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LA REVELACION DE JESUCRISTO - 5

 Apocalipsis Capítulo 5

 El Libro Sellado con Siete Sellos

Verso 1:

"Y vi en la mano derecha del que estaba sentado en el trono un libro escrito por dentro y por fuera, sellado con siete sellos".

Mientras la visión continuaba desarrollándose frente a él, Juan vio un libro (rollo de pergamino) en la mano derecha del Dios Todopoderoso, Quien estaba sentado en el Trono. ("Derecha" denota la Gracia y Misericordia de Dios). Este rollo de pergamino no solo contenía escrituras por dentro, sino también por detrás, demostrando que los contenidos estaban llenos y completos. Este rollo de pergamino era el "título de propiedad" de la tierra. Los contenidos de adentro y detrás del rollo, fueron escritos por el Padre Celestial y sellados con Siete Sellos. Todo lo registrado en el rollo sería confiado a Aquel que es digno de tomarlo en Su mano.

El rollo contiene una historia. Esta se halla en el Libro que llamamos Sagradas Escrituras o Santa Biblia (Rollo Santo). Esta es la historia de la redención. Por lo tanto, el Rollo Santo puede ser llamado "Libro de Redención", o figuradamente, el "Libro de la Vida". ¿Está tu nombre en el Libro de la Vida? Si no puedes y no te identificas a ti mismo con la Palabra de Vida (Cristo, "el volumen del libro"- Salmo 40:7) , entonces no eres una parte del Cuerpo de Cristo. El "Libro" contiene los nombres de aquellos que han puesto su confianza en Cristo para ser salvos. Y todos los nombres de los que no están en este "Libro", no tienen vida eterna.

La historia de redención cuenta como el Dios Creador le dio originalmente esta buena tierra al Hombre, Adán. Pero Adán falló en obedecer los mandamientos de Dios, por escuchar a su esposa, quien fue engañada por la serpiente, y trajo el pecado sobre ellos. Por eso perdió su derecho a gobernar la tierra. El "título de propiedad" de la tierra fue llevado lejos de Adán, por el Propietario, Quien lo enrolló y lo selló con siete sellos para prevenir que cualquier persona desautorizada se entrometiera y lo leyera. (Aunque Satanás está siendo adorado como el dios de este mundo, él no tiene el "título de propiedad"). El rollo permaneció en la mano de Dios hasta que el que es digno, pudiera venir y reclamarlo. Solo el que pudiera satisfacer los requisitos de Dios en la redención de esta tierra caída, sería digno de reclamar y abrir el rollo sellado del que está sentado en el Trono. Una vez que los sellos estuvieran rotos y sueltos, él podría desenrollarlo y mirar su contenido. El luego podría comenzar a reclamar sus derechos sobre todos los contenidos (lo escrito en ambos lados) al Creador Propietario.

Versos 2, 3 y 4:

"Y vi a un ángel fuerte que pregonaba a gran voz: ¿quién es digno de abrir el libro y desatar sus sellos?"

"Y ninguno, ni en el cielo ni en la tierra ni debajo de la tierra, podía abrir el libro, ni aún mirarlo".

"Y lloraba yo mucho, porque no se había hallado a ninguno digno de abrir el libro, ni de leerlo, ni de mirarlo".

Desde el tiempo de la Caída del hombre, no ha existido ninguno apto para tomar el rollo y abrirlo. Nadie puede romper los sellos o incluso espiar los contenidos. "Por cuanto todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios" (Rom. 3:23). ¿Cómo llegó? Cuando Eva fue engañada por la Serpiente inspirada por Satanás, a desobedecer la Palabra de Dios y ser parte del "fruto prohibido", ella, de hecho, cometió fornicación con la Serpiente. Este es el "pecado original", que produjo una semilla de discrepancia, Caín. A fin de detener la ira de Dios sobre su esposa, Adán, se salió de la Palabra de Dios, para "redimir" a Eva, identificándose con su estado caído. Entonces, Eva también fue embarazada con la semilla de Adán, Abel. Caín y Abel eran medio-hermanos a través de Eva. Adan sabía muy bien las consecuencias que su acción podía traer. "Y Adán no fue engañado, sino que la mujer, siendo engañada, incurrió en transgresión" (1 Tim. 2:14). Dios imputó el pecado sobre Adán por su acto.

A través del acto de fornicación entre la Serpiente y Eva, Satanás indirectamente, fue el padre de uno de los hijos, llamado Caín. Caín era el hijo o semilla, de la Serpiente. Los rasgos malvados de Satanás eran inherentes en Caín y pasaron hacia toda la humanidad, por medio del intermatrimonio entre los pueblos de Seth y de Caín. Exceptuando a los descendientes de Adán (a quienes Dios imputó el pecado) que se casaron con su propia raza, todos los demás, comenzando desde los tres hijos de Noé, heredaron la naturaleza serpentina en su sangre. Noé era el último primogénito puro de la línea de Seth. (De acuerdo a la tradición judía, Noé se casó con Naamah, la hija de Lamec, de raza cainita (Gén. 4:19-22). Este hecho está sustanciado por la Palabra de Dios, ya que los nombres de las mujeres no están normalmente en la lista de las genealogías, a menos que tuvieran un rol especial en la historia de la humanidad).

Ahora, la Caída del Hombre no fue desconocida por Dios. De hecho, El preconoció eso y permitió que aconteciera. ¿Por qué? Para que de eso corrompido, surgiera la perfección y la hermosura (Salmo 50:2; Lam. 2:15). El Apóstol Pablo escribió: "Porque la creación fue sujetada a vanidad, no por su propia voluntad, sino por causa del que la sujetó en esperanza; porque también la creación misma será libertada de la esclavitud de corrupción, a la libertad gloriosa de los hijos de Dios" (Rom. 8:20-21). Amén. ¿Pero cómo? ¡A través de la Semilla de Dios - Jesucristo, Quien nació de una virgen! ¿Por qué? Para pasar por encima del pecado original. Era absolutamente esencial que el Redentor tuviera pureza, sangre sin mácula corriendo por Sus venas y arterias. El tenía que derramar Su sangre sobre la tierra para redimir a todos aquellos hijos e hijas predestinados, que esperaban ser liberados. Sí, Jesucristo era el Unico que podía tomar el rollo y romper los Siete Sellos.

La atención de Juan se concentró en el Libro con siete sellos, por la proclamación de un ángel poderoso preguntando por quién era persona digna para abrir el rollo y desatar sus sellos. El se dio cuenta de la importancia de los Siete Sellos y de que el rollo no era un libro ordinario. Por el espíritu de revelación, él supo que este era el "Título de propiedad" para la redención, y que si no había alguno que reclamara por él, todos estarían perdidos.

Por un momento, nadie reclamó el rollo. Y Juan lloró con sentimientos de desesperación, porque no habría redención. Tú y yo hubiéramos hecho lo mismo, si hubiéramos estado ahí con Juan. ¡Oh, mi Dios! Solo imagina que estábamos con Juan:  nosotros sabíamos que había un hombre "el cual no hizo pecado, ni se halló engaño en su boca" (1 Pedro 2:22) y Su Nombre era Jesús. El vino para cumplir la Palabra de Dios y murió voluntariamente para pagar el precio de la redención. Resucitó y ascendió al cielo. Pero, ¿qué hubiera sido si Jesús no reclamaba el "Título de propiedad"? Significa que no habría redención, y que la creación continuaría como va ahora. Sí, hubiéramos llorado. Pero - ¡Aleluya! - ¡la redención sería llamada y nosotros estaríamos en nuestra correcta posición! ¡La tierra sería reclamada y el Edén de Dios restaurado a su lugar. Y Dios bajaría y estaría con Su pueblo! ¡Alabado sea el Señor!

¿Puedes ver por qué Dios tenía que dar a Su Primogénito como "la propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo" (1 Juan 2:2)? ¿Puedes imaginar el amor de Dios, que cuando "todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en El el pecado de todos nosotros" (Is. 53:6) ¿Sabes la inquietud que Jesús tenía en el Jardín de Getsemaní, que cuando tuvo que beber de la copa del sufrimiento de la muerte, El rogó encarecidamente a Dios que permitiera que eso pasara de El? ¿Puedes sentir el dolor de Jesús cuando "Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca" (Is. 53:7)? ¿Puedes visualizarle en el Pretorio, sintiendo Su dolor y agonía, cuando los soldados paganos le azotaban, le golpeaban, se burlaban de El, le escupían y le clavaban profundamente una corona de espinas en Su cabeza? El sangraba mucho. ¿Qué sobre la humillación que enfrentó cuando le crucificaron en la cruz e incluso le sacaron la "prenda de la decencia", dejándolo completamente desnudo? ¿Puedes entender porqué Jesús gritó, "Eloi, Eloi, ¿lama sabactani? que traducido es: Dios mío, Dios mío, ¿porqué me has abandonado?", mientras moría en la Cruz del Calvario (Marcos 14:34)? ¿Puedes? ¿Puedes continuar viviendo en pecado, sabiendo todo lo que Cristo ha tenido que atravesar, especialmente para ti? Piénsalo.

¿Por qué hizo El todo esto por nosotros? Porque el Amor de Dios le obligaba. ¿Por qué bebió la copa amarga? Porque El fue la Gracia y la Misericordia de Dios a nosotros. Pero ¿por qué?  Porque así El podría ir al Trono de Gracia y Misericordia, tomar el Libro sellado con siete sellos y reclamar ¡ redención ! Así de esta manera El podría reclamar la tierra ¡especialmente a las semillas predestinadas que bajaron de la gloria de Dios! Si tú eres una semilla predestinada, no vacilarás en arrepentirte y ser bautizado en el Nombre del Señor Jesucristo para remisión de pecados, recibiendo el don del Espíritu Santo (ver Hechos 2:38) Tú debes ser agradecido. Y habiendo recibido Su Espíritu de Vida, caminarás con dignidad en la luz del Evangelio. Amén. La redención ha venido ¡Aleluya! El Cordero sangriento de Dios ha sido el precio supremo que Dios ha pagado por ti y por mí.

Versos 5 y 6:

"Y uno de los ancianos me dijo: No llores. He aquí que el león de la tribu de Judá, la raíz de David, ha vencido para abrir el libro y desatar sus siete sellos".

"Y miré, y vi que en medio del trono y de los cuatro seres vivientes, y en medio de los ancianos, estaba en pie un Cordero como inmolado, que tenía siete cuernos, y siete ojos, los cuales son los siete espíritus de Dios enviados por toda la tierra".

¡Alabado sea el Señor! ¡Amén! Pero ¿quién es este león de la tribu de Judá? No es otro que Jesucristo, quien no es solo el Rey de Israel, sino también el Rey de todos los nacidos de nuevo, los santos de Su "reino espiritual". Incluso como un Rey, El no tenía el derecho de redimir, porque Dios demandaba un cordero. Así pues, El se convirtió en Cordero. Y prevaleció. ¡Aleluya! Cristo es el Rey y Salvador de todos los que creen en El. Por eso es que Juan vio un cordero en lugar de un león, el cual parecía como si hubiera sido inmolado, estando en medio del área del trono. El cordero estaba "como inmolado"; tenía heridas mortales. Se veía sangrando, pero estaba vivo mientras estaba ahí "en el medio del trono y de los cuatro seres vivientes, y en medio de los Ancianos". ¡Amén! La Misericordia estaba ahí, ante el trono de Dios. Ha estado ahí por más de veinte siglos. Pero pronto no lo estará más, porque estamos viviendo en la hora de cierre de esta última Edad de la Iglesia. Tan pronto como la Novia de Cristo haya recibido la plenitud de la revelación del "Séptimo (abierto) Sello", Dios se volverá a los Judíos y no habrá más misericordia para los Gentiles.
Observe, el Cordero tiene "Siete cuernos y Siete ojos los cuales son los Siete Espíritus de Dios enviados por toda la tierra". Recuerde, lo que Juan vio era una visión, una escena representativa, la verdad de Dios ilustrada. Tal animal no existe. El cordero tampoco es una persona. Este personifica a una persona cumpliendo una obra ministerial en la tierra. Dios está mostrando a Cristo como un Mediador, Quien presentó Su vida como un sacrificio sangriento por el pecado, para salvar a la humanidad de la maldición. Verdaderamente, si tú tienes el mismo Espíritu de revelación y sabiduría, como Juan tenía, sabrás que el Cordero y el Unico sentado en el Trono son realmente el mismo UNO, pero en diferentes oficios.

Ahora, los Siete Espíritus que estaban delante del Trono de Dios (Ap. 1) se identificaron tan cercanamente con Cristo en Su obra a lo largo de las Edades de la Iglesia, que se convirtieron en una parte del Cordero. Aquí son descriptos como cuernos y ojos en la cabeza del Cordero, porque trabajaron con la Cabeza de la Iglesia. Cuernos y ojos significan poder y conocimiento respectivamente. Por lo tanto, los "siete cuernos y siete ojos", denotan la omnipotencia (todo el poder), y la omnisciencia (todo el conocimiento) de Cristo Jesús en Su lidiar con Sus santos en Su Iglesia. El profeta Zacarías los describió como: "los ojos del Señor, que recorren toda la tierra" (Zac. 4:10). Sí, estos siete Espíritus trabajaron muy cercanos con Cristo, incluso en la manifestación de siete nombres redentivos de Dios, con los que Cristo estaba investido: "Y reposará sobre él el Espíritu del SEÑOR, espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de poder, espíritu de conocimiento y de temor del SEÑOR" (Is. 11:2).

Versos 7 y 8:

"Y vino, y tomó el libro de la mano derecha del que estaba sentado en el trono".

"Y cuando hubo tomado el libro, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron delante del Cordero; todos tenían arpas, y copas de oro llenas de incienso, que son las oraciones de los santos";

Recuerde que Juan vio todo esto en una visión. El Unico sentado en el trono no es otro que el Señor Jesucristo, Quien ha vencido y ahora está sentado en el Trono de Su Padre. El es el todo de Dios, el Padre eterno (Is. 9:6). El es la plenitud de Dios (Col. 2:9). Dios y Cristo uno son (Juan 10:30,38). Pero el cordero personifica a Jesucristo en Su obra como Cordero sacrificial. Por lo tanto, el Señor Jesucristo es digno de adoración, porque El, habiendo sido inmolado como Cordero, ha prevalecido como un León (de la Tribu de Judá) y ha obtenido el derecho de sentarse en el Trono de Su Padre.

Las cuatro criaturas vivientes y los veinticuatro ancianos, se postraron sobre sí mismos ante el Cordero y le adoraron. Cada uno tenía un arpa y una copa de oro, que estaba llena con las oraciones de los santos. Sí, Dios ama la adoración de Sus santos, sus alabanzas y oraciones. El siempre los recuerda. El Apóstol Pablo escribió, "Asi que, ofrezcamos siempre a Dios, por medio de El, sacrificio de alabanza, es decir, fruto de labios que confiesan Su Nombre" (Heb. 13:15). Sí, Dios ama el aroma de los sacrificios de alabanza y acción de gracias, ofrecidos por Sus santos.

Versos 9 y 10:

"Y cantaban un nuevo cántico, diciendo: Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos; porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación;"

"Y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra".

En Apocalipsis 4: 9-11 ellos cantan la canción de la creación. Aquí está el "nuevo cántico" de redención que hace específica referencia a la dignidad del Cordero, para abrir el rollo, a causa de su obra de redención. La Biblia Amplificada da una mejor presentación de los versículos: "Y (ahora ellos cantan un nuevo cántico diciendo, tú eres digno de tomar el rollo y romper los sellos que están sobre él, porque tú fuiste inmolado (sacrificado) y con tu sangre, tú compraste al hombre para Dios, de cada tribu y lengua y pueblo y nación. Y tú los has hecho un reino (raza real) y sacerdotes para Dios, y ¡ellos reinarán (como reyes) sobre la tierra!". Amén.

Verdaderamente, Jesucristo, como un cordero sangriento, era digno de tomar el libro y de abrir y desatar los Siete Sellos, porque voluntariamente dio Su vida para ser inmolado en la cruz. Con Su sangre, El ha redimido un reino de personas de todo el mundo, para gobernar con El como reyes en el gran Reino Milenial de Cristo. Este mismo pueblo redimido fue hecho un sacerdocio, y entonces no necesita un sacerdote que haga mediación por ellos. "Vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo" (1 Pedro 2: 5). "Más vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable" (1 Pedro 2: 9). "Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro" (Hebreos 4:16). ¡Bendito sea el Nombre del Señor!

En Daniel 7: 13-14 y 18, el profeta, describe una visión bastante similar: "Miraba yo en la visión de la noche, y he aquí en las nubes del cielo venía uno como un hijo de hombre, que vino hasta el Anciano de días, y le hicieron acercarse delante de él. Y le fue dado dominio, gloria y reino, para que todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieran; su dominio es dominio eterno, que nunca pasará, y su reino uno que no será destruido...Después recibirán el reino los santos del Altísimo, y poseerán el reino hasta el siglo, eternamente y para siempre".

Versos 11 y 12:

"Y miré, y oí la voz de muchos ángeles alrededor del trono, y de los seres vivientes, y de los ancianos; y su número era millones de millones".

"Que decían a gran voz: El Cordero que fue inmolado es digno de tomar el poder, las riquezas, la sabiduría, la fortaleza, la honra, la gloria y la alabanza".

No solo las cuatro criaturas vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron ante el Cordero para adorarle, sino que todos los ángeles del Cielo, alzaron sus voces y adoraron al Cordero. Observe que la adoración era dirigida al Cordero. ¿Por qué? Porque El fue inmolado y triunfó y por lo tanto es digno de recibir toda alabanza y adoración. Porque El ha vencido, fue digno de tomar el rollo sellado y abrirlo. Porque El podría tomar el rollo sellado y desatar los sellos, El era digno de recibir, riqueza, sabiduría, fortaleza, honor, gloria y alabanza.

Versos 13 y 14:

"Y a todo lo creado que está en el cielo y sobre la tierra, y debajo de la tierra, y en el mar, y a todas las cosas que en ellos hay, oí decir: Al que está sentado en el trono, y al Cordero, sea la alabanza, la honra, la gloria y el poder, por los siglos de los siglos".

"Los cuatro seres vivientes decían: Amén; y los veinticuatro ancianos se postraron sobre sus rostros y adoraron al que vive por los siglos de los siglos".

¡¡Aleluya!! Cada criatura en el universo entero tuvo que adorar y glorificar al Cordero, porque El, era verdaderamente digno. Si El no hubiera cumplido lo que le fue ordenado hacer, entonces no habría ninguna redención y la creación continuaría y terminaría en la muerte. Así pues, ¿puedes ver y comprender por qué un énfasis especial fue puesto sobre el cordero y el rollo sellado? ¿Puedes entender el estado de júbilo y exaltación alrededor del trono? Juan vio todo esto en una visión, pero ahora Dios está revelándonos esto a nosotros en la realidad. Por eso es importante para los santos de Dios reconocer el ministerio de Cristo en esta hora, en Su Palabra. Por eso es que Cristo, quien ha sido expulsado de la iglesia en esta Edad, está aguardando y golpeando la puerta de cada corazón, diciendo "He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo" (Ap. 3:20). El quiere intimidad contigo, para que te pueda dar la revelación que ha recibido del Padre Celestial. El te quiere perfeccionar y alistarte para el Rapto. El está haciendo todo esto a través de Su Quíntuple Ministerio de los Dones de la Ascensión (Ef. 4:11-16). El está ministrando Su Palabra, mediante Sus Apóstoles, que ha ordenado para lidiar en la reconstrucción de Su Iglesia. Fueron los Doce Apóstoles primitivos de Cristo, quienes lidiaron para establecer los cimientos de la Iglesia (Ef. 2:20 - ver Ap. 21:14). Ellos fueron los intérpretes de la Palabra Divina, profetizada por los profetas del Antiguo Testamento.

La Palabra del Señor vino a los profetas en el Antiguo Testamento. Ellos hablaron de EL PROFETA de Profetas, quien habría de venir y salvar a los hijos de Israel. Y cuando la Gracia fue dada y la Ley fue cumplida por EL PROFETA, Jesucristo, un nuevo orden fue establecido, porque un Nuevo Pacto fue hecho. Por eso es que el Apóstol Pablo dijo que Cristo se convirtió en EL APOSTOL (no EL PROFETA) y el Sumo Sacerdote de la profesión Cristiana (Hebreos 3:1). Entonces, vemos que la revelación de la Palabra Profética comenzó con los Apóstoles y siguió con los Profetas, Evangelistas, Pastores y Maestros.

Con los Elegidos siendo llamados de vuelta a la Palabra Apostólica, por el mensaje del Mensajero a la Séptima Edad de la Iglesia, hay necesidad de un Ministerio Apostólico para poner a la Iglesia sobre los cimientos firmes de la Palabra, al igual que la Iglesia Primitiva lo hizo: los creyentes "perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones" (Hechos 2: 42). Así es, la Iglesia necesita ser establecida sobre el propio cimiento de la Palabra de Dios. Amén.

Santos de Dios, ¿pueden ver al Señor Jesucristo en medio nuestro? ¿Reconocen el verdadero ministerio de los oficios del Quíntuple Ministerio que Dios ha ordenado para interpretar Su Palabra en orden de alistar a Su Iglesia para el cambio de Su cuerpo? Hay mucha confusión en el Cristianismo, incluso entre los creyentes del Mensaje del Tiempo Final. Y no todo Israel es el verdadero Israel (Rom. 9: 6), así como no todos los creyentes son verdaderos creyentes. Pero "el que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias" (Ap. 3: 22). Amén. "Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido, lo cual también hablamos, no con palabras enseñadas con sabiduría humana, sino con las palabras que enseña el Espíritu, acomodando lo espiritual a lo espiritual. Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente" (l Cor. 2: 12-14).

Por lo tanto, pongámonos el colirio del Espíritu Santo y obtengamos el oro que ha sido refinado en fuego, para que podamos ser ricos y seamos puestos en vestiduras blancas, para la Venida del Señor Jesucristo.

¡¡Maranatha!! Ven, Señor Jesús.