Páginas

Traductor

LA REVELACION DE JESUCRISTO - 22


Apocalipsis Capítulo 22


Agua de Vida,  Arbol de Vida,  Libro de Vida

Versos 1 y 2

"Después me mostró un río limpio de agua de vida, resplandeciente como cristal, que salía del trono de Dios y del Cordero".

"En medio de la calle de la ciudad, y a uno y otro lado del río, estaba el árbol de la vida, que produce doce frutos, dando cada mes su fruto; y las hojas del árbol eran para la sanidad de las naciones".

¿Sabía usted que un río jugó una parte muy importante en las vidas de Adán y Eva, cuando vivían en el Huerto del Edén? ¿Sabía también, que en la Era de la Regeneración habrá un río fluyendo desde abajo del Templo Milenial? Estos ríos traen vida a todo lo que está a su alrededor. En la escena del 'Huerto del Edén', un río fluía hacia el este desde el Edén, para regar el Huerto y a partir de allí se repartía en cuatro brazos.  Este río atravesaba por el centro del Huerto, donde el Arbol de la Vida estaba presente, y llevaba vida a todas las cosas vivientes en el Huerto, desde la humanidad,  hasta lo más pequeño de la flora.  Donde fuera que su agua fluía había vida. Y dejaba el Huerto hacia los 'cuatro ángulos de la tierra'; sus nutrientes, además, sustentaban a todas las criaturas vivientes a su alrededor.  Adán y su esposa, comían de los árboles naturales y bebían del agua natural para mantenerse a sí mismos naturalmente. Ellos además, comieron del Arbol de la Vida espiritual y bebieron del Agua espiritual de la Palabra de Vida, que estaban en el medio del Huerto, para sustentarse espiritualmente.  Y en la escena del 'Templo Milenial',  un río también fluye hacia el este.  Ezequiel vio aguas partiendo hacia el este por debajo del umbral, desde el lado sur del altar. Las aguas se volvían cada vez más profundas cada mil codos, y en los bancos del río había muchos árboles.  Como el río en el principio, este río también estaba lleno de vida - a dos aguas, porque no sólo venía de una fuente de montaña (manantial), sino que también venía desde donde el  Arbol de la Vida (la Gloria Shekinah del Señor) estaba presente. Salía desde el terreno del Templo.  Las aguas del río llevaban vida por donde fluían, mientras se movían hacia el este hasta el Mar Muerto.  Una gran multitud de peces crecían en esas aguas. Excepto ciertas áreas pantanosas y marismas que contienen sal, el Mar Muerto será curado, y toda clase de peces que ahora se encuentran en el Mar Mediterráneo, se encontrarán en él.  (Los peces en esas aguas sólo pueden deberse a cambios topográficos, en cumplimiento de la profecía de Zacarías 14:1-8).  Será un gran lugar para los pescadores. (Leer Ezequiel 47:1-12).

Observe que el "río limpio de agua de vida" no fluía en ninguna dirección específica. El Espíritu de revelación, una vez más, dirige nuestra atención a la Verdad de que la Ciudad Santa Nueva Jerusalén es la Esposa del Cordero, y es los Santos Glorificados Redimidos de Dios y no una ciudad literal.  Todos los ríos naturales tienden a fluir en una dirección específica. Ahora, en los tiempos de Adán y Eva, había un río que fluía desde el Edén hacia el este, atravesando el Huerto;  también el Profeta Ezequiel dijo que habrá agua fluyendo desde abajo del umbral del Templo Milenial y que fluirá hacia el este, y habrá además, muchos árboles a ambos lados del río.  Por lo tanto, si la Nueva Jerusalén es una ciudad literal, el río también debe ser literal, y para ser escrituralmente consistente con la profecía, debe fluir hacia el este. ¿Es eso lógico? Sin embargo, ¿sería posible para el agua natural fluir desde una altura de 1.500 millas (2.200 kmts.) en el espacio, donde no hay vapor de agua? ¿Y si el agua fluyera desde tal altura, cómo lo haría? ¿Crearía Dios una montaña de 2.200 kilómetros de altura para que el agua fluyera, o El solamente la dejaría caer a la tierra y formar un lago?

¿Qué ocurre con  "la calle"? ¿No tiene una ciudad literal una red de muchas calles?  Muchos Cristianos tienden a pensar que,  a causa de que tenemos un Dios sobrenatural, podemos esperar que todo pase sobrenaturalmente. Bueno, eso es cierto.  Pero,  sobrenatural no significa algo 'Walt Disney',  o algo mágico. Lamentablemente, eso es en lo que muchos Cristianos están derivando.  Ellos son realmente fantasiosos. ¿Sabe usted que las cosas naturales que vemos en derredor nuestro,  son de hecho sobrenaturales? Mire  cuidadosamente a las cosas alrededor suyo, y si observa bien notará que todos están ordenados por Dios para obedecer un cierto orden de leyes.  Estas leyes sobrenaturales son de Dios, leyes divinas.  Pero, a causa de que las aceptamos del modo en que son, consideramos que son naturales. Porque se han vuelto parte de nuestras vidas, las damos por sentado. Amado, Dios no rompe sus propias leyes, El las cumple.

Como ya he mencionado, el CIELO NUEVO Y TIERRA NUEVA, serán un EDEN. Todo será hecho nuevo - a la manera de Dios.  Todo lo que Dios ha concebido en Su Mente, antes de cumplirlo en el Principio, habrá sido terminado para entonces.  Todo ocurrirá precisamente en la manera en que El quiere que sea.  Incluso Su mandamiento a Adán: "Fructificad y multiplicaos, y llenad la tierra", será cumplido en la Tierra Nueva.  Y después de que la tierra sea repoblada con personas naturales, cuyo número es sólo conocido por Dios, no habrá más nacimientos en ella.  Sí, habrá abundancia de tierra.  En todos lados habrá zonas verdes con fresco aire limpio alrededor, ríos de agua limpia cristalina, y árboles frutales en abundancia. Y el hombre natural ya no comerá carne.  No habrá más ciudades de rascacielos, autopistas, fábricas y vehículos motorizados; ni maquinaria hecha por el hombre o equipos de 'alta tecnología',  que contaminan el aire y el agua, ni aviones, ni cruceros; no habrá apropiaciones ni saqueos de ningún recurso natural.  Básicamente, todo lo vivo y lo no vivo, existirá de acuerdo a las leyes sobrenaturales de Dios, las cuales han sido violadas de una o de otra manera por la humanidad, por alrededor de 6.000 años.

Ahora, sabemos por las Escrituras que el Trono de Dios y del Cordero es la Ciudad Santa Nueva Jerusalén. ¿No dijo nuestro Señor Jesús: "En aquel día vosotros conoceréis que yo estoy en mi Padre, y vosotros en mí, y yo en vosotros" (Juan 14:20)? Recuerde que el Señor Dios Todopoderoso y el Cordero son el Templo de la Ciudad Santa Nueva Jerusalén, la cual es la Esposa del Cordero, los Santos Glorificados Redimidos (Ap. 21:22).  Sí, la Esposa del Cordero es el Lugar de Descanso de Yahwéh, incluso El vive, camina, habla y obra a través de ella (Hechos 7:48-49).  Y ella es dispersada a lo largo de la Tierra Nueva.  ¡Bendito sea el Nombre del Señor! Y del Trono de la Presencia Eternal del Señor, subirá un Río Puro de Agua de Vida, claro como el cristal - el santo y perfecto Espíritu de Vida refrescante del alma. Leer Juan 7:37-39.  Este fluirá por un canal - "la calle" - la Unica Vía de Agua - Cristo, ¡la Ungida Palabra de Dios! ¿Lo ve? Esta es la Vida (Gr.: Zoë) de Dios en Cristo Jesús en la Ciudad Santa, la cual es el Tabernáculo de Dios, fluyendo hacia toda la Tierra Nueva. El Agua de Vida no está estancada en el Trono de Dios, sino que fluye como un río. Y justo "en medio" del Río Puro de Agua de Vida, y "a uno y otro lado" de El,  está el Arbol de la Vida.

La frase "en medio de la calle de la ciudad, y a uno y otro lado del río", no significa que "la calle" y "el río" son dos cosas separadas. Sino que son uno, como un "camino de agua", ya que el agua de vida sólo puede fluir donde hay un camino provisto.  Amén.  El Camino Provisto fue ordenado en el Libro de la Vida desde antes de la fundación de la tierra. De ese Libro (Palabra) de Vida vino ese Río de Agua de Vida, el cual trajo el Arbol de la Vida, que daba Sus frutos en sus estaciones.  Sí, los santos glorificados redimidos de Dios son Sus frutos. E incluso ahora, estamos festejando sobre el Arbol de la Vida, mientras continuamos nuestra peregrinación, fluyendo por este Río de Agua de Vida, guiados por el Libro de la Vida.

Observe, dice un "Arbol de la Vida" y no "muchos árboles", como algunos predicadores están tratando de dar a entender, a fin de apoyar sus enseñanzas de que la Ciudad Santa Nueva Jerusalén es el Templo Milenial.  Ahora, ¿qué es el Arbol de la Vida? No es otra cosa que la Ley Divina y la Verdad de Dios, la cual está en Su Mente. El hombre debe tomar del Espíritu y de la Palabra de Dios a fin de vivir.  El Espíritu y la Palabra son Uno (ver Juan 3:5; 6:63). Jesús dijo, "Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida" (Juan 14:6).  Mientras el Río Puro de Agua del Espíritu de Vida fluye en la Tierra Nueva de personas naturales, acarrea con El la Ley Divina y la Verdad de Dios, el Arbol de la Vida, que está lleno de savia espiritual. (En los días de Adán y Eva, el Arbol de la Vida estaba en el medio del Huerto del Edén, donde el río de vida fluía. Y de la savia de este Arbol de la Vida, en la Presencia de la Gloria Shekinah, Adán y Eva tomaban diariamente del Fruto de Vida Verdadera, hasta que la Serpiente engañó a Eva con su conocimiento del otro "árbol").  A todas partes donde fluía, llevaba con El el Arbol de la Vida, "a uno y otro lado del río". Esto es, en la Era Eternal, no importa donde un hombre more sobre la Tierra Nueva,  él tendrá acceso a ese Espíritu de Vida, para ser alimentado de la Ley Divina y la Verdad de Dios.  El no tendrá que viajar a ningún lugar particular, ni tendrá que 'cruzar el Jordán' (por así decirlo) para recibir la Ley Divina y la Verdad de Dios, ya que todos los miembros de la Ciudad Santa Nueva Jerusalén estarán dispersados por toda la Tierra Nueva.  La Esposa del Cordero es Una con el Arbol de la Vida.  En la Era Eternal, la vida de cada Santo Glorificado estará llena con los doce frutos de amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza, virtud, conocimiento y sabiduría (Gál. 5:22-23; Ef. 1:17; Col. 1:9; 2:3).  Sí, la gente natural comerá del Arbol de la Vida eternamente. Tomando del Arbol de la Vida, cada individuo producirá Sus frutos (efectos y resultados), fielmente a lo largo de los doce meses de la temporada. {Observe otra vez el número 12, que representa el gobierno, administración y control perfecto} Incluso las hojas (crecimiento y compañerismo) del Arbol de la Vida serán para la sanidad (bendiciones y gracia) de las naciones de personas en todas partes. Por lo tanto, el Espíritu Divino y la Palabra de Dios serán administrados a las personas naturales en la Tierra Nueva para que lleven los frutos de Dios en sus vidas, para bendición continua y sanidad - bienestar y prosperidad - de las naciones (ver Salmo 1:2-3; Prov. 11:30; Juan 15:8; Mal. 4:2; Is. 30:26). Amén.

El Espíritu y la Palabra son Uno,  y son Vida y Bendiciones a todos los que se alimentan de ellos. Son refrescantes del alma, constructores del cuerpo y llenan el espíritu.  Verdaderamente, la Era Eternal será de eterna bendición, mientras el Espíritu y la Palabra cubran e integren a todas las naciones de personas en una Familia del Dios Viviente ¡Alabado sea Su Santo Nombre!  

Su Rostro,  Su Nombre,  Su Luz

Versos 3, 4 y 5:

"Y no habrá más maldición; y el trono de Dios y del Cordero estará en ella, y sus siervos le servirán",

"y verán su rostro, y su nombre estará en sus frentes".

"No habrá allí más noche; y no tienen necesidad de luz de lámpara, ni de luz de sol, porque Dios el Señor los iluminara; y reinarán por los siglos de los siglos".

Santos de Dios, mientras tanto este Río Puro de Agua de Vida, junto con Su Arbol de la Vida continúe fluyendo desde el Trono de Dios y del Cordero que está en la Ciudad Santa Nueva Jerusalén, las naciones de personas salvas, se beneficiarán y continuarán caminando en la Luz de la Vida dentro de ellos, y darán homenaje de honor y de gloria al Señor. "No habrá más maldición" (es decir: "no más algo maldito"- ver Ap. 21:4) mientras el Diablo y su horda de ángeles caídos serán lanzados al Lago de fuego y azufre.  Como fue anunciado por los hijos de Aarón (Ex. 28:1), quienes ministraron a Dios dentro del Santuario del Tabernáculo o Templo antiguo, y a Su pueblo escogido, así nosotros, los Santos Glorificados de Dios, ministraremos y serviremos al Señor dentro de la Ciudad Santa Nueva Jerusalén y reinaremos sobre las naciones de gente en el Cielo Nuevo y la Tierra Nueva.  Sí, en ese día diremos como Jesús ha dicho:  "Nuestro Padre hasta ahora trabaja, así también Su Cristo, y ahora nosotros trabajamos" (ver Juan 5:17).  Así es.  El trabajo (actividad), es una parte del Plan Eterno de Dios.  Y mientras los Santos Glorificados reinen con Dios en esa eternidad de la eternidad, la revelación de Su Nombre estará eternamente sellada en sus mentes.  Ellos además, tendrán un continuo flujo de la Luz de la Gloria del Señor en sus vidas, que no cesará, ya que tendrán fácil acceso directo a esa Luz en la cual El mora.  Sí, contemplarán Su hermoso Rostro - la Plenitud de la Presencia de la Shekinah.  "Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios" (Mateo 5:8).

Pequeña Novia de Cristo, pequeño rebaño del Señor, es la buena voluntad del Padre darnos la revelación de Jesucristo, así como nos ha dado el Reino de Dios.  Recibiendo la revelación que nos es dada, ciertamente comprenderemos que somos dioses (Salmo 82:6; 10:34), dioses como verdaderos dioses - hijos e hijas - del Dios Viviente, el Padre de todos nosotros. Siendo nacidos de Su Espíritu y de Su Palabra, los cuales permanecen en nosotros (1 Juan 4:13; 1 Pedro 1:23), no seremos nada más que los "engendrados" de Dios.  Ahora, aquellos que no pueden creer esto no pueden recibirlo, y morirán como hombres carnales (ver Salmo 82:7).  La iglesia del mundo carnal puede tratar de disputarnos y de despreciarnos.  Para ellos sólo somos un puñado de fanáticos, ya que nos miran a través de sus llamados credos y dogmas fundamentales de Cristianismo.  No hay duda, en los días de Jesucristo, sus discípulos fueron un puñado de gente equivocada, en los ojos de los verdaderamente cultos religiosos denominacionales - los Fariseos, los Saduceos y los Escribas.  Las iglesias carnales han fallado en darse cuenta de que no son más que cultos denominacionales de varios credos, una jaula de aves impías, regresando a su madre ramera - ¡el Romanismo Papal!

Palabras Fieles y Verdaderas


Versos 6 y 7:


"Y me dijo: Estas palabras son fieles y verdaderas.  Y el Señor, el Dios de los espíritus de los profetas, ha enviado su ángel, para mostrar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto".


"¡He aquí, vengo pronto!  Bienaventurado el que guarda las palabras de la profecía de este libro".

¡Qué testimonio! Igual que en Apocalipsis 19:9:  "Y el ángel me dijo: Escribe: Bienaventurados los que son llamados a la Cena de las Bodas del Cordero. Y me dijo: Estas son palabras verdaderas de Dios" - La forma de las palabras usadas por el ángel, le da a los santos una gran seguridad.  El Apóstol Pablo la usó en sus escritos referentes al gran evangelio: "Palabra fiel y digna de ser recibida por todos: que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero" (1 Tim. 1:15).  La misma forma usada para tratar el asunto, muestra el grado de su importancia.  Bendiciones nos son prometidas a causa de nuestra fe y confianza en dichas palabras.  Nuestro Señor reitera la certeza de Su inminente regreso, repitiendo lo que El ya ha dicho en el principio de este Libro de Apocalipsis: "La revelación de Jesucristo que Dios le dio, para manifestar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto; y la declaró enviándola por medio de su ángel a su siervo Juan,... Bienaventurado el que lee, y los que oyen las palabras de esta profecía, y guardan las cosas en ella escritas; porque el tiempo está a la mano" (Ap. 1:1,3).


Versos 8 y 9:


"Yo Juan soy el que vio y el que oyó estas cosas. Y después que las hube oído y visto,  me postré para adorar a los pies del ángel que me mostraba estas cosas".


"Pero él me dijo: Mira, no lo hagas; porque yo soy consiervo tuyo, de tus hermanos los profetas, y de los que guardan las palabras de este libro.  Adora a Dios".


Una vez más Juan estaba tan abrumado por la maravilla y la grandeza de las cosas que había visto y oído, que cometió el mismo error anterior, de adorar al ángel que le había mostrado estas cosas (ver Ap. 19:10). 


Verso 10:


"Y me dijo: No selles las palabras de la profecía de este libro, porque el tiempo está a la mano".


Sí, el tiempo está a la mano; no hay momento que perder. Las cosas están viniendo rápidamente a suceder, como está revelado en este Libro Profético. No ignoremos ni  menospreciemos estas grandes e importantes verdades proféticas, sino que tengámoslas en cuenta y seamos muy conscientes de ellas.  La hora de la venida del Señor está más cerca de lo que nos atrevemos a pensar. 


Por lo tanto, amado, viendo la revelación de la hermosura de esta gloriosa Ciudad Santa, vayamos a ella con prisa, caminando fielmente en la Luz del Santo Bautismo que hemos recibido.  Porque ciertamente, el Espíritu Santo nos ha purificado por fe, y nos ha trasladado dentro de la Iglesia del Primogénito (no de la Asamblea General - Heb. 12:23), e incluso ahora, nos ha investido con el poder para ser parte de ése régimen celestial.  Sí, la hora es tardía, y el Espíritu de profecía ha declarado: 


Versos 11 y 12:


"El que es injusto, sea injusto todavía; y el que es inmundo, sea inmundo todavía; y el que es justo, practique la justicia todavía; y el que es santo, santifíquese todavía".


"He aquí, yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra".


¡Así sea! Dejemos que cada hombre y mujer, joven y viejo, se prepare a sí mismo - cambie mientras aún hay tiempo. Los santos de Dios recibirán su justa recompensa, en la venida del Señor Jesús.  De igual manera, los malvados recibirán su castigo debidamente.


Verso 13:


"Yo soy el Alfa y la Omega, el Principio y el Fin, el primero y el último".

Esta es la cuarta y última vez que estas palabras son pronunciadas en esta Revelación de Jesucristo (ver Ap. 1:8, 11; 21:6; 22:13). El tiempo comenzó con el Señor Cristo y terminará con El - el Alfa y la Omega, el primero y el último.  Ciertamente, Jesucristo vendrá pronto para el cumplimiento final del Plan de Redención de Dios. 


Versos 14 y 15:


"Bienaventurados los que lavan sus ropas, para tener derecho al árbol de la vida, y para entrar por las puertas en la ciudad".


"Mas los perros estarán fuera, y los hechiceros, los fornicarios, los homicidas, los idólatras, y todo aquel que ama y hace mentira".


"Bienaventurados los que lavan sus ropas..."  Es la frase correcta realmente, porque la Revelación de Jesucristo es para la Iglesia - aquellos que son nacidos de nuevo.  Sin embargo, todo el verso 14 es una amonestación a los santos, especialmente en esta hora de cierre de la Edad de la Iglesia, para salir y separarse de todo lo que pueda contaminar y corromper sus ropas con manchas y arrugas.  De otro modo, tendrán que lavar sus ropas en la Gran Tribulación (Ap. 7:14).  Sí, sólo los santos de Dios lavados en la Sangre, lavados en la Palabra, y lavados en el Espíritu,  tendrán la autoridad dada por Dios para entrar en la REVELACION de ese Arbol de la Vida, y tendrán el derecho de ser ciudadanos, glorificados espiritualmente, de la Ciudad Santa,  Nueva Jerusalén. Amén.  Santos, ésta es la hora - una hora seria -  de recibir y mantener la SEÑAL del Espíritu del Unico que tiene la autoridad de ponernos en la Ciudad Santa.  Debemos ponernos en la Mente de Cristo (ver 1 Cor. 2:16; Filipenses 2:5), el cual es el Arbol de la Vida.  Recuerde, Dios está construyendo Su Ciudad Santa Nueva Jerusalén justo ahora.


"Mas los perros estarán fuera (es decir, las personas impuras y sucias), y los hechiceros, los fornicarios, los homicidas, los idólatras, y todo aquel que ama y hace mentira". Verdaderamente, nada pecaminoso, malo o maligno puede entrar en la Ciudad Santa. La Espada flameante de Dios se asegurará de que nada que engaña pueda entrar jamás por las puertas.  Toda cosa impía será dejada afuera, para ser depositada en el Lago de Fuego, después del Juicio ante el Gran Trono Blanco.  Leer Apocalipsis 21:5-8. 



Verso 16:


"Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias.  Yo soy la raíz y el linaje de David, la estrella resplandeciente de la mañana".


Aquí Jesús da testimonio de la buena fe de Su mensajero angelical, que ha traído todas estas cosas hermosas al Apóstol Juan, para las iglesias alrededor del mundo.  Es "Yo Jesús", y no Juan,  Quien es el Autor del Libro.  El es el León de la Tribu de Judá, que ha prevalecido como el Cordero de Dios y fue digno de abrir el Rollo que estaba sellado con Siete Sellos.  Es el mismo que declaró plena y claramente que El es la "raíz" y el "linaje" de David - la verdadera descendencia Mesiánica del Rey David, preanunciada en las Escrituras, el principio y el fin de la herencia asociada con la familia Davídica, y el Verdadero Sabbath (día de reposo), Quien traería la Gloria del Descanso Eternal (Is. 11:1,2,10).  El es también la Estrella que nunca se pone, mientras trae el Día Glorioso Eternal,  para aquellos que buscan la  "mañana" (Salmo 30:5 - ver 2 Pe. 1:19; Ap. 2:28).

El Espíritu,  la Palabra,  la Novia


Finalmente, mientras toda la Revelación de Jesucristo es develada a Su Novia en esta última edad, el misterio de lo establecido en el Huerto del Edén en los días de Adán y Eva, el Tabernáculo que el Profeta Moisés construyó de acuerdo a los patrones que le fueron mostrados en el Monte Sinaí, el Templo que Salomón  construyó y el Templo que será construido en la Era Milenial de la Regeneración - todo lo cual reveló la Gloria Shekinah de la Presencia de Dios "en medio" - es revelado en esta Santa Ciudad Celestial, Nueva Jerusalén, en cuyo  "medio" ¡mora el Dios Todopoderoso para siempre!. Por último, hay Solo Un Lugar, en donde el Dios Viviente ha escogido, ciertamente, poner su Santo Nombre - ¡el Templo en la Ciudad Santa, Nueva Jerusalén! (ver 2 Cor. 6:6; Neh. 1:9). ¡Amén! Ahí es donde está Su Palabra. Lo que nuestro Padre Abraham vio en sus días acerca de esta Ciudad, la cual no estaba construida por manos, lo hizo de "lejos".  Pero hoy, como sus simientes, estamos viendo justo ante nuestros ojos, el proceso final de su conclusión. El misterio,  ahora ha sido revelado.  Sí, tenemos la revelación de ello.  Ya no necesitamos preguntarnos ni tratar de figurarnos lo que es esta Ciudad Santa.  Entonces, amado, ¿dónde estamos en el calendario del tiempo profético de Dios? Note con cuidado la Palabra,  al cierre de la Revelación de Jesucristo:  


Verso 17:


"Y el Espíritu y la novia dicen: Ven.  Y el que oye, diga: Ven.  Y el que tiene sed, venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente".

En todas partes en las Escrituras, vemos que EL ESPIRITU Y LA PALABRA SON UNO (Zac. 4:6; Juan 1:1-2; Ef. 6:17).  Pero hacia el final del Libro de Apocalipsis, el Espíritu de profecía revela que EL ESPIRITU Y LA NOVIA SON UNO. ¿Lo ve?  Si la Palabra está en La Novia, entonces La Palabra y La Novia deben ser Uno.  Ambos testifican de lo mismo (ver Juan 15:25-27; Hechos 5:32).  Por lo tanto, "El Espíritu y La Novia dicen", porque ¡La Palabra está en La Novia! Amén.  Debemos ser Uno con el Espíritu, porque hemos recibido la revelación de nuestro Señor Jesucristo - especialmente de Su parusía a Su Novia y de los últimos dos capítulos del Libro de Apocalipsis.  Debe ser así,  si queremos estar en la Cámara de Matrimonio (Heb.: Chuppah - Nota del traductor: Se pronuncia Shubaj) de Su Palabra,  habiendo oído y obedecido el mensaje del séptimo y último Mensajero a la Edad de la Iglesia, William Marrion Branham.  Por lo tanto, ¡la revelación de la Ciudad Santa Nueva Jerusalén!  Y ahora que esta Verdad es dada a conocer a los Elegidos, la hora es más tardía de lo que nos atrevemos a pensar.  Así pues, hablemos y testifiquemos de lo que hemos recibido, y clamemos "Sí, ven, Señor Jesús". En la medida en que nosotros deseemos apresurar el rápido regreso del Señor, debemos también invitar a los que están sedientos de venir, si ellos quieren, a beber del Agua de la Vida gratuitamente.  


Versos 18 y 19:



"Yo testifico a todo aquel que oye las palabras de la profecía de este libro:  Si alguno añadiere a estas cosas, Dios traerá sobre él las plagas que están escritas en este libro".


"Y si alguno quitare de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del libro de la vida, y de la santa ciudad y de las cosas que están escritas en este libro".


En el principio de este Libro de Apocalipsis una bendición fue prometida a aquellos que leyeran y escucharan las palabras de esta profecía.  Pero habiendo leído y escuchado todo, justo en el final, una severa advertencia es dada a aquellos que distorsionen a propósito el mensaje, añadiendo o quitando de "las cosas que están escritas en este libro". 

Oh hermano, ¿tenemos una profunda convicción en nuestros corazones de que "estas cosas" son de hecho de suprema importancia en esta hora?  De hecho, el peso del triple testimonio de nuestro Señor Jesucristo Mismo (registrado en este último capítulo del Libro) ha de despertarnos y establecer esa convicción en nosotros. Verso 16: "Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas..."; verso 18: "Yo testifico a todo aquel que oye las palabras de la profecía de este libro..."; y finalmente: 


Verso 20:


"El que da testimonio de estas cosas dice: Ciertamente vengo en breve. Amén; sí, ven, Señor Jesús".


¡Qué seguridad! Verdaderamente, ¡el Señor Jesús viene pronto! El está viniendo en forma corporal, viniendo con las nubes (el modo en que sus discípulos lo vieron irse - Hechos 1:11) para llevarse a los santos muertos y a los vivientes.  Habrá una reunión en el aire (1 Tes. 4:16-17).  ¡Será un júbilo glorioso!


Sí, El está viniendo rápidamente, El lo ha prometido - "HE AQUI, vengo pronto" (Ap. 3:11; 22:7,12).  Esta no sólo es la cuarta y última pronunciación del Señor Jesús referente a Su regreso, sino que aquí El,  también,  asegura y declara, "CIERTAMENTE vengo en breve" o "SI,  ¡vengo pronto!"  A causa de que los Siete Sellos han sido revelados y el Libro de Redención está abierto en la mano del Angel Poderoso, en estos últimos días, esas palabras son,  a propósito,  sólo para nosotros.  ¡Este es el día de la redención! Cristo ha venido por Su Novia y por todo lo que le pertenece.  Y pronto El hará Su ingreso (Gr.: eisodos, ver Hechos 13:24 - venida) para el Rapto.


¡Oh, cuán preciosa es la Revelación de Jesucristo a Su Novia! ¡MARANATHA! ¡VEN,  SEÑOR JESUS!


Verso 21:


"La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con todos vosotros. Amén".