Texto bíblico: Números 12:1-16
"María y Aarón hablaron contra Moisés a causa de la mujer cusita que había tomado; porque él había tomado mujer cusita.
Y dijeron: ¿Solamente por Moisés ha hablado Jehová? ¿No ha hablado también por nosotros? Y lo oyó Jehová.
Y aquel varón Moisés era muy manso, más que todos los hombres que había sobre la tierra.
Luego dijo Jehová a Moisés, y a Aarón y a María: Salid vosotros tres al tabernáculo de reunión. Y salieron ellos tres.
Entonces Jehová descendió en la columna de nube, y se puso a la puerta del tabernáculo, y llamó a Moisés y a María; y salieron ambos.
Y él les dijo: Oíd ahora mis palabras. Cuando haya entre vosotros profeta de Jehová, le apareceré en visión, en sueños hablaré con él.
No así a mi siervo Moisés, que es fiel en toda mi casa.
Cara a cara hablaré con él, y claramente, y no por figuras; y verá la apariencia de Jehová. ¿Por qué, pues, no tuvisteis temor de hablar contra mi siervo Moisés?
Entonces la ira de Jehová se encendió contra ellos; y se fue.
Y la nube se apartó del tabernáculo, y he aquí que María estaba leprosa como la nieve; y miró Aarón a María, y he aquí que estaba leprosa.
Y dijo Aarón a Moisés: ¡Ah! señor mío, no pongas ahora sobre nosotros este pecado; porque locamente hemos actuado, y hemos pecado.
No quede ella ahora como el que nace muerto, que al salir del vientre de su madre, tiene ya medio consumida su carne.
Entonces Moisés clamó a Jehová, diciendo: Te ruego, oh Dios, que la sanes ahora.
Respondió Jehová a Moisés: Pues si su padre hubiera escupido en su rostro, ¿no se avergonzaría por siete días? Sea echada fuera del campamento por siete días, y después volverá a la congregación.
Así María fue echada del campamento siete días; y el pueblo no pasó adelante hasta que se reunió María con ellos.
Después el pueblo partió de Hazerot, y acamparon en el desierto de Parán".
MOISES
Esta palabra nos muestra que todas las descalificaciones y ataques contra Moisés no prosperaron. El Justo Juez estaba a la puerta del tabernáculo para respaldar Su Propia autoridad, delegada en Su profeta. También Cristo Jesús le ha delegado Su autoridad a los hijos de Dios (Heb. 3:1; 5:10 y Ef. 4:7-11), desde el día de Pentecostés hasta hoy. Esto significa Moisés en el Cuerpo de Cristo : es el ministerio de ascensión del Hijo de Dios y Su autoridad en el ministerio quíntuple de Su Iglesia verdadera. La restauración hacia la fe apostólica original en la Iglesia actual, ya ha sido consumada por el mensaje anunciado por el mensajero de Ap. 10:7, el profeta William Branham. Nótese que no estoy hablando de la figura humana del profeta de Dios, sino del mensaje de lo alto, el cual procede del Angel Poderoso de Apocalipsis 10. Este mensaje es la Voz de mando del Gran Angel, Quien no es otro que el Señor Jesucristo.
El Rey de reyes y Señor de señores ungió con Su ministerio profético Voz de mando al hermano William Branham, a mediados del siglo 20, hasta su partida al Hogar en 1965. Después, desde 1966, el Hijo de Dios ha ungido con Su Voz de Arcángel al ministerio quíntuple de Su Iglesia verdadera, para administrar correctamente Su Voz de mando. Esta administración es de naturaleza divina, para perfeccionar el entendimiento de toda la palabra de Dios en Sus santos, para la obra del ministerio y la edificación del Cuerpo de Cristo, a fin de que lleguemos a ser el varón perfecto de Efesios 4:13. Esto es lo que nos permite estar preparados para recibir la Trompeta de Dios, que sonará y nos revelará la fe del arrebatamiento y traslado con Cristo, a la Gran Cena Final del Matrimonio del Cordero en la Casa del Padre (1 Tes. 4:16-17; Ap. 19:7-9).
La Voz de Arcángel es la predicación y enseñanza de la verdad presente para esta hora, por el ministerio quíntuple de Cristo en Su Iglesia. El ha venido y está en medio de nosotros de manera ESPIRITUAL. Leer Mateo 25: 6,10 ; 1 Tes. 4:16 y Ap. 10: 1,2,11. Te ruego orar con humildad al Padre para que recibas la revelación de la palabra presente y llegarás a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios. Necesitamos Su Fe y Su Conocimiento, no de nosotros, sino lo que es de Cristo. Es de esta unidad fraternal que el Señor hizo énfasis, cuando dijo en Números 12:8:
MOISES
Esta palabra nos muestra que todas las descalificaciones y ataques contra Moisés no prosperaron. El Justo Juez estaba a la puerta del tabernáculo para respaldar Su Propia autoridad, delegada en Su profeta. También Cristo Jesús le ha delegado Su autoridad a los hijos de Dios (Heb. 3:1; 5:10 y Ef. 4:7-11), desde el día de Pentecostés hasta hoy. Esto significa Moisés en el Cuerpo de Cristo : es el ministerio de ascensión del Hijo de Dios y Su autoridad en el ministerio quíntuple de Su Iglesia verdadera. La restauración hacia la fe apostólica original en la Iglesia actual, ya ha sido consumada por el mensaje anunciado por el mensajero de Ap. 10:7, el profeta William Branham. Nótese que no estoy hablando de la figura humana del profeta de Dios, sino del mensaje de lo alto, el cual procede del Angel Poderoso de Apocalipsis 10. Este mensaje es la Voz de mando del Gran Angel, Quien no es otro que el Señor Jesucristo.
El Rey de reyes y Señor de señores ungió con Su ministerio profético Voz de mando al hermano William Branham, a mediados del siglo 20, hasta su partida al Hogar en 1965. Después, desde 1966, el Hijo de Dios ha ungido con Su Voz de Arcángel al ministerio quíntuple de Su Iglesia verdadera, para administrar correctamente Su Voz de mando. Esta administración es de naturaleza divina, para perfeccionar el entendimiento de toda la palabra de Dios en Sus santos, para la obra del ministerio y la edificación del Cuerpo de Cristo, a fin de que lleguemos a ser el varón perfecto de Efesios 4:13. Esto es lo que nos permite estar preparados para recibir la Trompeta de Dios, que sonará y nos revelará la fe del arrebatamiento y traslado con Cristo, a la Gran Cena Final del Matrimonio del Cordero en la Casa del Padre (1 Tes. 4:16-17; Ap. 19:7-9).
La Voz de Arcángel es la predicación y enseñanza de la verdad presente para esta hora, por el ministerio quíntuple de Cristo en Su Iglesia. El ha venido y está en medio de nosotros de manera ESPIRITUAL. Leer Mateo 25: 6,10 ; 1 Tes. 4:16 y Ap. 10: 1,2,11. Te ruego orar con humildad al Padre para que recibas la revelación de la palabra presente y llegarás a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios. Necesitamos Su Fe y Su Conocimiento, no de nosotros, sino lo que es de Cristo. Es de esta unidad fraternal que el Señor hizo énfasis, cuando dijo en Números 12:8:
"Cara a cara hablaré con él, y claramente, y no por figuras; y verá la apariencia de Jehová. ¿Por qué, pues, no tuvisteis temor de hablar contra mi siervo Moisés?".
"Hablaré con él" es la revelación de Su palabra y "verá la apariencia de Jehová" es que conocerá a Cristo, la Persona de Su palabra. Moisés recibió del Padre la fe y el conocimiento de Cristo. Fe es revelación y el conocimiento de Cristo es Su mente, para conocer lo profundo de Dios. Por tanto, la autoridad espiritual de los ministros del ministerio quíntuple verdadero es la revelación profética y la mente de Cristo, para la unidad del Cuerpo en Su fe y en Su conocimiento. Dios no ha restaurado el ministerio apostólico como muchos hablan, porque este ministerio nunca se fue. Quien se alejó de él fue Su Iglesia a través de la apostasía y la oscuridad babilónica en que cayó. Ahora es ella quien tiene que reconocerlo y restaurarse, volver al Principio y sujetarse al ministerio de Cristo, para su perfección y transformación.
"Hablaré con él" es la revelación de Su palabra y "verá la apariencia de Jehová" es que conocerá a Cristo, la Persona de Su palabra. Moisés recibió del Padre la fe y el conocimiento de Cristo. Fe es revelación y el conocimiento de Cristo es Su mente, para conocer lo profundo de Dios. Por tanto, la autoridad espiritual de los ministros del ministerio quíntuple verdadero es la revelación profética y la mente de Cristo, para la unidad del Cuerpo en Su fe y en Su conocimiento. Dios no ha restaurado el ministerio apostólico como muchos hablan, porque este ministerio nunca se fue. Quien se alejó de él fue Su Iglesia a través de la apostasía y la oscuridad babilónica en que cayó. Ahora es ella quien tiene que reconocerlo y restaurarse, volver al Principio y sujetarse al ministerio de Cristo, para su perfección y transformación.
La autoridad de Dios en Su Iglesia antigua, testificada en Números 12:8, se mantiene firme hoy en la Iglesia del Nuevo Pacto. El ministerio de los dones de la ascensión de Cristo en el cielo es Su Apostolado y Sumo Sacerdocio, según el orden de Melquisedec. Su autoridad ha sido delegada en el ministerio quíntuple de Su Iglesia en la tierra. Si alguien contiende contra esto lo hace contra el Don de Cristo (Ef. 4:7) y la perfección de Sus santos, que comenzó en la Iglesia temprana y se tiene que consumar en esta última Edad de Laodicea (Ap. 10:7). El es el mismo ayer, y hoy y por los siglos y Su palabra permanece para siempre.
CUIDADO HIJOS DE DIOS
Fue ministerio y autoridad de Dios lo que se manifestaba en Moisés al pueblo de Israel. Contra Su ministerio pecaron Aarón y María, al oponerse a su hermano. Sus propios familiares lo descalificaron delante de la congregación de Israel. Ellos dijeron: "...nosotros también podemos tener la posición y la función que tiene Moisés, porque él no es mejor que nosotros". Tenían ansias de gobierno personal, y encontraron una ocasión para cuestionarlo, pero quedaron separados de la bendición de la autoridad de Dios. Entonces apareció la lepra y se estancó la marcha de la Iglesia. Pero gracias al Justo Juez, hubo un juicio a esa lepra fuera del campamento, para que después pudieran continuar juntos el viaje de acuerdo con la voluntad divina.
Actualmente hay muchos cristianos 'leprosos' como María, por creerse iguales a los ministros que Dios asignó por elección y predestinación en el Cuerpo de Cristo. Ladrones y salteadores religiosos han pecado contra el hermano Branham, equiparando neciamente sus propias obras con las que el Señor mostró en su ministerio del mensaje del Fin. Han usurpado muchas verdades del mensaje e imitado sus dones. Otros pretenden ocupar su lugar diciendo que son los sucesores del profeta de Dios. Y la gran mayoría de cristianos del mundo iglesias le ha rechazado y desobedecido. Pero el Justo Juez es el Señor Jesucristo. Su ministerio de ascensión es soberano. El reveló Su palabra y mostró Su autoridad a Su Iglesia antigua por medio de profetas, pero en Su Iglesia del Nuevo Pacto lo hace a través de los apóstoles, profetas, evangelistas, pastores y maestros del ministerio quíntuple, de Efesios 4: 11-12. Y esta palabra también está siendo hoy resistida y distorsionada por cristianos ignorantes de cómo funciona la autoridad de Cristo. Pero no temen ser fascinados por una multitud de predicadores y teólogos que imitan con un poder engañoso al verdadero ministerio apostólico original.
"Y El mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y a otros, maestros; a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo" (Ef. 4:11-12).
EL NICOLAISMO
"Y El mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y a otros, maestros; a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo" (Ef. 4:11-12).
EL NICOLAISMO
Murmurar y juzgar a un hermano es pecado. En la palabra de Números cap. 12 vemos la consecuencia del pecado de murmuración. El Espíritu Santo desenmascara un espíritu de falsa autoridad que desconoce la autoridad de Dios y se rebela contra El cuando apunta a los hombres de Dios. Aarón y María en esa oportunidad, y otros israelitas después, quisieron conducir a la congregación con su propio señorío, sin temor alguno de sustituir al mensajero que Dios levantó. ¿Quién está presente allí? El nicolaísmo del diablo (del griego, nikao: dominar y laos: laico), un espíritu autoritario, personalista, independiente y dominante, manifestado contra el ministerio apostólico de la Iglesia y la obra de Dios. Llegó a ser el Papado romano, un poder de falsa autoridad política y religiosa encarnado en un hombre y una organización idólatra, que entra en la gente que le sigue y la subyuga.
Cuando una persona líder, hombre o mujer, tiene ese espíritu toda la congregación está poseída de la lepra de María. Por tanto están separados del Cuerpo de Cristo, en las tinieblas de afuera. Ese liderazgo falso y esa congregación están bajo el juicio de Dios para que se arrepientan y se sometan a la autoridad del Señor. Cuando la lepra del nicolaísmo contaminó a la Iglesia temprana, los hermanos ya no tenían amor fraternal y unidad. Aunque todavía no se había levantado un sacerdocio jerárquico, porque aborrecían esa obra, ya el espíritu nicolaíta había entrado en algunos y contaminó a muchos, desde mediados del primer siglo. Ver Ap. 2:4,6. Primero fue un espíritu, luego una doctrina, después un clero sacerdotal y por último el Papado romano. ¡Organización humana! ¡Anticristo y antipalabra! Hay más de 30.000 denominaciones, confesiones y grupos religiosos enfermos como María con la lepra del nicolaísmo, fuera del Cuerpo de Cristo. El cristianismo tradicional desconoce el Reino y el orden de Dios. La profecía de Joel 1:4 dice:
"Lo que quedó de la oruga comió el saltón, y lo que quedó del saltón comió el revoltón; y la langosta comió lo que del revoltón había quedado".
Estimado lector: Te ruego leer el mensaje 'La Doctrina de los Nicolaítas', ya publicado en este Servicio de revelación profética.
Cuando una persona líder, hombre o mujer, tiene ese espíritu toda la congregación está poseída de la lepra de María. Por tanto están separados del Cuerpo de Cristo, en las tinieblas de afuera. Ese liderazgo falso y esa congregación están bajo el juicio de Dios para que se arrepientan y se sometan a la autoridad del Señor. Cuando la lepra del nicolaísmo contaminó a la Iglesia temprana, los hermanos ya no tenían amor fraternal y unidad. Aunque todavía no se había levantado un sacerdocio jerárquico, porque aborrecían esa obra, ya el espíritu nicolaíta había entrado en algunos y contaminó a muchos, desde mediados del primer siglo. Ver Ap. 2:4,6. Primero fue un espíritu, luego una doctrina, después un clero sacerdotal y por último el Papado romano. ¡Organización humana! ¡Anticristo y antipalabra! Hay más de 30.000 denominaciones, confesiones y grupos religiosos enfermos como María con la lepra del nicolaísmo, fuera del Cuerpo de Cristo. El cristianismo tradicional desconoce el Reino y el orden de Dios. La profecía de Joel 1:4 dice:
"Lo que quedó de la oruga comió el saltón, y lo que quedó del saltón comió el revoltón; y la langosta comió lo que del revoltón había quedado".
Estimado lector: Te ruego leer el mensaje 'La Doctrina de los Nicolaítas', ya publicado en este Servicio de revelación profética.
Moisés tipificó el ministerio apostólico de la Iglesia del Nuevo Pacto. Cristo es la Cabeza y gobierno de ella. Como hermanos, los hijos de Dios son iguales. Nadie es mayor que otro. Pero, con respecto a los miembros del Cuerpo asignados por predestinación y puestos por Dios para la conducción y cuidado de Sus hijos, ya se trata del gobierno del Señor. Moisés y Aarón tipificaron a Cristo como nuestro Apóstol y Supremo Sacerdote en los apóstoles, profetas, evangelistas, pastores y maestros del ministerio quíntuple, que predican y enseñan la palabra. Los ancianos, los diáconos y la congregación de los santos con sus dones espirituales, fueron tipificados por María. Ninguno debe exaltarse, ni tratar de competir con alguien.
Tú tienes tu lugar de parte del Señor en el verdadero Israel, que es el Cuerpo de Cristo. Es muy importante ese lugar y necesario. Sé siempre limpio, libre y aborrecedor del espíritu de nicolaísmo que ha causado la división, la apostasía y el estancamiento espiritual de los creyentes. Si has recibido la llenura del Espíritu Santo y Sus manifestaciones sirviendo al Señor, quiero decirte en el Nombre de Jesucristo que te pongas con todo ello al estrado de Sus pies y te sujetes a Su ministerio de ascensión, para ser santificado y perfeccionado para la obra de ese ministerio. Cuando ves que la revelación de la palabra y el Espíritu de Cristo se manifiesta a través de alguien que el Señor ungió y levantó, no ordenado por el hombre ni alguna institución religiosa, aprende a considerarlo porque es el Don de Cristo, Su ministerio de ascensión citado en Ef. 4:7. Este Don no es ninguno de los dones del Espíritu Santo, de acuerdo a 1 Cor. 12:4,7,11. Jesús, hablando del Espíritu Santo, dijo: "El me glorificará; porque tomará de lo mío, y os lo hará saber" (Juan 16:14).
Hoy, la lepra del nicolaísmo es la enfermedad de muchos cristianos. ¿Por qué? Por falta de conocimiento. La consecuencia es la cautividad de los niños espirituales en doctrinas de error, por falta de entendimiento espiritual. "Todo esto he visto, y he puesto mi corazón en todo lo que debajo del sol se hace; hay tiempo en que el hombre se enseñorea del hombre para mal suyo" (Ecl. 8:9). El conocimiento transmitido por mentes nicolaítas produce un velo que solo por Cristo es quitado. La mente de Cristo deshace el velo y la confusión. Eso es revelación, quitar el velo. Entonces hay conocimiento nuevo y el entendimiento espiritual es perfeccionado para discernir todas las cosas.
Cristo conoce lo profundo de Dios. El es el Espíritu de la palabra que se manifestó en Moisés, que se manifestó en Jesús y que se manifiesta desde Pentecostés en Sus apóstoles, profetas, evangelistas, pastores y maestros para conducir el Cuerpo de Cristo, porque este Cuerpo los reconoce. Los dones de ascensión de Cristo son mayores que los dones espirituales, simplemente porque El es el Dador del Espíritu Santo y esos dones. Las obras no están por encima o a la par del Don de Cristo, porque El es la Cabeza de la Iglesia. La cabeza que comanda nuestro cuerpo físico tiene conciencia, imaginación, memoria, afecto y razón. Así también la Cabeza del Cuerpo de Cristo, tiene apóstoles, profetas, evangelistas, pastores y maestros. Son los cinco sentidos de Su mente.
El Don de Cristo es Su Apostolado y Su Sumo Sacerdocio. Su Cuerpo espiritual son personas nacidas de nuevo, hijos de Dios que comprenden que el Espíritu Santo glorifica al Hijo y Su palabra revelada. Así debe ser. Es la voluntad perfecta de Dios. El Señor Jesús tiene el verdadero ministerio de la palabra y la edificación de Su Iglesia. El nos imparte Su Vida. Ese es Su ministerio, darnos Vida en abundancia. Ahora, siendo El nuestro Señor, la administración de nuestra vida eterna debe ser con la fe de Su corazón y el conocimiento de Su mente, en cada uno de los santos de Dios. Y sobre todos Cristo Jesús en el quíntuple ministerio de Efesios 4:11, porque son los dones de la ascensión del Hijo de Dios. Por esto dice Isaías 28:16, "el que creyere, no se precipite". Porque el creyente debe sentarse y aprender del ministerio de ascensión de Cristo qué es lo que ha creído.
En unos por inmadurez, en otros por malicia como vasos de deshonra y cizaña, hay apresuramiento impetuoso. Se guían por sus propios deseos y planes, para hacer sus obras aparte sin la mente de Cristo. "Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad" (Mateo 7:23). ¿Por qué? Porque no ha muerto el pecado en sus almas, que es el yo y el libre albedrío carnales, debido a que les es muy duro aborrecerse a sí mismos. Recordar a Caín, Cam, Esaú, Coré, Datán, Abiram, Balaam, Nadab, Abiú, Saúl, Judas, Himeneo, Fileto, Alejandro, etc. (Ver 2 Tim. 3:8; Tito 1:10,11,16). Esta lista de rebeldes representan a los falsos ministros del mundo iglesias.
"Hijitos, ya es el último tiempo; y según vosotros oísteis que el anticristo viene, así ahora han surgido muchos anticristos; por esto conocemos que es el último tiempo. Salieron de nosotros, pero no eran de nosotros; porque si hubiesen sido de nosotros, habrían permanecido con nosotros; pero salieron para que se manifestase que no todos son de nosotros" (1 Juan 2:18-19).
El Cuerpo de Cristo es el Reino de Dios por medio del Hijo en Su Iglesia. Es el Rey y el Señor de todos. Nos salvó con Su Justicia del señorío maldito del pecado y nos rescató para que seamos de El y tengamos Su Yo Soy en el corazón. ¡Aleluya, qué Adopción! ¡Bendito Su Nombre!
"Hijitos, ya es el último tiempo; y según vosotros oísteis que el anticristo viene, así ahora han surgido muchos anticristos; por esto conocemos que es el último tiempo. Salieron de nosotros, pero no eran de nosotros; porque si hubiesen sido de nosotros, habrían permanecido con nosotros; pero salieron para que se manifestase que no todos son de nosotros" (1 Juan 2:18-19).
El Cuerpo de Cristo es el Reino de Dios por medio del Hijo en Su Iglesia. Es el Rey y el Señor de todos. Nos salvó con Su Justicia del señorío maldito del pecado y nos rescató para que seamos de El y tengamos Su Yo Soy en el corazón. ¡Aleluya, qué Adopción! ¡Bendito Su Nombre!
JUICIO AL NICOLAISMO
Moisés es ministerio y autoridad de Cristo. Egipto es esclavitud. Faraón es nicolaísmo. Su primogénito, el evangelio denominacional. Su obra, la organización jerárquica religiosa. Entonces los egipcios, súbditos del Faraón, son cristianos nicolaítas sujetos en su espíritu al gobierno del sistema denominacional. Prueba de ello es que adoran el credo trinitario católico romano. Son esclavos de un señorío dominante y posesivo, a través de la política y de la religión que rige las iglesias, confesiones y aún en grupos separados de las denominaciones que aceptaron en forma carnal el mensaje del Fin. Por eso proceden por su propia cuenta. Son gente independiente que desconoce la voluntad de Dios, mostrando de qué simiente son. El nicolaísmo ansioso de poder es un espíritu anticristo y antipalabra. Está oculto en el viejo yo, el pecado. Produce el becerro de oro que representó la egolatría de Israel y la fuerza bruta de la carne. El espíritu de esclavitud es el señorío del hombre y su organización política, militar, materialista y religiosa en el mundo. Está controlando hoy el corazón del pueblo cristiano, así como lo hacía con el pueblo hebreo que estuvo cautivo y esclavo en Egipto.
Cuando aquella noche salió el Juicio de Dios, murió el primogénito egipcio. Este hijo del Faraón hoy es el evangelio denominacional trinitario. Pero ya está juzgado por la Voz de mando del mensaje del Fin, porque no revela la fe de Cristo y el conocimiento de Su mente e impide que todos los creyentes sean hoy de un corazón y un alma. El espíritu déspota de Faraón fue atado por la más alta autoridad y la Justicia del sacrificio de la Pascua liberó a todos los creyentes. Hoy, la palabra de verdad, el evangelio de Hechos 2:38, está redimiendo a los elegidos del yugo nicolaíta. Cuando se arrepintió (brevemente) Faraón, Israel fue dejado en libertad. La sangre del cordero deshizo la cautividad y esclavitud de mucho tiempo sobre Israel. Ahora, esta nación tenía que aprender la obediencia a Su Gran Libertador. Tenía que ser limpio por dentro, en su alma, del mismo espíritu que los había sometido.
Ellos salieron de Egipto, pero Egipto estaba en sus corazones durante 40 años en el desierto. Por eso fueron rebeldes, contradictores, personalistas, independientes, dominantes, posesivos, autoritarios, incrédulos, sin temor de Dios, cobardes, sediciosos, violentos y opositores al Reino del Espíritu Santo de Dios. El nicolaísmo faraónico arraigado en su viejo yo los cegó tanto que presumieron ser iguales a Moisés, sin temor del Señor. No reconocieron su ministerio de Dios y no del hombre. Ese endiosamiento que tenían de sí mismos, endureció sus corazones al punto que sus mentes miraron a Dios como el servidor de ellos. Por esto, solo "vieron Sus obras, pero Moisés vio los caminos del Señor" (Salmo 103:7). Sus caminos son Sus pensamientos. La revelación de Su palabra es el conocimiento de Sus pensamientos. De aquella generación, Josué y Caleb no eran nicolaítas. Sus corazones, humildes y temerosos de la autoridad del Señor fueron llenos de la mansedumbre de Cristo que estaba en Su siervo Moisés, cuando se sujetaron a él como al Señor Mismo.
Si nos sujetamos unos a otros en Cristo, entonces la tierra prometida es nuestra y la podremos ver y poseer como lo hicieron Josué y Caleb. Gracias a Dios, hay un verdadero Israel de creyentes renacidos apropiándose de la buena tierra, que es la revelación del Hijo de Dios en sus almas. Amén
LA MUERTE DEL YO
El arrepentimiento del pecado (el egoísmo carnal) y sus obras muertas incluye en primer término aborrecer el individualismo, que ha desarrollado en muchos el señorío nicolaíta. Es el yugo del egoísmo del hombre sobre la humanidad. Esto es de lo que se arrepintieron Aarón y María. Mira bien tu corazón y tu vida con esta palabra de Isaías 58:13-14
"Si retrajeres del día de reposo tu pie, de hacer tu voluntad en mi día santo, y lo llamares delicia, santo, glorioso de Jehová; y lo venerares, no andando en tus propios caminos, ni buscando tu voluntad, ni hablando tus propias palabras, entonces te deleitarás en Jehová; y yo te haré subir sobre las alturas de la tierra, y te daré a comer la heredad de Jacob tu padre; porque la boca de Jehová lo ha hablado".
Hermano creyente, te ruego que hables esta palabra, de todo corazón para poder santificarte: 'Señor, me arrepiento de mí mismo y del espíritu nicolaíta que me ha contaminado. Es el pecado del mundo religioso y el culto al señorío humano. Lo aborrezco de todo corazón y me despojo de él, en el Nombre de Jesucristo'.
CONCLUSION
'Solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz' (Ef. 4:3).
El ministerio de Cristo no es un hombre, o grupo de hombres, sino que es la posición y oficio de Su Persona en los varones que asignó por predestinación, para gobernar y cuidar a Su Iglesia. Cristo es el Mismo Angel de la Faz de Dios que condujo a Israel a través de Moisés y Aarón. Ellos representaron el ministerio del Hijo de Dios que hoy nos perfecciona y transforma en un varón perfecto, con la plenitud de Su imagen en el alma y en el espíritu.
"Por cuanto permanece para siempre, tiene un sacerdocio inmutable; por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos" (Heb. 7:24-25).
Agosto de 2024