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LOS HIJOS DE DIOS - Doctrina de la Elección y de la Predestinación

 

'Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados. 

Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos.

Y a los que predestinó, a estos también llamó; y a los que llamó, a estos también justificó; y a los que justificó, a estos también glorificó' (Ro. 8:28-30). 


'Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo, 

según nos escogió en El antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de El, 

en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad' (Ef. 1:3-5).

De hijos naturales a Hijos espirituales

El verdadero creyente en  Jesucristo ha sido elegido y predestinado por el Padre Eterno, para nacer de nuevo y ser hecho un Hijo de Dios. 'Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en Su nombre, les dio potestad de ser hechos Hijos de Dios' (Jn. 1:12).  En primer lugar, ya has nacido siendo un hijo o hija de Dios, en forma natural. Pero tienes que nacer de nuevo, por segunda vez, en forma espiritual. Es necesario nacer otra vez para ser salvos del pecado, con el que todos hemos venido al mundo (Ro. 6:7).  Dios manda que todos los seres humanos nazcan de nuevo y sean salvos. Pero son los hijos naturales de Dios, elegidos y predestinados en Cristo, antes de la creación de todas las cosas, quienes lo aceptan por fe y obedecen voluntariamente. El mandamiento del Señor dice así, en Juan 3:7: 'No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo' .  Y un día, uno se pregunta para qué he venido a este mundo de dolor y amargura. Entonces el Espíritu de Dios te revela que es para nacer otra vez, porque hemos nacido con un estado natural caído. Y el milagro espiritual más grande debajo del sol, que es nacer de nuevo, lo experimentan los hijos  de Dios.

Reconoces la necesidad de un cambio radical en tu persona, y que solamente Jesucristo lo puede hacer.  Son tres pasos de fe. Creer en El. Arrepentirnos del pecado y convertirnos a Su Nombre, obedeciendo el evangelio, para que pueda morar en ti el Hijo de Dios y te haga un hombre nuevo. Entonces es cuando te salvas del dominio de la ley del pecado, el ego carnal que enfermó tu mente y te separa de Jesucristo (Ver Is. 1:5; Ro. 3:23). El nuevo nacimiento es ser re-hechos como Hijos de Dios, iguales a Jesucristo, nuestro Hermano Mayor. 

La oveja es figura del elegido. Ella no se hace oveja a sí misma. Ya nace así, con alma de oveja. La naturaleza de su especie es ser oveja, por la voluntad del Creador. Ha sido pensada y diseñada por El, no por ella misma, a ser una oveja y no una cabra. La cabra también ha sido predestinada para ser lo que es. Y sabemos las grandes diferencias entre ellas. La oveja es mansa y dócil. La cabra es engreída y rebelde. Y esto se puede ver en otras especies animales y también en los vegetales de la creación terrestre, como el trigo y la cizaña. En forma alegórica, la oveja y el trigo representan a los hijos de Dios y la cabra y la cizaña representan a los hijos del diablo. Unos vienen al mundo y se convierten en Hijos de Dios. Otros hacen lo contrario, se convierten en hijos del diablo. Ellos lo deciden así voluntariamente.

Pero a Dios no le sorprende eso. El ha elegido Su Propia familia con Su carácter. La ha predestinado y creado arriba, en Cristo, antes de venir al mundo. 'Y les dijo: Vosotros sois de abajo, yo soy de arriba; vosotros sois de este mundo, yo no soy de este mundo' (Jn. 8:23). Hubo gente que Dios no creó en Cristo como Su familia y apareció en el principio. Una persona fue agregada por el diablo, para él tener su propia familia. Eso fue cuando, a través del serpiente 'homo sapiens', sedujo a Eva y se valió de la reproducción humana de ella para engendrar al híbrido Caín. El fue esa persona que NO perteneció a la familia de Dios, sino a la familia del diablo. Luego, sus descendientes, los hijos de los hombres (Gn. 6:2), se mezclaron con los hijos de Dios, por el inter matrimonio entre ellos. Ese linaje mezclado se multiplicó y fue rebelde al Señor, haciendo el mal continuamente.  Hasta que pereció en las aguas del diluvio. Miles de ellos eran gigantes físicamente y otros muy intelectuales y sagaces. Puedes estudiarlo en los mensajes EL PECADO ORIGINAL y LA MARCA DE LOS MALIGNOS que he publicado en esta página.

Es totalmente falsa la doctrina que circula hoy, que los hijos de Dios fueron ángeles del Señor que procrearon los gigantes Nefilim, con las hijas de los hombres. Los hijos de Dios que se juntaron en uno con las hijas de los hombres, en desobediencia al Señor, fueron los descendientes HUMANOS de Set, hijo de Adán, hijo de Dios. Después del gran diluvio, los descendientes de Noé procrearon la humanidad actual. Pero ya la sangre humana quedó contaminada hasta hoy, con la naturaleza serpentina del llamado 'homo sapiens' por los antropólogos. Adán fue hijo de Dios, él no fue un homo sapiens. Noé fue un setita puro que se casó con una cainita o una híbrida de setita y cainita. La naturaleza bestial se ve en ella y su hijo Cam, en el incesto que cometieron, del cual nació Canaán, a quien luego Noé maldijo (Gn. 9:22-25). Así es que la sangre de la humanidad actual es noénica. No hay setitas ni cainitas puros. Pero la hibridación pasó a la sangre de todos los humanos. Por eso vino Jesucristo a lavarnos y limpiarnos con Su sangre del espíritu híbrido humano-serpentino, a los hijos de Dios que renacen del evangelio y del Espíritu Santo.   

Esta revelación no la aceptan todos los que se llaman cristianos. La aman los elegidos y se sumergen por la fe en la sangre de Jesucristo, porque creen de todo corazón que Su sacrificio es poderoso para rescatar el alma, el espíritu y el cuerpo de la desgracia que entró en la humanidad, por medio del pecado. ¿Puedes ver de qué tenemos que limpiarnos, liberarnos y salvarnos? La elección y la predestinación divina se debe al previo conocimiento que Dios tiene de cada persona. Siendo el Ser Supremo Omnisciente, los preconoció a todos antes de crearlos. El ya sabía cómo respondería al evangelio de salvación cada ser humano. Si se arrepentirían y se convertirían a Su palabra, haciendo uso correcto de su libre albedrío, obedeciendo a Dios por fe y con amor. 

EL TRIGO DE DIOS

A los que preconoció como almas fieles a Cristo, los eligió y apartó para El en Su mente. También escuchó a los que le dirían 'Señor, Señor, yo te amo...,' pero no harían lo que dice Su Espíritu, a pesar de ser ayudados por El para obedecer Su voluntad. ¿ ...Menosprecias las riquezas de su benignidad, paciencia y longanimidad, ignorando que Su benignidad te guía al arrepentimiento?' (Ro. 2:4). Harían lo que dice su propio yo. Ese es el problema, su propio yo (el ego carnal, el pecado). Pueden conocer de memoria las Escrituras, predicar por todo el mundo, tener grandes iglesias y el Espíritu Santo sobre ellos, a causa de las Sagradas Escrituras que comunican. La letra de la Biblia es de inspiración divina y se puede tener mucho conocimiento de ella en el cerebro, pero los rebeldes tropiezan en su alma y espíritu con la REVELACION de la palabra escrita, porque Cristo no reina en su interior. Ellos le dan siempre otro sentido a las Escrituras. Por eso hay tantas iglesias con diferentes fés. Eso comprueba que no tienen la mente de Cristo. 'Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de El' (Ro. 8:9b). 

Dios conoce a los que ya no son de sí mismos, ni quieren juntarse con los rebeldes. Tienen el sello de la adopción del Espíritu de Cristo, que los hace ser Hijos de Dios así como es El (Leer Gál. 4:6-7 ; 2 Tim. 2:19 y 1 Jn. 4:17). Los elegidos también tienen las arras (el anticipo) del cuerpo glorificado del Señor Jesús. Por eso es que son el verdadero Cuerpo espiritual de Cristo. Por Su previo conocimiento de cómo responderían con fe y amor a Su palabra, Dios los eligió y los predestinó con Su simiente en sus almas. Tienen representación divina y pueden ser vivificados para germinar y dar fruto (Ro. 8:32). Son el trigo de Dios. 

Pero la planta de trigo NO es la simiente. La planta no es la gente, pero esta se encuentra allí velada y cautiva. La planta es la institución, la religión organizada según el mundo. Ella es la portadora donde se congrega el grano de trigo, por un poco de tiempo. No confundir la institución con la iglesia. La iglesia son las personas que se congregan. La institución es el sistema denominacional. Es en la iglesia donde se mezclan el trigo, la cizaña y el espíritu babilónico del sistema jerárquico nicolaíta.

Por eso, el grano de trigo, siendo que es simiente de Dios, un día se tiene que separar de la planta religiosa. La organización evangélica no es una colectividad humana limpia y pura, porque es un sistema que ha mezclado la palabra bíblica con la teología del hombre.  Se gobierna con el espíritu nicolaíta y su mentalidad denominacional, el balaamismo. Cuando te llega el mensaje reprensivo de Dios que juzga todo eso, se produce la cosecha del grano de trigo (Su llamado a tu alma) y eres puesto en la era de trigo del verdadero evangelio. Es para ser trillado en la verdad (a tu carne le va a doler). El grano de trigo cae en tierra (tú te humillas) y mueres al pecado, tu ego carnal. Se cae en ti el velo cultural del sistema y te identificas con la revelación del evangelio, que es el piso de la era. Te conviertes a la verdad y entonces te liberas y te sanas del pecado, para poder llevar fruto (Jn. 12:23-24). La congregación cristiana evangélica se ha contaminado y degradado a través de los siglos, por causa de su unión con el romanismo pagano. La iglesia original provino del trigo Jesucristo. El fue sembrado sobre el campo del mundo cuando murió en la cruz y la fundó el día de Pentecostés, en Jerusalén.  Pero después, la gente-iglesia cayó en el pecado, como Eva en el Edén.

El grano de trigo ama a la iglesia, porque se trata de personas cristianas. Pero se tiene que separar de la planta - organización religiosa, para no pertenecer al mundo. La organización se titula como Cristiana, pero se ha comprometido con el mal y está bajo las plagas del pecado (Ap. 18:4-5). Ese sucio pecado son los credos, los dogmas y las tradiciones del romanismo pagano, que ha adulterado contra Cristo y ha fornicado con el diablo. Entonces la institución organizada tiene que ser juzgada por el Señor, porque ha pervertido Su palabra. En este tiempo del fin y por Gracia, Dios le ha enviado un mensaje profético de arrepentimiento, desde mediados del siglo 20, a través de Su profeta mensajero William Marrion Branham. Pero el sistema y sus defensores religiosos lo han rechazado.  La hoz profética (Mr. 4:29) está cortando (juzgando) la planta y cosechando la mies, cada vez que el grano ya está maduro. Trillando la planta en la era de trigo del evangelio, se libera el grano y se separa del sistema pecador.

Allí, el grano es presionado intensamente por la palabra profética (El clamor de Mt. 25:6 - Ap. 10:7) y el viento recio del Espíritu de Dios se lleva la paja triturada de tu mente y corazón (la ideología trinitaria y las falsas doctrinas) a las tinieblas de afuera, y bautiza tu alma - grano de trigo, la simiente de hijo de Dios. Cuando se ha desprendido de la planta trillada, ya no depende de sus pastores, los hombres de la planta - sistema. Los elegidos disciernen la hipocresía, el orgullo y la falsa doctrina de la levadura religiosa. Descubren que la verdadera Fe es la revelación divina, y que está confrontada con la fe terrenal humana. Es porque se ha convertido en uno con el piso de la era, figura de la revelación del evangelio. De inmediato es trasladado por ángeles del Señor a Su granero (Mt. 13:30). El elegido discierne dónde se está manifestando en la tierra el ministerio de Cristo (Ef. 4:11), que nos revela el Reino de Dios. Ahora te tienes que purificar y perfeccionar en la palabra, para entrar en la molienda de la transformación espiritual, hasta ser hecho un Pan de Vida, a la imagen del Hijo de Dios (Ef. 4:13).

Fue a finales del primer siglo, que la iglesia original se fue degradando con el nicolaísmo, el balaamismo y el dogmatismo impuesto por el romanismo papal. Pero tantas cosas negativas y desagradables del espíritu anticristo, han servido para empujar al elegido a santificarse de ello. Cuando llega el tiempo de la cosecha (en este día final de Gracia a los gentiles), siente un vacío interior. Se da cuenta que ya no tiene nada que hacer en la planta eclesiástica, aunque siente misericordia por la gente iglesia que se queda allí. (Recuerda la diferencia: el sistema no es la gente, pero la gente es tibia, le da igual y está conforme con eso). Pero si te das cuenta de todo, significa que tienes la genética y el ADN de la predestinación de hijo de Dios. La predestinación es el don de la Gracia (favor de Dios) en el alma y en el espíritu, que faculta al elegido a ser un creyente conforme al corazón de Dios (Ef. 2:8-9). Su insatisfacción llega a El y le envía Sus ángeles cosechadores a separarlo y ponerlo en el proceso de santificación en la era y de perfección en el granero del Cuerpo de Cristo (Mt. 13:30).

LIBRE ALBEDRIO

Dios no improvisa, ni hace acepción de personas. Son las personas, que por su propia cuenta, con su libre albedrío, deciden aceptarle o rechazarle, salvarse o perderse. Todo por su propia voluntad. Ellos son los responsables de su propio destino. Por eso el Señor eligió y predestinó como Su familia a los individuos que creen y se convierten en uno con el sacrificio mediador, expiatorio y redentor de Su Hijo Amado. Los creyentes que se entregan a la revelación del evangelio de Hechos 2:38, son Su familia de hijos glorificados.

Son personas que quieren de todo corazón ser uno con Jesucristo, en Su muerte, resurrección y ascensión. En lugar de estar dudando y claudicando y dando vueltas alrededor de sus propias ideas, se arrepienten de su ego carnal, lo aborrecen y se crucifican en la muerte de Jesús. No quieren ser duros de mente y de corazón. Reconocen que no conocen a Dios como deberían conocerlo y les da vergüenza delante de El andar alardeando de sus propias obras, las cuales no fueron hechas en Cristo, sino con el esfuerzo humano emocional (Mt. 7:22-23). Los fracasos y frustraciones le sirven a los elegidos, para humillarse al Señor y dejar de presumir que son tan importantes ante sus  propios ojos.

REVELACION

Es diferente el creer de los elegidos al creer de los que no lo son. Ellos poseen la revelación de la palabra bíblica, por medio del Espíritu Santo. Esa revelación es la Fe que tuvo Jesucristo. El siempre creyó y obedeció toda palabra que el Padre le reveló. La revelación de la palabra es la verdadera Fe. Una Fe que es de arriba, no es de este mundo. Otros tienen fe humana en la teología, que está contaminada con espíritus de error. Hay dos familias cristianas diferentes. Una es de arriba, la otra es de abajo. La familia de arriba es espiritual, libre del estilo de vida y formas de servir a Dios según la iglesia tradicional evangélica. Lo examina todo con la mente de Cristo, retiene lo bueno y desecha lo malo.

Pero la iglesia tradicional es la esclava Agar, la Jerusalén de abajo (del mundo) que da hijos (sus seguidores) que se esclavizan (se estructuran) con sus moldes religiosos (Leer Gál. 4:25). Y nunca pueden ver surgir a Cristo en su alma y espíritu. Aunque lo invocan, El está afuera porque hay mucho impedimento para entrar en sus corazones. No está formado dentro de sus almas (ver Gál. 4:19), a causa del esfuerzo humano emocional.  (Leer Ap. 3:20 y ver que Cristo está afuera de la iglesia evangélica laodiceana). Hoy en día, se dice mucho 'Jesús, Jesús...' por todos lados, pero el Cristo de Dios que se encarnó en Jesús de Nazareth solo está encarnado en los pocos elegidos, que están afuera del sistema. 

Precisamente, esos hermanos se han separado porque Cristo no está allí y quieren reunirse con El. Entonces se van donde está Su voz hablando revelación cierta de la palabra de Dios, porque Cristo es la Palabra Viviente. '...Donde estuviere el cuerpo muerto, allí se juntarán las águilas' (Mt. 24:27). El cuerpo muerto es el alimento nuevo de la revelación profética que consumen los elegidos - águilas. No comen alimento descompuesto, la carroña que comen los buitres. La carroña es el mensaje de la carne que ha torcido muchas Escrituras de la Biblia. Pero las águilas lo repudian. 'Te vomitaré de mi boca si no te arrepientes', le dice el Aguila Jesucristo a los cristianos laodiceanos (Ap. 3:16). Así dice el Señor:

¡Fuera espíritus carroñeros, con vuestras herejías...! 

No estoy hablando de las personas cristianas honestas  con el Señor, que se congregan  buscando la verdad. Hablo de los que se comportan como cabras, cizaña o buitres, que comen las herejías del sistema institucional babilónico. Es una dimensión espiritual oscura que no se puede reformar, de la que todo elegido se tiene que separar. Pero, los que no son elegidos luchan para defender el odre viejo y exaltarlo con el humo de eventos de falsa gloria emocional. Viven engañados por su ego carnal, que en muchos es legalista, en otros es mundanal, y los que son apóstatas se van con el movimiento carismático ecuménico. Los espíritus de error se han introducido en la iglesia evangélica por falta de revelación de las Sagradas Escrituras (Os. 4:6).

'Mas la Jerusalén de arriba, la cual es madre de todos nosotros, es libre..., De manera, hermanos, que no somos hijos de la esclava, sino de la libre' (Gálatas 4:21 y 31).  

Los 'todos nosotros, los que estamos libres...' del versículo son los elegidos. Ellos son los hijos de la Jerusalén celestial, que nos revela la palabra de Dios. Nuestra madre no es una ciudad física de oro material, según la tradición teológica. Nuestra madre es espiritual. Es la sabiduría de Dios que recibimos bajo la cobertura de Su Gracia y de Su verdad (Jn. 1:17), así como Rebeca escuchaba y aprendía de Isaac, en la tienda de su madre Sara.

ALERTA  ELEGIDOS

'...Falsos hermanos introducidos a escondidas,' (Gál. 2:4)

'Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo' (1 Juan 4:1)

Jesús dijo, que personas inspiradas por el maligno tratarán de engañar aun a los elegidos (Leer Mt. 24:23-26). La palabra aun nos indica que el diablo intenta atrapar con sutileza a los elegidos de Dios. Si no puede hacerlo dentro de las iglesias, o atraerlos con falsos hermanos, trata de hacerlo con gente de afuera.  Viendo el enemigo, que los Hijos de Dios se van a su casa, que escudriñan la Biblia juntos con dos, tres o más hermanos que confían  en la obra redentora de Cristo para su salvación, que aprenden a descansar de sus propias obras de iglesia y quieren hacer la voluntad del Señor, aun así, el enemigo intenta engañarlos con mensajes fascinadores, que están apareciendo en Internet. 

El engaño sutil de satanás es elogiar y halagar al elegido, por haberse retirado de la iglesia tradicional a su casa, para ser libre del yugo del hombre y de la oscuridad religiosa. Ese halago esconde el veneno de la auto emulación. Trata de inflamar tu ego carnal sin que te des cuenta, y hacerte girar alrededor de ti, como si fueras un valiente visionario que por su propia cuenta y no por Gracia, se hizo libre. El diablo está tratando de que te hagas un monumento, como el que se hizo el rey Saúl a sí mismo (1 Sam. 15:12). El quiere que te suscribas a mensajeros espiritualistas y que recibas el espíritu seductor de sus mensajes. Ellos no enaltecen a Cristo, porque no tienen Su mente. Enaltecen al Universo y a espíritus que se llaman misticismo y energía cósmica, diciéndote que has hecho un gran descubrimiento de ti mismo, en tu interior. Pero, eso es una glorificación del espíritu humano, que deja afuera la mente de Cristo y Su gloria. Así es como le habló satanás a la mujer de Adán, enseñándole a endiosarse, en el principio. Fíjate bien en Génesis 3:5.

El verdadero elegido sabe que todo eso es la fascinación de los engañadores. Ellos le dan culto y alabanza a las cosas creadas por tu liberación y buscan amablemente que tú estés de acuerdo con ese enfoque. No te van a amonestar, ni corregir, ni sacudir con la verdad de la palabra de Dios. Al contrario, te van a hacer sentir algo agradable y atractivo, como hicieron los judaizantes místicos con los hermanos de Galacia (Gál. 3:1). Debemos orar y no descuidar nunca la lectura de la Biblia. En eso consiste estar alertas, porque el engaño de los espíritus fascinadores irá creciendo. Tratarán de despertar poderes que no son de Dios en el ser humano, haciéndole creer que estás súper dotado de lo alto, pero en realidad son espíritus demoníacos.

Elegido: Sé racional, sobrio y prudente. No tengas temor del hombre  'porque no hay agüero (hechizo ni fascinación) contra Jacob, ni adivinación (maldición) contra Israel (Números 23:23). Te recuerdo el Salmo 121.

Los fascinadores, los místicos y los herejes son espíritus de demonios. Pero son detectables por los elegidos maduros que conocen a Cristo y Su palabra. Discernimos un tipo de mensaje extraño, fuera de la Biblia, que está tratando de imitar la revelación verdadera. Pero no pueden ir muy lejos. Los verdaderos elegidos no siguen a extraños. Son las ovejas que oyen la Voz del Buen Pastor Jesucristo, con su espíritu, no con la carne. El que ama Su palabra le sigue por medio de ella, y los elegidos somos Su Palabra, obra de Su mano y ovejas de Su prado. Nos reconocemos y nos cuidamos unos a otros, porque los hijos de Dios aman a Sus hermanos. Estamos vigilando a favor del rebaño del Señor. Así es. Hay aquellas personas que se creen también elegidos y se presentan como ángeles de luz en este tiempo del fin. Se quieren poner a tu lado y presumen que somos todos iguales. Pero en sus corazones esconden la crítica y la descalificación, si no encajas con su propia línea de obras y creencias. Son autoritarios y dominantes, pero lo disimulan muy bien. Si pueden sacarle provecho y bendición al don que Dios te ha dado, no esperes que sean agradecidos y  honren al Señor. Solo buscan los panes y los peces, 'lo suyo propio, no lo que es de Cristo Jesús'  (Fil. 2:21).

Aquellos discípulos que se fueron ofendidos con Jesús, no eran de los elegidos (Jn. 6:66). Pero, se creían iguales a El. La cabra se cree oveja porque puede balar también en forma parecida. Eran unos engreídos y falsos compañeros andando junto al Señor, mezclados con los verdaderos elegidos. No aceptan comer tu carne y beber tu sangre, lo cual es participar de la revelación de Su palabra que el Hijo de Dios te inspira hablar. Los crucificados de Dios en el sacrificio de Jesucristo son muy pocos, pero tienen la siguiente conclusión con un mensaje especial, para la salvación de las almas creyentes : 

CONCLUSION

Que los elegidos verdaderos somos uno con Cristo la Palabra en el alma.  Uno con Su Espíritu en el espíritu, y uno con Su cuerpo glorificado en el cuerpo (Ver 1 Cor. 6:17). Estamos muertos al pecado y el pecado está muerto a nosotros. Podemos discernir a toda persona si está o no en la verdad. Si dudas de los elegidos o no los recibes, es porque no estás allí en la cruz con Jesús donde están ellos consagrados. Si no participas de la humildad del Señor allí (Jn. 6:53), no podrás comprender a los crucificados, porque en ellos no hay orgullo. Hay quienes no saben con certeza cómo están delante de Dios, pero pretenden no reconocer al verdadero hermano Hijo de Dios. Pero hablemos bien claro. Ese hermano también vigila a las personas que proceden así y se guarda de los espíritus de crítica, discrepancia, contienda y traición que hay en sus corazones. Los tales no son seguidores del Espíritu de verdad (Jn. 14:17), sino que son seguidores del espíritu de error.

'Nosotros somos de Dios; el que conoce a Dios, nos oye; el que no es de Dios, no nos oye. En esto conocemos el espíritu de verdad y el espíritu de error' (1 Juan 4:6).

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Diciembre 2024