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LA REVELACION DE JESUCRISTO - 3


 Apocalipsis Capítulo 3

La Carta a la Iglesia en la Edad de Sardis

Versos 1 y 2:

"Escribe al ángel de la iglesia en Sardis; el que tiene los siete espíritus de Dios, y las siete estrellas dice esto: Yo conozco tus obras, que tienes nombre de que vives, y estás muerto".

"Sé vigilante, y afirma las otras cosas que están para morir; porque no he hallado tus obras perfectas delante de Dios".

Es claro que los Siete Espíritus de Dios (asignados a los Siete Angeles), trabajaron con, y a través de las Siete Estrellas en las Siete Edades de la Iglesia. El quinto de los Siete Espíritus (en el Quinto Angel) confió el mensaje de Cristo a Martín Lutero, el Mensajero a la Edad de Sardis. Lutero fue enseñado por la profetisa Jezabel (Iglesia Católica Romana) un tiempo antes de que recibiera una revelación, cuando escuchó la Voz de Dios diciendo: "El justo por la fe vivirá".

El huyó de la seducción de la profetisa. Entonces hubo un reavivamiento de fe sobre toda Alemania, después de que escribiera las 95 tesis contra el sistema Papal y las clavara en la puerta de la Catedral de Wittenberg, Alemania, en el año 1517. Esto comenzó lo que comúnmente es conocido como Edad de la Reforma, pero Dios le llamó la Edad de Sardis - "los que escapan" - porque el pueblo estaba preparado para salir de la iglesia apóstata. El sistema Papal fue fatalmente herido.

Fue algo desafortunado el hecho de que esta Edad terminara tan rápido, alrededor del año 1750. Dios sabía sobre sus obras - sus hechos - porque después del avivamiento que los movilizó hacia la Vida de Dios, se cambiaron muy pronto al formalismo, que los hizo dejar afuera las cosas buenas e introducir las cosas corruptas. Ellos tenían un "nombre" con la reputación de ser vivos y activos, pero para el Señor estaba espiritualmente muertos. Ellos fueron advertidos para fortalecer las cosas Cristianas que mantenían, ya que estaban al borde de desvanecerse y morir.

El espíritu de la iglesia apóstata tuvo un fuerte impacto en esta Edad, en la cual le nacieron "hijas", cada una teniendo un "nombre". Estaban los Luteranos, los Calvinistas, los Brownistas, los Menonitas y muchos otros. Todos ellos tenían "obras" y "nombres" que daban la impresión de que estaban espiritualmente vivos, incluso tenían dones espirituales, pero en realidad estaban fríos y muertos. Hoy existen alrededor de dos mil grandes "nombres", la mayoría de los cuales están igualmente muertos espiritualmente o muriendo.

Versos 3 y 4:

"Acuérdate, pues, de lo que has recibido y oído, y guárdalo, y arrepiéntete. Pues si no velas, vendré sobre ti como ladrón, y no sabrás a qué hora vendré sobre ti".

"Pero tienes unas pocas personas en Sardis que no han manchado sus vestiduras; y andarán conmigo en vestiduras blancas, porque son dignas".

Ojalá que todos los Cristianos recuerden lo que han recibido y oído concerniente a la Palabra de Dios, antes de caer en una mera forma de culto. Es importante saber lo que oímos y Cómo lo oímos, para recibir las cosas rectas de acuerdo a la Voluntad de Dios, para poder continuar viviendo y caminando en la luz de la Palabra de Dios. Si fallamos en hacerlo, podemos causar que la lámpara en nuestra vida se apague. Dios advirtió a los de Sardis, "los que escapan", acerca de sus errores. Habiendo escapado, debieron haber seguido el camino que Dios quería que siguieran. En lugar de esto, ellos tomaron el camino de algunos catecismos tradicionales y se convirtieron en apóstatas. Sin embargo, unos pocos de ellos - ése es el caso en todas las Edades - eran dignos de sus llamamientos, ya que no habían manchado sus vestiduras. A causa de las fallas del pueblo para escuchar y seguir lo que Dios estaba diciendo, Cristo quitó su lámpara y encendió otra en la Edad de John Wesley. Eso fue en año 1750, y nunca más, Dios volvió a encender Su lámpara en la Edad anterior.

Verso 5:

"El que venciere será vestido de vestiduras blancas; y no borraré su nombre del libro de la Vida, y confesaré su nombre delante de mi Padre, y delante de sus ángeles".

Todo vencedor de cada Edad "será vestido con vestiduras blancas", que es el cuerpo glorificado, dado solo en la Primera Resurrección. Esto habla de la Justicia de Cristo en todos estos santos. Pero solo hay un "Libro de la Vida", que pertenece al Señor Jesucristo. También se le llama el "Libro de la Vida del Cordero" (Ap. 13:8; 21:27). Estos no son dos o tres "Libros de Vida" para diferentes categorías de creyentes. El "Libro de la Vida" apunta a Cristo en sí mismo, que dio Su vida por nosotros para que podamos encontrarnos en El y ser parte de ese Libro, Su Cuerpo. Pablo escribió: "Por lo cual, entrando en el mundo dice: Sacrificio y ofrenda no quisiste; Mas me preparaste cuerpo. Holocaustos y expiaciones por el pecado no te agradaron. Entonces dije: He aquí que vengo, oh Dios, para hacer tu voluntad, Como en el rollo del libro está escrito de mí. Diciendo primero: Sacrificio y ofrenda y holocaustos y expiaciones por el pecado no quisiste, ni te agradaron (las cuales cosas se ofrecen según la ley), y diciendo luego: He aquí que vengo, oh Dios, para hacer tu voluntad; quita lo primero, para establecer esto último. En esa voluntad somos santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una vez para siempre...Así que, hermanos teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo, por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne" (Hebreos 10: 5 - 10, 19,20).

Cuando Cristo salva a una persona, El lo hace para siempre. "Una vez salvo, siempre salvo", es verdad porque Cristo no redime a un creyente y luego lo pierde. No obstante, la salvación no es algo que un creyente nacido de nuevo debe dar por sentado, eligiendo un estilo de vida que es contrario a la Verdad de Dios. La Biblia enseña que "...a los que antes conoció, también los predestinó para que fueran hechos conforme a la imagen de su Hijo, para que El sea el primogénito entre muchos hermanos. Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó" (Rom. 8:29-30). Porque estamos en Cristo, nos importa la forma como vivimos. No somos bastardos. Debemos vivir una vida santa. De lo contrario Dios, Quien nos preconoció a todos, habrá borrado nuestros nombres del "Libro de la Vida", incluso antes que la fundación del mundo fuera establecida. "Porque es imposible que los que una vez fueron iluminados y gustaron del don celestial, y fueron hechos partícipes del Espíritu Santo, y asimismo gustaron de la buena palabra de Dios y los poderes del siglo venidero, y recayeron, sean otra vez renovados para arrepentimiento, crucificando de nuevo para sí mismos al Hijo de Dios y exponiéndole a vituperio. Pero en cuanto a vosotros, oh amados, estamos persuadidos de cosas mejores, y que pertenecen a la salvación, aunque hablamos así. A fin de que no os hagáis perezosos, sino imitadores de aquellos que por la fe y la paciencia heredan las promesas" (Hebreos 6:4-6,9,12).

Verso 6:

"El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias"


La Carta a la Iglesia en la Edad de Filadelfia

Verso 7:
Cursiva

 "Escribe al ángel de la iglesia en Filadelfia: esto dice el Santo, el Verdadero, el que tiene la llave de David, el que abre y ninguno cierra, y cierra y ninguno abre:"

Filadelfia significa "amor fraternal", esto es lo que la iglesia en Filadelfia poseía. Los santos estaban llenos de bondad fraterna. Esta iglesia representa la Edad desde 1750 a 1906. Fue una Edad de grandes misioneros en la historia de la Cristiandad, durante la cual la Palabra de Dios fue enormemente publicada, promulgada y predicada a varias naciones del mundo. Los Cristianos realizaron la necesidad de santificarse y vestirse con la santidad, "como hijos obedientes, no os conforméis a los deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia; sino, como Aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; porque está escrito: Sed santos, porque Yo soy santo" (1 Pedro 1:14-16). Ahora, esta santidad no es de nuestra propiedad. La santidad es del Señor. Algunos Cristianos creen que deben y pueden trabajar para su propia santidad. Tales personas establecen sus propias normas e intentan medir a otros según su propio estándar (Rom. 10:3-4). De hecho, dichos Cristianos están auto-justificándose. Y la autojustificación es un pecado. Es Cristo Quien ha imputado sobre nosotros Su Justicia - "pero si Cristo está en vosotros, el cuerpo en verdad está muerto a causa del pecado, mas el espíritu vive a causa de la justicia" (Rom. 8:10). Por lo cual, a causa de que creemos en Dios y en Su Palabra, la cual nos limpia de todo pecado, el Espíritu Santo vive en nosotros para que podamos vivir para Dios. (Ver Mateo 3:15). Amén. Por lo tanto, debemos ser santos y vivir en santidad. Esto es verdad.

David fue un rey y un guerrero. Así también era Cristo Jesús. El fue un Rey grande en batalla (Salmo 24:8-10). Cada vez que los hijos de Israel seguían al Rey David a la batalla, creían que El podría vencer. De igual manera, como Cristianos tenemos la seguridad de que vamos a ganar nuestra batalla. Cuando seguimos a Cristo, Nuestro Rey Quien tiene la llave de David.

Para el tiempo que la Edad de Sardis fue cerrada, "Jezabel" había construido una poderosa ciudadela con murallas fuertes y altas en extremo a su alrededor y una puerta que nadie podía romper. La Iglesia Católica Romana tenía completo control sobre Europa Occidental. No obstante, durante la Edad de Filadelfia, Cristo le dio a los creyentes la llave de David y puso una puerta abierta para ellos, para ganar las batallas contra el sistema de la Ramera. Nadie podía cerrar la puerta que Cristo había abierto, porque solo El tenía la "llave" y la "autoridad". En el ámbito político, hubieron guerras y revueltas en muchas partes de Europa. La gente quería una vida mejor y la libertad de religión. A través del ministerio de John Wesley, otro hombre de Dios y la Estrella a la Edad, la fortaleza de la Madre Ramera fue debilitada y perdió su "poder absoluto" sobre las personas. Para finales del siglo XVIII, el Papado estaba completamente derrotado, aunque no destruido.

Verso 8:

"Yo conozco tus obras; he aquí he puesto delante de ti una puerta abierta, la cual nadie puede cerrar; porque aunque tienes poca fuerza, has guardado mi palabra, y no has negado mi nombre".

En la ciudad de Filadelfia, la Iglesia en ese momento llevaba el nombre de Cristo. Como todas las iglesias en los días del Apóstol Juan, los santos estaban todos bautizados en el nombre del Señor Jesucristo. Desde que la doctrina de la Trinidad fue formulada, en la Edad de Pérgamo, los verdaderos creyentes tuvieron que contender por su fe en UN NOMBRE del Dios Todopoderoso. La fe verdadera fue opacada, y no comprendida completamente, como debió haber sido. Sin embargo, confesaron el Nombre y no lo negaron. Mientras la semilla predestinada de Dios tenga poca fuerza, mantenga la Palabra de Dios y no niegue Su Nombre, la puerta de Cristo permanecerá abierta para renovarse en la Palabra de Dios para la hora. Ellos serán guardados en los brazos de Cristo, siempre que mantengan Su Palabra. Amén. Pero uno de estos días la puerta será cerrada, cuando Cristo devuelva Su Evangelio a los Judíos. Entonces será muy tarde. Así pues, ¡¡DESPIERTEN, SANTOS DURMIENTES DE DIOS!!

Verso 9:

"He aquí, yo entrego de la sinagoga de Satanás a los que se dicen ser judíos y no lo son, sino que mienten, he aquí yo haré que vengan y se postren a tus pies, y reconozcan que yo te he amado".

Una sinagoga es un templo Judío. Hubo muchos de esos templos construidos en toda Asía Menor desde que los Judíos fueron esparcidos en el año 70 d.C. En aquel momento, los Cristianos verdaderamente apreciaban a los Judíos, mediante los cuales el Oráculo de Dios y el Mesías fueron enviados. Como aquellos en la ciudad de Esmirna, los santos en Filadelfia también debieron hacer frente a impostores que decían ser Judíos. La sinagoga de Satanás, se refiere también a las falsas iglesias que proclaman ser Cristianas. Pero el amor de Dios por la verdadera Iglesia causará que la falsa iglesia reconozca y alabe a los verdaderos creyentes.

Verso 10:

"Por cuanto has guardado la palabra de mi paciencia, yo también te guardaré de la hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero, para probar a los que moran sobre la tierra".

A lo largo de las Siete Edades de la Iglesia, muchos Cristianos sufrieron en su caminar, durante la "hora de la tentación". Pero, lo "que ha de venir sobre el mundo entero, para probar a los que moran sobre la tierra", indica un futuro período de acontecimientos durante los días de la Gran Tribulación, después de que la Verdadera Iglesia sea raptada. Esta será una "hora de tentación" terrible para los pueblos del mundo. Pero los santos que persistan en guardar la Palabra de Dios, serán librados. Así que, seamos pacientes, porque la paciencia produce experiencia (carácter), la experiencia produce esperanza (confianza) que no nos defraudará. Ya tenemos la revelación del amor de Dios en nuestro corazón (Rom. 5:4-5). "Hasta la hora que se cumplió su palabra, el dicho del SEÑOR le probó" (Salmo 105:19). Sin la paciencia, el fuego de muchos Cristianos está muriendo. Algunos han caído de la fe, y otros anhelan sensaciones buscándolas entre los Pentecostales y los Carismáticos.

Versos 11 y 12:

"He aquí, yo vengo pronto; retén lo que tienes para que ninguno tome tu corona".

"Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de mi Dios, y nunca más saldrá de allí; y escribiré sobre él el Nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la Nueva Jerusalén, la cual desciende del cielo, de mi Dios, y mi nombre nuevo".

Si usted es un hijo de Dios nacido de nuevo, usted tiene un lugar en el Cuerpo de Cristo y también una corona. Así que retenga todo lo que ha recibido de Dios, sea un vencedor y será hecho un pilar en la Iglesia de Dios. Estos pilares son fuertes y no pueden ser movidos. Estos son quienes asumen ciertas responsabilidades en la asamblea, los cuales Dios usa para fortalecer el Templo. Hay algunos Cristianos que se mueven tanto, yendo de aquí para allá, entre diferentes asambleas que nunca podrían ser pilares. Incluso, no podrían ser una piedra en el Templo de Dios, porque están muy ocupados con sus programas de auto-justificación y esto lo hacen sin la dirección de Dios. El quiere que seamos piedras vivientes sólidamente unidas, que se edifican mutuamente para ser el Templo de Dios (1 Pedro 2:5; Ef. 4:16), y no piedras rodantes que no pueden mantenerse quietos para ser cimentados en un lugar propio en el Templo.

Cursiva Tenemos el Nombre de Nuestro Dios, que es YAH (Yahweh, Yahshúa), pero el nuevo Nombre de Cristo sólo se conocerá cuando seamos puestos en el nuevo cuerpo en la Primera Resurrección. El Nombre de la Ciudad Santa, Nueva Jerusalén, la cual es la Esposa de Cristo (Ap. 21:2, 9, 10) está reflejado por el nombre de la Ciudad de Jerusalén en sí. Jerusalén es la Ciudad de Dios, el lugar santo del Tabernáculo de Dios (Salmo 46:4). También es llamada la Ciudad Santa (Mateo 4:5), la Ciudad Fiel (Is. 1:21), la Ciudad de Justicia (Is. 1:26), la Ciudad de Verdad (Zac. 8:3), la Ciudad del Gran Rey (Salmo 48:2) y otros nombres que describen espiritualmente la Iglesia, el Cuerpo y la Novia ( - Esposa) de Cristo. Nosotros somos la Ciudad Santa, Nueva Jerusalén en construcción. Pero el Nombre de la Nueva Jerusalén sólo se sabrá cuando la Ciudad esté completa y colocada en el Nuevo Cielo y en la Nueva Tierra.

Verso 13:

"El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias".


La Carta a la iglesia en la Edad de Laodicea

Verso 14:

"Y escribe al ángel de la iglesia en Laodicea: He aquí el Amén, el testigo fiel y verdadero, el principio de la creación de Dios";

Estamos viviendo en la Edad de Laodicea que comenzó alrededor del año 1906 y que finalizará con la venida de Cristo por Su Esposa. Aunque el nombre de Laodicea significa "los derechos de las personas", frecuentemente fue usado en honor a ciertas damas reales. El nombre escogido por el Señor es apto para esta última Edad. Hay indicios de muchas "damas reales" (grandes iglesias denominacionales), con personas adentro de ellas demandando sus derechos. Pero el único derecho que un Cristiano tiene es lo que Dios ha declarado en Su Palabra y los Cristianos de Laodicea no lo quieren. Ellos no lo pueden decir abiertamente, pero tienen afuera el agua de la Palabra (limpieza espiritual) y la Voluntad de Dios, a tal punto que prácticamente se visten, hablan y son como el mundo. Ellos maldicen, juran, engañan y mienten. Sus mujeres cortan su cabello, pintan sus caras, se ponen shorts y pantalones como hombres y visten indecentemente. Algunos de sus hombres, con cabellos largos se comportan casi como las mujeres. Dichos Cristianos son seducidos por espíritus de mentira (1 Tim. 4:1). Esta última generación de la Edad de Laodicea es una generación enferma.

"El Amén, el testigo fiel y verdadero, el principio de la creación de Dios" - Cristo Jesús - renunció a sus propios derechos a fin de hacer la voluntad de nuestro Padre Celestial. El fue obediente a cada palabra de Dios y cumplió la voluntad del Padre, convirtiéndose en un cordero sacrificial viviente, llevando sobre Sí mismo los pecados del mundo a la cruz. Derramó su preciosa sangre y murió por la salvación de la humanidad. El conquistó la muerte para que podamos tener vida. Leer Juan 17:4; 6:38; 5:19. Por lo tanto, nosotros le pertenecemos a Cristo. Cristo vive en nosotros. Ya no nos pertenecemos más, porque fuimos comprados por precio (Gál. 2:20; 1 Cor. 6:19-20). "Porque vosotros hermanos, a libertad fuísteis llamados; solamente que no uséis la libertad como una ocasión para la carne, sino servíos por amor los unos a los otros" (Gál. 5:13).

Versos 15 y 16:

"Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente!"

"Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca".

Cuando los Cristianos demandan sus derechos, la prioridad del Señor y Su Palabra son relegadas a un segundo lugar, ya que sus mentes están preocupadas por sus derechos individuales. Son tibios y no tienen correcto juicio espiritual. No son ni fríos ni calientes. Si fueran fríos o calientes, Dios lidiaría con ellos de acuerdo a eso. Pero Dios está harto de Cristianos tibios y los vomitará de Su boca. Ellos pueden tener ciertos logros en sus obras para el Señor, pero Dios no está interesado en ellas. Verdaderamente "Hay camino que al hombre le parece derecho; pero su fin es sendas de muerte" (Prov. 14:12). Amados, ¡quédense en línea con la Palabra!, ¡no sean como la Iglesia allá afuera en el mundo!

Verso 17:

"Porque tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo".

¡Cómo es cierto esto! Cuando esta Edad de la Iglesia está cerca del retorno de Cristo, se convierte vana en su apariencia. Pero la Novia, el Verdadero Elegido, no es así. Cada una de las "damas reales" (grandes iglesias denominacionales) compiten por la gran atención del mundo, con sus programas de iglesia, para incrementar sus miembros. Tienen diferentes clases de actividades sociales para hacer que la gente se sienta bien. Ellos recaudan grandes cantidades de dinero para comprar propiedades y construir grandes iglesias. Ciertamente, estas grandes denominaciones están muy preocupadas por sus riquezas y abundancia de bienes materiales que creen que Dios les está favoreciendo. Pero se están engañando a sí mismos al pensar que las riquezas materiales son las bendiciones de Dios. Ellos son "desventurados, pobres, ciegos y desnudos" (ver Santiago 5:1-3) y ¡ni siquiera lo saben! Qué patético es para una persona estar en tal situación y ni siquiera saberlo. Lo mismo se aplica para la condición espiritual. ¡Esto es simplemente tibieza! Amado, estas iglesias organizadas se presentan religiosas. Son el Edén de Satanás. Y Dios los echará en la Gran Tribulación.

Verso 18:

"Por tanto, yo te aconsejo que de mí compres oro refinado en fuego, para que seas rico, y vestiduras blancas para vestirte, y que no se descubra la vergüenza de tu desnudez; y unge tus ojos con colirio, para que veas".

Nuestro Señor Jesucristo es un Dios de amor, gracia y misericordia. Antes de que traiga el juicio, dará una advertencia y proveerá un camino de escape para aquellos que tienen un oído para oir lo que Su Espíritu dice a la iglesia. El está aconsejando a la Iglesia a comprar de El "oro refinado en fuego". En otras palabras Quiere que tengan la fe genuina que ha resistido la prueba del sufrimiento a lo largo del tiempo - Fe del Espíritu Santo en la Palabra de Dios, en Cristo Jesús y en el ministerio de Dios para la hora presente. No se trata sólo de evangelizar al mundo, hablar en lenguas, orar por los enfermos o hacer buenas obras, etc. sino de que Cristo revele la plenitud de la Palabra de Dios en los creyentes, para que puedan verdaderamente ver las riquezas en la Palabra y sean vestidos espiritualmente en ella. Sin embargo, muchos Cristianos no pueden estarse quietos durante un tiempo para oír realmente y recibir el Mensaje que Dios ha preparado para ellos. Así que, acaban con dones falsos y con oro de tontos que no vale nada. Pero Jesús dijo:

Verso 19:

"Yo reprendo y castigo a todos los que amo; sé, pues, celoso, y arrepiéntete".

Sí, hay un grupo de gente a quienes Jesús ama. Ellos se arrepentirán. No quieren ser rebeldes para no tener que ser corregidos por Jesús. Responderán al amor de Dios en Cristo. Escucharán la voz del Séptimo Mensajero de Dios a esta Edad de la Iglesia, William Marrion Branham. Recibirán y contenderán por la fe de oro genuino que una vez fue entregada a los santos en los días de los Apóstoles (Judas 3) . El camino de los creyentes no es fácil. Sin embargo, a los creyentes fieles, el Apóstol Pedro advirtió: "Para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo" (1 Pedro 1:7) . Amén.

Verso 20:

"He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo".

Al llegar esta Edad de la Iglesia a su fin, vemos que Jesús ya no está en su interior. Esta Edad de la Iglesia comenzó con una efusión de Dones de Dios. Se suponía que esta efusión haría que ella prestara mucha atención a la Palabra de Dios. En lugar de esto, vemos que quiere más dones de Dios que de El mismo. Pablo dijo que Dios da y distribuye Sus Dones, según Su Voluntad (ver 1 Cor. 12), pero la iglesia está diciendo que todos los creyentes deben hablar en lenguas o al menos tener uno de los dones. Por otro lado, hay quienes rechazan los dones, diciendo que ellos eran solamente para la iglesia primitiva. Hay tanto cisma en la iglesia en esta era, que cada asamblea organizada, en alguna manera, afirma ser la única "dama real" de Cristo. ¿Cómo podría ser eso cuando no sólo han desplazado la Palabra, sino que la han reemplazado con los dogmas y creencias del hombre? En lugar de adorar a Dios en espíritu y en verdad, son adoradores humanos de acuerdo con las tradiciones. Son tan considerados con sus actividades religiosas que no se dan cuenta de que Cristo ya no está en el interior de la iglesia. Sí, esta es la condición de la iglesia el día de hoy. Cristo está afuera de la iglesia y El está llamando a las personas a abrir sus corazones a El.

La iglesia de hoy no tiene verdadero mensaje para los pueblos del mundo, porque Cristo ha dejado de ser en el interior de la misma. Así, con el fin de obtener reconocimiento como un poder, las "damas reales" se están uniendo entre sí. Satanás planificó que eso sucediera en el siglo XX, para unificar a todas estas "nobles rameras" bajo el mismo techo del "ecumenismo" - "Un mundo, Una Iglesia" - para conducirlos de vuelta a su Madre, la Gran Ramera de Apocalipsis capítulo 17, que es la Iglesia Católica Romana. No es de extrañar, Apocalipsis 10 nos muestra que el Angel Poderoso (quien es Cristo) juró que el tiempo ya no debe retrasarse más, para que Cristo reclame Su derecho de redención, desde que Su último Mensaje a la edad ha venido a la Iglesia y la Edad ha llegado a su fin. A través del mensaje del Séptimo Angel a la edad, Cristo está llamando a los elegidos de Dios a huir del sistema de la ramera. Cada verdadero adorador abrirá su corazón para que Cristo entre. Y la mesa celestial nunca ha estado tan ricamente extendida por el Señor ante los santos, como en esta última edad, en la que El festeja con ellos y ellos con El. La Novia está volviendo a la Palabra de Dios y está siendo perfeccionada por medio de ella en este momento, a través del Quíntuple Ministerio (Ef. 4:11-16) . Cristo se está revelando a Sí Mismo en plenitud a la Novia, porque ha ungido sus ojos con colirio.

Verso 21:

"Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono".

Dios le concede a cada creyente, en forma individual, que triunfe sobre el estado de tibieza, que sea espiritualmente caliente para el Señor Jesús, que viva una vida santa y que haga la voluntad de Dios, el derecho de ser parte en la autoridad de Cristo. Nuestro Señor Jesús, como vencedor, nos ha dado un ejemplo a seguir. El dejó a un lado Su gloria, tomó la forma de hombre y "fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado" (Heb. 4:15 - ver Fil. 2:5-11) . El triunfó y ahora está sentado con Dios en Su trono, teniendo toda potestad en Su mano (Mateo 28:18) .

Verso 22:

"El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias".

¿Has oído? La advertencia de escuchar lo que el Espíritu está diciendo a las iglesias es la misma para todas las Edades. No es solamente necesario escuchar, sino también es imprescindible tener un oído espiritual para oir correctamente la revelación del Espíritu Santo para la Edad. Cristo está retirando la Dispensación de la Gracia a los gentiles, así que debemos ser más vigilantes en oración y comprender lo que el Espíritu Santo está haciendo con relación al Reino de Dios, para poder ser parte de Su plan eterno.