueblo elegido de Dios, también afectará al mundo.

{Nota: En este capítulo, a Juan se le muestra el gran espíritu caído (Lucifer, Satanás, Diablo) con el poder de gobernar más de siete imperios Gentiles del mundo, hasta que el diablo en su última movida se encarne en el Papa Romano para controlar el sistema de la Bestia, lo cual se muestra en el capítulo 13,  donde Juan ve a Satanás siendo "echado fuera" y "echado abajo". Satanás, que ya está "echado fuera" del Cielo será "echado abajo", es decir, "el diablo ha descendido" (ver Ap. 12:9-12) y estará  "encarnado" como el Anticristo.  Satanás, entonces tendrá el gobierno directamente  dentro  del sistema de la BESTIA.  La 7ma. cabeza de la Bestia que fue "herida de muerte" (Ap. 13:3), será revivida.  Y cuando todo eso llegue a su total cumplimiento, entonces la Bestia, en esa séptima forma, también será el  "octavo" y se dice que subirá del pozo del infierno (ver Ap. 17: 8, 11) .  Este último gran imperio está viniendo a la existencia en nuestros días, en forma modificada, y se incorporarán diez naciones (diez cuernos) que se están levantando dentro del antiguo territorio de la 7ma. cabeza. Juan recibe más detalles sobre este futuro imperio en el capítulo 17 .}

Echemos un vistazo a un poco de historia. El hombre comenzó su existencia en la región del Huerto del Edén, más tarde conocida como Canaán,  Palestina e Israel. Los ojos del todo el mundo están centrados ahora en esa tierra.  Es la tierra que Dios le ha dado a Israel. La primera superpotencia en conquistar esa región fue Egipto. El Imperio Egipcio fue la primera de las 7 cabezas. La siguiente fue la de los Asirios del norte. Los Egipcios dieron paso a los Asirios, un monstruo hambriento de tierras.  El Imperio Asirio colapsó cuando su capital, Nínive, cayó ante los Babilonios en el 526 a.C.  Sin embargo, el Imperio Babilónico no duró mucho tiempo.  En el 457 a.C. ,  Ciro de Persia se hizo cargo del imperio con poca resistencia. Este Imperio Persa fue más grande que todos sus predecesores.  En el año 331 a.C. , Alejandro el Grande lo invadió, lo que aumentó el tamaño del Imperio Griego. En una visión más tarde (capítulo 17)  cuando el ángel le dijo a Juan que "cinco han caído", se refirió a esos cinco grandes Reinos o Imperios, que la Gran BESTIA encarnaba en esa hora. Para el tiempo de Juan, el Imperio Romano había conquistado el mundo literalmente, incluyendo a los cinco reinos.  Esa era la sexta cabeza, el "uno es" en el tiempo de Juan. El "otro todavía no ha llegado, y cuando viniere, es necesario que dure breve tiempo" - la séptima y última cabeza, siendo también "el octavo" (Ap. 17: 11)) - es el Imperio Romano Papal, no el mismo histórico, sino un revivido y modificado Imperio Romano (levantándose a partir de los "diez cuernos" de la Unión Europea) bajo el control de la Iglesia Papal, la gran ramera (Ap. 17: 1-6). Es el imperio más blasfemo que haya existido jamás.  Las tercera, cuarta , quinta y sexta cabezas corresponden a las cuatro bestias que Daniel había visto en su visión, como está registrado en el capítulo 7 de su libro profético.  Daniel sólo vio a cuatro imperios mundiales en la visión de sus "bestias".  Al igual que el coloso que apareció en el sueño del Rey Nabucodonosor,  señalando a los imperios  futuros al tiempo de Daniel.  Sin embargo, la Bestia de  'Siete-Cabezas y Diez-Cuernos' en la visión de Juan,  apunta tanto al pasado como al futuro - su principio y su final. {Nota: Daniel no vio las bestias históricas, Egipto y Asiria, en su visión porque usualmente las visiones muestran el futuro profético.  El vio los cuatro imperios mundiales comenzando a partir de sus días.  Dios tiene un plan para esas dos naciones que son mencionadas en Isaías 19: 19-25}

{Nota: El "cuerno", "cabeza" y "bestia"  refieren al hombre como "gobernante",  el "gobierno", y el "imperio" (su sistema) respectivamente. Están relacionados entre sí y no pueden ser separados. Sin embargo, una bestia (imperio)  puede no tener un cuerno (gobernante, rey, emperador, etc.), pero ciertamente no puede prescindir de una cabeza (un gobierno) para la jefatura y control de la bestia entera. Un hombre como la cabeza (cuerpo administrativo, gobierno) puede hacer valer su autoridad y tomar el poder para convertirse en un gobernante, o un dictador.  Así, de esta forma, controla no sólo la cabeza, pero también a la bestia entera.  Al igual que Luis XIV, que gobernó Francia desde 1643 hasta 1715, dijo: "Yo soy Francia" (o "Yo soy el estado"). Fue, por lo tanto, la cabeza de la bestia. La cabeza da a la bestia sus atributos, es decir, su 'ISMO'. (Recuerde que Satanás tiene un demonio trabajando detrás de cada 'ismo').  Por ejemplo, el Presidente Mao Zedong fue la cabeza y el dictador del Imperio Chino moderno hasta su muerte en 1976.  China está simbolizada por el dragón Chino. (Sin embargo, el "dragón" en este capítulo de Apocalipsis no tiene nada que ver con China). La ideología de Mao fue el comunismo. Por lo tanto, cuando él impuso su ideología sobre el pueblo, el imperio - la bestia -  era el comunismo. Y debido a que  gobernó el imperio en ese tiempo, él representó a la bestia, su sistema y todo. El fue la bestia, el dragón Chino.

Ahora, la verdadera Iglesia de Dios tiene un sistema.  Es el sistema de Dios. El Reino espiritual de Dios es la antítesis del reino de la Bestia. El Espíritu Santo encarna la Iglesia. Los ministros del Quíntuple Ministerio son los oficiales en la administración de la Palabra. Y Cristo Jesús es la Cabeza.}

Por lo tanto, reconociendo la posición de Israel ante Dios, la Gran Serpiente empezó a causar el daño y a estropear su vida con el fin de evitarle que alcanzara ese lugar que al Hijo Varón le sería entregado.  A través de las diferentes cabezas sucesivas de la bestia mundial (los reinos Gentiles del mundo) Satanás forzó a Israel a la esclavitud y la opresión para tratar de impedirle que ella estuviera embarazada con el Hijo Varón.  Satanás hizo todo lo posible para destruir al Hijo Varón.  Pero por el tiempo en que el Imperio Romano apareció como la sexta cabeza, Dios ya había llevado a Israel a su lugar de tranquilo descanso en medio de las fuerzas tumultuosas de los disturbios nacionales.  Y la plenitud de los tiempos también había llegado a Israel para dar a luz el Hijo Varón. Israel estaba atravesando gran dolor y pena para recibir al Hijo Varón.  Y este fue el momento cuando "el gran dragón rojo" en el Imperio Romano "se puso de pie ante la mujer que estaba lista para dar a luz, a fin de devorar a su hijo tan pronto como naciera".

El Hijo Varón - Yahshua

Verso 5:

"Y ella dio a luz un hijo varón, que regirá con vara de hierro a todas las naciones; y su hijo fue arrebatado para Dios y para su trono".

Israel iba a ser una gran nación con un gran Rey "Quien iba a gobernar sobre las naciones con una vara de hierro" (ver Zac. 14: 9 y Mateo 2: 2)  pero el gran dragón rojo procuró evitar que eso ocurriera. Roma fue un rojo sangriento, como las capas rojas de todos sus emperadores.  Así que, cuando Jesús nació,  el Rey Herodes trató de matarlo cuando mandó matar a todos los niños que eran menores de dos años.  Pero Dios protegió a Jesús. Leer Mateo cap. 2.  Por supuesto,  Satanás no terminaba de entender todo lo que Dios estaba haciendo, ni tampoco Israel,  ellos mismos Lo rechazaron y los Romanos Lo crucificaron en el Monte Gólgota.  El Hijo de Dios no había llegado sólo para ser Rey de Israel,  sino que había venido para ser Su Pariente Redentor.  Esa fue la razón principal de Su venida a través de un nacimiento virginal.  El pasó por encima de la naturaleza serpentina en la sangre de la humanidad pecadora, a fin de derramar Su sangre sin pecado, como rescate por muchos.  Al llevar a cabo Su trabajo redentivo, Cristo fue arrebatado para Dios y para Su Trono.  El había vencido y había obtenido el derecho a sentarse en el Trono de Dios,  Su Padre Santo (ver Heb. 12:2;  Ap. 22:1).  Y le dio una promesa:  "Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono" (Ap. 3:21).

"Y ella dio a luz un hijo varón, que regirá a todas las naciones con vara de hierro; y su hijo fue arrebatado para Dios y para su trono".  Si Jesucristo iba a gobernar esta tierra,  ¿por qué entonces fue arrebatado al Cielo?  Podemos encontrar la respuesta en el Libro de los Hechos. Los primeros discípulos Judíos estaban mirando por una restauración de su reino. "Entonces los que se habían reunido le preguntaron,  diciendo:  Señor, ¿restaurarás el reino a Israel en este tiempo?  Y les dijo:  No os toca a vosotros saber los tiempos o las sazones, que el Padre puso en su sola potestad.  Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra" (Hechos 1:6-8).

Por lo tanto, entendemos que Dios había asignado un tiempo para la predicación del Evangelio al mundo y que Cristo debe permanecer en el Cielo hasta el momento de la restauración de todas las cosas.  "Pero Dios ha cumplido así lo que había antes anunciado por boca de todos sus profetas, que su Cristo había de padecer.  Así que,  arrepentíos y convertíos para que sean borrados vuestros pecados;  para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio, y él os envíe a Jesucristo, que os fue antes anunciado; a quien de cierto es necesario que el cielo reciba hasta los tiempos de la restauración de todas las cosas, de que habló Dios por boca de sus santos profetas que han sido desde tiempo antiguo" (Hechos 3:18-21).  "Los tiempos de la restauración de todas las cosas" se iniciarán cuando Cristo Jesús regrese a la tierra con sus santos glorificados (la Iglesia redimida) al final de la Gran Tribulación.  A continuación, se sentará en el trono de David en la Ciudad de Jerusalén y gobernará la tierra por 1000 años mientras El le renueve todas sus cosas (ver Is. 9:7;  Zac.14:9;  Lucas 1:32-33). Se llama la Era de la Regeneración (Mateo 28:19).  Por lo tanto, entre los versículos 5 y 6 (de Apocalipsis 12) es un período de 2000 años.

Verso 6:

"Y la mujer huyó al desierto, donde tiene lugar preparado por Dios, para que allí la sustenten por mil doscientos sesenta días".

Un día,  la Mujer Israel tendrá que huir del dragón que, a través del Anticristo, tratará de destruirla.  Ese día llegará en medio de la Semana 70 de Daniel, después de que los Dos Testigos Judíos hayan profetizado por 1260 días o 3 años y medio para sellar a los 144.000 siervos Judíos de Dios.  El Anticristo será Satanás encarnado entonces, y él matará a los Dos Testigos y perseguirá a Israel.  Pero la Mujer sabrá por el ministerio de sus dos profetas, cuándo y cómo huir a "un lugar preparado por Dios".  Los hombres y mujeres Judíos, ancianos y niños, incluyendo bebés, quienes tendrán que huir al lugar preparado por Dios en el desierto, serán mantenidos vivos como un elemento de personas para el Reino Milenial, que se multiplicarán y formarán la nación de Israel.  Y los 144.000 "los alimentan allí por mil doscientos sesenta días", que es la segunda mitad de la Semana 70 de Daniel.

Guerra en el Cielo

Verso 7: "Después hubo una gran batalla en el cielo: Miguel y sus ángeles luchaban contra el dragón; y luchaban el dragón y sus ángeles;"
Verso 8: "pero no prevalecieron, ni se halló ya lugar para ellos en el cielo".
Verso 9: "Y fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero; fue arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él".

Hubo guerra en el cielo en los días anteriores de que la Humanidad fuera puesta sobre la tierra.  Al principio, cuando Satanás era llamado Lucifer, él era el más hermoso e inteligente de todos los ángeles creados. Era un arcángel que fue colocado por encima de todos los otros ángeles para tener dominio sobre las criaturas de la tierra prehistórica.  Sin embargo, cuando trató de ser igual a Dios, él pecó contra Dios  y causó el estallido de una guerra en el cielo. Leer Isaías 14: 12-15 y Ezequiel 28: 13-15.  El arcángel Miguel y sus ángeles lucharon contra Satanás y la tercera parte de los ángeles que le siguieron.  Satanás perdió la batalla y, junto con sus ángeles, fue echado fuera del cielo (morada) de Dios.  Ellos perdieron sus posiciones en los lugares celestiales y se convirtieron en vagabundos alrededor de la tierra. Ellos se cayeron del cielo, por así decirlo (Lucas 10:18).  Ya no tienen acceso directo al Trono de Dios.  Debido a la rebelión de Satanás,  Dios trajo su reino a su fin.  El Señor congeló la tierra (Gén. 1:2a).  Pero la guerra no ha terminado todavía.  Incluso ahora,  Miguel y sus ángeles siguen luchando contra Satanás y sus ángeles.  A causa de esto, Israel sobrevive y se parará valientemente para entrar en la Era Milenial de la Regeneración.

Sí, la guerra está en curso todavía en (el segundo) cielo entre Miguel y el Diablo porque el Diablo y sus ángeles todavía tienen que ser echados abajo al suelo (ver Ez. 28:17). Hoy en día, el diablo está encarnado en una masa de personas, a través de todo el sistema religioso. Y en particular, por medio del sistema religioso Romano, Satanás continúa su guerra contra Dios, trayendo a todas las denominaciones unidas bajo el paraguas de la Gran Ramera, y el Papa será la cabeza de esa porquería.  Satanás está haciendo la guerra contra la Mujer Israel porque es la nación que dio a luz a Cristo el Señor Quien es el camino de Dios provisto para la salvación de la humanidad. El trata de destruirla, pero ella no será destruida.  Como lo muestra la visión, ella será una nación gloriosa en la Era Milenial de la Regeneración. Satanás está luchando una batalla perdida.

Verso 10:  "Entonces oí una gran voz en el cielo, que decía: Ahora ha venido la salvación, el poder, y el reino de nuestro Dios, y la autoridad de su Cristo; porque ha sido lanzado fuera el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba delante de nuestro Dios día y noche".
Verso  11:  "Y ellos le han vencido por medio de la sangre del Cordero y de la palabra del testimonio de ellos, y menospreciaron sus vidas hasta la muerte".
Verso  12:  "Por lo cual alegraos,  cielos, y los que moráis en ellos.  ¡Ay de los moradores de la tierra y del mar!  porque el diablo ha descendido a vosotros con gran ira, sabiendo que tiene poco tiempo".

A mediados de la Semana 70  el Diablo,  "el acusador de nuestros hermanos", en última instancia,  será echado fuera y arrojado abajo a la tierra y se encarnará en el Hombre de pecado. Esto muestra cómo el miserable ángel caído muy abajo, irá muy lejos en su malvado camino sin arrepentimiento para luchar contra Dios y Sus santos.  Los que están en el Cielo se regocijarán,  pero los de la tierra llorarán "porque el diablo ha descendido a vosotros con gran ira, sabiendo que tiene poco tiempo".  Sí, Satanás sabe que no tiene más que 1290 días antes de que haya de ser capturado y encadenado (ver Daniel 12: 11;  Ap. 20: 1-2).  Será un tiempo de gran oscuridad en la tierra de Israel y en gran medida sentirán su fuerza maligna.  Pero el odio extremo de Satanás contra el pueblo de Dios,  aumentará cuando ellos estén dispuestos a sacrificar sus propias vidas.  Las Vírgenes Fatuas y los Judíos Fieles lo vencerán "por la sangre del Cordero, y por la palabra de su testimonio", respectivamente.  La matanza de Judíos Fieles por servir a su Señor, será el cumplimiento de la segunda parte del Quinto Sello del Apocalipsis (ver Ap. 6:11b). Amén.  Y cuando todos estos hechos lleguen a suceder, "la salvación, y la fortaleza, y el reino de nuestro Dios, y el poder de su Cristo"  serán una realidad.

Verso 13: "Y cuando vio el dragón que había sido arrojado a la tierra, persiguió a la mujer que había dado a luz al hijo varón".
Verso 14: "Y se le dieron a la mujer las dos alas de la gran águila, para que volase de delante de la serpiente al desierto, a su lugar, donde es sustentada por un tiempo, y tiempos, y la mitad de un tiempo".
Verso 15: "Y la serpiente arrojó de su boca, tras la mujer, agua como un río, para que fuese arrastrada por el río".

Sí, Satanás está enojado con Israel.  ¿Por qué?  Porque ella dio a luz al Hijo Varón, Cristo el Señor,  Quien venció su poder sobre la muerte y Quién dará vida eterna a todos los que crean en Su Nombre.

No se menciona específicamente dónde la Mujer Israel huirá cuando tenga que afrontar la persecución del Dragón.  Pero, como en el día del gran éxodo de Egipto, por providencia de Dios, se le darán "las dos alas de la gran águila" - el mensaje de Dios a través de los Dos profetas que la llevarán lejos de la ira del Diablo, y por 3 años y medio ("un tiempo, y tiempos,  y la mitad de un tiempo") la Mujer Israel será espiritualmente alimentada por los 144.000 siervos Judíos de Dios quienes predicarán el Evangelio Eterno (Ap. 14:6).  Antes de que la Serpiente pueda "echar fuera de su boca agua como una inundación detrás de la mujer" (es decir, ordenar a su ejército a destruirla)  ella tendrá el conocimiento de la señal y del tiempo para huir.  En el año 70 d.C. cuando el ejército Romano estuvo acampado en torno a Jerusalén para destruirla, los creyentes de la Palabra de Dios huyeron del sitio cuando ellos revisaron y recordaron la profecía pronunciada por el Señor Jesús - "Y cuando veáis a Jerusalén rodeada de ejércitos, sabed entonces que su destrucción ha llegado. Entonces, los que estén en Judea, huyan a los montes, y los que estén en medio de ella, váyanse; y los que estén en los campos, no entren en ella" (Lucas 21: 20-21).  De la misma manera, Israel huirá cuando sea testigo del asesinato de los Dos Profetas antes que el Diablo sea echado abajo y se encarne en el Hombre de Pecado.

Verso 16:

"Pero la tierra ayudó a la mujer, pues la tierra abrió su boca y tragó el río que el dragón había echado de su boca".

El lugar del escondite de Dios para la Mujer Israel no está en un terremoto, que se tragaría el ejército del Papa, pero ella estará en ciertas naciones del mundo que 'abrirán sus brazos' para proporcionarle refugio.  Ella estará en un "desierto" (aislamiento) pero será sustentada espiritualmente.  Sucedió durante la Segunda Guerra Mundial que muchos de los Judíos encontraron seguridad en lugares escondidos de algunos países y se escaparon de los ejércitos de Hitler y Eichmann, que fueron enviados para destruirlos.  Asimismo, por la gracia de Dios, ciertas naciones de la tierra abrirán sus "bocas" para ofrecerle y proveerle asilo a Israel, mientras huya del ejército Papal que tratará de destruirla.  Ella sobrevivirá a la persecución y entrará en el Milenio del Señor Jesucristo, no como un pueblo con cuerpos glorificados, sino como una nación de personas naturales.

El Remanente de la Simiente de la Mujer

Verso 17:

"Entonces el dragón se llenó de ira contra la mujer; y se fue a hacer guerra contra el remanente de la simiente de ella, los que guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesucristo".

Cuando Israel escape de las manos del Anticristo, la ira de éste será dirigida a "el remanente de su simiente, que guardan los mandamientos de Dios, y tienen el testimonio de Jesucristo". Pero  ¿quiénes son el  "remanente de su simiente" ?

En primer lugar, tenemos que saber que la "simiente" de la mujer es el Señor Jesucristo, dada a Abraham por una promesa de Dios.  Es a través de ésta  "simiente" que los Gentiles se convierten en hijos de Dios y son hechos partícipes del nuevo pacto que Dios hizo con Israel. Los que tienen el nuevo nacimiento son injertados en la Familia de Dios y así forman parte de la comunidad de Israel (Rom 11;  Ef. 2:11-17; 3:14-15).  En Segundo lugar, observe que "el remanente de su simiente" consiste de dos grupos: los que "guardan los mandamientos de Dios" son los Judíos Fieles que se aferran a la Palabra de Dios, y aquellos que "tienen el testimonio de Jesucristo" son los Cristianos, principalmente las Vírgenes Fatuas, que se perderán el Rapto. El "remanente" será ampliamente perseguido por el Dragón y serán asesinados.  Este es el mismo grupo de los santos de la tribulación que Juan vio en los capítulos 15 y 20 :

"Vi también como un mar de vidrio mezclado con fuego: y a los que habían alcanzado la victoria sobre la bestia y su imagen, y su marca y el número de su nombre, en pie sobre el mar de vidrio, con las arpas de Dios.  Y cantan el cántico de Moisés siervo de Dios, y el cántico del Cordero, diciendo: Grandes y maravillosas son tus obras, Señor Dios Todopoderoso; justos y verdaderos son tus caminos, Rey de los santos. ¿Quién no te temerá, oh Señor, y glorificará tu nombre? pues sólo tú eres santo; por lo cual todas las naciones vendrán y te adorarán, porque tus juicios se han manifestado" (Ap. 15: 2-4).

"Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos los que recibieron facultad de juzgar; y vi las almas de los decapitados  por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios,  los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen, y que no recibieron la marca en sus frentes ni en sus manos; y vivieron y reinaron con Cristo mil años" (Ap. 20:4).