Páginas

Traductor

EL FUNDAMENTO, EL TEMPLO y EL MURO



'Así ha dicho Ciro rey de Persia: el Señor DIOS de los cielos me ha dado todos los reinos de la tierra, y me ha mandado que le edifique casa en Jerusalén, que está en Judá. Quien haya entre vosotros de su pueblo, sea Dios con él, y suba a Jerusalén que está en Judá, y edifique la casa al Señor DIOS de Israel (él es el Dios), la cual está en Jerusalén' (Esdras 1:2-3).

En los Libros de Esdras y de Nehemías fue profetizado que el pueblo escogido de Dios fuera entonces, y sea hoy restaurado a Su lugar de adoración, compañerismo y bendición. Esdras fue colocado antes del Libro de Nehemías porque el templo era razón suficiente para que un pueblo espiritual construyera una ciudad. Los verdaderos adoradores de Dios tienden a reunirse en el templo para adorar a Su Creador. Una ciudad sin un templo (de Dios) no puede ser reconocida como una Ciudad de Dios.

EL FUNDAMENTO

Hoy, la Iglesia debe convertirse a las Sagradas Escrituras y ser restaurada correctamente al fundamento. El rey Ciro recibió el divino mandato de edificar la casa de Dios en Jerusalén (Esdras 1:2) y estableció un decreto de restauración de los escogidos del pueblo hebreo hacia su santa ciudad Jerusalén, para que realizaran la obra.

En este tiempo final aconteció la misma obra de Dios de liberar a Sus hijos de la oscuridad religiosa denominacional. A mediados del siglo 20, el profeta- mensajero William M. Branham nos anunció la voz de aclamación del Señor Jesucristo (ver 1 Tes. 4:16). Es el mensaje que llama a los elegidos de Dios de vuelta a establecerse en la patria del alma, la palabra escrita de la Biblia, para edificar el fundamento, el templo y el muro de Cristo en nuestros corazones. En la construcción de un edificio terrenal se comienza por un cimiento compuesto de materiales especiales, para sostener la casa en forma estable, fuerte y segura para siempre. Así también ahora, tenemos los tres materiales del fundamento que nos ha provisto el mensaje del Señor, para convertirnos en piedras vivas y columnas de la casa de Dios :

a)  Dios es Uno, no tres.

b) Arrepentimiento, bautismo en Su Nombre (no en títulos) y el nuevo nacimiento del  Espíritu Santo.    

c)  La fe apostólica. 

Así, en esas revelaciones vino el Hijo de Dios a llamarnos fuera de Babilonia (Mt. 25:6; Ap. 3:20), para restaurarnos a la Iglesia del Nuevo Testamento : el modelo del verdadero templo, la ciudad santa y el muro que Cristo fundó en el día de Pentecostés. La restauración comienza con poner el mismo fundamento del edificio original.

LA CONVERSION AL FUNDAMENTO

El decreto que el rey Ciro proclamó en su reino activó los corazones de los verdaderos judíos y los envió de regreso a Jerusalén la tierra de sus orígenes. El mensaje que el profeta - mensajero William M. Branham anunció, le fue revelado por el Espíritu y poder que recibió el profeta Elías, para despertar y convertir a la Biblia los corazones de los creyentes  gentiles escogidos del tiempo final.

El Antiguo Testamento termina con esta profecía:

'He aquí, yo os envío el profeta Elías, antes que venga el día del SEÑOR, grande y terrible.

El hará volver el corazón de los padres hacia los hijos, y el corazón de los hijos hacia los padres, no sea que yo venga y hiera la tierra con maldición' (Mal. 4:5-6).

Los cristianos denominacionales han luchado con uñas y dientes contra los creyentes del mensaje del tiempo final, acerca de esta profecía. Ellos contienden que, como todos los libros proféticos del Antiguo Testamento, el libro de Malaquías también fue escrito a los judíos y por los judíos y que Elías será un profeta judío que aparecerá en la última semana de la profecía de las Setenta Semanas de Daniel (Daniel cap. 9). Por lo tanto, ellos proclaman que estos dos últimos versos no tienen nada que ver con la Iglesia del Nuevo Testamento, la cual comprende a ambos, judíos y gentiles en un solo Cuerpo.

Al contrario, los dos versos, ¡ciertamente tienen mucho que ver con la Iglesia!  El epílogo de esta profecía del Antiguo Testamento es un puente para el cumplimiento del Nuevo Testamento. No solo es una profecía dual, referente a la 'venida de Elías' sino que también contiene una doble referencia - a la Iglesia y a Israel. Su tema principal es 'el corazón' del hombre. El Antiguo Testamento está lleno de profecías sobre la venida del Mesías para redimir al pueblo de Dios. A eso le llamamos 'buenas nuevas' - el evangelio. Es a través de este evangelio que la palabra de Dios es grabada en el corazón del hombre.  'Siendo manifiesto que sois cartas de Cristo expedidas por nosotros, escritas no con tinta, sino con el Espíritu del Dios vivo; no en tablas de piedra, sino en tablas de carne del corazón' (2 Cor. 3:3). Y en Su economía, Dios ha ordenado al Espíritu de Elías introducir ese evangelio en el corazón del hombre.

El arribo de Juan el Bautista marcó la venida de una nueva era - la Era de Gracia. Juan el Bautista era la línea divisoria entre el Antiguo y el Nuevo Testamento. El evangelio del Reino de Dios cumplió la Ley y los oráculos de los profetas.  'La ley y los profetas eran hasta Juan; desde entonces el Reino de Dios es anunciado, y todos se esfuerzan por entrar en él' (Lucas 16:16).

Juan el Bautista vino en el Espíritu y poder de Elías el profeta, e hizo lo que estaba profetizado de él. 'E irá delante de él con el espíritu y el poder de Elías, para hacer volver los corazones de los padres a los hijos, y de los rebeldes a la prudencia de los justos, para preparar al Señor un pueblo bien dispuesto' (Lucas 1:17).  Su ministerio era para preparar el camino del Señor. Su mensaje era un llamado al arrepentimiento. Juan no sólo predicó las 'buenas nuevas' del Reino de Dios a los hijos de Israel, sino que también condenó el sistema religioso de sus días. Haciendo esto, tenía la esperanza de causar que el corazón de los padres religiosos se volviera de sus tradiciones a la fe de los creyentes del evangelio. No hay un registro claro en las Escrituras del número de padres religiosos cuyos corazones fueron vueltos a la fe de los hijos recién nacidos de Dios, quienes creyeron en el mensaje de arrepentimiento y de la venida del Mesías que predicó Juan el Bautista. Pero, evidentemente, gente como Nicodemo, Saulo (luego renombrado Pablo) y Gamaliel, fueron incuestionablemente influenciados por el mensaje de Juan.

Los convertidos de Juan el Bautista era 'hijos' de la fe del evangelio. Aunque solo dos fueron específicamente mencionados por irse de Juan, para convertirse en los discípulos del Cordero de Dios en su proclamación (Juan 1:35-37), es indudable que los doce discípulos de Jesús eran además discípulos de Juan o seguidores de su mensaje y que todos ellos fueron definitivamente bautizados por él en aguas para arrepentimiento.

Los discípulos de Jesucristo fueron luego ordenados apóstoles.  Se convirtieron en los padres espirituales de la fe. Fueron los fundamentos de la Iglesia (Ef. 2:20; 1 Co. 3:10; He. 11:10; Ap. 21:14). La Iglesia comenzó a crecer, pero el enemigo pronto se introdujo en el campo y plantó cizaña. El nicolaísmo apareció y controló a los creyentes. Luego la Iglesia comenzó a debilitarse.  Doctrinas hechas por hombres, credos y dogmas fueron introducidos y el Espíritu Santo fue derrocado de la Iglesia. Desde entonces la Cristiandad se ha convertido en una orden religiosa formal - 'que tendrán la apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella' (2 Ti. 3:5).


Después Dios envió al mismo Espíritu del profeta Elías a la escena, en el cierre de la Edad de Gracia. El tuvo que hacerlo porque lo había prometido (Mal. 4:6b; ver Mt. 17:11). Todos nosotros estamos viviendo en los últimos días de la Edad de Gracia. Las ropas blancas de la Novia de Cristo están manchadas con la suciedad de las doctrinas y de las tradiciones hechas por hombres. Para tener una Novia Viviente, para el Rapto, Dios tiene que limpiarla completamente con el agua de Su palabra. Cualquier relleno hecho por el hombre, que oscurece Su verdadera luz, es una abominación para Dios. 

'Este es el mensaje que hemos oído de él, y os anunciamos: Dios es luz, y no hay ningunas tinieblas en él. Si decimos que tenemos comunión unos con otros, y andamos en tinieblas,  mentimos, y no practicamos la verdad; pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado" (1 Juan 1:5-7).

Ese Espíritu de Elías vino a restaurar a la Novia Viviente de  vuelta a la palabra.  William Marrion Branham fue aquel hombre ungido con el Espíritu del profeta Elías. El vino a convertir 'el corazón de los hijos a los padres'.  Nosotros, quienes somos verdaderamente nacidos del Espíritu y de la palabra de Dios, somos los hijos espirituales de Dios en esta hora.

Observe la diferencia entre las frases: 'el corazón de los padres hacia los hijos' y 'el corazón de los hijos hacia los padres'. En la primera no hay relación entre los 'padres' y los 'hijos'. Tienen diferentes fés;  una era el judaísmo, la otra era el evangelio de Dios. En la segunda, los 'hijos' estaban relacionados con los 'padres' por una fe común.  Pero el corazón de los 'hijos' también se extravió de aquella fe dentro de la oscuridad denominacional. Por esta causa Dios envió a William Branham, para convertir sus corazones de vuelta a la fe original de sus 'padres' apostólicos.


APRENDIENDO DE LOS PADRES - LOS FUNDAMENTOS DE LA IGLESIA


El mensaje de William Branham fue para convertir el corazón de los hijos a sus padres. El hermano Branham reunió todas las verdades básicas fundamentales de las Escrituras y le dijo a los creyentes que se mantuvieran sobre esas verdades. También le fue dada la revelación de los Siete Sellos en el Libro de Apocalipsis. Muchos creyeron en su mensaje y salieron de las varias denominaciones.  Lamentablemente, la mayoría no conoce a sus 'padres',  porque aún tiene que aprender de los 'padres' o porque simplemente se rehúsa a aprender de los 'padres'. Un gran porcentaje de los seguidores de William Branham ha declarado abiertamente (y neciamente) que ellos son los hijos espirituales del profeta Branham, pero ellos realmente no conocen la simplicidad de su mensaje.

Para entender los mensajes del hno. Branham, los creyentes tienen que regresar a la patria, las Sagradas Escrituras de Dios y comenzar aprendiendo acerca de la fe original de las epístolas de los padres apostólicos mismos. Los apóstoles fundaron la Iglesia junto con los profetas del Nuevo Testamento (Ef. 2:20; 3:5; 1 Co. 3:10). Ellos establecieron los fundamentos para otros, a fin de construir sobre ellos. Nosotros no tendremos al Absoluto, hasta que nos volvamos a la fe que una vez fue dada a los santos. Solo con el Absoluto podremos contender por la fe (Judas 3) y dar una respuesta a todo aquel que nos pregunta por la razón de nuestra fe  (1 Pe. 3:15).

Me gustaría llamar su atención a la diferencia entre 'Cristo Jesús, el Fundamento de la Iglesia' y 'los apóstoles, los fundamentos de la Iglesia'.  Sabemos que nuestro Señor Jesucristo es EL FUNDAMENTO DE LA IGLESIA - 'por tanto, el Señor DIOS dice así: He aquí que yo he puesto en Sion por fundamento una piedra, piedra aprobada, angular, preciosa, de cimiento estable; el que creyere,  no se apresure" (Is. 28:16). La 'piedra angular' es también la Piedra Principal Angular o Piedra de Corona, (esto es, la Piedra de la Cúspide) de la ciudad santa piramidal nueva Jerusalén (ver 1 Pe. 2:6-7). El dio Su Vida como el FUNDAMENTO (PIEDRA) PARA LA IGLESIA, hace 2000 años.  De hecho, El fue sacrificado incluso desde antes de la creación del mundo (Ap. 13:8).  El FUNDAMENTO (PIEDRA) DE LA IGLESIA es un FUNDAMENTO SOLIDO Y SEGURO (Is. 28:16; 2 Tim. 2:19), y es INAMOVIBLE.  Sobre esta PIEDRA DE FUNDAMENTO (CRISTO LA PALABRA), los padres apostólicos del primer siglo fundaron la Iglesia. Las revelaciones de la palabra que tenían los apóstoles fueron las columnas de apoyo para la Iglesia. Por eso, le fue dicho a la Iglesia que se quedara sobre los FUNDAMENTOS DE LOS APOSTOLES.

'Porque esperaba (Abraham) la ciudad que tiene fundamentos, cuyo arquitecto y constructor es Dios' (He. 11:10).  'Y el MURO DE LA CIUDAD TENIA DOCE CIMIENTOS, y sobre ellos los doce nombres de los doce apóstoles del Cordero' (Ap.21:14). Sin embargo, después de un período de tiempo, a través de los hechos de los nicolaítas (Ap. 2:6,15) el adversario sigilosamente trajo falsas enseñanzas dentro de la Iglesia, las cuales pronto reemplazaron a las enseñanzas apostólicas. Estas falsas enseñanzas debilitaron a la Iglesia, ya que lentamente se comieron los cimientos apostólicos.  A medida que las piedras apostólicas fueron poco a poco removidas una por una, los creyentes, como Iglesia, sólo tenían cimientos debilitados sobre los cuales construir sus vidas espirituales. En el siglo IV, la Cristiandad se convirtió en una religión de tradiciones hechas por hombres.

Las tradiciones, los credos y los dogmas hechos por los hombres, realmente  han desestabilizado los verdaderos cimientos de la Iglesia de Dios.  Se han convertido en los cimientos de las muchas sectas religiosas dentro del Cristianismo. Claramente, las sectas religiosas dentro de la Cristiandad han 'extraviado' los verdaderos cimientos apostólicos o han estado construyendo sobre cimientos 'rotos' a causa de las tradiciones, los credos y los dogmas. En algunas sectas, tales como la iglesia católica romana, ellos realmente han destruido los fundamentos apostólicos. 'Si los fundamentos son destruidos, ¿qué puede hacer el justo?' (Salmo 11:3). Y aunque los cristianos fundamentalistas puedan insistir en que ellos están construyendo sobre los cimientos verdaderos, no son los cimientos que el Señor ha establecido a través de los apóstoles para Su Iglesia. Pablo dijo: 'Conforme a la gracia de Dios que me ha sido dada, yo como perito arquitecto puse el fundamento, y otro edifica encima; pero cada uno mire cómo sobreedifica. Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo' (1 Co. 3:10-11; ver Lucas 6:47-49). Hoy, los neo Pentecostales y los neo Carismáticos, quienes prácticamente están personificando a la Iglesia Primitiva, están construyendo sobre cimientos torcidos que ciertamente se desmoronarán.

EL TEMPLO

'Dios,  habiendo hablado muchas veces a los padres por los profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo; el cual siendo el resplandor de su gloria, y la misma imagen de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la Palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros antiguos pecados por  medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas, hecho tanto superior a los ángeles cuanto heredó más excelente nombre que ellos' (Heb. 1:1-4).


Espiritualmente hablando, ¿dónde está el verdadero templo de Dios? Ciertamente, no está en las iglesias denominacionales donde la gente se congrega para adorar en sus tradiciones, en credos y en dogmas hechos por el hombre. La iglesia católica romana, la iglesia protestante, la iglesia pentecostal, la iglesia carismática y todas las otras iglesias  en cualquiera de sus nombres pueden reclamar que Dios está en sus medios. Pero la verdad es que el templo es la Palabra de Dios. Dios no está en las iglesias, Dios está en Su Palabra. ¡Amén! Eso es la verdad. Dios está en Su Palabra, y si una asamblea no posee la verdadera Palabra de Dios,  entonces Dios no está en su medio.


Recuerde que no puede acercarse a Dios sin Su Palabra, 'Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre sino por mí' (Juan 14:6). No nos acercamos a Dios sin el templo de Su Palabra Viviente - Jesucristo. La Palabra de Dios es la Gloria Shekinah de Dios,  la Imagen Misma de Su Sustancia. Es por medio del Hijo que debemos adorar al Padre. El es Quien obra nuestra salvación con el poder de Su ofrenda en la cruz.

'Y vino y anunció las buenas nuevas de paz a vosotros que estabais lejos, y a los que estaban cerca; porque por  medio de él los unos y los otros tenemos entrada por un mismo Espíritu al Padre' (Ef. 2:17-18).
  
El fundamento es la revelación de Jesucristo y el templo es Su Vida en el hombre interior nacido del Espíritu Santo, en el cual tenemos la fe y el conocimiento del Hijo de Dios. Cada creyente fundado y edificado en Jesucristo, es un templo santo en el Señor y forma parte de la ciudad de Dios (He. 12:22).

EL  MURO

El Libro de Nehemías contiene la historia de la reconstrucción de los muros de la ciudad de Jerusalén, después de que el fundamento del templo fue puesto. Enfatiza el liderazgo de Nehemías y la reconstrucción de los muros en "tiempos de tribulación" (Dan. 9:25).

'Palabras de Nehemías hijo de Hacalías. Aconteció en el mes de Quisleu, en el año veinte, estando yo en Susa, capital del reino, que vino Hanani, uno de mis hermanos, con algunos varones de Judá, y les pregunté por los judíos que habían escapado, que había quedado de la cautividad, y por Israel. Y me dijeron: El remanente, los que quedaron de la cautividad, allí en la provincia, están en gran mal y afrenta, y el muro de Jerusalén derribado, y sus puertas quemadas a fuego. Cuando oí estas palabras me senté y lloré, he hice duelo por algunos días y ayuné y oré delante del Dios de los cielos' (Neh. 1:1-4)

Nehemías frecuentemente respondía a los problemas con oración. Convencido de la promesa de Dios de Su restauración de Jerusalén, Nehemías estaba ocupado en buscar el cumplimiento. (Al igual que él, nosotros debemos ayunar y orar para que la verdad de Dios nos sea revelada en esta hora). Su corazón lloraba de tal manera para que los muros de Jerusalén fueran restaurados, que estaba dispuesto a dar su posición confortable y estable en el palacio para regresar a su patria, para guiar al pueblo a reconstruir la ciudad de Jerualén. Nehemías tipificó a nuestro Señor Jesucristo, Quien dejó Su gloriosa posición en el cielo para venir y servir a Su pueblo. Al igual que Jesús, él fue hecho gobernador del pueblo.

Después de reconocer y estudiar la ciudad de Jerusalén y la extensión del daño de sus muros, Nehemías comenzó a compartir su visión con su pueblo para inspirarlos y encarar la reconstrucción de los muros: 'Les dije, pues, vosotros veis el mal en que estamos, que Jerusalén está desierta, y sus puertas consumidas por el fuego; venid, y edifiquemos el muro de Jerusalén, y no estemos más en oprobio' (Neh. 2:17). 'Así esforzaron sus manos para bien' (Neh. 2:18b).

'LEVANTARSE Y EDIFICAR'

Así, el pequeño grupo del pueblo de Israel se juntó y empezó a reconstruir los muros. Cuán ridículos deben haber parecido en los ojos del mundo a su alrededor - ¡un pequeño número de judíos tratando de reconstruir aquellos inmensos muros de la ciudad de Jerusalén!  Sin embargo, sabían que Dios estaba de su lado. Cuando la diabólica trinidad de Sanbalat, Tobías y Gesem se burlaron y los despreciaron, Nehemías replicó: 'El Dios de los cielos, él nos prosperará, y nosotros sus siervos nos levantaremos y edificaremos, porque vosotros no tenéis parte, ni derecho ni memoria en Jerusalén' (Neh.2:20).

¡Aleluya, la CIUDAD SANTA de Dios, no permanecerá en estado de desgracia!  El espíritu religioso nicolaíta babilónico ha roto los cimientos de la verdad del evangelio y ha causado que yacieran en ruinas por mucho tiempo. Pero ahora que el fundamento del templo está echado, ¡los muros de la ciudad deben ser levantados! ¿Pero por qué hay necesidad de construir los muros? Porque nuestro 'Nehemías' le da toda Su atención a la ciudad. Los muros son necesarios para protegerla de los ataques sigilosos de los adversarios. Son necesarios para mantener las cosas sagradas de Dios bajo protección, a fin de que no sean profanadas ni rotas en pedazos otra vez, para que las ovejas no sean dispersadas. Tú y yo, quienes somos los verdaderos elegidos con el don del Espíritu Santo, somos parte de la ciudad santa. Por lo tanto tenemos la responsabilidad de reconstruir sus muros para traer la gloria de Dios y restaurar la realeza y el poder de Su Presencia entre Su pueblo. Debemos estar dedicados a la misión y dispuestos a trabajar duro para cumplir Sus propósitos. Así pues, 'levántense y edifiquen' y pongan las cosas de Dios en orden, para que no estemos en oprobio. Así dice el Señor.

Hoy, la Iglesia debe volver, lo cual es convertirse a la palabra de Dios y ser restaurada al correcto fundamento.  Entonces Dios la ayudará a construir el muro - ministerio quíntuple - que la guarde y mantenga. Jerusalén era el único lugar donde Dios había puesto Su Nombre desde el día que David llevó el arca del Pacto.  Ahora esto es Su palabra.  Hoy en día, los creyentes del mensaje final todavía no han establecido las bases de la palabra en sus vidas. Cuando se establece el fundamento se puede adorar en espíritu y en verdad. La muralla del ministerio tiene dos funciones. Primero es guardar las cosas sagradas con seguridad interior. Segundo es mantener afuera todo lo impío y abominable. 

El muro de la Iglesia es el ministerio de los dones de ascensión de Efesios 4:8-16. Es el Jesúa de nuestros días (Esdras 9:9). Son necesarios para mantener la palabra de verdad y a los verdaderos creyentes dentro de la revelación de Jesucristo y separar a los enemigos  (2 Cor. 6:14 y 7:1).

En Nehemías capítulo 3, tenemos un registro de los edificadores de la muralla y los nombres de las puertas que fueron reparadas. Se restauraron diez puertas. Espiritualmente, esas puertas reflejan la Vida de Cristo y el pueblo en la Iglesia - la nueva Jerusalén.

 1) La PUERTA DE LAS OVEJAS, lo cual habla de Cristo como el Cordero de Dios y el Buen Pastor que vino a buscar a Sus ovejas perdidas  (Is. 55:7; Juan 1:29 y 10:1).  
2) La PUERTA DE LOS PECES es los salvados como pescadores de hombres  (Mateo 4:19 y Pr. 11:30)  
3) La VIEJA PUERTA habla de la vieja naturaleza que es crucificada y el elegido que está caminando en la buena y antigua senda de Justicia, para encontrar descanso para su alma (Ro. 6:1 al 23; Je. 6:16). 
4) La PUERTA DEL ESTIERCOL habla de la necesidad de mantenernos limpios de la suciedad de la carne  (Gá. 5:16-21; 2 Cor. 7:1).
5) La PUERTA DEL AGUA es la necesidad constante de la palabra de Dios para mantenernos alimentados y santificados  (Juan 4:10-14; Ef. 5:26; 2 Tim. 2:3; 4:7).
6)  La PUERTA DEL VALLE es la humildad, sufrimientos y pruebas.
7) La PUERTA DE LA FUENTE es el Espíritu Santo llenando siempre a Su pueblo  (Juan  7:37-39; Ef. 5:18).
8) La PUERTA DEL CABALLO son los creyentes en la guerra y en la batalla de la fe  (Ef. 6:10 al 18; 2 Ti. 2:15).
9) La PUERTA DEL ORIENTE habla del Hijo de Justicia y Su regreso  (Mal. 4:21; Ez. 43:1-2).
10) La PUERTA MIPHKAD habla de la Asignación de los santos y sus Nombramientos ante el Tribunal de Cristo. Su Reinado con Cristo en la Era de la Regeneración (2 Cor. 5:10; 1 Cor. 3:9-15; Ap. 5:10).

Cuando la Iglesia primitiva cayó en manos de hombres malvados, el muro del ministerio fue desglosado y el pueblo de Dios fue llevado cautivo al misterio de Babilonia, un milenio de oscuridad espiritual. Esta condición persistió hasta el regreso de los hijos a la fe de sus padres apostólicos (Mal. 4:5-6).

Dios tiene un verdadero muro en esta hora que la Iglesia ha regresado a su patria, donde tenemos el verdadero templo de la Palabra original, nuestro evangelio de Dios. Dios ha establecido una guardia para proteger lo sagrado y a sus santos. Cada hijo simiente - palabra de Dios debe mantenerse en forma privada o de lo contrario el diablo puede deslizarse y causar caos.  Tenemos que tener la revelación de Dios y cerrar el acceso a alguna infracción en nuestro diario vivir (Neh. 4:21-22).

Debemos permanecer en el muro de la ciudad de Dios para estar protegidos. Los demonios no pueden penetrar la pared de la verdadera comunión, porque el Señor ha asignado guardias vigilando constantemente a las almas que moran en El. ¿Cómo pueden los creyentes estar protegidos si se mantienen alejados de la reunión y compañerismo, dentro del muro de Dios?

En esta Edad final,  Dios tiene  la pared amurallada de Su santa ciudad (la Novia) levantada. A menos que tengamos la revelación de la importancia de este muro y lo que Dios está haciendo en esta hora, nunca nos afirmaremos y nos estableceremos realmente para entender la palabra de Dios.

La Palabra que salió de Dios en el Principio era Dios y se hizo carne hace dos mil años. El Dios invisible se convirtió en el Dios visible. Cada iglesia, confesión o grupo afirma tener a Cristo la Palabra, pero por sus mezclas de la palabra bíblica con ideas carnales y tradiciones religiosas (tinieblas) no pueden adorar en espíritu y en verdad (Juan 4:23). 

Dios nos ha traído de nuevo a la Palabra por el mensaje y el muro se ha construido. El muro es la obra que el Espíritu Santo está haciendo a través del ministerio quíntuple en Sus apóstoles, profetas, evangelistas, pastores y maestros. Es para proteger las cosas sagradas: la palabra y a los verdaderos adoradores de las obras malignas. La Iglesia primitiva fue seducida y hechizada, como Eva, antes que Cristo la trajera a perfección. La Iglesia fue purgada hasta que en la Reforma, la luz comenzó a allanar el camino para el funcionamiento de los dones y el sonido del mensaje, para activar el corazón de los hijos hacia los padres apostólicos primitivos.

Entonces, es tiempo de aprender de nuestros padres apostólicos qué es la FE.  Estos sólo pueden ser asignados desde lo alto. Hoy abundan doctrinas extrañas por falta de revelación de lo que es el muro y hay malas interpretaciones de la posición de los diferentes ministerios.  'El trabajo de los necios los fatiga; porque no saben por dónde ir a la ciudad' (Ec. 10:15).  Ver Nehemías 8:5-12; Isaías 28:10; 2 Ti. 2:15. 

TODOS LOS VIGILANTES PUESTOS EN EL MURO DE DIOS SON LOS MINISTROS COLOCADOS EN EL MINISTERIO QUINTUPLE.

Este ministerio es el muro de la nueva Jerusalén, la Iglesia genuina,  y el número cinco es el número de la Gracia de Dios. Ellos no se encuentran dentro del Cristianismo organizado y de sus movimientos. No pertenecen a las hijas denominacionales de Babilonia. No participan de sus llamados 'avivamientos'. ¿Por qué? Porque allí hay  confusión espiritual, apostasía doctrinal y esclavitud religiosa que ha dejado afuera a Cristo. El es el fundamento, el templo y el muro - ministerio quíntuple - de la ciudad santa, nueva Jerusalén de Dios.  (Ver Ap. 21:2,10,14,22).


Escucha a tu Dios Cristianismo organizado. Tú, cristiano que sigues a teólogos, credos, dogmas y tradiciones.  El Señor Jesucristo es Quien habla para juzgar a todos los que piensan que son Su pueblo:

'He aquí el Amén, el testigo fiel y verdadero, el principio de la creación de Dios, dice esto:

Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente! Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca. Porque tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo. 

Por tanto yo te aconsejo que de mí compres oro refinado en fuego, para que seas rico, y vestiduras blancas para vestirte, y que no se descubra la vergüenza de tu desnudez; y unge tus ojos con colirio para que veas. Yo reprendo y castigo a todos los que amo; sé, pues, celoso, y arrepiéntete. 

He aquí yo estoy a la puerta y llamo; si ALGUNO oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo. Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono. El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias'  (Apocalipsis 3:14-22).