Páginas

Traductor

LA REVELACION DE JESUCRISTO - 21


Apocalipsis Capítulo 21


Un Cielo Nuevo Y Una Tierra Nueva

Verso 1:

"Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más" .

A pesar de lo que los científicos y los escritores de ciencia ficción pueden teorizar del vasto universo que Dios ha creado, solamente el planeta tierra está ordenado a ser habitado. La tierra es el gran campo de pruebas para los ángeles y los seres humanos, que son dos grandes criaturas de Dios creadas en Su imagen y semejanza.

Los Cristianos de todo el mundo están esperando para que estas visiones del Apóstol Juan se conviertan en realidades. Con un Cielo Nuevo y una Tierra Nueva para reemplazar la contaminación actual, todas las cosas sobre la tierra serán hechas nuevas. Nosotros, ciertamente estaremos deslumbrados y abrumados en inspiración impresionante por la belleza de todas las cosas nuevas que Dios traerá adelante en ese día.  Sin duda que cada Cristiano tiene su propia imaginación de como el Cielo Nuevo y la Tierra Nueva se verán.

Para que podamos apreciar el Cielo Nuevo y la Tierra Nueva, es importante para nosotros conocer una pequeña historia de nuestra tierra.  Vamos a examinar primero la cronología de los eventos como están registrados en la Biblia pertenecientes al cielo y a la tierra que Dios ha creado. Entendemos a partir de Génesis 1:1 que Dios creó el cielo y la tierra en un período llamado EL PRINCIPIO que podrían haber sido miles de millones de años en el pasado. El Profeta Isaías dijo que "...El es Dios, el que formó la tierra, el que la hizo y la compuso; no la creó en vano, para que fuese habitada la creó" (Is. 45:18).  Y los descubrimientos arqueológicos han señalado hacia una era cuando dinosaurios y criaturas erguidas como el hombre vagaban sobre la tierra. Fue una era anterior a Génesis 1:2 que dice: "Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas".  Se ha denominado como la Era Prehistórica. La tierra creada comenzó en buen estado y condición, y estaba destinada a ser una habitación para que todas las criaturas vivieran en armonía durante esa Era Prehistórica.

Cada criatura creada en la imagen y semejanza de Dios está dotada con la facultad de elegir entre lo recto y lo errado. Ninguna de ellas está programada a ser un robot. Los ángeles, siendo creados a imagen y semejanza de Dios, han sido probados en su elección. ¿Y qué mejor lugar que el planeta tierra podría existir para realizar esa prueba? El cielo, al ser la morada de Dios, no podía ser utilizado para ese propósito.

Satanás, ya era un ángel caído cuando entró al Huerto del Edén plantado para Adán y Eva. Evidentemente, él había sido probado en algún punto de tiempo en épocas anteriores y, habiendo fallado en la prueba, fue arrojado a la tierra como está registrado en Isaías 14:12-14 y Ezequiel 28:11-17.

En Juan 8:44, Jesús dijo (a los Judíos incrédulos) : "Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. El ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso y padre de mentira". Diciendo eso, El no se estaba refiriendo al asesinato de Abel por Caín, la simiente de la Serpiente, ni del engaño que la Serpiente había dicho a Eva.  Cristo estaba apuntando atrás hacia el origen y prueba de Satanás en su propio (de Satanás) Huerto de Edén sobre esta misma tierra.

En Ezequiel 28, cuando el Profeta Ezequiel estaba profetizando, él no solamente estaba reprendiendo al rey de Tiro, un hombre de grandeza terrenal, que amaba glorificarse y exaltarse a sí mismo, pero también a Satanás,  cuando dijo, "En Edén, en el huerto de Dios estuviste" (v. 13).  Pero,  por favor observe que este Huerto de Edén, que fue hecho para ese Príncipe Angelical antes de su caída, era un huerto de piedras preciosas y no un huerto de vegetación.  El huerto de Adán era un jardín de árboles frutales y plantas. La palabra "Edén" simplemente significa "una delicia" o "paraíso". Todo en ese huerto de piedras preciosas fue hecho para ese querubín ungido. Todas las piedras preciosas eran su cubierta - su gloria. El fue elevado a un lugar de autoridad - "Yo te puse sobre el santo monte de Dios"   (v. 14).  "Perfecto eras en todos tus caminos desde el día que fuiste creado, hasta que se halló en ti maldad" (v. 15). El fracasó en la prueba y cayó. De Lucifer - "Hijo de la mañana" - él comenzó a ser conocido como Satanás, el adversario de Dios.

Cuando los setenta discípulos regresaron a Jesucristo después de su misión exitosa, ellos estaban llenos de tanto júbilo, que el Señor les previno diciéndole: "Yo veía a Satanás como un rayo cayendo desde el cielo" (Lucas 10:17-18).  Sí, Satanás se exaltó a sí mismo y cayó de su primer estado, y "fuiste echado abajo a la tierra, tú que debilitabas a las naciones" (Is. 14:12).

Es evidente que Lucifer, que previamente tuvo el poder y el control sobre este planeta tierra, ha estado luchando muy duro para recuperar el control del hombre sobre él, el nuevo gobernante que ha sido designado para gobernar en su lugar desde la re-creación. El ha estado tratando, por todas las formas y medios, de lograr su ambición. Sus mentiras y planes malvados han llenado la tierra con todas las formas de pecados y violencia. Oh, ¡qué diablo!  ¡El hace todo lo posible para destruir todo lo que Dios ha creado! ¡Sí,  él es el dios de esta edad malvada!

Sí, Lucifer era perfecto cuando fue creado. Pero él no se contentó con sus posesiones y estatus. Parece que él se aburrió con esa posición y comenzó a albergar una secreta ambición de ser como el Altísimo (Is. 14:14).  Dios sabía eso y comenzó a tratar con él. Fue entonces cuando iniquidad se encontró en él y empezó a causar una 'guerra' entre las grandes criaturas de la tierra.  ¡Muerte!  ¡Asesinato!  ¡Destrucción!  ¡Entonces, Lucifer se convirtió en asesino!

Y cuando Dios lo confrontó, él dijo su primera mentira. El no permaneció en la verdad. Así es. "El fue un asesino desde el principio y no mora en la verdad, porque no hay verdad en él".

La tierra estuvo en un estado de confusión y caos. Todas las criaturas se encontraron luchando entre ellas y matándose, lo cual causó estragos en el medio ambiente que les rodeaba. Los despojos, junto con los cadáveres en descomposición provocaron un cambio en la condición climática del planeta y todo lugar terrestre fue devastado. Finalmente, Dios decidió detener el gran espectro de destrucción.  Todo lo que El hizo fue 'apagar' el sol y eso fue la causa de que toda la tierra se congelara.  Entonces, el príncipe angelical caído fue despojado de toda autoridad y dominio.

Todos los ángeles que siguieron el liderazgo de la maldad de Satanás cayeron con él.  Los ángeles que fueron fieles a Dios se mantuvieron a Su diestra para llevar a cabo la ejecución de Su plan.

No hay período de tiempo registrado en Génesis 1:1 respecto de la creación de Dios del cielo y de la tierra. Los eventos que ocurrieron no son registrados en ese versículo. (Obviamente, para ocultar la verdad a los hombres sabios y entendidos).  El proceso podría cubrir fácilmente aiones de tiempo.

La Caída de Satanás había provocado la triste condición de la tierra como está registrado en Génesis 1:2a. No había luz.  Estaba vacía y desordenada. "Y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas" y Dios comenzó a recrear la tierra (en seis días) para ser habitada de nuevo. Esta vez los animales fueron creados más pequeños que antes. "Y Dios dijo,  Hagamos al hombre a nuestra imagen y después a nuestra semejanza..."(Gén. 1:26). Y al HOMBRE le fue dado dominio sobre toda cosa viviente que se movía sobre la tierra.  Este fue EL PRINCIPIO del hombre creado un poco menor que los ángeles,  pero que fue coronado de gloria y honor, y establecido sobre las obras de las manos de Dios.

La tierra fue creada en un estado perfecto. Rotaba sobre su eje que era perpendicular al sol,  de manera que cada lugar en toda la tierra estaba cubierto diariamente con 12 horas de luz y 12 horas de noche. Giraba alrededor del sol en 360 días al año - un círculo perfecto. No había lluvia; la tierra era regada por un rocío (Gén. 2:6). Realmente estaba en un cielo (o una fuente) de agua que actuaba como un invernadero que interrumpía los rayos de calor no deseado, proporcionando una temperatura constante alrededor de toda la tierra (Salmo 104:5-6 - ver Job 38:9a). Sin embargo, todo este estado perfecto llegó a su fin cuando el pecado entró y en los días de Noé,  Dios separó las fuentes de las aguas y envió un gran diluvio sobre la tierra para juzgar a los malvados (Gén. 6). Cuando el agua sobre la tierra comenzó a evaporarse, Dios no la volvió a poner en los lugares originales donde pertenecía.  La tierra también fue reformada por los movimientos del suelo, causados por la enorme cantidad de  precipitaciones, de tal manera que grandes 'cuencas' fueron creadas para contenerla. Desde entonces dos tercios de la tierra han sido cubiertos con ella. Debido a la desigual distribución de los continentes y del agua, la tierra comenzó a inclinarse.  Esta inclinación de la tierra causó un retraso en su rotación y,  como tal,  su translación alrededor del sol aumentó a 365 días y 1/4  al año. Sin embargo, cuando Juan vio el Cielo Nuevo y la Tierra Nueva, él realmente vio la tierra restaurada a su perfecto lugar original, con un nuevo cielo (el firmamento) alrededor de ella.  Juan dijo que no había más mar, es decir, que no había más grandes mares u océanos, como los que tenemos hoy.  Por supuesto, la nueva tierra tendrá lagos de agua y ríos fluyendo. ¡Alabado sea el Señor!  ¡La antigua tierra (presente) pronto se irá!

La Ciudad Santa Nueva Jerusalén - El Tabernáculo de Dios

Versos 2 y 3:

"Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta  como una esposa ataviada para su marido".


"Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios".

El tiempo, como lo conocemos, terminará cuando él Día Octavo (Era Eternal) comience, pero, las estaciones terrestres gobernadas por el sol, la luna y las estrellas continuarán de acuerdo a los cursos que Dios había establecido para ellas desde el principio, cuando El las creó y las hizo (Gén. 1:14-18).  La cosa más hermosa y gloriosa que Juan vio,  fue la NUEVA JERUSALEN, la Ciudad Santa de Dios.  Amado,  observe que cualquier cosa que la Nueva Tierra sea, la Ciudad Santa, Nueva Jerusalén ocupará un lugar preeminente en la Era Eternal. Todas las cosas girarán a su alrededor, a causa de que ella es el cumplimiento de la Intención y Propósito Final de Dios - Su Familia -  nacida de su Concepción Final - el Monogene, la (Simiente) Palabra - en el principio. "En aquel día vosotros conoceréis que yo estoy en mi Padre, y vosotros en mí, y yo en vosotros" (Juan 14:20).

Muchos pueden pintar la Nueva Jerusalén como una ciudad física y literal de tamaño gigantesco, como es descripta en los últimos dos capítulos del libro de Apocalipsis. Tal vez, hay algunos que se imaginan a la Nueva Era ser más parecida a un mundo espacial, como se lee en los libros de 'ciencia ficción'.  Pero, veámosla en el modo en que Juan y Abraham la vieron.

El llamamiento de Abraham fue el principio de la revelación de Dios a un pueblo escogido, referente a la construcción de Su Santa Ciudad Celestial.  Leer Hebreos 11:8-10. En el Libro de Génesis, Moisés no mencionó nada acerca de esta Ciudad Santa. Sin embargo, Abraham fue el primero al que le fue mostrada esta Ciudad Santa de Dios. El fue el Padre de la Fe.  La vio de lejos y entregó la revelación a sus descendientes, Isaac y Jacob.  Por otro lado, hay muchos registros mostrando cómo Satanás, a través de su simiente de la Serpiente, construyó muchas grandes ciudades sobre la tierra. Y después del Diluvio, por medio de Cush y de Nimrod,  Satanás también engañó a la gente a tratar de construir un imperio utópico.  El les engañó a creer que el Cielo podría ser alcanzado por el mero poder de la carne mortal, a fin de unificarlos en una cierta área de la tierra.  Por lo tanto hicieron la construcción de la torre de Babel. Por el contrario, a Abraham nuestro Padre de la Fe,  le fue mostrado que el Cielo debe descender, con el fin de que podamos ver la Gloria de Dios en nuestras almas.

Abraham fue llamado por Dios a recibir una doble herencia: uno, la Tierra prometida de Canaán, y dos, la Ciudad de Dios prometida.  Recibir tal heredad para él y para sus descendientes no era algo fácil de hacer. Aunque él y sus descendientes fueron como forasteros en la tierra que era suya por la promesa de Dios, sólo fue después de unos cientos de años de juicios y pruebas, que ellos finalmente ganaron la posesión de su heredad. ¡Así fue como Dios refinó al hombre como el oro es refinado por el fuego! ¡Oh mi Dios! Sí, para Dios un hombre es mucho más precioso y valioso que el oro fino e incluso más que cualquier metal o piedra preciosa. Abraham fue probado y refinado, Isaac fue probado y refinado, y así también fue Jacob probado y refinado.  Ellos eran hombres fieles con una visión. No sólo estaban mirando a la heredad de la tierra prometida en la cual residían, sino que eran extraños buscando "la ciudad que tiene fundamentos, cuyo arquitecto y constructor es Dios". Ellos no la vieron en su tiempo de vida, mucho menos entraron en ella, porque esa Ciudad no era una ciudad literal y física.  Junto con muchos otros, "murieron todos éstos sin haber recibido lo prometido, sino mirándolo de lejos, y creyéndolo, y saludándolo, y confesando que eran extranjeros y peregrinos sobre la tierra. Porque los que esto dicen, claramente dan a entender que buscan una patria; pues si hubiesen estado pensando en aquella de donde salieron, ciertamente tenían tiempo de volver. Pero anhelaban una mejor, esto es, celestial; por lo cual Dios no se avergüenza de llamarse Dios de ellos; porque les ha preparado una ciudad" (Hebreos 11:13-16).

Sí, ellos eran peregrinos, eran una nación santa de gente fiel (1 Pedro 2:9) de viaje a una tierra, a un país,  más allá del cielo.  Eran como piedras, escogidas a mano, talladas y pulidas por el Maestro Constructor Mismo, para el día en que El estableciera la Piedra PRINCIPAL, como la Piedra Angular de FUNDAMENTO de la Santa Ciudad Celestial, Nueva Jerusalén.  Luego, el Supremo comenzaría a ubicar posicionalmente a estas piedras, mientras construye Su Santa Ciudad. Y,  como fue prometido, el Cordero de Dios, que fue sacrificado incluso desde antes de la fundación del mundo, vino y cumplió lo que estaba escrito de El.  Cristo Jesús entregó Su vida como una piedra de fundamento seguro, en Sion, hace alrededor de 2000 años, para que así se pudiera cumplir el propósito predestinado de Dios, acerca de la construcción de una Santa Ciudad, a fin de que morase en ella por toda la eternidad.  Amén. Así como la antigua ciudad Jerusalén, fue construida sobre piedras terrestres, por las manos del hombre y para el hombre, la Santa Ciudad Nueva Jerusalén, es construida de piedras espirituales, por las manos de Dios para El Mismo. Sí, cada elegido de Dios será ubicado y bendecido "con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo", Quien es el fundamento de la Ciudad (ver Efesios 1:3-12). Incluso, las piedras que fueron reunidas desde los tiempos de Adán, antes de Abraham, y cortadas con precisión por el Maestro Constructor, serán colocadas en sus posiciones.  Escuche a lo que Pablo dijo concerniente a nosotros en esta hora:  "Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios, edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo, en quien todo el edificio, bien coordinado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor; en quien vosotros también juntamente sois edificados para morada de Dios en el Espíritu" (Ef. 2:19-22).  ¡Sí señor! "Porque no tenemos aquí ciudad permanente, sino que buscamos la por venir" (Heb. 13:14). ¡Alabado sea el Nombre del Señor!

Algunos teólogos han insistido en que, ya que el Templo Milenial y la Ciudad que el Profeta Ezequiel vio en sus visiones,  eran literales, así también será la Ciudad Santa Nueva Jerusalén. Bueno, el Templo de Ezequiel será tan real y tangible como el Tabernáculo de Moisés, como el Templo de Salomón y como el Templo de Herodes. Sin embargo, a diferencia de la creencia popular, la Ciudad Santa Nueva Jerusalén, no es una ciudad literal que tiene un templo literal. Algunos, incluso creen (o fantasean) que ésta es una ciudad literal colgando o flotando sobre la Ciudad de Jerusalén.  Como ya hemos estudiado, el hecho es que la Ciudad Santa Nueva Jerusalén es nada menos que el cuerpo Espiritual Glorificado del pueblo de Dios, que fue redimido a lo largo de las edades, desde que Adán fue creado hasta que la Muerte es destruida por Jesucristo (Yahshúa el Mesías), Quien después devolverá a Dios el Padre (Yahwéh) la autoridad que le ha sido investida, y se sujetará a Dios, para que Dios pueda ser todo en todos (1 Cor. 15:24-28 - ver Hebreos 12:22).

Observe que Juan escribió "Vi la santa ciudad, la Nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido".  Esta oración claramente nos dice que la Ciudad Santa Nueva Jerusalén es la Novia (- Esposa) de nuestro Señor Jesucristo. Como la Novia de Cristo, la Santa Ciudad Espiritual, Nueva Jerusalén estaba "ataviada" (Gr.: kosmeo; "puesta en el orden correcto") para nuestro Señor Jesús, con el propósito que Dios pueda ser todo en todos al morar El en sus tabernáculos.  Por lo tanto, la Nueva Jerusalén Celestial es también el Tabernáculo de Dios, el cual descenderá sobre el Cielo Nuevo y la Tierra Nueva, a causa de que Juan dijo "Oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y El morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios".  ¿No dijo Jesús: "Creedme que yo soy en el Padre y el Padre en mí; ... En aquel día vosotros conoceréis que yo estoy en mi Padre, y vosotros en mí, y yo en vosotros" (Juan 14: 11, 20; 2 Cor. 6:16b) ?  Así es.  Los santos glorificados de Dios juntos,  forman el Tabernáculo de Dios.  Mientras el Cielo Nuevo y la Tierra Nueva son preparados y llenados con las naciones redimidas de personas naturales,  que son salvadas de la Era de la Regeneración, el Espíritu Eterno en Su Tabernáculo - la Novia de Cristo - descenderá y habitará entre ellos sobre la tierra.  En otras palabras, Dios y Cristo y todos Sus Santos Glorificados descenderán del cielo para vivir entre las personas naturales en la tierra.

Lo que el Patriarca Abraham estaba buscando, el Apóstol Juan lo vio. La Ciudad Santa Nueva Jerusalén  será completada cuando el octavo día amanezca.  Y Dios habitará en Su tabernáculo y vivirá entre las personas naturales y "será su Dios".  Estas personas naturales comprenden a aquellos redimidos individuales de entre las naciones de la tierra, que no sucumbirán al engaño de Satanás, después de que éste sea liberado de la prisión al final de la Era Milenial de la Regeneración.  A causa de su fidelidad y obediencia a la Ley del Justo, ellos serán salvados del fuego de la ira de Dios que será derramado sobre aquellos que han de unir fuerzas con Satanás para rebelarse y poner sitio contra los santos de Dios y Su Ciudad amada, la Jerusalén terrenal. Como naciones de personas fieles y obedientes, se les dará vida eterna en el Cielo Nuevo y en la Tierra Nueva.  Leer Apocalipsis 20:7-10;  21:24,26;  22;2.  Por lo tanto, habrán dos tipos de personas viviendo en la Tierra Nueva: los Santos Redimidos con Cuerpos Glorificados, que constituirán la Ciudad Santa, y el Pueblo Redimido de la Era de la Regeneración con Cuerpos Naturales.

Verso 4:

"Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron".

Dios renovará todas las cosas en el cielo nuevo y en la tierra nueva.  El cielo (atmósfera, firmamento), será completamente limpiado de todas las corrupciones y poluciones, tales como gases pútridos, agentes químicos destructivos, y toda substancia sucia y contaminante, que ensucia el aire.  La superficie geográfica de la tierra será completamente alterada.  Los grandes mares (océanos) de agua, que cubren alrededor del 71%  de la tierra ya no existirán más.  Pero habrá ríos y fuentes de agua, lagos y pequeños mares.  La mayoría de las superficies de agua regresarán a la expansión de los cielos, para envolver la tierra (como una vestidura) para enfriarla como era en los días antes de que "fueran rotas todas las fuentes del gran abismo",  y fueran abiertas "las cataratas de los cielos", en la generación de Noé (Gén. 7:11).  Las ciudades llenas con las infraestructuras de los edificios, los caminos, las maquinarias y las millones de personas, serán cosa del pasado.  Las cosas hechas por el hombre, que destruyen el ambiente de un modo u otro, cesarán de existir en la Era Eternal del Cielo Nuevo y la Tierra Nueva.  El antiguo estado de las cosas pasará y todo rastro de maldad, pecado y muerte será removido.  Un nuevo orden completo de cosas vendrá a existencia con la nueva creación.  El hombre,  una vez más estará en armonía con el nuevo medio ambiente y con todas las creaciones de Dios.  La naturaleza y sus productos serán la esencia de toda vida.  Todas las cosas existirán de acuerdo a las leyes del Arbol de la Vida.  Ninguna simiente de discrepancia volverá a existir jamás, como en los días de Adán y Eva.  Por lo tanto, no habrá muerte,  violencia, opresión ni miseria que lleve al dolor, tristeza y lágrimas. 

Verso 5:

"Y el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas. Y me dijo: Escribe; porque estas palabras son fieles y verdaderas".


Sí, una vez más toda la tierra será un paraíso, una delicia, un Edén al Señor Dios Todopoderoso. Amén. Ciertamente podemos confiar en las palabras del Dios Eterno, el Verdadero y Fiel, sentado sobre el Trono Celestial.


Versos 6 y 7:

"Y me dijo:  Hecho está. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin. Al que tuviere sed, yo le daré gratuitamente de la fuente del agua de la vida".


"El que venciere heredará todas las cosas, y yo seré su Dios, y él será mi hijo".

Aquí, el Dios Todopoderoso reafirma Su promesa de una nueva creación para Sus hijos, cuando dice, "Hecho está.  Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin". ¡Así es, Santos de Dios, simplemente considérenlo hecho! Las promesas de Dios nunca fallan. Como el Alfa de la vida y de la creación, Dios es la Omega de lo mismo.  El principio y el fin convergen para formar el círculo de la eternidad.  Lo que debía haber sido al principio, es ahora en el final. Todas las cosas son como El las ha ordenado antes de la fundación del mundo. 

Por lo tanto, como hijos de Dios continuemos bebiendo del agua de la fuente de vida, la cual fluye tan libremente desde el Trono de Dios.  Seguramente, nuestro Señor nos ayudará a vencer a esta presente edad malvada, para que podamos heredar todas estas cosas, que El nos ha prometido en Su Hijo Jesucristo. Porque es en Cristo Jesús que hemos recibido una herencia, un Nombre excelente, por el cual nos convertimos en hijos e hijas del Dios Viviente en Su Reino Eterno (Heb. 1:4; 1 Pedro 1:4; Ef. 1:1-23).

Verso 8:


"Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda".


El Apóstol Pablo también escribió acerca de lo mismo en su epístola a los Cristianos de Efeso. "Porque sabéis esto, que ningún fornicario, o inmundo, o avaro, que es idólatra, tiene herencia en el reino de Cristo y de Dios" (Ef. 5:5).  Observe que todos estos pecadores "tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda".  Habiendo sido juzgado, cada pecador recibirá la justa paga de castigo que corresponde a los pecados que ha cometido.  Será quemado en  proporción a la pena que le ha correspondido y finalmente será aniquilado. (Como leña, cuanto más duro es el pecado de un pecador, más tiempo se quemará en el Lago de Fuego).  No hay vida eterna en la Segunda Muerte. El Lago de Fuego está "preparado para el diablo y sus ángeles" (Mateo 25:41b),  y todas sus obras malignas que traen muerte e infierno.  Cuando la muerte y el infierno sean lanzados por último al Lago de Fuego, serán destruidos completamente, y dejarán de existir (1 Cor. 15:26).

La Novia de Cristo - Esposa del Cordero


Versos 9 y 10:

"Vino entonces a mí uno de los siete ángeles que tenían las siete copas llenas de las siete plagas postreras, y habló conmigo, diciendo: Ven acá, yo te mostraré la desposada, la esposa del Cordero".


"Y me llevó en el Espíritu a un monte grande y alto, y me mostró la gran ciudad santa de Jerusalén, que descendía del cielo, de Dios".

El Apóstol Juan fue llevado en el Espíritu a "un monte grande y alto", para ver esa Gran Ciudad Celestial, la Santa Jerusalén, así como el Profeta Ezequiel fue llevado en el espíritu (en sus días), a "un monte muy alto", donde se le mostró el templo y la ciudad de David (Ezequiel 40:2).  Recuerde que tales frases significan una posición suprema de gran autoridad y admirable. Esta es la gran posición celestial en que la Esposa Glorificada de Cristo se sentará con El, ya que el Dios Todopoderoso y el Cordero morarán en ella (ver Ef. 1:3,19; 2:6).  Sí, ella se sentará como una Reina (en el Cielo Nuevo y la Tierra Nueva), así como también se sentará con Cristo como Su Reina en la Era de la Regeneración. La Palabra del Señor es clara cuando establece que la Ciudad Santa Nueva Jerusalén es "la novia,  la esposa del Cordero". Y sabemos que "la novia, la esposa del Cordero" son los Santos Redimidos y Glorificados de Cristo. Amado, no piense en ningún momento que la Ciudad Santa Nueva Jerusalén es una ciudad literal.  Dios no vive en una casa hecha con manos.  Lea Marcos 14:58, 2 Cor. 5:1-2, Heb. 9:11 y 10:5.  Pregúntese usted mismo ¿cómo puede una ciudad literal ser la Esposa del Cordero?  ¿No enseñan claramente las Escrituras que los Elegidos son la Novia del Cordero? Dios es un Espíritu.  Dios es Santo y mora en Luz.  El no necesita una casa literal, o una ciudad, para vivir, de otro modo habría hecho una en el Huerto del Edén en el principio.  Algunos pueden imaginar que la Ciudad Santa Nueva Jerusalén es una ciudad literal de mansiones creadas para los Santos.  Pero, ¿de qué le sirve una mansión de oro a un Santo Glorificado? ¿Hay realmente necesidad de ello, cuando los Santos poseen un mejor cuerpo que el de los seres Angelicales, un cuerpo espiritual como el de nuestro Señor Jesucristo, que no está hecho de los elementos de la tierra? Piense: ¿Adán y Eva necesitaban vivir en una casa hecha con manos antes de la Caída?

Ahora, todos los ejemplos en el Antiguo Testamento siguieron los patrones Celestiales.  Ellos fueron sombras de las cosas Celestiales (Heb. 8:5).  El Tabernáculo de Moisés y el Templo de Salomón prefiguraron a Cristo Jesús y Su Cuerpo de creyentes en la Era de la Redención de  Gracia. Pero Dios no sólo está levantando un Edificio; El está construyendo una Ciudad.  Jesús dijo: "En la casa de Mi Padre hay muchas mansiones" (Juan 14:2a, ver Ef. 2:19; 1 Cor. 12:12,20). La palabra "casa" contiene estos significados: "familia, residencia, hogar, lugar de descanso (morada)".  En otras palabras,  "en la residencia de mi Padre (u hogar) hay muchas moradas" o "en la ciudad de mi Padre hay muchas casas (edificios)".  Las Escrituras claramente dicen que Dios ha puesto Su Nombre en una Casa (Templo) en Jerusalén. En la Era de la Regeneración, Su Nombre permanecerá allí para siempre, porque "el Señor Esta Allí", en el Templo Milenial en Jerusalén.  Esto prefigura a Dios en Cristo ("el Señor Dios Todopoderoso y el Cordero, es el templo de ella",  Ap. 21:22) en los redimidos (la Ciudad Santa Nueva Jerusalén) en el Cielo Nuevo y en la Tierra Nueva.  Y desde los días de los Hechos de los Apóstoles, la Ciudad Santa Nueva Jerusalén ha ido progresivamente tomando forma.  Después de que la Piedra de Fundamento Firme (cuya Casa era Yahwéh) fue establecida en Sion (1 Pedro 2:6-8; ver Is. 28:16) , y la Gloria Shekinah regresó en el  Día de Pentecostés, más lugares de moradas (casas) fueron construidos mientras el Espíritu sopló vida dentro de los 120 discípulos, de los 3000 convertidos, y de muchos más. Todos ellos eran piedras vivientes siendo levantadas como una casa espiritual y puestas en la Santa Ciudad Celestial (1 Pedro 2: 5; Ap. 3:12).

Sí, el Templo refleja a Cristo Jesús, Quien fue el primer edificio establecido en la Ciudad Santa Nueva Jerusalén, cuya Ciudad comprende a todos los Redimidos del Señor. Por lo tanto las palabras del Señor Jesús: "En la casa de mi Padre muchas moradas hay (o edificios); si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis" (Juan 14:2-3 - paráfrasis mía). Y las palabras de los profetas, Isaías y Zacarías: "Y creará Jehová sobre toda la morada del monte de Sion, y sobre los lugares de sus convocaciones, nube y oscuridad de día, y de noche resplandor de fuego que eche llamas; porque sobre toda gloria habrá un dosel" [Heb.: chuppah - cubierta, protección, defensa] (Is. 4:5); "Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Celé a Sion con gran celo, y con gran ira la celé. Así dice Jehová: Yo he restaurado a Sion, y moraré en medio de Jerusalén; y Jerusalén se llamará Ciudad de la Verdad, y el monte de Jehová de los ejércitos, Monte de Santidad" (Zac. 8: 2-3). ¡Aleluya! "El Señor Está Allí", para siempre en Sus Redimidos, la CIUDAD SANTA NUEVA JERUSALEN - "Y no vi en ella templo; porque el Señor Dios Todopoderoso y el Cordero, son  el templo de ella" (Ap. 21:22).

Como nos hemos dado cuenta, la Ciudad Santa Nueva Jerusalén es el Pueblo Redimido de todas las edades, desde los tiempos en que Adán se levantó hasta el final del Juicio ante el Gran Trono Blanco. Y todo este Pueblo Redimido tiene Cuerpos Glorificados. Así como una novia es preparada para su esposo, así los Redimidos son también hermosamente preparados desde el mismo principio del tiempo, para ser el Tabernáculo Espiritual de Dios. Ahora, ésta es la "Ciudad que tiene fundamentos, cuyo arquitecto y constructor es Dios", la cual Abraham, el Padre de nuestra Fe estaba buscando. Estará completa después del Juicio ante el Gran Trono Blanco. Y después de que el Cielo Nuevo y la Tierra Nueva sean creados, Dios establecerá la Ciudad Santa sobre la Nueva Tierra.

Por lo tanto, la Nueva Jerusalén Celestial, la Esposa del Cordero de Dios, el Tabernáculo de Dios, ¡es la Casa (la Morada) de Dios! Amén.  A través de ella el Dios Todopoderoso vivirá entre las personas naturales en la Nueva Tierra "y será su Dios"; y ya no habrá más pena, llanto, dolor o muerte.

En este punto, permítanme insistir en un importante tema, referente a la relación de FE de los Escogidos y del Pueblo Redimido de Dios, con Dios, su Redentor.  Como una nación de personas escogidas,  Israel fue considerado una Novia del Señor (Is. 62:5; Jer. 3:8,14).  En la Dispensación del Evangelio, los Cristianos (la Iglesia y Cuerpo de Cristo), también son una Novia del Señor. Ambos se juntaron como uno en la Cruz de Jesucristo. Leer Efesios 2-3.  La construcción y la hechura de la Ciudad Santa Nueva Jerusalén, la (Novia - ) Esposa del Señor, comenzó cuando LA PIEDRA DE FUNDAMENTO FIRME fue puesta sobre la Cruz del Calvario. Sin embargo, las casas en esta Nueva Jerusalén son establecidas en niveles. (Recuerde que esta Ciudad Santa aparecerá en la Era Eternal del Cielo Nuevo y la Tierra Nueva y no antes de eso. No será encontrada en la Era de la Regeneración). Todos aquellos que deben ser redimidos y les han de ser dados Cuerpos Glorificados, hayan vivido antes o después de la Cruz, son los convocados, conocidos con diferentes nombres:  Discípulos de Jesús, Iglesia, Cuerpo de Cristo, Elegidos, Escogidos, Santos, Amados de Dios, etc. Sin embargo, a causa de que Adán y Eva fueron puestos en el Huerto del Edén como un tipo de Cristo y de los Redimidos, el término Novia de Cristo, o la Esposa del Cordero, es el más adecuado para describir la relación.

Ahora, el foco de cualquier ciudad (antigua) es el palacio de su Rey.  En este caso, el foco es el Templo y el Tabernáculo. Por lo tanto, el Templo (Gr.: naos, santuario propiamente dicho), debe ser construido primero, seguido por el Tabernáculo (Gr.: skene, el edificio completo). Luego, otras casas son construidas alrededor de éste (ver Números 2). Entonces, de acuerdo a San Pablo, incluso la resurrección de los santos tomará lugar en fases: "Pero cada uno en su debido orden: Cristo, las primicias; luego los que son de Cristo,  en su venida" (1 Cor. 15:23; ver Rom. 12:4; Ap. 14:4).  Ahora observe: Anteriormente a sus visiones de la Ciudad Santa (en Ap. 21), el Apóstol Juan no vio la Ciudad Santa en el Cielo.  Sin embargo, él sí vio al edificio más importante de la Ciudad Santa en el Cielo - el Templo del Tabernáculo de Dios (Ap. 11:19a; 15:5,8a). Esto apunta a Cristo (el Templo), siendo en los Redimidos (el Tabernáculo), en el Cielo. Pero este grupo de Redimidos sólo son las "primicias" de Cristo, que fueron cosechados del campo del mundo, porque fueron uno con LA PALABRA en sus días. "Si las primicias son santas, también lo es la masa restante; y si la raíz es santa, también lo son las ramas" (Rom. 11:16). Estos son los miembros escogidos de Su Cuerpo, que escucharon lo que el Espíritu del Señor dijo en sus días.  Ellos creyeron y recibieron la Palabra Prometida de Dios. Son los que están llenos del Espíritu.  Podemos decir que ellos son los creyentes "prudentes", de todas las edades, quienes vivieron y caminaron en la Palabra todo el camino. Son verdaderamente uno con la Palabra, y la  Gloria del Señor Dios está en ellos. Por lo tanto, son el único grupo de personas, a quienes se les dará "lino fino, limpio y blanco",  después de  su resurrección para asistir a la Gran Cena de Bodas del Cordero, en el Cielo.

Su Gloria

Verso 11:

"Teniendo la gloria de Dios. Y su fulgor era semejante al de una piedra preciosísima, como piedra de jaspe, diáfana como el cristal".

Como fue preanunciado en el Tabernáculo de Moisés y en el Templo de Salomón, la Ciudad Santa Nueva Jerusalén, también tendrá la Gloria de Dios en ella. La Gloria de Dios es la Palabra de Dios. Y le es dada a ella por cubierta. Sí, Cristo la Palabra es dado a los santos por Cubierta, Defensa y Protección. "Su fulgor era semejante al de una piedra preciosísima, como piedra de jaspe, diáfana como el cristal", significa que no hay defecto, corrupción, maldad, ni mancha de ninguna clase, en la Esposa del Cordero.  Obviamente, porque ella es Una con la Palabra.  Ella ha recibido la Simiente de la Palabra y es Fructífera.  Más aún, su luz es tan clara como el cristal, la cual penetra profundamente en los rincones de su alma y espíritu (ver Heb. 4:12).  Es hermosa, preciosa, valiosa y  atractiva en los ojos de su Señor, Maestro y Dios.

Su Dimensión

Verso 12:  "Tenía un muro grande y alto con doce puertas; y en las puertas doce ángeles, y nombres inscritos, que son los de las doce tribus de los hijos de Israel";
Verso 13:   "al oriente tres puertas; al norte tres puertas; al sur tres puertas; al occidente tres puertas".
Verso 14:   "Y el muro de la ciudad tenía doce  cimientos, y sobre ellos los doce nombres de los doce apóstoles del Cordero".
Verso 15:   "El que hablaba conmigo tenía una caña de medir, de oro, para medir la ciudad, sus puertas y su muro".
Verso 16:   "La ciudad se halla establecida en cuadro, y su longitud es igual a su anchura; y él midió la ciudad con la caña, doce mil estadios; la longitud, la altura y la anchura de ella son iguales".
Verso 17:    "Y midió su muro, ciento cuarenta y cuatro codos, de medida de hombre, la cual es de ángel".

El alto y gran muro de cualquier ciudad literal es construido para proteger a sus personas o pueblos de cualquier ataque del enemigo, manteniéndolo afuera. Espiritualmente, esto tipifica a la Esposa del Cordero, teniendo la Cubierta de Dios, la Defensa y la Protección en el muro, y los  "impíos" son mantenidos afuera del muro de la Ciudad Santa de Dios - "Bienaventurados los que lavan sus ropas, para tener derecho al Arbol de la Vida, y para entrar por las puertas en la ciudad. Mas los perros estarán fuera, y los hechiceros, los fornicarios, los homicidas, los idólatras, y todo aquel que ama y hace mentira" (Ap. 22:14-15).  En el Antiguo Testamento vemos cuán importante era para Moisés hacer y llevar a cabo todo de acuerdo a los patrones que le fueron mostrados en el monte (Ex. 25:40; Heb. 8:5).  La disposición del campamento de Israel, como está registrada en Números 2, muestra el poder y la protección, custodiando el "corazón" de las personas - el Tabernáculo de Dios. Había cuatro lados - este, sur, oeste y norte - y una insignia a cada lado. Hay cuatro libros del  "Evangelio" en el Nuevo Testamento - Mateo, Marcos, Lucas y Juan; y hay cuatro Criaturas Vivientes guardando la Verdad del Evangelio - el León, el Buey, el Hombre y el Aguila Volando como circundando el Trono de Dios. Todo esto tipifica la Ciudad Santa Nueva Jerusalén que es guardada por doce ángeles ministradores, tres en cada uno de sus cuatro lados.

Una "caña de oro" fue utilizada para medir la Ciudad, las puertas y el muro. La "caña de oro" era el criterio divino de perfección impecable - sin mancha de pecado, sin engaño, y sin tergiversación. Así fue como Dios Se construyó Su Ciudad Santa, para morar en ella. Lo que El ha ordenado, lo llevará a cabo con precisión.  Ahora, el muro medía 144 codos.  El número 144 es la amplificación del número 12;  12 veces 12 es igual a 144.  Y el número 12 es un número extremadamente significativo en las Escrituras.  Es el número de los escogidos, en relación con el gobierno perfecto.  En el Antiguo Testamento, Dios llamó a los descendientes de Abraham, Israel, como una nación de personas escogidas.  En el Nuevo Testamento, El llamó a los pecadores, ambos Judíos y Gentiles, a arrepentirse en la Cruz de Cristo, para que puedan ser un cuerpo de personas escogidas - la Iglesia. Encontramos 12 Príncipes (porque habían 12 tribus de Israel) y 12 Apóstoles escogidos, quienes eran los fundamentos de la Iglesia.  Hay 12 puertas en el muro, alrededor de la Ciudad, con los nombres de las 12 tribus inscritos en ellas. Hay 3 puertas a cada uno de los cuatro lados; al este, al sur, al oeste y al norte, significando que los Santos Redimidos son reunidos desde los cuatro ángulos de esta tierra presente. Pero los nombres de las tribus no están indicados específicamente sobre estas puertas, como lo estaban en las puertas de la futura ciudad de Jerusalén (literal), en la Era de la Regeneración (Ezequiel 48:31-34).  Este es otro hecho que prueba que la Ciudad Santa Nueva Jerusalén no es una ciudad literal, con puertas literales.  Las 12 puertas, apuntan a los 12 principados (la autoridad de los príncipes) de Israel, porque fue a los hijos de Israel que los Oráculos de Dios fueron entregados (Hechos 7:38; Rom. 3:1-2).  La Palabra les fue traída a través de los profetas de Dios. Para ser parte de esta Ciudad Santa, uno debe entrar por sus puertas, ya que no hay otro modo de entrar en la Casa de Dios, la Familia de Dios.  Las 12 tribus de Israel poseían LA PALABRA.  Luego, a los 12 Apóstoles, quienes eran todos Judíos, les fue dada una "Piedra" especial, para las obras que fueron ordenados a hacer.  Siendo una parte de la Roca de los siglos, tenían la 'Roca de la Revelación', concerniente a Cristo Jesús, Quien era el Misterio de Dios revelado al mundo.  Sus "Piedras" eran fuertes y sólidas.  Sus revelaciones de LA PALABRA eran verdaderas.  Y sus "Piedras" formaron los fundamentos (o cimientos) de la Ciudad Santa.  [Las "piedras" fundacionales, fueron establecidas de tal manera que cada una estaba colocada entre las tres puertas de cada muro y de las cuatro esquinas. Por lo tanto, la estrecha relación entre el Antiguo y el Nuevo Testamento, es decir, uno no puede sostenerse sin el otro. (Nota:  Los 12 fundamentos no son 12 niveles de rocas dispuestas una encima de la otra. Leer 1 Pedro 2:3-8)] .  Sobre éstos fundamentos, más casas fueron construidas en la Ciudad Santa y la Familia de Dios fue aumentada.  Nada podría arrancar sus cimientos. Ellos no podrían ser destruidos. Sus revelaciones Apostólicas de los Oráculos de Dios estaban aseguradas a la Unica Piedra de Fundamento Firme - ¡Cristo la Palabra, la Roca de los siglos! (Is. 28:16). Por lo tanto, el número 144, siendo la amplificación del número 12, significa que los Elegidos de Dios (la Ciudad Santa) tienen Sus Oráculos, los cuales fueron primero dados a las 12 tribus de Israel, y también a los fundamentos de los 12 Apóstoles.  Considere que la coraza del Urim y el Tummim, utilizado por el Sumo Sacerdote, fue diseñado con cuatro hileras de piedras preciosas, con tres piedras montadas en cada hilera y el nombre de cada una de las doce tribus estaba grabado en cada piedra (ver Ex. 28:15-21, 30).  Esto demuestra que los Elegidos de Dios tienen el Fundamento Apostólico de la Palabra Profética. Amén.

El Profeta Isaías tuvo una visión de esta gran ciudad eterna, cuando profetizó de la "Ciudad del SEÑOR, Sion del Santo de Israel" (Is. 60:14) .  "Nunca más se oirá en tu tierra violencia, destrucción ni quebrantamiento en su territorio, sino que a tus muros llamarás Salvación y a tus puertas Alabanza. El sol nunca más te servirá de luz para el día, ni el resplandor de la luna te alumbrará, sino que el SEÑOR te será por luz perpetua y el Dios tuyo por tu gloria. No se pondrá jamás tu sol, ni menguará tu luna; porque el SEÑOR te será por luz perpetua, y los días de tu luto serán acabados" (60:18-20).

{Nota: Algunos predicadores están enseñando que hay un 13er. fundamento en la Nueva Jerusalén. Ellos dicen que el Apóstol Pablo, a quien llaman 'el 13er. Apóstol',  lo construyó exclusivamente para la Novia Gentil, quien es puesta en un reino más alto que el resto de la Ciudad Santa.  Amado, cree la Palabra - sólo hay 12 fundamentos, no 13.  El Apóstol Pablo que fue nacido fuera de tiempo, fue escogido para establecer un (no el) fundamento. Al igual que los otros apóstoles, él llevó el Evangelio a los Judíos, quienes lo rechazaron y Dios, entonces lo envió a los Gentiles.  Si los Judíos hubieran recibido las palabras de Pablo, recibirían las mismas bendiciones que los creyentes Gentiles tienen hoy.  Así es, porque hay SOLO UN EVANGELIO.  Pablo tomó el lugar de Judas Iscariote, quien traicionó a Cristo.  A pesar de que Matías "fue contado con los once apóstoles" (Hechos 1:26), él no era "el décimo segundo".  El no fue escogido directamente por nuestro Señor Jesucristo, sino que lo fue por votación hecha por los once apóstoles, quienes sintieron la necesidad de llenar la 'vacante'}.

La Ciudad Santa Nueva Jerusalén es perfecta y escogida de Dios, como es otra vez demostrado por el número 12 en la medición de la Ciudad, la cual "se halla establecida en cuadro", esto es, el largo y el ancho son iguales, 12.000 estadios por 12.000 estadios.  La altura es también de 12.000 estadios. {Nota: La palabra "cuadro" no incluye la medición de la altura. Muchos Cristianos creen lo contrario, a causa de la segunda oración en Apocalipsis 21:16. Por lo tanto, ellos creen que la Ciudad Santa está formada como un cubo, e interpretan que así es completa y perfecta en Dios.  Sin embargo, observe lo que dice en la primera oración: "La ciudad se halla establecida en cuadro, y su longitud es igual a su anchura", esto es, la Ciudad tiene cuatro lados iguales y es un cuadrado en forma. La palabra "cuadro", significa "cuatro lados iguales y cuadrado en forma". Esto no significa un cubo. Ver Exodo 30:2; 37:25; 38:8-9}.  En la numerología de la Biblia, el número 3 significa integridad, mientras el número 4 representa la tierra. Por lo tanto, la medida uniforme del largo, ancho y alto, habla de integridad, y los cuatro lados iguales nos muestran que la Esposa del Cordero es redimida de los cuatro ángulos de la tierra. (¿Recuerda el río que se separaba en cuatro cabezas, después de dejar el Huerto del Edén, y fluía hacia toda la tierra?).

Ahora, ¿qué nos dice la medida de la altura de esta Ciudad?.  Simplemente ésto: la Ciudad Santa Nueva Jerusalén, ¡no es una Ciudad literal! ¿Nos han hablado de la altura de alguna ciudad en el mundo? El tamaño de una ciudad sólo se mide por la superficie del área que ocupa.  Usted simplemente, no mide su altura; si así lo hiciera, ¿cómo la mediría? ¿Por el edificio más alto? (Si así es, ¿para que propósito serviría?). Y ya que la Nueva Jerusalén tiene 12.000 estadios (alrededor de 1.500 millas o 2.200 kilómetros) de altura, ¿es ésa la medida del edificio más alto? ¡Por supuesto que no! Por lo tanto, la dimensión de su longitud, anchura y altura es para mostrarnos el volumen de su tamaño, dándonos una idea del gran número de personas que están predestinadas para ser redimidas y vestidas con cuerpos glorificados. (Observe el número de veces que el número 12.000 es usado - 3 veces 12.000.  Esto nos habla de la integridad de la Ciudad Santa y de la perfección del control, liderazgo o gobierno de Dios).  Sin embargo, para aquellos que insisten en que la Ciudad Santa es una ciudad literal que se ve como un cubo, y que reemplazará a la ciudad de Jerusalén o estará sobre ella, consideren el tamaño de la Ciudad:  12.000 estadios por 12.000 estadios (o 1.500 millas por 1.500 millas). La Ciudad de Jerusalén en los tiempos Bíblicos era de alrededor de 1 milla y 1/4 por 1 milla (2.000 metros por 1.600 metros).  Hoy en día, es de aproximadamente 7 millas por 6 millas. En la Era de la Regeneración, la Ciudad medirá 12 millas por 12 millas  (19 kmts. por 19 kmts.) .  Si la Ciudad Santa, en el Cielo Nuevo y la Tierra Nueva, es una ciudad literal, ¿Cómo va a encajar en la localidad de la Tierra de Israel? Por supuesto, no será así, porque las fronteras actuales ya no existirán más en la Tierra Nueva. Eso debe decirnos algo.  Entonces, otra vez, ¿qué ocurre con la altura de la Ciudad? Con su altura de cerca de 1.500 millas (2.200 kmts.), alrededor de 500 millas (805 kmts.) se saldrían de la tierra.  Y ¿podría el "trono de Dios y del Cordero" (Ap. 22:1) estar en alguna parte en esa área más alta de la Ciudad? Amado, no olvide que las personas naturales en la Tierra Nueva no tendrán cuerpos sobrenaturales.  Serán como Adán y Eva antes de su caída.  Necesitarán oxígeno para respirar y vivir.  (Sin un equipamiento especial, respirar es imposible incluso a una altura de 10 millas, o 16 kmts.  El aire se acaba cuando la altitud aumenta).  Por lo tanto, ¿cómo van a aproximarse al Trono del Señor en esa gran altura?  Ahora, algunos de ustedes pueden ser lo suficientemente infantiles, pensando que Dios puede hacer esto o aquello,  para hacer las cosas posibles,  como aumentar la altura de la atmósfera.  Sí, eso es posible, pero Dios no cambia Su pensar acerca del orden determinado de Sus creaciones, las cuales ya ha creado en una perfecta "buena" condición, y ordenado como está registrado en el Libro de Génesis. Cada estrella, cada planeta y cada cosa en todo el universo ha sido perfectamente establecida en su curso, con su peso y volumen perfectamente medidos (Job 28:24-27;  Is. 40:12).  Dios nunca hace errores.  El es una Gran Científico. Por lo tanto, Dios no tiene que alterar el peso y el volumen de nada de lo que ya ha creado sobre la tierra.

Ahora, en una medición dada de cualquier ciudad no hay dimensión de su altura. La altura de la Ciudad Santa Nueva Jerusalén es dada para llamar nuestra atención a la forma de Pirámide.  La Pirámide es la única estructura que tiene una Piedra Principal además de la Piedra de Esquina.  La Piedra principal es la 'Piedra de Coronación' (o Piedra de Corona) sobre la cima de la Pirámide.  La Gran Pirámide de Giza nunca fue coronada con su Piedra Principal. {Según los Piramidólogos, algunos de los descendientes de Seth, probablemente en la generación de Enoc, quienes emigraron a Egipto y eran llamados los 'reyes pastores' por los Egipcios, fueron los constructores de la Gran Pirámide de Giza. No fue construida para ser utilizada como una tumba.  (Los Egipcios más tarde copiaron la estructura y construyeron pirámides para el propósito de darle culto y sepultura a sus Faraones muertos).  Ellos creen que la Gran Pirámide contiene el Evangelio de Dios en sus piedras.  Las detalladas estructuras dentro de esa pirámide dicen la 'Historia del Evangelio',  del Príncipe de las Tinieblas y su Pozo del Abismo, de la Caída de la Humanidad, del Llamamiento de un Pueblo Escogido, Israel, siendo la Reina de Aquel que la escogió, de la Era de la Ley, de la Edad de la Gracia (Evangelio), del Rey Resucitado, de Su Juicio Venidero, etc.  Los cuatro lados iguales de la Gran Pirámide estaban originalmente revestidos por una cubierta de piedras que reflejaba la luz del sol, como el vidrio pulido} .

Considere estas Escrituras: "Por tanto, el Señor Dios dice así: He aquí que yo he puesto en Sion por fundamento una piedra, piedra probada, angular, preciosa, de cimiento estable; el que creyere, no se apresure" (Is. 28:16);  "Por lo cual también contiene la Escritura: He aquí, pongo en Sion la principal piedra del ángulo, escogida, preciosa; y el que creyere en ella, no será avergonzado. Para vosotros, pues, los que creéis, él es precioso; pero para los que no creen, La piedra que los edificadores desecharon, Ha venido a ser la cabeza del ángulo; y: Piedra de tropiezo y roca que hace caer, porque tropiezan en la palabra, siendo desobedientes; a lo cual fueron también destinados" (1 Pedro 2:6-8,  ver Salmo 118:22; Mateo 21:42; Isaías 8:14);  " ¿Quién eres tú, oh gran monte? Delante de Zorobabel serás reducido a llanura; él sacará la primera piedra con aclamaciones de: Gracia, gracia a ella" (Zac. 4:7).

Arquitectónicamente, la 'Piedra de Corona' sobre la cima de la Pirámide es la única piedra angular que une a todas las otras esquinas, así como también a toda la estructura. Por lo tanto,  la "Cabeza del ángulo" y la "Piedra angular", Jesucristo,  no es sólo la Piedra Fundacional, sino que también es la Piedra  Principal Angular (La palabra "piedra principal angular" es en Gr.: "akrogoniaios", en donde "akron" significa "lo más alto, extremo, tope, cima, parte superior" y "gonia" significa "esquina, ángulo").  Es en esta Roca que nosotros como piedras vivientes somos construidos como habitación de Dios. El es aquel que une nuestras vidas como un todo: "Edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra angular Jesucristo mismo, en quien todo el edificio, bien coordinado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor; en quien vosotros también sois juntamente edificados para morada de Dios en el Espíritu" (Ef. 2:20-22).  Sí, la Piedra se ha convertido en una alta y grande Montaña (ver Daniel 2).  {Observe que una montaña se ve como una pirámide, no como un cubo. El armazón piramidal es estructuralmente muy estable. No puede ser empujado o deformado. Una estructura cúbica es distinta, si uno de sus lados es desplazado, ya no es más un cubo.}

El Reglamento Divino y la Escala de Autoridades


Cuando pensemos en la Ciudad Santa,  Nueva Jerusalén, en la forma de PIRAMIDE, comenzaremos a comprender el misterio de Dios Mismo. La Palabra de Dios es el punto central en el cual todas las cosas consisten y están envueltas, y está escondido en Dios Mismo (Juan 1:1-4).  Y El escogió revelar el Misterio de la Palabra Escondida en Su Hijo Unigénito, el Señor Jesucristo (Col. 1:15-19).  Cristo el Señor es la concepción de Dios,  Su intención definitiva, para morar en un Tabernáculo de Personas Espirituales, así como para morar en un pueblo natural sobre la tierra.  Dios quiere una Casa y una Familia.  Y es en y a través de la Piedra Principal, que El busca lograr esa Casa y Familia para Sí.

La estructura piramidal es ciertamente, el gran arquetipo de la Ciudad Santa terminada, y es el símbolo de nuestro Señor y Su Esposa  como el gobierno de la Tierra Nueva. No podemos hacer menos que reconocer que Yahwéh, el Fundador y Constructor, ha diseñado y ordenado la disposición divina de reglas y escalas de autoridades, dentro de Su Ciudad Santa Nueva Jerusalén.  Todos los santos de Dios serán recompensados y les serán dados rangos, en  el orden posicional predestinado por el preconocimiento de Dios. "Porque de la manera que en un cuerpo tenemos muchos miembros, pero no todos los miembros tienen la misma función" (Rom. 12:4).  Básicamente, todos los santos serán clasificados de acuerdo a su permanencia en LA PALABRA de Dios, y cada uno de ellos tendrá que dar cuenta de sí mismo a Dios (Mateo 18:23; Rom. 14:12; 1 Cor. 3:8, 11-15; Ap. 22:12).  Por lo tanto, ¿qué vemos dentro de las reglas y escalas de autoridades?  En el Vértice de la escala piramidal está Cristo, la Piedra Principal.  El es el Pico de la "grande y alta montaña".  Y junto con las personas naturales sobre la Tierra Nueva, debemos mirarle con reverencia, porque por El la tierra será redimida al Padre.  En el nivel siguiente al Pico, estarán los "Veinticuatro Ancianos", seguidos por los Santos de 'Primera Clase' - la "Iglesia del Primogénito" - de cada Edad de la Iglesia.  Obviamente, las  "Vírgenes Fatuas" y los "Judíos Fieles",  quienes murieron por su fe en la Gran Tribulación, estarán en el siguiente nivel en la escala.  Aquellos en la "Asamblea General", a quienes se les dará Vida Eterna en el Juicio ante el Gran Trono Blanco, en la Segunda Resurrección, ocuparán el nivel más bajo en la escala.

La Hermosa Ciudad de Dios

Verso 18: "El material de su muro era de jaspe; pero la ciudad era de oro puro, semejante al vidrio limpio;"
Verso 19:  "y los cimientos del muro de la ciudad estaban adornados con toda piedra preciosa.  El primer cimiento era jaspe;  el segundo, zafiro;  el tercero, ágata;  el cuarto, esmeralda;"
Verso 20: "el quinto, ónice;  el sexto, cornalina;  el séptimo, crisólito;  el octavo, berilo;  el noveno, topacio;  el décimo, crisopraso;  el undécimo, jacinto;  el duodécimo, amatista."
Verso 21 :  "las doce puertas eran doce perlas; cada una de las puertas era una perla. Y la calle de la ciudad era de oro puro, transparente como vidrio".

En verdad, la hermosa Ciudad Santa de Dios está más allá de la descripción. Su verdadera belleza espiritual sólo puede ser sentida y comprendida por el hombre interior. Por lo tanto, hermosas y preciosas substancias son utilizadas para describir la Ciudad Santa. Ella es construida perfectamente de acuerdo con el Patrón Celestial en la Mente de Dios, y no hay error en la Esposa del Cordero (ver vs. 9, 15-17;  Deut. 32:4; 2 Cr. 8:16; Heb. 13:21)  porque,  ella fue preconocida y predestinada de Dios como tal (Ef. 1; Heb. 4:3).

Observe que el muro es de jaspe. La piedra de jaspe puro es translúcida e incluso clara y transparente. Refleja a los santos de Dios teniendo una impecable cobertura del Espíritu Santo del Señor; sus vidas son como libros abiertos para ser leídos de todos los hombres. No hay nada en la vida de los santos que necesita ser escondido de los ojos del mundo. Incluso la Ciudad es de "oro puro, semejante al vidrio limpio", lo cual significa que ella ha sido purgada de toda escoria a través de pruebas de fuego, hasta estar tan limpia como el vidrio (ver 1 Cor. 3:11-17; 1 Pedro 1:7; 2:5).  Sí, hay divinidad en los redimidos.  Ella es perfecta en toda su fe. Y con la Gloria de Dios, que es LA PALABRA,  la Luz brillando en y a través de ella, ciertamente se mezclarán como Una Luz Clara (ver Ap. 21:11).  Observe también que  "la calle era de oro puro, transparente como vidrio".  Esta es exactamente la clase de calle sobre la cual los santos caminan en sus vidas presentes y sobre la cual continuarán caminando en la Tierra Nueva. Desde tiempos inmemoriales, el Unico Camino (Uno) al Padre Celestial ha sido a través de Aquel que es El Camino, La Verdad y La Vida.

Las piedras preciosas puras son producidas por un proceso de tremenda presión, calor y otros elementos. El brillo y la belleza de los doce diferentes cimientos de piedra, de varios colores de rojo,  púrpura, azul, blanco, verde y amarillo oro, refleja los caracteres celestiales y santos de los Santos, quienes han sido comprados por la sangre preciosa del Hijo de Dios, sus alabanzas eternas y bendiciones divinas.  Y estas son las VERDADES (REVELACION DE) que sus Padres Apostólicos han enseñado y por las cuales, incluso, han dado sus vidas. Por lo tanto,  cada una de las doce piedras ejemplifica la belleza y esplendor de la vida sacrificial de ese Apóstol.

Las perlas simbolizan el sufrimiento bajo presión,  producido por la 'irritación'.  Las doce puertas, siendo doce perlas, representan a los doce príncipes de Israel, que han pasado bajo muchos sufrimientos por llevar el Nombre y la Palabra de Yahwéh, hasta el tiempo señalado en que habrían de traer al Hijo Varón del Señor, su Mesías.  Sufrieron muchas aflicciones provocadas por el Adversario de Dios, a través de las naciones alrededor de ellos. Bajo tales condiciones, se han convertido en perlas preciosas e invaluables a la vista de Dios. Sí, Dios siempre traerá lo mejor de Su pueblo por medio de pruebas 'irritantes' y sufrimientos infligidos sobre ellos por los enemigos.

El Templo de la Ciudad Santa

Verso 22:

"Y no vi en ella templo; porque el Señor Dios Todopoderoso y el Cordero, son su templo".

Moisés, el Libertador de los hijos de Israel, fue divinamente instruido por el Dios Todopoderoso para construir el Tabernáculo de acuerdo a los patrones mostrados en la montaña (Ex. 25:40; Heb. 8:5).  Del simple Tabernáculo de Moisés,  fue creciendo en estatura a lo largo de las Edades, en la forma del Templo de Salomón y del Templo venidero en el Reino Milenial de Cristo.  Todo esto refleja la Gloria de Dios en Cristo Jesús y en los Santos, completando así el Verdadero Tabernáculo,  LA CIUDAD SANTA NUEVA JERUSALEN, que estaba en la Mente de Dios desde antes de la fundación del mundo.  Por lo tanto, el Apóstol Juan no vio otro Templo en ella, más que el Templo que era Cristo Jesús, ¡el Cordero de Dios! Cristo es el Templo de Dios.  Dios y Cristo Uno son. ¡Amén!  "El Señor Dios Todopoderoso y el Cordero son el Templo" de la Ciudad Santa Nueva Jerusalén (ver Juan 17:20-26).  El "Templo" dentro de la Ciudad Santa Nueva Jerusalén, nos muestra perfectamente la unidad de Cristo y Sus Redimidos.

Verso 23:


"La ciudad no tiene necesidad de sol ni de luna que brillen en ella; porque la gloria de Dios la ilumina, y el Cordero es su lumbrera".

Aunque el sol, la luna y las estrellas están allí, los Santos Glorificados - la Ciudad Santa Nueva Jerusalén - no necesitan su luz, porque el Cordero de Dios, la Palabra de Dios, el Pilar de Fuego,  es su Luz.  Dios es Luz (1 Juan 1:5).  El mora en la Luz (1 Tim. 6:16). (En este punto de nuestro estudio, debemos estar convencidos por la revelación de la Palabra, de que la Ciudad Santa Nueva Jerusalén, definitivamente no es una ciudad literal, en una localización específica, sino que se refiere a los Santos Glorificados en quienes Dios mora.  Un verdadero santo espiritual no puede estar tan ciego para ver esto de otra forma).  La "gloria de Dios" es la Palabra de Dios, y la Palabra se encuentra dentro del Cordero, Quien es el Templo de la Ciudad Santa "En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres... Aquella luz verdadera, que alumbra a todo hombre, venía a este mundo" (Juan 1:4,9 - ver 8:12; Is. 60:19; Salmo 36:9).

Verso 24:

"Y las naciones que hubieren sido salvas andarán a la luz de ella; y los reyes de la tierra traerán su gloria y honor a ella".

Durante el Reino Milenial de Cristo, conocido como la Era de la Regeneración (Mateo 19:28), la población de la tierra será repuesta con los descendientes de las naciones de personas "ovejas" (Mateo 25:31-46).  Estas personas tendrán que obedecer la Ley y la Palabra del Señor, a fin de limpiarse y 'deshibridarse' de su naturaleza caída (ver Salmo 119:9; Juan 15:3). Inmediatamente después del período de mil años, Satanás será liberado de su prisión, para probar la lealtad del pueblo, quien,  hasta entonces,  no habrá tenido que enfrentar ningún examen, prueba o tentación en sus vidas.  Muchos rechazarán la Ley y la Palabra de Dios, y se unirán a Satanás en su rebelión contra Dios, terminando en el Lago de Fuego (Ap. 20:7-10). El remanente de las naciones de personas que permanecerán leales a Cristo el Señor, serán salvadas de la maligna seducción de Satanás.  Manteniendo firme la Palabra, han demostrado que la naturaleza caída de sus almas ha sido completamente purgada y 'deshibridada'.  Y caminarán por la preciosa Luz que ilumina desde EL TABERNACULO DE DIOS, LA CIUDAD SANTA, quien es los SANTOS GLORIFICADOS, que serán ubicados a lo largo de la Tierra Nueva.  Esta es una Ciudad Espiritual - el SANTO MONTE DE DIOS - en el que las naciones de la tierra traerán su gloria y honor (alabanzas) a través de las puertas (ver Is. 60:18b). 

Versos 25 y 26

"Sus puertas nunca serán cerradas de día, pues allí no habrá noche".


"Y llevarán la gloria y la honra de las naciones a ella".

Verdaderamente, a diferencia de la ciudad de Jerusalén, cuyas puertas deben ser cerradas de noche para proteger a sus habitantes, las puertas de la Nueva Jerusalén no necesitan nunca ser cerradas, ya que no habrá noche (oscuridad) en ella.  La Ciudad Santa estará llena de la Luz de la Gloria de Dios, irradiando de los Santos Glorificados.  Y donde sea que estén los Santos Glorificados sobre la Tierra Nueva, la Luz de la Vida en ellos alumbrará espontáneamente a todos los habitantes alrededor de ellos. A través de las "puertas" (la autoridad de la Palabra) ,  los gobernadores nacionales  (o líderes) de la tierra, traerán la adoración, la alabanza, el esplendor, la reverencia, el tributo, el homenaje, etc. de sus naciones a la Ciudad Santa.  A diferencia de los adoradores en los días antiguos, las naciones de personas de la Tierra Nueva no tendrán necesidad de viajar grandes distancias, no tendrán que hacer sacrificios, no necesitarán un santuario propio y no habrá velo entre ellos y Dios, porque Dios Mismo estará presente en Su Sagrado Tabernáculo de Santos, para morar entre las personas.

Verso 27:


"No entrará en ella ninguna cosa inmunda, o que hace abominación y mentira, sino solamente los que están inscritos en el Libro de la Vida del Cordero".

Este verso sólo es una reflexión retrospectiva, ya que todos los males habrán sido destruidos para el tiempo en que la Nueva Jerusalén esté completa.  Sin sombra de duda, la Ciudad Santa Nueva Jerusalén ¡es la Santa y Glorificada Esposa del Cordero! Es la Casa Eterna del Padre,  y ningún pecado puede entrar ni ser encontrado en ella, porque todos los pecadores habrán sido echados al Lago de Fuego.  Para convertirse en un ciudadano y ser parte de la Ciudad Santa, uno debe recibir la Palabra y ser nacido de nuevo durante la Edad del Evangelio.  Una vez que esa Edad termine, a aquellos que sobrevivan a la Gran Tribulación y sean juzgados como las "ovejas", les será dada vida, para repoblar la tierra en la Era de la Regeneración (Mateo 25:31-46 - ver Ap. 13:8).  Después de ese período de mil años de regeneración, sólo aquellas personas cuyos nombres se encuentren en el Libro de la Vida, serán salvas.  Y aquellas personas naturales que son purgadas y santificadas por la Palabra, tendrán el derecho de entrar en la Ciudad Santa, y traerán la gloria y el honor de sus naciones.  Sin embargo, no tendrán el derecho de ser ciudadanos de la Ciudad.

Cristo Jesús, el postrer Adán, Quien es Dios y Hombre, vino a cumplir el Plan de Redención de Dios y para reunir una Familia Espiritual Glorificada de Hijos e Hijas de Dios, para el Padre Celestial.  El también vino para redimir a la Tierra y para restaurarla a su estado original, como era en el principio, para un Pueblo Natural como el primer Adán. La Edad del Evangelio es una parte del Gran Plan Eterno de Dios, por la cual El llamaría, justificaría y glorificaría un pueblo preconocido desde antes de la fundación del mundo (Rom. 8:30).  El Padre Eterno ha predestinado a estas personas para ser los hijos de Su Gloriosa Familia y para que sean vestidos con un cuerpo espiritual como el de Su Hijo Unigénito, el cual irradia resplandecientemente la gloria del Señor.  Por otro lado, un pequeño número de personas naturales que vivirán en la Era de la Regeneración y que no serán engañadas por Satanás, cuando éste sea liberado de su prisión de mil años,  serán restauradas al estado del primer hombre, Adán, quien en su cuerpo natural original habría vivido por siempre si no hubiese pecado. Aunque ellos no serán una parte de la Familia Glorificada de Dios, de hijos e hijas, seguirán siendo "su pueblo" y Dios será "su Dios".  Mientras Dios more con un pueblo natural sobre la Tierra Nueva en la Era Eternal,  la Gloria de la Esposa espiritual del Cordero, quien es el Tabernáculo de Dios, la Ciudad Santa Nueva Jerusalén, será manifestada. "He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y El morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios" (Ap. 21:3).