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LA SALIDA DE EGIPTO



Lectura de Exodo 12:37-41.

"Partieron los hijos de Israel de Ramesés a Sucot, como seiscientos mil hombres de a pie, sin contar los niños. También subió con ellos grande multitud de toda clase de gentes, y ovejas, y muchísimo ganado. El tiempo que los hijos de Israel habitaron en Egipto fue cuatrocientos treinta años. Y pasados los cuatrocientos treinta años, en el mismo día todas las huestes de Jehová salieron de la tierra de Egipto".

Ex. 13:20.

"Y partieron de Sucot y acamparon en Etam, a la entrada del desierto".

Estas Escrituras nos hablan de la salida de Israel de Egipto, desde el día que se fueron de la tierra de Gosén. Aquella historia se ha repetido hoy en el tiempo del Fin. Desde mediados del siglo 20 comenzó la salida de los hijos de Dios del Egipto político y religioso del cristianismo institucional por medio del mensaje del ángel de Ap. 10:7. El ángel, palabra que significa  mensajero, fue el profeta William M. Branham. Muchas personas sólo miraron la figura humana de aquel siervo de Dios y se enredaron colocándolo más arriba de Cristo. Pero, aun mayor cantidad de gente se ha condenado por sus blasfemias contra el Espíritu Santo, burlándose y menospreciando verdades divinas fundamentales que el hermano Branham recibió del Todopoderoso. Los escogidos vírgenes prudentes se regocijan en el Señor, porque siguen al Jesucristo, el Señor de todos y se quedan con Su palabra revelada. 

Ahora, la salida de Egipto está siendo concluída en todo el mundo. Y así como el Señor lo hizo allá con Israel, liberándolo de la cautividad y esclavitud del diablo, ahora El te llama a tí hijo de Dios a salir de la oscuridad religiosa del mundo-iglesias, para ser hecho el pueblo de Su Nombre.  La revelación del fundamento es el Camino para obtener la Verdad de Cristo y Su Vida en nosotros (Jn. 14:6).  Así fue cuando Israel salió de Egipto hacia el desierto. Allí pudo ver la gloria de la revelación de la palabra.  Si tienes tus ojos y tus oídos espirituales abiertos, tú sabes que aunque mencionan el Nombre de Jesús en las iglesias tradicionales, han echado fuera la parte divina de Jesús que es el Espíritu de Cristo. No habla el Hijo de Dios la revelación de Su palabra. Es el hombre que habla desde hace ya mucho tiempo, con un mensaje híbrido porque ha mezclado las Sagradas Escrituras con la interpretación privada. Asimismo han modificado las verdades espirituales que recibieron mensajeros de Dios en el pasado. Ya la apostasía y el ecumenismo se han introducido. El mensaje del Señor Jesucristo a la iglesia en Laodicea de hace veinte siglos, señaló proféticamente a la iglesias cristianas de este tiempo final.

Hoy tenemos la iglesia en la Edad de Laodicea. Tú puedes leerlo en Ap. 3:14-22. La carta es profética porque comienza diciendo: "He aquí el Amén".  Su palabra apuntó directamente hacia nuestro tiempo actual y la revelación del Espíritu Santo dice:  "He aquí el Fin. El mensaje de Dios que reúne a la  plenitud de mis elegidos con el fundamento está revelado".  Cristo Jesús hace un llamamiento personal al elegido en Ap. 3: 20, porque ya el Tiempo de Gracia a los gentiles está en su conclusión. Sólo le reciben unos pocos y son los que están ordenados para salvación. Esto indica claramente que Cristo no está dentro de las iglesias, porque la mayoría de los que se congregan NO lo aman. Colectivamente no quieren la Verdad. Pero El vé que hay individuos que se dan cuenta de todo y se afligen por ello. Y aun se sienten impotentes porque ni siquiera pueden reformar algo. Ese hermano o hermana es una oveja de Dios. No es una cabra. Y así como Israel cumplió su tiempo en la tierra de Egipto, ahora hay un verdadero Israel en el Espíritu que ha obedecido Su llamado y ha salido de allí para poder alistarse y subir en el arrebatamiento con el Esposo. Este Israel espiritual apartado de Egipto es la Novia de Su palabra. Ella ha entrado en el Ministerio de Jesucristo a recibir revelación de la palabra de Dios (Mt. 25:10). Se ha liberado de instituciones, confesiones y grupos religiosos porque hacen todas las cosas a su manera fuera de la verdad de Dios para la hora presente. 

"Y  a  la medianoche se oyó un clamor: ¡Aquí viene el Esposo; salid a recibirle!" (Mt. 25:6).

"He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo" (Ap. 3:20).

SEPARACION

Los hebreos se fueron desde Ramesés a Sucot, y desde allí a Etam. Ramesés fue el nombre de un Faraón. Sucot es 'choza' o 'cabaña' y Etam es 'piedra'. En este tiempo final, el alma creyente que oye el llamamiento del Espíritu Santo hacia la libertad de Cristo se separa en su corazón de Faraón. Renuncia al gobierno del hombre y se despide de la ciudad de Ramesés.  Todo eso es la mentalidad política del egoísmo humano y la estructura del sistema religioso del mundo - iglesias. La Gracia de Dios te libra del yugo del espíritu nicolaíta en el gobierno humano. Ese es el espíritu de cautividad que esclaviza con el balaamismo. Este es el denominacionalismo y sus credos, dogmas, tradiciones, formas de culto, usos y costumbres.

La salida de Egipto es para que el escogido sea bautizado por el Espíritu Santo en el Cuerpo de Cristo. Ver Juan 1:12-14. Esta palabra dice que después de recibir que Jesucristo murió por nuestros pecados, también debemos creer en el Nombre del que resucitó de entre los muertos. Entonces viene el poder de Dios sobre ti y te convierte en un hijo de Dios.  Esto significa la gloria de la revelación de Jesucristo en nuestros corazones. El verdadero mensaje de salvación es el evangelio del reino de los cielos, por medio del cual podemos ver y también entrar en el reino de Cristo - el UNO y el Mismo Yo Soy . Hacia El apunta el evangelio.  Conforme a las Escrituras, después de aceptar a Jesucristo como nuestro Señor y Salvador personal, la palabra del evangelio ordena al creyente el arrepentimiento y la reconciliación con Dios por medio del bautismo en el Nombre de Jesucristo. 

Leer Mt. 28:19-20; Mr. 16:15; Lc. 24:46,47; Juan 3:3,5; Hechos 2:38; 8:16; 10:48; 16:31-33; 19:5.

"Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios".  "...Que el que no naciere del agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios" (Juan 3:3 y 5). 

La palabra de Jesucristo es el evangelio del reino de los cielos, revelado a Su Iglesia desde el primer siglo.  Nos libera del espíritu religioso del 'evangelio' de Egipto que no produce el completo nuevo nacimiento del varón perfecto en el espíritu del creyente (leer Ef. 4:13).

El 'evangelio' cristiano tradicional consiste de un mensaje que anuncia que: 1) Aceptar a Jesús como Salvador personal pronunciando una oración de fe ya es suficiente para que las personas sean nacidas de nuevo y escritas en el Libro de la Vida. 2) Que el bautismo en agua es en los títulos Padre, Hijo, Espíritu Santo y no en el Nombre del Señor Jesucristo, o que es lo mismo y no tiene importancia fundamental. 3) Que el bautismo en agua, según muchos, no es necesario para la salvación del alma y así, prácticamente puede ser desobedecido. 4) Que solo es suficiente la fe en Jesús. [Nota: La fe en Jesús y Su sangre vertida en la cruz es la siembra de una parte básica de la verdad, para  justificación.  Pero, al recortar el plan de salvación de Dios, el creyente está separado de la sepultura, de la resurrección y de la ascensión juntamente con Cristo.] No comprueba en su vida el poder de la obra redentora de Jesucristo. 5) Que la evidencia de recibir el don del Espíritu Santo es el hablar en lenguas y tener buenas obras personales, lo cual es llamado 'ministerio'.

Todas estas creencias (y otras más) no tienen el Espíritu de Cristo, simplemente porque El no las ordenó. Por tanto, son paralelas a la fe original y los hombres darán cuenta al Señor de toda palabra ociosa en el Día del Juicio. Los hijos de Dios que las aceptaron deben arrepentirse aunque lo hayan hecho en ignorancia y deben lavar las ropas de su justificación con el verdadero evangelio, porque están sucias con la teología y las tradiciones de los hombres religiosos. Ver Mt. 25: 6,10. La justificación por aceptar a Jesús y tener fe en Su sacrificio es el embarazo, pero debe culminar en el parto de la Vida de Cristo. Los creyentes justificados deben oír lo que el Espíritu dice a las iglesias y esto significa  creer y obedecer la palabra revelada de Dios en la Voz y la trompeta de Ap. 10:7. Es así porque la simiente de la Jerusalén de arriba - el evangelio apostólico -  produce hijos de Dios. Pero la simiente de la Jerusalén de abajo - el evangelio tradicional - produce hijos para esclavitud. Ver Gál. caps. 1  y  4: 21-30; 5:1. Tú debes orar para recibir la revelación de la epístola completa. 

Los ojos de los israelitas se abrieron cuando creyeron el mensaje de Moisés, estando en Egipto. El Señor les dijo a través de Su mensajero que tomaran un cordero por familia, que lo sacrificaran y colocaran su sangre en las puertas de sus casas. Además debían comerlo aquella noche con hierbas amargas y con panes sin levadura. Era la Pascua del Pacto de Dios - Leer Exodo cap. 12 - Alguien tuvo que morir para que Israel fuera salvo.  La sangre del cordero fue el Juicio para Faraón, pero fue Justicia  para Israel. La vida de esa sangre fue el Pacto provisto por el Señor. Pascua significa cubierta, protección y defensa de Cristo para el creyente. El ángel de Juicio respaldó el mensaje de Moisés y condenó a la muerte el 'evangelio' de Egipto que estaba unido con sus dioses trinitarios. Estos dioses eran espíritus de demonios que ordenaron un mensaje  y un sistema religioso pagano, por el cual los egipcios tenían ofrendados sus hijos primogénitos humanos y los primogénitos de sus animales a satanás. El primogénito de Egipto estaba consagrado al poder de las tinieblas y era uno con el mensaje que les fue ordenado por sus dioses / demonios.  Ese 'evangelio' de las tinieblas fue maldito y quebrantado por el Señor aquella noche en Egipto y las ligaduras invisibles de satanás sobre Israel se rompieron. 

Hubo luz en los corazones creyentes, mientras era muy oscuro y triste el panorama para los incrédulos. Había muerto el primogénito de Faraón y los primogénitos de las familias que habitaban en Egipto, como también los primogénitos de sus animales, porque no creyeron el mensaje de Cristo, el Angel de la Faz de Dios que hablaba en Moisés. El primogénito de Egipto que murió era tipo del 'evangelio' recortado del hombre. El mismo Juicio de Dios está hoy sobre el Egipto del reino pecador político, religioso, militar, financiero y cultural del sistema del mundo. En él se encuentra mezclado el cristianismo institucional organizado que no ha creído el mensaje del séptimo ángel a la Iglesia en la Edad de Laodicea, el cual fue prefigurado por Moisés. El mensaje de tan grande ministerio profético que recibió el hermano William M. Branham, contiene la revelación del fundamento para librar de la cautividad y de la esclavitud del espíritu anticristo a los hijos de Dios. Los apóstoles y profetas del Nuevo Testamento edificaron la Iglesia sobre este fundamento: 

1)  Dios es Uno, no tres.

2) Arrepentimiento, bautismo en el Nombre de Jesucristo para el perdón de los pecados y  recibir el don del Espíritu Santo (Hechos 2:38).

3) La fe apostólica.

Los israelitas aceptaron el mensaje de Moisés. Se restauraron a la unidad con Dios que tuvieron sus padres Abraham, Isaac y Jacob, por medio de los vínculos de la primogenitura y la circuncisión. Se convirtieron a la fe de sus padres antes de poner la sangre del cordero en las puertas de sus casas. Eso fue un anticipo de la fe en el evangelio apostólico para justificación. Luego pudieron comer dignamente el cordero de la Pascua con hierbas amargas y panes sin levadura, rompiendo en sus vidas las cadenas de satanás, de Faraón y de Egipto. Esto es ahora la santificación en el sacrificio del Señor Jesucristo. El camino quedó abierto ante ellos para efectuar el cruce del mar Rojo hacia la libertad del pecado del mundo, preanunciando el bautismo en agua en el Nombre del Señor Jesucristo para ser perdonados por Dios de nuestros pecados y recibir el don del Espíritu Santo (ver 1 Pedro 3:21). 

No es el agua del bautismo lo que salva el alma del yugo del pecado y del Juicio de Dios, sino la palabra que se obedece. Sin vida eterna no hay salvación y la vida eterna es Cristo en nosotros por medio de la palabra del evangelio y del Espíritu Santo. Anota esto en tu alma, amigo lector:  "...El Espíritu Santo es dado a los que obedecen" (Hechos 5: 32b; 1 Juan 5: 10-12).  Lo que Dios le ordenó allá a Israel  un cordero   y la  separación de Egipto - es lo que ahora debe obedecer el creyente verdadero, saliendo de todo lugar religioso organizado que se encuentre. La salida de Egipto es el mandamiento de separarse de la incredulidad, del orgullo y de las falsas doctrinas. Justifícate en la sangre de Jesús. Santifícate en Su muerte y Renuévate en Su resurrección (Ver 2 Cor. 6: 14-18 y 7:1). 

Jesús, el Cordero de Dios, es el Salvador del alma a través del  evangelio de Pentecostés, en el cual están contenidos el Espíritu, el agua y la sangre que entregó en la cruz.

"Pero Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia, ahora manda a los hombres en todo lugar, que se arrepientan; por cuanto ha establecido un día en el cual juzgará al mundo con justicia, por aquel varón a quien designó, dando fe a todos con haberle levantado de los muertos" (Hch. 17: 30-31).

LIBERTAD

Estimado lector, ¿Tú crees el evangelio de salvación que primero creyó Israel en Egipto y después creyó la Iglesia del primer siglo?  Pues mira, a continuación, lo que fue creerlo para todos ellos y nosotros también. Esta historia del Exodo de Israel es nuestra historia aquí, ahora mismo en la tierra.

Las ligaduras del diablo en Egipto se cortaron en todos los que creyeron en la sangre del cordero y comieron la Pascua del Señor. ¡Fueron libres en su espíritu! ¡Tenían a Cristo la Palabra que vino por Moisés sobre ellos! La libertad de Israel comenzó en su espíritu. Fue la palabra de Dios a restaurarlos en primer lugar a la fe de sus padres, para luego poder redimirlos de Egipto. Los elegidos ya no deseaban estar allí porque no podían integrarse con el viejo espíritu que los esclavizó. Era la hora señalada en su predestinación. Ahora tenían que ir por más en el desierto, es decir, por la libertad del egoísmo de sí mismos. Esta es la libertad del alma. En el campamento de Sucot se sintieron con poca firmeza a causa de la nostalgia. Aún estaban en territorio egipcio y la contaminación espiritual afligía sus sentimientos. Muchos se estaban yendo, pero no se estaban separando de Egipto de todo corazón. Lo llevarían en su egoísmo carnal durante cuarenta años. Pero hablemos de los creyentes verdaderos, como los que hay ahora. Los hebreos sabían que el mayor enemigo no era Faraón sino el ego pecaminoso de cada uno. Ese es el mensajero de satanás. Y felizmente ellos, en Etam avivaron su fe para ser completamente libres. Prosiguieron con esfuerzo y valentía entrando en el desierto egipcio, que hoy es la península de Sinaí. 

En la última Edad, cuando la Novia de Cristo llegó a Etam vio una gran Luz que resplandeció en su corazón. Etam es la revelación de que Dios es UNO, no tres, para anular con autoridad el espíritu falso trinitario. Fue la experiencia de Israel antes de cruzar el mar Rojo. Debían atravesar  el desierto peninsular de forma triangular, lo cual representó al credo trinitario. Siglos después Constantino, emperador de Roma, hizo creer al mundo que allí en esa península egipcia estaba el monte Sinaí, y no fue así. El Apóstol Pablo escribió:  "Porque Agar es el monte Sinaí en Arabia..." en Gál. 4:25. Israel no cruzó el mar Rojo por el primer brazo de agua que actualmente es el golfo de Suez, porque de ser así hubiera permanecido todavía en el país de Egipto. Por tanto, el monte Horeb en el desierto de Sinaí pertenece a otra geografía, lejos del imperio de Faraón. Israel cruzó por el otro brazo de agua del mar Rojo, hoy llamado golfo de Aqaba y entró en el desierto de Arabia. 

El pueblo hebreo marchó por el Camino de la revelación divina donde caminamos hoy.   Así es que ahora, tú que crees en la doctrina de la Unidad de Dios también puedes ver por qué el bautismo verdadero en agua es en el Nombre de Jesucristo, de acuerdo a Hechos 2:38, y por qué en el libro de Hechos de los Apóstoles nunca los creyentes fueron bautizados en los títulos de Padre, Hijo y Espíritu Santo. No existe en toda la Biblia la palabra Trinidad. Sí existe la palabra UNO.  (Ver Deut. 6:4; Mr. 12:29; Jn. 10:30; 1 Jn. 5:7; Ap. 4:2). En 1 Juan 5:7 no se refiere a tres personas en un solo Espíritu, como declara el credo trinitario niceano, sino a tres títulos que describen los  Atributos y Funciones del Mismo Espíritu Eterno. Sus  títulos  son: Padre, Hijo y Espíritu Santo. No son tres nombres, ni tres personas, ni hay tres tronos en el Cielo.  JESUCRISTO es el Nombre del Todopoderoso para redimir a Sus hijos y a Su creación terrestre.

"...Y que no hay más que un Dios. Para nosotros, sin embargo, sólo hay un Dios, el Padre, del cual proceden todas las cosas, y nosotros somos para El; y un Señor,  Jesucristo, por medio del cual son todas las cosas, y nosotros por medio de El" (1 Co. 8:4b, 6).

Cristo es la plenitud de Dios morando en la humanidad de Jesús.

La Biblia nos revela al Eterno como Un Dios, Padre y Señor encarnado en Jesucristo. De Cristo Su Palabra salió la humanidad de Jesús. Por eso nuestro Salvador es el Hijo del Hombre. Dios encarnó Su Palabra y se manifestó en la humanidad de Jesús, para poder morir en la cruz y redimirnos del pecado. La divinidad y humanidad de Cristo Jesús no reprsentan dos personas. Simplemente es el Mismo Espíritu Eterno con una personalidad divina y humana a la vez,  morando dentro de Cristo Su Palabra que se encarnó en Jesús. Cristo es Su Propio Atributo de Hijo Unigénito, en Sí Mismo. Es el Principio de todo lo creado,  c
on El Cual se hizo carne en Jesús. (Ver Jn. 1:14 y Col. 1:15-20).  

El hombre es un ser tripartito. Tiene alma, espíritu y cuerpo. Fue creado a imagen y semejanza del Eterno. Pero no es tres tres personas separadas viviendo en un cuerpo. Las Escrituras no declaran trinidad, dualidad ni solo Jesús en la Deidad. Nos hablan de Un Espíritu Divino Quien creó el Unigénito - Primogénito y le dio un Nombre con el  Señorío y el Poder para salvarnos. Es  el Nombre Jesucristo. Decir otra cosa es agregarle o quitarle a las Sagradas Escrituras, y hay sentencia y condenación por ello. (Ver Ap. 22:18-19).

"Yo he venido en nombre de mi Padre, y no me recibís; si otro viniere en su propio nombre, a ése recibiréis" (Jn. 5:43).

"Este Jesús es la piedra reprobada por vosotros los edificadores, la cual ha venido a ser cabeza del ángulo. Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo del cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos" (Hch. 4:11-12).

La marcha de Israel hacia el mar Rojo fue firme, a través de un espacio muy grande. Ellos pasaron por encima del credo trinitario. Estaban colocando en nuestros corazones que la salida de Egipto hoy es a través de la más grande revelación de toda la Biblia: 

¡Jesucristo es el Señor porque es el  Todopoderoso! 

"Yo soy el Alfa y la Omega, principio y fin, dice el Señor, el que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso" (Ap. 1:8).

CONVERSION

Lectura de Exodo cap. 14:8-9.

"Y endureció Jehová el corazón de Faraón rey de Egipto, y él siguió a los hijos de Israel; pero los hijos de Israel habían salido con mano poderosa. Siguiéndolos, pues, los egipcios, con toda la caballería y carros de Faraón, su gente de a caballo, y todo su ejército, los alcanzaron acampados junto al mar, al lado de Pi-hahirot, delante de Baal-zefón".

Acampados junto al mar, al lado de Pi-hahirot, delante de Baal-zefón, estaban los israelitas 
(Baal - zefón significa: señor del norte) encerrados entre el desierto y el mar Rojo, junto al golfo de Suez. Tenían que vencer algo allí. Había en esa área un enemigo invisible, un espíritu maligno de señorío contra sus corazones. Ese espíritu es hoy el  nicolaísmo quien no es más que el señorío del diablo oculto en  los cargos jerárquicas de la religión organizada. Su obra sutil es infundir sujeción al liderazgo colocando una venda oscura en la mente, de control y dominio sobre la voluntad de las personas, para generar temor y dependencia. Su refrán es: "Tienes que congregarte, tienes que tener cobertura,  tienes que sujetarte a pastores y tienes que hacer esto y tienes que hacer lo otro para que no te agarre el diablo y te caigas al mundo, bla, bla, bla...".  Es la distorsión completa,  según la carne, de muchas verdades bíblicas que pertenecen al verdadero Cuerpo de Cristo. Y  era la última arma que le quedaba al Faraón de Egipto: infundir miedopara recuperar a Israel como su esclavo.

"Pero los hijos de Israel habían salido con mano poderosa" (v. 8b). 

Así es que, contaminados por el espíritu de señorío que había en ese lugar, debían quedar limpios y libres del miedo en sus almas. Y para ello ¡ tenían que irse de allí durante unos cuántos días atravesando la península del desierto egipcio, aunque el enemigo furioso los persiguiera con todo su ejército ! ¡ El propósito de Dios era que cruzaran el mar Rojo hacia la libertad total de Faraón y de Egipto. La libertad estaba del otro lado, fuera del territorio del imperio del hombre, donde hoy es el norte de la península arábiga ! Debían alejarse completamente, renunciar a Egipto abandonando ese desierto pagano y oscuro en el que todavía se encontraban, para consumar una absoluta separación, y eso es la conversión. Y para que se conviertan Dios permitió al enemigo ¡ que los persiguiera...! (v. 8a). 

La mano poderosa del Señor obra en el alma que cree, llevándola hacia el mar Rojo del bautismo en el Nombre de Jesucristo. Es el Espíritu benigno de arrepentimiento que viene de Dios e influye por Gracia en la voluntad del creyente, para que pueda convertirse a la verdad de la salvación. Esto es un paso de doble acción. Primero es volverse contra el pecado y después es convertirse al evangelio con todo el corazón. 

"Pero El da mayor Gracia. Por esto dice: Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes. Someteos,  pues,  a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros" (Stg. 4:6-7).

MALOS RECUERDOS 

Versos 10 al 13:


"Y cuando Faraón se hubo acercado, los hijos de Israel alzaron sus ojos, y he aquí que los egipcios venían tras ellos; por lo que los hijos de Israel temieron en gran manera, y clamaron a Jehová".

"Y dijeron a Moisés: ¿No había sepulcros en Egipto, que nos has sacado para que muramos en el desierto? ¿Por qué has hecho así con nosotros, que nos has sacado de Egipto?".

"¿No es esto lo que te hablamos en Egipto, diciendo: Déjanos servir a los egipcios? Porque mejor nos fuera servir a los egipcios, que morir nosotros en el desierto".

Estaba Israel acampado junto al mar en un campo minado por el señorío de Faraón. Allí flotaba ese espíritu maligno - recordar que hoy es el nicolaísmo - que los había subyugado antes en grande esclavitud.  Entonces, la reacción que tuvieron al acercarse Faraón fue "temer en gran manera". Así fue con la gran mayoría del pueblo. Tenían sus mentes alienadas con la sumisión al hombre, trastornadas por el autoritarismo de Faraón. Su antiguo amo los seguía impresionando. Y miraron a Moisés con esos ojos, como si él fuera el nuevo amo que tenía que hacerse responsable de la persecución de Faraón. Está claro que al Dios de Israel todavía no lo consideraban su Señor, ¡su amo era el pecado: su ego carnal! Pero era todo lo que sabían hacer: rendir culto al hombre y no a su Dios. ¡Qué momentos para Moisés! 

Versos 13 y 14.

"Y Moisés dijo al pueblo: No temáis; estad firmes, y ved la salvación que Jehová hará hoy con vosotros; porque los egipcios que hoy habéis visto, nunca más para siempre los veréis. Jehová peleará por vosotros, y vosotros estaréis tranquilos".

El trató de alentarlos y profetizó por fe la salvación de Dios, pero por dentro de sí mismo estaba clamando por ayuda al Señor que lo había enviado. El había hecho todo lo correcto y ahora estaba siendo probado, porque los hebreos le hicieron sentir que él tenía que salvarlos. El conflicto en Moisés era: 
  
"Señor Tú eres el Salvador de todos nosotros, porque tuya es la salvación, pero ¿habrá algo que también uno tiene que hacer para ser salvo en esta salida de Egipto?".

Verso 15:

"Entonces Jehová dijo a Moisés: ¿Por qué clamas a mí? Dí a los hijos de Israel que marchen. Y tú alza tu vara, y extiende tu mano sobre el mar, y divídelo, y entren los hijos de Israel por en medio del mar, en seco".

El  Señor abrió el espíritu de Moisés con Su palabra.  Consideremos  la voz del Eterno en el corazón de aquel mensajero, en esos momentos tan difíciles:

"¡Moisés, une tu alma con Mi Espíritu y levántate sobre todo problema! ¡Te he puesto sobre Israel, eres Mi Yo Soy y estás en Mi lugar! ¿Qué es lo que no te he dado? ¡Habla Mi palabra de continuar el camino a pie firme! ¡Ordénalo, es tu pueblo! Rompe el señorío del diablo en las mentes de ellos con Mi autoridad y condúcelos fuera de este sitio infectado de miedo y cobardía. Diles: ¡Israel, marcha y avanza erguido porque tu redención completa cerca está! ¡Vosotros sois Mis huestes que estáis parados sobre las tinieblas del mundo! El Camino de Mi palabra es una dimensión más alta que los cielos que miran vuestros ojos. Es Camino y Calzada de santidad. No andará inmundo, ni el incircunciso Faraón por El.  Mi palabra es la avenida de vuestras almas, en la que os voy guiando por Mi Espíritu. ¡Marchad! No se trata de escapar o de salir precipitados. Se debe pisotear este desierto de un reino sin gloria. Ved que Yo Soy y fuera de Mí no hay otro Señor. Debéis marchar porque en vuestros pies hay fuego que consume la oscuridad y cada palmo debe quedar quemado. ¡Es el fuego de Mi Juicio al trinitarismo, al nicolaísmo y al balaamismo bajo vuestros pies! ¡Traedlos abajo a la fosa! ¡Hundidlos en las profundidades! Os he dado potestad de hollar serpientes, escorpiones y toda fuerza del enemigo, nada os dañará. Le he quitado las llaves del infierno y de la muerte al diablo. Tengo todo el reino, el poder y la gloria del Angel de Mi Faz que está con vosotros y en El me glorifico. ¡El es Cristo, el Espíritu de Mi palabra! Los credos, dogmas, tradiciones y obras propias del hombre son los carros y la caballería de Faraón. Si marcháis por la fe, sepultaréis a los egipcios con Mi muerte que actúa en vuestros cuerpos.  Y  veréis la vida de Mi resurrección manifestada en vosotros".

Versos 16 y 18a.

"Y tú alza tu vara, y extiende tu mano sobre el mar, y divídelo, y entren los hijos de Israel por en medio del mar, en seco...Y sabrán los egipcios que Yo Soy Jehová".

Versos 21-22.


"Y extendió Moisés su mano sobre el mar, e hizo Jehová que el mar se retirase por recio viento oriental toda aquella noche; y volvió el mar en seco, y las aguas quedaron divididas. Entonces los hijos de Israel entraron por en medio del mar, en seco, teniendo las aguas como muro a su derecha y a su izquierda".

EL CRUCE DEL MAR ROJO

Dividir el mar Rojo es predicar el evangelio a todos los hombres y enseñarles su revelación a los que creen,  alzando la diestra de autoridad y extendiendo la vara de poder sobre las tinieblas demoníacas.

¡Cruzad  el mar Rojo de las aguas del bautismo en el Nombre de Jesucristo!

¡Aleluya! Hay una puerta a la eternidad que también es una frontera entre la libertad y la esclavitud.

"Mi obra de ministerio está en tí Moisés. Con autoridad predica la Justicia de Mi sangre en los creyentes. Que te obedezcan y se bauticen en Mi Nombre Jesucristo. 

Desde los versos 23 al 28 es el relato del Juicio de Dios sobre satanás, el pecado y sus obras en la muerte de Jesús. La ira del Gran Juez que cayó sobre Su Hijo en la cruz fue el hundimiento y la destrucción de la persecución y las maldiciones de satanás. Fueron enterrados por Jesús en el mar Rojo de Su muerte en  la cruz. 

"Y les daré un corazón, y un camino, para que me teman perpetuamente, para que tengan bien ellos, y sus hijos después de ellos" (Jer. 32:39).

"Porque no quiero, hermanos, que ignoréis que nuestros padres todos estuvieron bajo la nube, y todos pasaron el mar; y todos en Moisés fueron bautizados en la nube y en el mar" (1 Cor. 10:1-2).

"Por lo cual, este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice el Señor: Pondré mis leyes en la mente de ellos, y sobre su corazón las escribiré...Seré propicio a sus injusticias, y nunca más me acordaré de sus pecados y de sus iniquidades" (Heb. 8:10 y 12). 

"Ahora pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte" (Ro. 8:1-2).

Los egipcios llegaron hasta la mitad del mar, en su persecución a Israel (v. 23). Esto significa que los líderes religiosos impíos solo han tocado el evangelio hasta donde Dios lo ha permitido, para ser juzgados por El en este día. El recorte que han hecho de Su palabra de Justicia es para su condenación. El abismo sin fondo de la  teología humana y todo su orgullo se los ha tragado el Juicio de Dios (Ex. 15:5).

"No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad" (Mateo 7:22-23).

CONCLUSION

"Condujiste en tu misericordia a este pueblo que redimiste; lo llevaste con tu poder a tu santa morada" (Ex. 15:13).

"Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el Nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo" (Hechos 2:38).


El elegido que Dios ha ordenado para salvación se une con el evangelio de Hechos 2: 38. Es la palabra que produce la salida de Egipto del  verdadero creyente, en el tiempo del Fin. Este estudio fue la visión  del evangelio que tuvieron  los hijos de Dios en el primer siglo de la Iglesia.   El Espíritu Santo lidia con los cautivos del Faraón, para que regresen al día de Pentecostés y puedan ser libres. El evangelio reveló y manifestó a Cristo en nuestros primeros hermanos, lo cual fue prometido por Jesús para nosotros también en el siglo 21. La salida de Egipto es liberarnos del espíritu nicolaíta del hombre  y entrar en la revelación de nuestra salvación en Cristo.  Faraón es el liderazgo del pecado, el ego del hombre sin Dios, en el sistema político, religioso, financiero, militar y cultural del mundo. Nuestro Salvador NO es la religión organizada del hombre. Nuestro Salvador es Jesucristo.

"Y a la medianoche se oyó un clamor:  ¡ Aquí está el Esposo en Su palabra revelada; salgan a reunirse con El !"  ( Paráfrasis de Mateo 25:6).

¡Cree,  obedece y sé libre hijo de Dios!