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LA CIUDAD SANTA, NUEVA JERUSALEN


Apocalipsis capítulo 21:

Versos 9 y 10:

"Vino entonces a mí uno de los siete ángeles que tenían las siete copas llenas de las siete plagas postreras, y habló conmigo, diciendo: Ven acá, yo te mostraré la desposada, la esposa del Cordero".

"Y me llevó en el Espíritu a un monte grande y alto, y me mostró la gran ciudad santa de Jerusalén, que descendía del cielo, de Dios".

El Apóstol Juan fue llevado en el Espíritu a "un monte grande y alto", para ver esa Gran Ciudad Celestial, la Santa Jerusalén, así como el Profeta Ezequiel fue llevado en el espíritu (en sus días), a "un monte muy alto", donde se le mostró el templo y la ciudad de David (Ezequiel 40:2). Recuerde que tales frases significan una posición suprema de gran autoridad y admirable.  Esta es la gran posición celestial en que la Esposa Glorificada de Cristo se sentará con El, ya que el Dios Todopoderoso y el Cordero morarán en ella (ver Ef. 1:3, 19; 2:6). Sí, ella se sentará como una Reina (en el Cielo Nuevo y la Tierra Nueva), así como también se sentará con Cristo como Su Reina en la Era de la Regeneración.

La Palabra del Señor es clara cuando establece que la Ciudad Santa, Nueva Jerusalén es "la novia, la esposa del Cordero". 

Y sabemos que "la novia, la esposa del Cordero" son los Santos Redimidos y Glorificados de Cristo.  Amado, no piense en ningún momento que la Ciudad Santa, Nueva Jerusalén es una ciudad literal. Dios no vive en una casa hecha con manos. Lea Marcos 14:58, 2 Cor. 5:1-2, Heb. 9:11 y 10:5. Pregúntese usted mismo ¿cómo puede una ciudad literal ser la Esposa del Cordero? Dios es un Espíritu. Dios es Santo y mora en Luz. El no necesita una casa literal, o una ciudad, para vivir, de otro modo habría hecho una en el Huerto del Edén en el principio. Algunos pueden imaginar que la Ciudad Santa, Nueva Jerusalén es una ciudad literal de mansiones creadas para los Santos. Pero, ¿de qué le sirve una mansión de oro a un Santo Glorificado? ¿Hay realmente necesidad de ello, cuando los Santos poseen un mejor cuerpo que el de los seres Angelicales, un cuerpo espiritual como el de nuestro Señor Jesucristo, que no está hecho de los elementos de la tierra? Piense: ¿Adán y Eva necesitaban vivir en una casa hecha con manos antes de la Caída?

Ahora, todos los ejemplos en el Antiguo Testamento siguieron los patrones Celestiales. Ellos fueron sombras de las cosas Celestiales (Heb. 8:5). El Tabernáculo de Moisés y el Templo de Salomón prefiguraron a Cristo Jesús y Su Cuerpo de creyentes en la Era de la Redención de Gracia. Pero Dios no está levantando un Edificio; El está construyendo una Ciudad. Jesús dijo: "En la casa de Mi Padre hay muchas mansiones" (Juan 14:2a, ver Ef. 2:19; 1 Cor. 12:12,20). La palabra "casa" contiene estos significados: "familia, residencia, hogar, lugar de descanso (morada)". En otras palabras, "en la residencia de mi Padre hay muchas casas (edificios)". Las Escrituras claramente dicen que Dios ha puesto Su Nombre en una Casa (Templo) en Jerusalén. En la Era de la Regeneración, Su Nombre permanecerá allí para siempre, "el Señor Está Allí", en el Templo Milenial en Jerusalén. Esto prefigura a Dios en Cristo ("el Señor Dios Todopoderoso y el Cordero, es el templo de ella", Ap. 21:22) en los redimidos (la Ciudad Santa, Nueva Jerusalén) en el Cielo Nuevo y en la Tierra Nueva. Y desde los días de los Hechos de los Apóstoles, la Ciudad Santa, Nueva Jerusalén ha ido progresivamente tomando forma. 

Después  de que la Piedra de Fundamento Firme (cuya Casa era Yahwéh) fue establecida en Sion (1 Pedro 2:6-8; ver Is. 28:16), y la Gloria Shekinah regresó en el Día de Pentecostés, más lugares de moradas (casas) fueron construidos mientras el Espíritu sopló vida dentro de los 120 discípulos, de los 3000 convertidos, y de muchos más. Todos ellos eran piedras vivientes siendo levantadas como una casa espiritual y puestas en la Santa Ciudad Celestial (1 Pedro 2:5; Ap. 3:12).

Sí, el Templo refleja a Cristo Jesús, Quien fue el primer edificio establecido en la Ciudad Santa, Nueva Jerusalén, cuya Ciudad comprende a todos los Redimidos del Señor. Por lo tanto las palabras del Señor Jesús: "En la casa de mi Padre muchas moradas hay (o edificios); si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy pues a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere  y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis". (Juan 14-3 - paráfrasis mía). Y las palabras de los profetas, Isaías y Zacarías: "Y creará Jehová sobre toda la morada del monte de Sion, y sobre los lugares de sus convocaciones, nube y oscuridad de día, y de noche resplandor de fuego que eche llamas; porque sobre toda gloria habrá un dosel" [Heb.: chuppah - cubierta, protección, defensa] (Is. 4:5); "Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Celé a Sion con gran celo, y con gran ira la celé. Así dice Jehová: Yo he restaurado a Sion, y moraré en medio de Jerusalén; y Jerusalén se llamará Ciudad de la Verdad, y el monte de Jehová de los ejércitos, Monte de Santidad" (Zac. 8:2-3). ¡Aleluya! "El Señor Esta Allí", para siempre en Sus Redimidos, la CIUDAD SANTA,  NUEVA JERUSALEN - "Y no vi en ella templo; porque el Señor Dios Todopoderoso y el Cordero, son el templo de ella" (Ap. 21:22).

Como nos hemos dado cuenta, la Ciudad Santa, Nueva Jerusalén es el Pueblo Redimido de todas las edades, desde los tiempos en que Adán se levantó hasta el final del Juicio ante el Gran Trono Blanco. Y todo este Pueblo Redimido tiene Cuerpos Glorificados. Así como una novia es preparada para su esposo, así los Redimidos son también hermosamente preparados desde el mismo principio del tiempo, para ser el Tabernáculo Espiritual de Dios. Ahora, ésta es la "Ciudad que tiene fundamentos, cuyo arquitecto y constructor es Dios", la cual Abraham, el Padre de nuestra Fe estaba buscando. Estará completa después del Juicio ante el Gran Trono Blanco. Y después de que el Cielo Nuevo y Tierra Nueva sean creados, Dios establecerá la Ciudad Santa sobre la Nueva Tierra.

Por lo tanto, la Nueva Jerusalén Celestial, la Esposa del Cordero de Dios, el Tabernáculo de Dios, ¡es la Casa (la Morada) de Dios! Amén. A través de ella el Dios Todopoderoso vivirá entre las personas naturales en la Nueva Tierra "y será su Dios"; y ya no habrá más pena, llanto, dolor o muerte.

Su  Gloria

Verso 11:

"Teniendo la gloria de Dios. Y su fulgor era semejante al de una piedra preciocísima, como piedra de jaspe, diáfana como el cristal".

Como fue preanunciado  en el Tabernáculo de Moisés y en el Templo de Salomón, la Ciudad Santa, Nueva Jerusalén, también tendrá la Gloria de Dios en ella. La Gloria de Dios es la Palabra de Dios. Y le es dada a ella por cubierta.  Sí, Cristo la Palabra es dado a los santos por Cubierta, Protección y Defensa. "Su fulgor era semejante al de una piedra preciosísima, como piedra de jaspe, diáfana como el cristal", significa que no hay defecto, corrupción, maldad, ni mancha de ninguna clase, en la Esposa del Cordero. Obviamente, porque ella es Una con la Palabra. Ella ha recibido la Simiente de la Palabra y es Fructífera. Más aún, su luz es tan clara como el cristal, la cual penetra profundamente en los rincones de su alma y espíritu (ver Heb. 4:12). Es hermosa, preciosa, valiosa y atractiva en los ojos de Su Señor, Maestro y Dios.