"Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza...Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó."
Génesis 1:26-27
Basados en estos dos versos, muchos Cristianos nominales han sido llevados a creer que una 'santa trinidad' que comprende tres Divinas Personas, estuvo envuelta en la creación del primer par de seres humanos. Siendo cegados por la tradición de la iglesia, fallaron en ver la conexión entre estos dos versos y el siguiente pasaje:
"Estos son los orígenes de los cielos y de la tierra cuando fueron creados, el día que Jehová Dios hizo la tierra y los cielos,
Y toda planta del campo antes que fuese en la tierra, y toda hierba del campo antes que naciese; porque Jehová Dios aún no había hecho llover sobre la tierra, ni había hombre para que labrase la tierra,
Sino que subía de la tierra un vapor, el cual regaba toda la faz de la tierra.
Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un alma viviente."
Génesis 2:4-7
Sin el Bautismo del Espíritu Santo, nadie puede recibir la verdadera revelación de la Palabra de Dios, excepto sólo una comprensión superficial de la Biblia. Solo el genuino hijo de Dios nacido de nuevo tiene el privilegio de tener el Espíritu Santo morando en él, para guiarlo y enseñarle la verdad sobre todas las cosas. (Leer Juan 14:17-26). ¡Oh, qué tremenda bendición es para un hijo de Dios el tener su copa llena del vino del Espíritu de Dios, para estimular su búsqueda espiritual de los tesoros en las Sagradas Escrituras, y el aceite del Espíritu para aclarar su entendimiento de la verdad! ¡Amén!
Por tanto, apliquemos el colirio del Espíritu Santo y miremos dentro de la Palabra de Dios para encontrar la profunda Verdad, referente a la Imagen y Semejanza de Dios.
ESTUDIO DE LA PALABRA
Las palabras "imagen" y "semejanza" son claramente diferentes en significado. En Su economía, Dios ciertamente no usa palabras superfluas ni vanas repeticiones como hace el hombre.
'Imagen' en hebreo es 'tselem' lo cual significa: una sombra, representación de sustancia, pantalla, re semblanza, fantasma, ilusión.
Por otro lado, 'semejanza' en hebreo es 'demooth'. Esto significa: forma, re semblanza, similitud, similares características entre lo espiritual y lo moral, o entre lo espiritual y lo físico.
Ahora, leamos Génesis capítulo 1, versos 26 y 27, cuidadosamente y examinemos cómo Dios creó realmente al hombre en el principio. En el verso 26 leemos: "Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza." Y a continuación, el verso 27 dice "Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó."
Es un hecho indiscutible que Dios primero creó al hombre en su propia imagen y algún tiempo después lo hizo según su propia semejanza. La creación y la hechura del hombre fueron hechas en dos fases.
¿Qué es la imagen de Dios? y ¿Qué es Su semejanza?
Como comprendemos de las definiciones de los varios versos en la Biblia, sabemos que Dios creó a los ángeles y al hombre distintivamente diferentes de las otras criaturas. El hombre fue creado primero un ser espiritual en el reino espiritual. Fue creado masculino y femenino en forma de espíritu. La imagen de Dios es, por lo tanto, ese lado espiritual de Dios. [Observe: El mandamiento para procrear - "Fructificad y multiplicaos" - fue dado al Hombre mientras él aún continuaba siendo masculino y femenino en forma espiritual, antes de que Dios le diera su cuerpo de barro y lo pusiera sobre la tierra. Entonces, contrariamente a los que muchos Cristianos creen, la familia de Dios - la cual es una familia espiritual - estaba supuesta a multiplicarse espiritualmente por la Palabra Divina de Vida y no por el deseo sexual. Dios no tiene nietos ni bisnietos. El solo tiene hijos e hijas, que nacieron del Arbol de la Vida, el cual es Su Camino Divino.]
Dios, siendo un Espíritu, es de género neutro; así son también los ángeles. Sin embargo, Dios y los ángeles están retratados como género masculino a lo largo de toda la Biblia. En esencia, Dios es el principio dador de vida, en Quien toda forma de vida tiene su origen. Dios es 'Padre' sobre toda creación, especialmente sobre el hombre. Por otro lado, la naturaleza femenina de Dios está claramente manifestada en aquellas creaciones que están normalmente afiliadas con lo femenino, como por ejemplo las plantas y las flores.
Adán fue creado primero un espíritu viviente en la imagen de Dios en la esfera espiritual. El era un HOMBRE y un hijo de Dios. Siendo un espíritu y no teniendo una forma definitiva, aún debía ser hecho en la semejanza de Dios. ¿Cuándo fue manifestada su semejanza?
Génesis 2:1-3 debería ser la continuación del capítulo 1. Los tres versos dicen que Dios finalizó toda Su obra y descansó en el séptimo día. El capítulo 2 comenzaría apropiadamente con el verso 4. Este dice la 'historia familiar' de los cielos y la tierra. Esto demuestra que antes que el hombre fuera formado del polvo de la tierra, él ya existía en algún lugar en el reino del espíritu. No se sabe cuánto tiempo después de la creación de los cielos y de la tierra fue puesto el hombre sobre la tierra, como Génesis 2:7 dice "Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un alma viviente."
DE INVISIBLE A VISIBLE
Observemos en el Evangelio de Juan para ver la AUTO-REVELACION CREATIVA de Dios, para un mejor entendimiento de Su Imagen y Semejanza.
El LOGOS (mencionado) en Juan 1:1, que se volvió carne y moró entre los hombres, era la mismísima PERSONALIDAD de Dios. En la era del Antiguo Testamento, el Logos apareció a los patriarcas en los Profetas, así como también en la forma de una Teofanía. La Teofanía era el Cuerpo Visible de Dios. Antes de que nada fuera creado, el Logos había salido de la Gran Fuente Invisible de Vida, como el Comienzo de la Creación de Dios, para revelarse a Sí Mismo. Y el Cuerpo era de la misma forma en la cual el hombre sería después hecho. El Gran Espíritu Eterno es invisible. Adán, siendo creado en Su imagen, poseía la misma naturaleza que su 'Padre'. A fin de que Dios se revelara a Sí Mismo, tuvo que volverse visible. Esa forma visible fue conocida como el Logos, un Cuerpo Palabra.
Cuando Adán fue creado, él era 'una representación de la sustancia' (Heb: 'tselem') de Dios, el cual se asemejaba al Espíritu de Dios. Fue revelado sobre la tierra de manera visible en la 'forma' (Heb: 'demooth') de Dios, la cual se asemejaba a las características visibles de Dios cuando el Señor Dios "formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un alma viviente" (Gén. 2:7). Entonces, la creación del hombre en la imagen y semejanza de Dios fue completada como Dios lo declaró a los ángeles en Génesis 1:26
William M. Branham, el Profeta Mensajero de Dios a la Séptima Edad de la Iglesia, dijo que Adán sobrepasó su cuerpo teofánico. Este es el cuerpo celestial del que Pablo discutió en 1 Cor. 15:40-49 y 2 Cor. 5:1-9. Cada hijo de Dios será vestido en el cuerpo celestial cuando él/ella pase de este mundo. En el día del 'Rapto', regresará a levantar su cuerpo, el cual yace como polvo en la tierra, y aquellos que aún estén vivos recibirán sus cuerpos teofánicos. Todos juntos serán cambiados en cuerpos glorificados para encontrarse con el Señor en el aire. [Nota: Cada verdadero hijo e hija de Dios tiene su teofanía en la Gran Fuente de Vida, incluso desde antes que la fundación del mundo fuera llevada a cabo. Los Cristianos, sin la revelación del Espíritu son tan ignorantes sobre esto como lo era Job (Job 38:4-7).]
ESPIRITU, ALMA Y CUERPO
Está claro por el registro de creación en Génesis que todas las criaturas vivientes del mar, del aire y de la tierra fueron formadas de los elementos de la tierra misma. No hay registro de que ninguna criatura haya sido creada en alguna otra forma antes de su existencia en el planeta tierra, excepto por Adán, quien fue primero creado un espíritu, en la imagen de Dios, en el reino espiritual. Esa era la marca distintiva entre el 'alma viviente' de Adán y la de los animales.
Adán fue creado en la imagen de Dios para ser un hijo de Dios. Su 'alma', la cual tuvo su origen en Dios, era el 'gen que vino de Dios'. Adán se convirtió en un alma viviente a fin de manifestar la naturaleza del Espíritu de su Padre. Así como Dios se volvió visible para revelar Su Personalidad, así fue hecho visible Adán en una vasija de barro provista por la 'madre' tierra para revelar su naturaleza o 'gen' espiritual. [Nota: El hermano Branham definió el 'alma' como siendo 'la naturaleza del espíritu' y que 'el alma humana no es el cuerpo del hombre'. Y eso es absolutamente correcto.]
El alma de los animales fue tomada de la tierra, la cual es su 'madre' y su lugar de origen. Como ellos no tienen el gen espiritual de Dios en ellos, los animales no adoran a Dios, su creador, como su 'Padre'. Así que cuando mueren, regresan al polvo del que una vez salieron; ellos cesan de existir. El "aliento de vida" (Heb: "nephesh") que está en sus narices (Gén. 7:22) regresa a la Gran Fuente de Vida.
¿Qué ocurre con Adán? ¿No dijo Dios en Génesis 3:19 que él fue tomado del polvo de la tierra y que regresaría a él después de su muerte?
Sí, pero eso fue después de la Caída, cuando la sentencia de muerte fue aplicada. Adán estaba supuesto a tener vida eterna, la vida de Dios, la cual era su naturaleza. El habría de reflejar a Dios en ese cuerpo visible de barro.
Adán fue hecho un ser trino, de espíritu, alma y cuerpo. Su 'espíritu' era su origen. Su 'alma' era su naturaleza, su verdadero ser, el cual manifestaba la simiente (gen) de su Padre (Dios). Su 'cuerpo' era meramente el tabernáculo que albergaba su alma-espíritu. Y cuando el pecado prevaleció, el resultado fue la muerte. La muerte significa la separación de Dios, en Quien yace vida eterna. Esto además resulta en el decaimiento del cuerpo, que regresará a la tierra en la forma de los elementos.
"Pues polvo eres, y al polvo volverás." Esta oración no se refiere al alma, sino al cuerpo. Hay personas que creen que el hombre mismo es el alma, y que cuando cesa de respirar, cesa de existir: cuando el alma no está consciente, cesa de existir y regresa al polvo. Estas personas no distinguen entre el Hombre (en la imagen de Dios) y el Animal, tan sólo porque ambos, Hombre y Animal, poseen el "aliento de vida" (Heb: "nephesh") en sus narices. Leer Génesis 2:7; 7:22. Pero el alma del hombre no es su cuerpo (ver 1 Tes. 5:23). Cualquiera con sabiduría espiritual puede comprender la diferencia entre el alma y el cuerpo. El alma es la parte intangible, innata e inherente de todas las criaturas vivientes.
El alma del hombre es diferente a la de los animales. Toda cosa viviente, por la ley de la naturaleza, produce de su propia clase. Dios le dio una cierta naturaleza a cada animal: al león, una naturaleza de león; al caballo, una naturaleza de caballo, y así sucesivamente. Pero al Hombre, Adán, le fue dada la naturaleza espiritual de Dios antes de que apareciera sobre la tierra en su casa de barro (para manifestar esa naturaleza).
Si el 'alma' fuera meramente el 'cuerpo', entonces ¿porqué los animales mueren si ellos no han pecado? De acuerdo a Ezequiel 18:4, sólo "el alma que pecare, esa morirá."
El dicho profético del rey David en el Salmo 16:4, remarca la diferencia. La primera parte, "porque no dejarás mi alma en el Seol", predijo que Dios no dejaría el alma de Jesucristo en el infierno (Heb: sheol, la morada de la muerte); y la segunda parte, "ni permitirás que tu santo vea corrupción", predijo que Su cuerpo no sería corrompido mientras estuviera en la tumba o sepulcro (el cual es conocido por la palabra hebrea qibrah).
Cuando el cuerpo de Jesucristo yacía en el sepulcro, Su espíritu descendió al seol y predicó a los espíritus (o almas) que estaban cautivas (1 Pedro 3:18-19). El desató la atadura de cada santo elegido del Antiguo Testamento de las manos de Satanás, en ese miserable dominio de la muerte, y los hizo Sus cautivos cuando ascendió al Cielo (Efesios 4:8-10, ver Mateo 27:52). Ellos fueron al paraíso, en aquel lugar que el Mensajero a la Séptima Edad de la Iglesia llamó 'sexta dimensión'. Los incrédulos permanecieron en las partes bajas de la tierra, en el Seol, el cual es la 'quinta dimensión'. Cuando Adán murió, su cuerpo regresó al polvo; pero su alma-espíritu regresó a otra dimensión. Esto fue porque su verdadero ser era de otra dimensión, antes de que fuera puesto en la tierra. Pero, como los animales vinieron de la esfera terrenal, regresarán a ella.
Una examinación cercana de la Palabra de Dios nos revelará que las dos palabras, espíritu y alma, están entrelazadas. Uno no puede separar el alma de un verdadero hijo de Dios de su espíritu, porque su alma fue vivificada por el Espíritu de Vida Mismo.
"Por cuanto todos pecaron" (Rom. 3:23), y "la paga del pecado es muerte" (Rom. 6:23). "El alma que pecare, esa morirá" (Ez. 18:4). Esa es una muerte espiritual. A menos que el alma sea vivificada por el Espíritu de Cristo, permanecerá muerta por siempre, no teniendo vida eterna ni espiritual.
La persona sin Cristo es un alma que está controlada por la imaginación, la conciencia, la memoria, la razón y el afecto. Ellos son el intelecto y la emoción del espíritu (ver Gén. 41:8; Ex. 6:9; 1 Sam. 1:15; Salmo 77:3-6; Ecl. 7:9; 1 Cor. 2:11; Job 32:8; Mateo 26:41; Juan 11:33; Heb. 12:23). El cerebro físico no tiene inteligencia, conciencia, emoción y demás. Es el espíritu el que posee todos estos elementos. Sin duda, siendo un Espíritu, Dios posee todos estos elementos aunque no tiene un cerebro físico.
El cerebro del Hombre no es más que una masa de polvo de la tierra. Es como una asamblea de circuitos en una computadora, que solo es funcional cuando el espíritu (el programa software de la razón, la inteligencia, la memoria, etc., que está almacenada en un chip o disco magnético) está presente en el Hombre. Al igual que en la computadora, en el circuito del cerebro, cuando hay una rotura o daño una o más partes del cuerpo humano cesarán de funcionar hasta que sea efectuada la reparación. Sin embargo, todo el espíritu (de inteligencia, conciencia, afecto, y demás) está en el cuerpo. Aunque la computadora (cerebro) sea destruida (por la muerte), y el robot mecánico (cuerpo del Hombre) cese de funcionar, el software (espíritu del Hombre) con todo su afecto, inteligencia, memoria, etc. continuarán existiendo. El alma-espíritu continuará existiendo en sí misma hasta que en el Día del Juicio, Dios llame a su cuerpo de barro para que habite en él nuevamente. Leer Mateo 10:28; Gén. 35:18; 42:21; Salmo 42:1-3; Ap. 6:9; 20:4.
Un creyente nacido de nuevo tiene la mismísima VIDA de Dios dentro de él. El controla su espíritu por medio de su alma. Su espíritu controla su cuerpo físico. El Maná (Palabra) de Dios, que es el alimento para su alma, le ayuda y le guía para caminar en la Luz de la Palabra de Dios y por medio del Espíritu del Señor él hace morir las obras de su cuerpo (Rom. 8:5-13). Por otro lado, un pecador, no teniendo tal Vida en su alma, es controlado por sus 'apetitos' físicos y carnales, sujetos a las influencias de los espíritus del mundo.
LA MUJER: UN SUBPRODUCTO
Solo un tiempo después de que Adán fue puesto sobre la tierra, Dios le hizo una "ayuda idónea". Durante esa primera operación realizada en la tierra bajo anestesia, Dios abrió el costado de Adán y removió el espíritu 'femenino' fuera de él, e hizo una mujer y la presentó a él para que fuera su esposa. (Esto tipifica a la Novia de Cristo viniendo de Su costado en el Calvario). Como tal, Eva fue un subproducto de Adán. Adán llamó Eva a su esposa solo después de la caída, porque ella fue la madre de todos los vivientes.
En la naturaleza, todas las criaturas vivientes fueron creadas en pares. Todas, excepto Eva, fueron creaciones originales de Dios. Eva fue la única que fue hecha un subproducto, no en conformidad ni en continuidad con la naturaleza. Entonces, ella era la única que podía ser engañada. ¡Y lo fue! (1 Tim. 2:14).
IMAGEN Y SEMEJANZA DAÑADAS
De acuerdo a la ley de la reproducción natural, todo ser viviente reproduce de su propia clase. Sin embargo, leemos en Génesis 5:3 que Adán, quien era un hijo de Dios, engendró a Seth "a su semejanza, conforme a su imagen". Seth no nació en la imagen y semejanza de Dios. ¿Qué causó ese cambio? ¿Hubo alguna modificación en la ley?
Cuando el pecado fue imputado a Adán y a Eva a causa de su desobediencia, la muerte reinó sobre todo su ser. Por esa razón, la imagen original y la semejanza de Dios en Adán fue dañada. Y cuando Seth nació, poseía naturalmente esa imagen y semejanza dañadas de su padre, Adán, un hombre caído.
Adán era un hombre-dios originalmente, antes de la Caída. Fue primero creado un espíritu, un dios, y luego puesto en un cuerpo de barro como un ser humano sobre la tierra. Pero el pecado había dañado la imagen y semejanza de Dios en él, y corrompió su mente, cuerpo y alma. La Caída también le privó de su primer estado, como señor de todas las criaturas de la tierra. Desde entonces Satanás ha reinado como el dios de este mundo.
UNA CREACION ORIGINAL NO PUEDE SER ENGAÑADA
Sabemos que Adán era una creación original de Dios. Eva, habiendo sido tomada del costado de Adán, fue un subproducto. El Apóstol Pablo escribió que "Adán no fue engañado, sino que la mujer, siendo engañada, incurrió en transgresión" (1 Tim. 2:14). Y el Hermano Branham también enseñó que la creación original de la naturaleza no puede ser engañada. Pero, ¿cómo entonces entró el pecado al mundo a través de un hombre, Adán, y no a través de una mujer? (Rom. 5:12).
Si la mujer, siendo una con su esposo, hubiese estado cerca de él, no habría podido ser engañada por la sutileza de la Serpiente. Pero ella eligió ejercitar su propia voluntad, mente y razón. Y terminó siendo engañada y transgrediendo la ley de Dios. [Nota: Estudios han mostrado que la mujer es muy diferente del hombre en cuanto a su razonamiento y pensamiento. De hecho, a la mujer le fue prohibido por la Palabra de Dios usurpar la autoridad del hombre o tomar cualquier autoridad que Dios le haya dado solamente a él. Leer Gén. 3:16; 1 Tim. 2:11-12; 1 Cor 14:34; Ef. 4:8b,11; 5:22-23].
El hombre fue apuntado por Dios como la cabeza sobre la mujer. El era responsable por ella. Esa fue la razón por la cual Dios buscó a Adán y no a su mujer (Gén. 3:9). El hombre era culpable para Dios por lo que había pasado.
Cuando Adán se dio cuenta de que su esposa había tomado del Arbol del Conocimiento del Bien y del Mal, sabía que Dios aplicaría sentencia de muerte sobre ella y la destruiría. El estaba en un dilema. Si no hacía algo al respecto, perdería a su esposa, quien era parte de él mismo. Por otro lado, a fin de salvaguardarla y de 'redimirla' de la ira de Dios, tenía que desobedecer el mandamiento de Dios, saliéndose de Su Palabra para identificarse con el pecado de su esposa.
Sin embargo, siendo un hijo de Dios y teniendo el entendimiento de la Mente de Dios, Adán sabía muy bien que Dios, Quien era su Padre, no le destruiría porque él era una parte de Dios. El era una parte original de la Palabra de Dios. Si Dios le hubiera destruido habría estado destruyendo parte de Sí Mismo; y Dios no puede destruirse a Sí Mismo. El también sabía que Su Padre, siendo El Shaddai y Jehováh - Jireh, proveería un remedio para la situación.
Por lo tanto, con esa revelación, Adán se salió de su posición dada por Dios y de la Palabra de Dios, para 'redimir' - rescatar - a su esposa de su sentencia de muerte, identificándose con su pecado, trayendo el pecado sobre la humanidad. El sabía muy bien las consecuencias de su acto. El no fue engañado por nadie para desobedecer a Dios. Tenía ese atributo de Dios para salvar a su amada. Por su acto, retrató al Señor Jesús, el postrer Adán, Quien se salió de Su Gloriosa posición en el Cielo, con la Palabra de Dios, para redimir a Su Esposa, identificándose con su pecado, y en la semejanza de carne pecaminosa, condenando al pecado en la carne, en el Calvario. (Rom. 8:3).
En Su juicio del pecado tres partes fueron envueltas, y Dios quitó las extremidades a la Serpiente, quien fue el instrumento para el plan de Satanás, y le maldijo a convertirse en un miembro de la familia de los reptiles. [Nota: Antes de este juicio particular, la Serpiente no era una víbora. El no era un reptil originalmente, sino una criatura inteligente, que hablaba y andaba erguida. Fue creado sobre todas las criaturas del campo y tenía la semejanza y afinidad del hombre]. El órgano sexual de la mujer fue maldito incrementando el dolor en su concepción y en su parto. Esto prueba que ella fue engañada para mal usar ese miembro particular de su cuerpo. Había fornicado con la Serpiente. El hombre no fue maldito porque él no fue engañado. Pero, por el hecho de haberse identificado con el pecado de su esposa, la tierra, de la cual fue tomado, fue maldita. Ahora él tendría que esforzarse por el alimento para sostener su cuerpo moribundo. [Nota: El acto redentivo de Cristo también incluye la restauración de todas las criaturas de la tierra a su primera gloria (Rom. 8:18-23; Is. 11:6-9).]
La pareja fue separada de Dios para enfrentar muerte eterna. ¡Pero Dios proveyó un remedio y la muerte fue sorbida en victoria por Cristo Jesús! ¡Bendito sea el Nombre del Señor! ¡Amén!
SIMIENTE DE DISCREPANCIA
La Caída de la humanidad resultó en otra simiente siendo producida. Caín fue esa simiente: la simiente de la Serpiente. Caín no era un hijo de Adán y Eva. El era el hijo de la Serpiente y de Eva, mientras que Abel sí era el hijo de Adán y Eva. Por lo tanto, Eva fue llamada la madre de todos los vivientes. La herencia del hombre del pecado original se remonta a esta simiente.
Caín era una simiente pervertida. Fue el primer híbrido producido en la tierra. Toda forma de vida, buena o mala, viene de Dios (Is. 45:7). A través de la ley de la reproducción de Dios, cada simiente produce según su propia clase. Caín era, de hecho, la obra del diablo quien era él mismo un engañador y un pervertido. Fue Satanás quien sembró la semilla del deseo en el 'jardín mental' de Eva, y con la ayuda de la Serpiente, produjo una simiente de discrepancia, por medio de su 'jardín físico'.
Caín era una simiente de discrepancia, la cual era incoherente con la operación de la ley de la naturaleza que Dios había hecho.
SIMIENTE HIBRIDA: UN ALMA, DOS NATURALEZAS
Todas las criaturas vivientes originales tenían solo una naturaleza específica. Dios había propuesto que traerían simiente según su clase, para manifestar la gloria específica que El les había dado. Por lo tanto, un caballo sería un caballo; un burro, un burro; y así sucesivamente.
Adán fue hecho un alma viviente y puesto sobre la tierra para manifestar o revelar la naturaleza del Espíritu de Dios dentro de él. El era una simiente de Dios hecho por la Palabra de Dios. No tenía otra naturaleza. Incluso después de la Caída continuaba poseyendo esa misma naturaleza, con la excepción de que el pecado le había sido imputado por el Señor. El solo era un hijo caído de Dios. Todos sus descendientes poseían la misma naturaleza imputada de pecado que él. Pero muchos de ellos, excepto por aquellos primogénitos registrados en la genealogía, se volvieron al modo de Caín, cohabitando con las hijas de los hombres, las mujeres cainitas. Esto resultó en la depravación de la humanidad. La raza adámica pura había sido mezclada con la raza cainita. Se había convertido en una raza mixta, manifestando dos naturalezas en un alma.
¿Cuál era la otra naturaleza? ¿De dónde vino? ¿Y cómo entró en el alma del hombre por el cruzamiento?
La otra naturaleza era la naturaleza Serpentina. Vino de la Serpiente. Entró en el alma del hombre por la simiente.
Sabemos que Caín era un bastardo, la simiente de la Serpiente. Sin embargo, dentro de él, tenía el instinto de adorar a Dios. Pero sabemos que solo el hombre Adán fue creado en la imagen de Dios como un hijo para adorar al Padre. La Serpiente era un animal. No tenía un alma en la imagen de Dios, porque no fue creada en esa imagen. Por lo tanto no podía adorar a Dios; pero su simiente lo hizo. ¿Por qué ocurrió esto?
El alma es esa parte innata e inherente de toda criatura viviente. Sin embargo, hay una diferencia entre el alma del hombre y la de los animales. El alma es la naturaleza del espíritu. El hombre Adán poseía la naturaleza del Espíritu de Dios. Poseía las mismas características de Dios. Los animales tenían su propia naturaleza respectiva. Por ejemplo, el alma de un caballo tiene la misma naturaleza del espíritu, o característica, de un caballo. Y un burro posee la naturaleza del espíritu de burro. De la misma manera, la Serpiente tenía su propia naturaleza.
Permítame enfatizar: Toda y cada simiente pura manifestará su respectiva naturaleza como le fue provista por el Creador. Pero cuando una simiente es hibridada con otra simiente, hereda la naturaleza de la otra simiente; no la absorbe. Por ejemplo, tome un limón e hibrídelo con una naranja; usted no obtendrá una simiente que produzca limones y naranjas, sino que obtendrá toronjas. ¡Ciertamente! (¡Ahí va la 'Doctrina de las Dos Almas' por el desagüe!) ¡Amén!
Una simiente es una simiente. Una simiente híbrida es la que posee dos naturalezas o características. Y Caín era tal simiente. Si la Serpiente se hubiera mezclado con su Serpiente femenina, habrían producido una simiente de Serpiente pura con la naturaleza serpentina. Pero la Serpiente sucumbió ante Satanás, el diablo, y se convirtió en su instrumento para cometer el acto malvado de una doble fornicación.
La mujer era una parte del hombre Adán, quien era una simiente - Palabra de Dios. En lugar de mantenerse detrás de la Palabra, la mujer se fue buscando sabiduría. Como muchas mujeres de hoy, pensó que era inteligente, por así decirlo. (Hermanas en Cristo, por favor permanezcan fieles a la Palabra). Cuando abrió su mente para recibir la palabra del maligno, una semilla de deseo fue sembrada y ella cometió fornicación espiritual. Entonces un acto físico siguió, y una doble fornicación fue cometida. Ese acto maligno causó que la imagen de Dios, la cual es espiritual, y la semejanza de Dios, la cual es tangible, en la raza Adámica fuese dañada. Ese fue indiscutiblemente el pecado original.
NATURALEZA SERPENTINA
Ahora examinaremos brevemente las almas de Adán y de sus descendientes, al igual que la de Caín y las de los suyos.
Génesis capítulo 5 contiene un registro de los descendientes de Adán comenzando con Seth. La primera oración expone "Este es el libro de las generaciones de Adán" - es decir, es un listado de TODA la Simiente Adámica Pura. Aquellos que están registrados en la genealogía eran todos los primogénitos. Todos ellos poseían la sangre Adámica pura. Todos, excepto Noé, se casaron con su misma clase y propagaron una raza de gente pura. Noé fue el último de los primogénitos puros, quien se casó con una Cainita o mujer híbrida. Muchos de los hijos de aquellos primogénitos fueron atraídos por la belleza de las mujeres Cainitas y comenzaron a tomarlas por esposas. Como resultado del cruzamiento de simientes nacieron gigantes, antes y después del Diluvio. Leer Génesis 6:1-4.
Nota: Todos los descendientes registrados en la genealogía de Adán eran la raza Adámica verdadera (o raza Séthica). Ninguno de nosotros hoy en día es un descendiente de la verdadera raza Adámica; cada uno puede ser rastreado sólo hasta uno de los tres hijos de Noé y su esposa. Pertenecemos a la raza Noénica. Es decir, todos tenemos la misma sangre que Noé y su esposa. Leer Gén. 9:19, ver Hechos 17:26.
Las almas de Adán y de sus descendientes fueron dañadas cuando el pecado fue imputado a Adán, después de la Caída. Como tal, todos los Adánicos y Séthicos heredaron el pecado imputado sobre Adán. No había en ellos ni la más mínima manifestación de naturaleza serpentina, ya sea espiritual o físicamente. Solo la imagen y semejanza de Dios que poseían fueron dañadas por ese pecado.
Sin embargo, no fue así con Caín. Para comenzar, Caín era levemente diferente que su padre físico, la Serpiente. Este, siendo un animal, no adoraba a Dios, pero Caín sí lo hizo. El había heredado esa parte de su naturaleza, espiritual o religiosa, de Eva, cuando fue formado adentro de ella.
Caín era, de hecho, un hombre - bestia. La composición de su personalidad era mitad de animal y mitad de hombre. Y en lo espiritual, él era vicariamente el hijo de Satanás ("el maligno" - 1 Juan 3:12) quien había inspirado a la Serpiente para cometer ese hecho malvado. Como tal, él estaba en contra de toda la revelación de Dios. Compare su revelación espiritual con la de Adán, por su ofrenda a Dios.
REVELACION DOGMATICA
Ciertamente Caín tenía revelación - pero una revelación híbrida! ¡La suya era una revelación pervertida, incoherente con la revelación de la Verdad de Dios!
Abel tenía toda la revelación de la Verdad. El sabía que debía ser lo mejor y que la sangre era necesaria. Entonces, trajo al Señor una ofrenda del primogénito más gordo de su rebaño y derramó su sangre.
Y Caín, siendo un labrador de la tierra, también trajo a Dios de lo mejor, los primeros frutos de la tierra. El creyó que Dios estaría complacido con su ofrenda por la que había trabajado con el sudor de su frente. No tenía revelación de la sangre, a pesar que desde su niñez fue testigo de la adoración apropiada para Dios en las vidas de Adán y Eva. (Tal vez, para él, la sangre no era necesaria; el jugo vegetal y de frutas era igual de bueno). Ahora, la mitad de la revelación o la mitad de la verdad no es aceptable para el Señor. Dios desea un adorador sincero, que le adore en espíritu y en verdad.
No digamos que Dios no tuvo misericordia ni gracia cuando rechazó la ofrenda de Caín. En Su divinidad, Dios le proveyó a Caín un modo correcto para ser aceptado. Proveyó una ofrenda por el pecado justo ante Caín, para que hiciera como El deseaba (ver Gén. 4:7). Pero, al igual que mucha gente que rechaza la ofrenda por el pecado provista en el monte Calvario, Caín también rechazó esa ofrenda puesta delante de él. Incluso vino y asesinó a Abel, un hijo de Adán, quien era un hijo de Dios, evidentemente por celos religiosos. Y desde entonces, la simiente de la Serpiente ha estado continua e implacablemente persiguiendo a la simiente de Dios en nombre de la religión.
Caín era arrogante. El, literalmente, luchó contra toda la Verdad revelada de Dios, cuando rechazó el Modo Divino (provisto por Dios).
"Pero no miró con agrado a Caín y a la ofrenda suya. Y se ensañó Caín en gran manera, y decayó su semblante. Entonces Jehová dijo a Caín: ¿Por qué te has ensañado, y por qué ha decaído tu semblante? Si bien hicieres, ¿no serás enaltecido? Y si no hicieres bien, el pecado está a la puerta; con todo esto, a tí será su deseo, y tú te enseñorearás de él." - Génesis 4:5-7.
Siendo una raza cruzada, producido por la Serpiente y la mujer, Caín - el hijo de la Serpiente, heredó parte de la naturaleza de Eva, la naturaleza del Espíritu de Dios que estaba sobre Adán.
La ley de Mendel dice que "todo individuo es la suma total de las características recesivas o dominantes de sus dos progenitores inmediatos. No hay nada en un individuo que no esté en el padre o en la madre de esa persona, y todo lo que está en el padre y en la madre está en la descendencia."
Por lo tanto, la mitad del alma de Caín buscaba las cosas celestiales, mientras que la otra mitad buscaba malas obras. La última mitad fue más dominante porque la simiente fue concebida bajo la influencia del maligno mismo (1 Juan 3:12).
MULA - BURRO Y CABALLO EN UNO
Para comprender mejor cómo el alma del hombre fue dañada, debemos observar mejor a un animal híbrido muy común - la mula. Ahora, el 'padre' de la mula es un burro, y su 'madre', una yegua. Es un animal tan bueno para trabajar como su madre, pero es obstinado como su padre. Tiene orejas de burro pero casi toda su cabeza parece de caballo.
La mula es la simiente del burro, pero su imagen está dañada, y solo parece un burro a medias. La semejanza de su padre también está dañada, por eso solo parece la mitad de un burro.
El hombre ha hecho a esta pobre mula y a muchos otros híbridos, tales como el zedonk (una cruza entre una cebra y un burro) y el ligre (una cruza entre un león y una tigresa). La hibridación causó que la imagen de la simiente fuese dañada y que su semejanza fuese destruida.
LA NEUTRALIZACION DE LA OBRA MAESTRA DE DIOS
El deseo maligno del Diablo, el Adversario de Dios, era pervertir la obra original de Dios. Y el hombre - serpiente, Caín, fue su herramienta. Produciendo un híbrido, el plan de Satanás era pervertir la naturaleza de Dios en el hombre, quien era la obra maestra de Dios en la tierra. La Serpiente fue su instrumento y Caín fue su simiente, con el cual él sembró y cosechó sus primeros frutos en la generación de Enoc (Judas 14,15). Esa fue la generación que vio la tierra plagada con el daño y la maldad del hombre. Ese fue el resultado del cruzamiento entre los hijos de Dios (hombres Séthicos) y las hijas de los hombres (mujeres Cainitas), alrededor de dos o tres generaciones antes (Gén. 6:2).
El cruzamiento carnal produjo "gigantes", quienes eran "poderosos" y "hombres de renombre", cuyos "pensamientos del corazón era de continuo solamente el mal" (Gén. 6:5). No solo eran terriblemente malvados y corruptos (Gén. 6:12), sino que también profanaron el Santo Nombre del Señor en su adoración (Gén. 4:26).
Sin embargo, cuando comenzó su trabajo sucio, el Diablo no se dio cuenta que, desde que nada existía, Dios ya había preordenado 'un remedio' para redimir a su obra maestra, la cual El sabía que habría de caer. A fin de redimir Su obra maestra, Dios propuso que Su Hijo Unigénito sería LA OBRA MAESTRA en la misma semejanza, para que Su Imagen y Semejanza en Su obra maestra fuese restaurada.
Sí, Dios fue manifestado en la semejanza de carne pecaminosa, y por medio de un sacrificio, condenó al pecado en la carne sobre la cruz, para que Sus hijos e hijas pudieran ser devueltos a El, por elección de acuerdo a Su preconocimiento.
Ahora, en su esfuerzo por neutralizar la obra maestra de Dios, el Diablo produjo su obra maestra de engaño, sembrando su simiente de falsedad en Eva, causando por lo tanto una doble fornicación - espiritual y física. Desde entonces, toda la raza humana ha venido bajo esta misma influencia y como resultado todos nacen en el mundo con un estado pervertido.
Sí, a través de su simiente de engaño, Satanás había inyectado su maldad y su pecado en la raza humana, produciendo una simiente de discrepancia, la cual corrompió la humanidad y la degradó a un estado depravado en cuanto a su relación con Dios. Entonces, la Biblia declara: "Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios" (Rom. 3:23).
EL CONFLICTO DE DOS NATURALEZAS
En el capítulo 7 de su epístola a los Cristianos Romanos, San Pablo escribió, en referencia al conflicto entre las dos naturalezas dentro del hombre, cómo es que la buena naturaleza está diametralmente opuesta a la naturaleza maligna. Nadie nace espiritual. Toda persona nace 90 % mental y 10 % física, con una mente y una conciencia que le impulsan a hacer el bien y condenar el mal.
A causa de que su alma está espiritualmente muerta, el hombre ama la oscuridad en lugar de la luz. Como ha nacido con una naturaleza maligna dentro de él, tiende a alejarse de la Luz. Sabiendo que la Luz expondría sus hechos malignos, se mantiene alejado de Esta y alimenta su mente con las cosas del mundo a través de sus sentidos naturales. Cada vez que la Luz brilla ante él y él La rechaza, se aleja más aún de la Verdad y la Vida Eterna. Leer Juan 3:19-20.
Sin embargo, Dios envió a Su Hijo en semejanza de carne pecaminosa, como una ofrenda por el pecado, condenando al pecado en la carne. Esto fue hecho para que los requisitos justos de la ley pudieran ser satisfechos en aquellos que creyeran y vivieran de acuerdo al Espíritu y no de acuerdo a la naturaleza pecaminosa. "Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz" (Rom. 8:6). Todos aquellos que son guiados por el Espíritu de Dios, son Sus hijos.
TRANSFORMACION
"Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. No os conforméis a este mundo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cual sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta." (Rom. 12:1-2).
"Y El os dio vida a vosotros cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados;...Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aún estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo, (por Gracia sois salvos), y juntamente con El nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús." (Ef. 2:1,4-6).
Estas palabras de San Pablo concluyentemente desacreditan las muchas doctrinas del 'alma', que están siendo propagadas por muchos ministros del Mensaje del Tiempo del Fin entre los creyentes. Una teoría dice que cuando una persona se convierte, su alma es cambiada por la de Cristo. Otra teoría dice que un hijo predestinado de Dios posee dos almas, y que el alma del mundo debe ser 'pateada fuera' de él o ella antes de que el alma de Dios pueda serle dada.
Estos 'predicadores' que son culpables de enseñar tales teorías, están trayendo reproche sobre la Palabra de Dios, así como también sobre el Profeta y su Mensaje. Muchos de ellos sostienen que deben buscar en el 'Mensaje', tal como el Profeta lo ha dicho, y enseñarlo como él lo enseñó. Ellos se oyen bien, pero ciertamente no lo están haciendo de manera correcta.
Cualquier enseñanza o "revelación" que no esté fundada en la Palabra, o que está en conflicto con Esta, no es Verdad. Como todas las enseñanzas denominacionales, estas sólo son una confusión de discrepancias - ¡enseñanzas híbridas! En lugar de comprender lo que el Hermano Branham enseñó sobre la Palabra Absoluta para obtener Revelación Espiritual, ellos simplemente están tomando parte de sus varios sermones y produciendo sus propias interpretaciones de lo que ellos sienten personalmente que él enseñó.
Observe las palabras que Pablo usó en sus escritos: transformaos, renovaos en vuestra mente, os dio vida, y resucitó. Estas pocas palabras son suficientes para que uno comprenda que es la misma alma del creyente la que es transformada, o bajo una transformación, y no que es reemplazada por otra como algunos están enseñando.
NACIDO DE NUEVO
El Señor Jesús dijo que un hombre debe ser nacido de nuevo a fin de comprender y entrar en el Reino de Dios (Juan 3:3-8). Esta experiencia de nacer de nuevo viene de arriba, es decir, es una nacimiento celestial a través del Espíritu de Dios. Pero, hay tres cosas envueltas en este nacimiento espiritual, así como también hay tres cosas envueltas en el nacimiento natural.
En el nacimiento natural, el agua y la sangre aparecen, y luego la vida. Paralelo a eso, en el renacimiento espiritual, está el Agua de la Palabra, la Sangre de Jesús el Cristo, y la Vida del Espíritu Santo. Ver 1 Juan 5:6-9; Ef. 5:26; Tito 3:5; Santiago 1:18. Recuerde que la Vida fue provista para la Novia por el Hijo de Dios en el Calvario, porque la sangre y el agua salieron de Su costado (ver Juan 19:34).
Sin embargo, a menos de que exista una simiente, la vida no puede aparecer. Ninguna mujer puede concebir ni dar a luz un hijo sin haber tenido primero una 'semilla' plantada en ella. (Aunque algunos científicos locos puedan pensar otra cosa). Y si un hombre es estéril tampoco puede traer vida.
Similarmente, una persona no puede ser nacida del Espíritu sin ser una simiente de Dios en primer lugar. Pero, ¿quién es simiente de Dios y quién no lo es? Este es el misterio de la predestinación de los Elegidos por el preconocimiento de Dios.
El hombre es un agente moral libre. Dios, Quien es rico en misericordia, ha provisto al hombre en su estado caído de una senda de escape de la muerte a la vida eterna. El hombre debe escoger entre los caminos puestos delante de él. Y Dios, siendo Omnipotente y Omnisciente, conoce todas las cosas desde el principio hasta el final, y el final desde el principio. Como tal, El ya preconoció la elección de cada uno antes que naciese.
Por eso es que San Pablo escribió a los Cristianos de Efeso que "según nos escogió en El antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de El, en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de Su Voluntad. En El asimismo tuvimos herencia, habiendo sido predestinados conforme al propósito del que hace todas las cosas según el designio de Su Voluntad" (Ef. 1:4,5,11). No obstante, desde el principio de la era Cristiana, muchos Cristianos han estado luchando en contra de la enseñanza de la Predestinación de Dios. O Dios es Todopoderoso y Todo Conocedor (lo cual significa que El puede estar presente en todos lados al mismo tiempo) o no lo es. Si lo es, entonces tiene todo el poder de elegir de acuerdo a Su preconocimiento. San Pedro también escribió que nosotros somos "elegidos según la presciencia de Dios Padre en santificación del Espíritu, para obedecer y ser rociados con la sangre de Jesucristo." (1 Pedro 1:2). Leer también Romanos 8:29.
La Caída del hombre y sus consecuencias fueron preconocidas por Dios y permitidas "por causa del que la sujetó en esperanza" (Leer Rom. 8:18-23). Por lo tanto, todos los hombres nacen con una naturaleza carnal heredada, teniendo un espíritu terrenal, que está bajo la influencia de los gobernadores de las tinieblas de este mundo y sus principados, poderes y maldad espiritual en los lugares altos. Tal naturaleza está sujeta a muerte, que significa el apartamiento de Dios. "Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios" (Rom. 3:23).
Y no hay ningún modo por el que el hombre pueda salvarse a sí mismo de la ira de Dios, excepto por arrojarse en la Misericordia de Dios.
Cuando Dios en su Mente infinita, preconoció que una persona haría esto, la ordenó como Su simiente antes de que la fundación de la tierra fuese llevada a cabo. Aunque predestinada como una simiente en la Mente de Dios, esa persona sería carnal desde su nacimiento hasta su regeneración por el Espíritu Santo de Vida, y entonces nunca más estaría muerto en sus delitos y pecados. En lugar de eso, un proceso de germinación comenzará en la hora en que el Agua de la Santa Palabra de Dios venga purificando su alma, y la Sangre de Jesucristo la limpie. Entonces será resucitado por el Espíritu Santo y se le hará sentar junto con otros santos de Dios en lugares celestiales en Cristo Jesús. (Ver Ef. 2:1-10).
Así es como un alma, que es predestinada bajo la filiación, es cambiada.
Un alma es predestinada como 'simiente', un 'gen', en la Mente de Dios desde antes de la fundación de la tierra. Pero, como todos los hombres, vendría al mundo con una naturaleza carnal dentro de él. Sin embargo, siendo una SIMIENTE Palabra - Novia, habría una concepción cuando fuese fusionada con el Gen Incorruptible de la Palabra - Esposo, por el Espíritu Santo (1 Pedro 1:23). ¡Alabado sea el Señor! (Oh mi Dios, ¿cómo puede la Simiente - Novia predestinada de Dios fornicar con los credos y dogmas hechos por el hombre de las iglesias organizadas, y continuar siendo llamada la Verdadera Novia - Iglesia del Señor Jesucristo?).
Entonces, con el Agua de la Palabra y la Preciosa Sangre de Jesucristo viniendo sobre él, el alma es vivificada y hecha salva por el Espíritu. Al igual que la mariposa cuando emerge de su crisálida (o capullo), una transformación (Gr: metamorphoo) toma lugar; una nueva vida aparece. La antigua naturaleza ha muerto, y la naturaleza de Dios está resucitada y ahora vive en él. Ahora no puede morir, porque tiene la Vida Eterna de Dios cuyo 'gen' Simiente permanece en él (ver 1 Juan 3:9; 1 Pedro 1:23).
"De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas" - 2 Cor. 5:17.
DESHIBRIDACIÓN
Ahora, la naturaleza de Dios en él comenzará a manifestarse en sí misma. El Espíritu 'deshibridará' la naturaleza serpentina en él a través de Su Palabra, y el 'Gen' Simiente que permanece en él crecerá en gracia, y en el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo (2 Pedro 3:18). ¿No testificó Juan el Bautista que Jesucristo, la Palabra de Dios bautizaría a los creyentes con el Espíritu Santo y con fuego? El fuego del Espíritu Santo quemaría toda escoria del "hombre viejo" en el creyente y limpiaría su vida de toda cosa que es contraria a la Palabra.
En el renacimiento, el Espíritu Santo convierte el alma del creyente en una nueva alma, la cual tiene la naturaleza de Dios. Pero como el creyente continúa viviendo en un ambiente natural, los cinco sentidos de su cuerpo físico están en constante contacto con el medio que lo rodea. Si no es cuidadoso, su espíritu puede responder a las influencias del mundo y sucumbir ante él.
Por esa razón, Pablo encomendó a los creyentes a que se deshicieran del 'viejo hombre', la vida anterior, que no trae nada al cuerpo sino pecado, y que se hicieran con el "nuevo hombre", la vida nueva, y se renovaran en el espíritu de la mente, en el conocimiento según la imagen de Dios que los creó. (Leer Ef. 4:22-24; Col. 3:9-10; Rom. 6:6-12). "No os conforméis a este mundo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta" (Rom. 12:2).
Los otros Apóstoles, en sus respectivas epístolas, también exhortan a los Cristianos a caminar en la Luz de la Palabra de Cristo para que puedan crecer en ella. Pero las palabras del Rey David en el libro de los Salmos hacen un resumen acertado: "En mi corazón he guardado tu Palabra, para no pecar contra tí" (Salmo 119:11), ¡Amén! En esta última hora del tiempo, dejemos que cada 'nacido de nuevo' de Dios se esfuerce en caminar diligentemente en la Luz de la Palabra de Dios hasta que la Simiente de Dios dentro de nosotros sea completamente 'deshibridada' de la naturaleza serpentina en nosotros, a través de Su Santa Palabra.
RESTAURACION DE LA IMAGEN Y SEMEJANZA DE DIOS
Cuando Pablo enseñó a los creyentes en Corinto sobre la jefatura (1 Cor. 11:1-16), trató acerca de la imagen, gloria y honor. Sabemos que la mujer vino del hombre. Entonces el hombre es la cabeza de la mujer. La cabeza del hombre es Cristo, y la cabeza de Cristo es Dios. Por lo tanto, la mujer está para honrar al hombre; el hombre está para honrar a Cristo; y Cristo está para honrar a Dios. Porque son la gloria de sus respectivas cabezas.
Pablo dijo que el hombre "es la imagen y la gloria de Dios" (1 Cor. 11:7), confirmando el hecho de que el hombre no solo fue creado en la Imagen de Dios, sino que siendo un gen de Dios, también reflejaría la Gloria de Dios. La Gloria de Dios en el hombre es Su carácter perfecto. La humanidad (Adán) tenía esa naturaleza divina y ese carácter perfecto de Dios, su Padre.
Lamentablemente, la decisión tomada por Adán en el Jardín del Edén fue desastrosa, no solo para Adán mismo, sino también para toda la raza humana. Por una persona, el pecado se infiltró en el ser trino del hombre y alteró toda la composición de su personalidad. La Imagen y la Semejanza de Dios en el hombre fueron dañadas por ese pecado original. Como resultado, todos los hombres cayeron de la Gloria de Dios.
El pecado no puede frustrar el Plan Eterno de Dios. El es Todopoderoso. Conociendo el fin desde el principio, se propuso en Sí Mismo ser el Pariente Redentor. "Porque la creación fue sujetada a vanidad, no por su propia voluntad, sino por causa del que la sujetó en esperanza" (Rom. 8:20). Y cuando el tiempo estuvo cumplido, Dios envió a Su Hijo Unigénito, Quien es "la imagen del Dios invisible" (Col. 1:15), "el cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma (Gr: copia exacta) de su sustancia" (Heb. 1:3), para redimir a todas las simientes predestinadas de Dios y para restaurar su imagen original. El fue LA GRAN OBRA MAESTRA de Dios, a Quien sacrificó, quebrantó y levantó, a fin de que las otras 'obras maestras' pudieran ser levantadas junto con El.
Aquellas 'obras maestras' dañadas podrían ser entonces remodeladas y restauradas a su gloria original - la Imagen de Cristo - para que cada uno de ellos se despojase del "viejo hombre con sus hechos, y revestido del nuevo hombre, el cual conforme a la imagen del que lo creó se va renovando hasta el conocimiento pleno" (Col. 3:9-10). En otras palabras, cada uno se deshará de su antiguo ser no regenerado con sus obras malignas, y se vestirá con el nuevo ser a través del proceso de renovación y remodelación hasta el más completo y perfecto conocimiento (pleno conocimiento), según el Padre, en el cual fue originalmente creado.
LA GLORIA DE DIOS
"Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor...Porque Dios, que mandó que de las tinieblas resplandeciese la luz, es el que resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz (o persona) de Jesucristo" (2 Cor. 3:18; 4:6).
La Caída había distorsionado tanto la Imagen de Dios en el hombre que él ya no podía reflejar toda la Gloria de Dios. Como resultado del pecado, todos los hombres cayeron de esa Gloria. Pero Cristo Jesús vino para restaurarnos a esa misma imagen en la que fuimos originalmente creados.
Ahora, nosotros, los hijos de Dios con el rostro sin velo, continuamos contemplándonos (reflejando) en el espejo de la Palabra de Dios (la Gloria del Señor), mientras somos constantemente transformados a Su Propia Imagen en creciente esplendor de un grado de gloria a otro. Esto viene del Señor Dios, el Mismo Espíritu que ordenó "Sea la luz" para que brille en la oscuridad; El ahora brilla en nuestros corazones, iluminando Su Majestad y Gloria en la Persona de Jesucristo. Todos somos devueltos a la paternidad original en la que fuimos creados, es decir, la misma paternidad que Dios ha ordenado en Su Mente desde antes del principio de la creación.
Todo esto hubiera sido innecesario si Adán y Eva hubieran permanecido en la Palabra. Todas sus simientes y descendientes hubieran tenido la misma Imagen y Semejanza de Dios en la que ellos fueron creados. Esa es la ley de Dios.
Si un animal de sangre pura y su simiente se mantiene exacto a su propia raza, a través de la línea, generación tras generación, mantendrá perpetuamente la imagen y la semejanza de un pura raza. Entonces, un Mustang invariablemente producirá Mustangs de pura sangre; un Pekinés, siempre Pekineses puros. De la misma forma, un hijo de Dios producirá invariablemente hijos de Dios, en la Imagen y Semejanza de Dios, que reflejarán Su Gloria.
LA VIDA EN EL ESPIRITU
La epístola de Pablo a los Romanos es el resumen más poderoso y preciso del mensaje Cristiano en todo el Nuevo Testamento. En el capítulo 8 de esa carta, él enseñó acerca de la vida Cristiana en el Espíritu del Señor. Observen la tremenda y profunda verdad en simplicidad de palabras, en los versos 1, 5 y 14:
"Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu...Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu...Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios."
¿Ve cuán importante es caminar en el Espíritu? El Espíritu de Dios guiará al creyente y lo cambiará, de gloria en gloria, para ser hecho a la Imagen de Su Hijo, Jesucristo, Quien es la Imagen del Dios Invisible, y la Gloria de Dios. Leer 2 Cor. 3:18; Rom. 8:29; Col. 1:15; 2 Cor. 4:6 y Heb. 1:3.
EN LA SEMEJANZA DE SU RESURRECCION
En Su Plan de Redención, Dios no sólo se ha propuesto que el alma-espíritu del Hombre sea redimida, sino que también lo sea su cuerpo, porque el Hombre fue originalmente creado y hecho en esa forma para morar en la tierra.
El pecado no sólo trajo muerte al alma sino también al cuerpo. La muerte no puede tocar el cuerpo sin primero penetrar en el alma, la cual es como sabemos, por analogía, el gen. Este entró al alma por medio del jardín mental de la Mujer, Eva.
El 'gen' de Eva fue 'envenenado' por una sustancia conocida como 'engaño'. El 'gen' de Adán no fue 'envenenado' así. Pero siendo la cabeza de la mujer, Adán cargó con toda la culpa, por ella. Eva se hubiera perdido para siempre si no hubiera sido por Adán, quien se identificó con su pecado para 'redimirla'.
"El alma que pecare, esa morirá", declaró el Todo Poderoso. Como pecado, el veneno penetró, el alma pereció, separándose de Dios, Quien es la Fuente de Vida. E inmediatamente, la muerte reinó sobre el cuerpo causando que decayera y que se corrompiera, confirmando la muerte de ese gen. ¿No dijo Jesús que "lo que del hombre sale, eso contamina al hombre"? (Marcos 7:20). ¿Vé? Es como mirar y oler una fruta amarga y saber que es amarga. Y tomando una pizca de ésta confirmar que tiene un gen amargo. Del mismo modo, el estado interno del hombre corrompido, que no puede ser visto ante los ojos abiertamente, es demostrado visiblemente en y a través del cuerpo.
Por tanto, Cristo Jesús vino para salvar y comprar a todo el hombre, primero su alma-espíritu y luego su cuerpo. Los creyentes, tanto los que duermen como los que están despiertos en Cristo, están ahora esperando por la redención de sus cuerpos (Rom. 8:23). Esto ocurrirá cuando Cristo Jesús, el Esposo de la Iglesia Verdadera, venga para ser glorificado en los santos (2 Tes. 1:9-10).
¿Cómo nosotros lo merecemos? ¿Qué identificación tenemos para eso? "Pero dirá alguno ¿cómo resucitarán los muertos? ¿Con qué cuerpo vendrán?" (1 Cor. 15:35). Estas son las respuestas de la Biblia:
"Necio, lo que tú siembras no se vivifica, si no muerte antes. Y lo que siembras no es el cuerpo que ha de salir, sino el grano desnudo, ya sea de trigo o de otro grano" - 1 Cor. 15:36-37.
"Así también es la resurrección de los muertos. Se siembra en corrupción, resucitará en incorrupción. Se siembra en deshonra, resucitará en gloria; se siembra en debilidad, resucitará en poder. Se siembra cuerpo animal, resucitará cuerpo espiritual. Hay cuerpo animal, y hay cuerpo espiritual. Así también está escrito: Fue hecho el primer hombre Adán alma viviente; el postrer Adán, espíritu vivificante" - 1 Cor. 15:42-45.
"El cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya, por el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas" - Fil. 3:21.
"En un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados. Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad" - 1 Cor. 15:52-53.
¡Amén! El Espíritu de Vida, a través de Pablo escribió cómo "Dios, enviando a Su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne" (Rom. 8:3).
"Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva. Porque si fuimos plantados juntamente con él en la semejanza de su muerte, así también lo seremos en la de su resurrección" - Rom. 6:4-5.
Sí, el Hijo de Dios vino para librar a la carne de su poder pecador, siendo una ofrenda por el pecado. Entonces, "Sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado. Porque el que ha muerto, ha sido justificado del pecado" (Rom. 6:6-7). ¡Amén! Así, somos libres del pecado, porque nos hemos vuelto uno con El por el bautismo en Su muerte.
Nuestro cuerpo de pecado debe ser condenado a la muerte, o el gen transformado no puede salir del cascarón. Si nuestro cuerpo de pecado es condenado a muerte, la naturaleza justa de Dios es revelada en nosotros. Cuando nuestra alma es transformada y liberada del pecado, el hombre interior manifestará su naturaleza visible al mundo. Esa naturaleza es vida eterna. ¡Y testificará al mundo de la resurrección del cuerpo! Como Cristo fue levantado de la muerte, ¡así también lo seremos nosotros! Porque "Si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros" (Rom. 8:11).
Así como somos identificados en la semejanza de Su muerte, ¡también somos identificados en la semejanza de Su resurrección! ¡Así como somos transformados en la Imagen de Cristo Jesús, también seremos transformados en la misma Semejanza de su Glorioso Cuerpo - en Novedad de Vida! ¡Así también será en Novedad de Cuerpo! ¡Oh, Bendito sea el Santo Nombre del Señor!
LA MANIFESTACION DE LOS HIJOS DE DIOS
Pablo proclamó, "tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse. Porque el anhelo ardiente de la creación es aguardar la manifestación de los hijos de Dios...porque sabemos que toda la creación gime a una, y a una está con dolores de parto hasta ahora; y no sólo ella, sino que también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, nosotros también gemimos dentro de nosotros mismos, esperando la adopción, la redención de nuestro cuerpo" (Rom. 8:18,19,22,23).
De acuerdo a la infalible Palabra de Dios, ciertamente seremos manifestados como Sus hijos en la Era de la Regeneración milenial (Mateo 19:28), cuando Cristo vendrá para ser glorificado en Sus Santos Novia (2 Tes. 1:9-10), y seremos expuestos en público, como hijos adoptados de Dios, para la Gloria del Padre - obras maestras rotas, finalmente restauradas, y ¡sentados con Cristo en Su Trono! ¡Amén!
Mientras tanto, continuemos caminando en la luz de cada Palabra Preciosa que procede de la boca de Dios. Cada hijo de Dios debe vivir por toda Palabra que Dios ha establecido, desde antes de la fundación del mundo, para él (Mateo 4:4; Deut. 8:3).
Cada Palabra de Dios está contada como los cabellos de nuestra cabeza están contados (Mateo 10:30). Toda Palabra es como la hebra de un cabello en la cabeza de una mujer, al que se debe dejar crecer. Como tal, siendo la Novia y la Gloria de Cristo, Quien es la Gloria de Dios, nosotros debemos poseer y vivir por toda Palabra de Dios, dejándola crecer en nuestras vidas. Aquellos que recortan la Palabra de Dios están cortando Su Gloria. Entonces, no tendrán parte en la Gloriosa Posición de la Novia, la cual espera por cada hijo de Dios que permanece en la Palabra.
Así que ¡Vive la Palabra que está aquí! ¡Ven pues, Señor Jesús!
William M. Branham, el Profeta Mensajero de Dios a la Séptima Edad de la Iglesia, dijo que Adán sobrepasó su cuerpo teofánico. Este es el cuerpo celestial del que Pablo discutió en 1 Cor. 15:40-49 y 2 Cor. 5:1-9. Cada hijo de Dios será vestido en el cuerpo celestial cuando él/ella pase de este mundo. En el día del 'Rapto', regresará a levantar su cuerpo, el cual yace como polvo en la tierra, y aquellos que aún estén vivos recibirán sus cuerpos teofánicos. Todos juntos serán cambiados en cuerpos glorificados para encontrarse con el Señor en el aire. [Nota: Cada verdadero hijo e hija de Dios tiene su teofanía en la Gran Fuente de Vida, incluso desde antes que la fundación del mundo fuera llevada a cabo. Los Cristianos, sin la revelación del Espíritu son tan ignorantes sobre esto como lo era Job (Job 38:4-7).]
ESPIRITU, ALMA Y CUERPO
Está claro por el registro de creación en Génesis que todas las criaturas vivientes del mar, del aire y de la tierra fueron formadas de los elementos de la tierra misma. No hay registro de que ninguna criatura haya sido creada en alguna otra forma antes de su existencia en el planeta tierra, excepto por Adán, quien fue primero creado un espíritu, en la imagen de Dios, en el reino espiritual. Esa era la marca distintiva entre el 'alma viviente' de Adán y la de los animales.
Adán fue creado en la imagen de Dios para ser un hijo de Dios. Su 'alma', la cual tuvo su origen en Dios, era el 'gen que vino de Dios'. Adán se convirtió en un alma viviente a fin de manifestar la naturaleza del Espíritu de su Padre. Así como Dios se volvió visible para revelar Su Personalidad, así fue hecho visible Adán en una vasija de barro provista por la 'madre' tierra para revelar su naturaleza o 'gen' espiritual. [Nota: El hermano Branham definió el 'alma' como siendo 'la naturaleza del espíritu' y que 'el alma humana no es el cuerpo del hombre'. Y eso es absolutamente correcto.]
El alma de los animales fue tomada de la tierra, la cual es su 'madre' y su lugar de origen. Como ellos no tienen el gen espiritual de Dios en ellos, los animales no adoran a Dios, su creador, como su 'Padre'. Así que cuando mueren, regresan al polvo del que una vez salieron; ellos cesan de existir. El "aliento de vida" (Heb: "nephesh") que está en sus narices (Gén. 7:22) regresa a la Gran Fuente de Vida.
¿Qué ocurre con Adán? ¿No dijo Dios en Génesis 3:19 que él fue tomado del polvo de la tierra y que regresaría a él después de su muerte?
Sí, pero eso fue después de la Caída, cuando la sentencia de muerte fue aplicada. Adán estaba supuesto a tener vida eterna, la vida de Dios, la cual era su naturaleza. El habría de reflejar a Dios en ese cuerpo visible de barro.
Adán fue hecho un ser trino, de espíritu, alma y cuerpo. Su 'espíritu' era su origen. Su 'alma' era su naturaleza, su verdadero ser, el cual manifestaba la simiente (gen) de su Padre (Dios). Su 'cuerpo' era meramente el tabernáculo que albergaba su alma-espíritu. Y cuando el pecado prevaleció, el resultado fue la muerte. La muerte significa la separación de Dios, en Quien yace vida eterna. Esto además resulta en el decaimiento del cuerpo, que regresará a la tierra en la forma de los elementos.
"Pues polvo eres, y al polvo volverás." Esta oración no se refiere al alma, sino al cuerpo. Hay personas que creen que el hombre mismo es el alma, y que cuando cesa de respirar, cesa de existir: cuando el alma no está consciente, cesa de existir y regresa al polvo. Estas personas no distinguen entre el Hombre (en la imagen de Dios) y el Animal, tan sólo porque ambos, Hombre y Animal, poseen el "aliento de vida" (Heb: "nephesh") en sus narices. Leer Génesis 2:7; 7:22. Pero el alma del hombre no es su cuerpo (ver 1 Tes. 5:23). Cualquiera con sabiduría espiritual puede comprender la diferencia entre el alma y el cuerpo. El alma es la parte intangible, innata e inherente de todas las criaturas vivientes.
El alma del hombre es diferente a la de los animales. Toda cosa viviente, por la ley de la naturaleza, produce de su propia clase. Dios le dio una cierta naturaleza a cada animal: al león, una naturaleza de león; al caballo, una naturaleza de caballo, y así sucesivamente. Pero al Hombre, Adán, le fue dada la naturaleza espiritual de Dios antes de que apareciera sobre la tierra en su casa de barro (para manifestar esa naturaleza).
Si el 'alma' fuera meramente el 'cuerpo', entonces ¿porqué los animales mueren si ellos no han pecado? De acuerdo a Ezequiel 18:4, sólo "el alma que pecare, esa morirá."
El dicho profético del rey David en el Salmo 16:4, remarca la diferencia. La primera parte, "porque no dejarás mi alma en el Seol", predijo que Dios no dejaría el alma de Jesucristo en el infierno (Heb: sheol, la morada de la muerte); y la segunda parte, "ni permitirás que tu santo vea corrupción", predijo que Su cuerpo no sería corrompido mientras estuviera en la tumba o sepulcro (el cual es conocido por la palabra hebrea qibrah).
Cuando el cuerpo de Jesucristo yacía en el sepulcro, Su espíritu descendió al seol y predicó a los espíritus (o almas) que estaban cautivas (1 Pedro 3:18-19). El desató la atadura de cada santo elegido del Antiguo Testamento de las manos de Satanás, en ese miserable dominio de la muerte, y los hizo Sus cautivos cuando ascendió al Cielo (Efesios 4:8-10, ver Mateo 27:52). Ellos fueron al paraíso, en aquel lugar que el Mensajero a la Séptima Edad de la Iglesia llamó 'sexta dimensión'. Los incrédulos permanecieron en las partes bajas de la tierra, en el Seol, el cual es la 'quinta dimensión'. Cuando Adán murió, su cuerpo regresó al polvo; pero su alma-espíritu regresó a otra dimensión. Esto fue porque su verdadero ser era de otra dimensión, antes de que fuera puesto en la tierra. Pero, como los animales vinieron de la esfera terrenal, regresarán a ella.
Una examinación cercana de la Palabra de Dios nos revelará que las dos palabras, espíritu y alma, están entrelazadas. Uno no puede separar el alma de un verdadero hijo de Dios de su espíritu, porque su alma fue vivificada por el Espíritu de Vida Mismo.
"Por cuanto todos pecaron" (Rom. 3:23), y "la paga del pecado es muerte" (Rom. 6:23). "El alma que pecare, esa morirá" (Ez. 18:4). Esa es una muerte espiritual. A menos que el alma sea vivificada por el Espíritu de Cristo, permanecerá muerta por siempre, no teniendo vida eterna ni espiritual.
La persona sin Cristo es un alma que está controlada por la imaginación, la conciencia, la memoria, la razón y el afecto. Ellos son el intelecto y la emoción del espíritu (ver Gén. 41:8; Ex. 6:9; 1 Sam. 1:15; Salmo 77:3-6; Ecl. 7:9; 1 Cor. 2:11; Job 32:8; Mateo 26:41; Juan 11:33; Heb. 12:23). El cerebro físico no tiene inteligencia, conciencia, emoción y demás. Es el espíritu el que posee todos estos elementos. Sin duda, siendo un Espíritu, Dios posee todos estos elementos aunque no tiene un cerebro físico.
El cerebro del Hombre no es más que una masa de polvo de la tierra. Es como una asamblea de circuitos en una computadora, que solo es funcional cuando el espíritu (el programa software de la razón, la inteligencia, la memoria, etc., que está almacenada en un chip o disco magnético) está presente en el Hombre. Al igual que en la computadora, en el circuito del cerebro, cuando hay una rotura o daño una o más partes del cuerpo humano cesarán de funcionar hasta que sea efectuada la reparación. Sin embargo, todo el espíritu (de inteligencia, conciencia, afecto, y demás) está en el cuerpo. Aunque la computadora (cerebro) sea destruida (por la muerte), y el robot mecánico (cuerpo del Hombre) cese de funcionar, el software (espíritu del Hombre) con todo su afecto, inteligencia, memoria, etc. continuarán existiendo. El alma-espíritu continuará existiendo en sí misma hasta que en el Día del Juicio, Dios llame a su cuerpo de barro para que habite en él nuevamente. Leer Mateo 10:28; Gén. 35:18; 42:21; Salmo 42:1-3; Ap. 6:9; 20:4.
Un creyente nacido de nuevo tiene la mismísima VIDA de Dios dentro de él. El controla su espíritu por medio de su alma. Su espíritu controla su cuerpo físico. El Maná (Palabra) de Dios, que es el alimento para su alma, le ayuda y le guía para caminar en la Luz de la Palabra de Dios y por medio del Espíritu del Señor él hace morir las obras de su cuerpo (Rom. 8:5-13). Por otro lado, un pecador, no teniendo tal Vida en su alma, es controlado por sus 'apetitos' físicos y carnales, sujetos a las influencias de los espíritus del mundo.
LA MUJER: UN SUBPRODUCTO
Solo un tiempo después de que Adán fue puesto sobre la tierra, Dios le hizo una "ayuda idónea". Durante esa primera operación realizada en la tierra bajo anestesia, Dios abrió el costado de Adán y removió el espíritu 'femenino' fuera de él, e hizo una mujer y la presentó a él para que fuera su esposa. (Esto tipifica a la Novia de Cristo viniendo de Su costado en el Calvario). Como tal, Eva fue un subproducto de Adán. Adán llamó Eva a su esposa solo después de la caída, porque ella fue la madre de todos los vivientes.
En la naturaleza, todas las criaturas vivientes fueron creadas en pares. Todas, excepto Eva, fueron creaciones originales de Dios. Eva fue la única que fue hecha un subproducto, no en conformidad ni en continuidad con la naturaleza. Entonces, ella era la única que podía ser engañada. ¡Y lo fue! (1 Tim. 2:14).
IMAGEN Y SEMEJANZA DAÑADAS
De acuerdo a la ley de la reproducción natural, todo ser viviente reproduce de su propia clase. Sin embargo, leemos en Génesis 5:3 que Adán, quien era un hijo de Dios, engendró a Seth "a su semejanza, conforme a su imagen". Seth no nació en la imagen y semejanza de Dios. ¿Qué causó ese cambio? ¿Hubo alguna modificación en la ley?
Cuando el pecado fue imputado a Adán y a Eva a causa de su desobediencia, la muerte reinó sobre todo su ser. Por esa razón, la imagen original y la semejanza de Dios en Adán fue dañada. Y cuando Seth nació, poseía naturalmente esa imagen y semejanza dañadas de su padre, Adán, un hombre caído.
Adán era un hombre-dios originalmente, antes de la Caída. Fue primero creado un espíritu, un dios, y luego puesto en un cuerpo de barro como un ser humano sobre la tierra. Pero el pecado había dañado la imagen y semejanza de Dios en él, y corrompió su mente, cuerpo y alma. La Caída también le privó de su primer estado, como señor de todas las criaturas de la tierra. Desde entonces Satanás ha reinado como el dios de este mundo.
UNA CREACION ORIGINAL NO PUEDE SER ENGAÑADA
Sabemos que Adán era una creación original de Dios. Eva, habiendo sido tomada del costado de Adán, fue un subproducto. El Apóstol Pablo escribió que "Adán no fue engañado, sino que la mujer, siendo engañada, incurrió en transgresión" (1 Tim. 2:14). Y el Hermano Branham también enseñó que la creación original de la naturaleza no puede ser engañada. Pero, ¿cómo entonces entró el pecado al mundo a través de un hombre, Adán, y no a través de una mujer? (Rom. 5:12).
Si la mujer, siendo una con su esposo, hubiese estado cerca de él, no habría podido ser engañada por la sutileza de la Serpiente. Pero ella eligió ejercitar su propia voluntad, mente y razón. Y terminó siendo engañada y transgrediendo la ley de Dios. [Nota: Estudios han mostrado que la mujer es muy diferente del hombre en cuanto a su razonamiento y pensamiento. De hecho, a la mujer le fue prohibido por la Palabra de Dios usurpar la autoridad del hombre o tomar cualquier autoridad que Dios le haya dado solamente a él. Leer Gén. 3:16; 1 Tim. 2:11-12; 1 Cor 14:34; Ef. 4:8b,11; 5:22-23].
El hombre fue apuntado por Dios como la cabeza sobre la mujer. El era responsable por ella. Esa fue la razón por la cual Dios buscó a Adán y no a su mujer (Gén. 3:9). El hombre era culpable para Dios por lo que había pasado.
Cuando Adán se dio cuenta de que su esposa había tomado del Arbol del Conocimiento del Bien y del Mal, sabía que Dios aplicaría sentencia de muerte sobre ella y la destruiría. El estaba en un dilema. Si no hacía algo al respecto, perdería a su esposa, quien era parte de él mismo. Por otro lado, a fin de salvaguardarla y de 'redimirla' de la ira de Dios, tenía que desobedecer el mandamiento de Dios, saliéndose de Su Palabra para identificarse con el pecado de su esposa.
Sin embargo, siendo un hijo de Dios y teniendo el entendimiento de la Mente de Dios, Adán sabía muy bien que Dios, Quien era su Padre, no le destruiría porque él era una parte de Dios. El era una parte original de la Palabra de Dios. Si Dios le hubiera destruido habría estado destruyendo parte de Sí Mismo; y Dios no puede destruirse a Sí Mismo. El también sabía que Su Padre, siendo El Shaddai y Jehováh - Jireh, proveería un remedio para la situación.
Por lo tanto, con esa revelación, Adán se salió de su posición dada por Dios y de la Palabra de Dios, para 'redimir' - rescatar - a su esposa de su sentencia de muerte, identificándose con su pecado, trayendo el pecado sobre la humanidad. El sabía muy bien las consecuencias de su acto. El no fue engañado por nadie para desobedecer a Dios. Tenía ese atributo de Dios para salvar a su amada. Por su acto, retrató al Señor Jesús, el postrer Adán, Quien se salió de Su Gloriosa posición en el Cielo, con la Palabra de Dios, para redimir a Su Esposa, identificándose con su pecado, y en la semejanza de carne pecaminosa, condenando al pecado en la carne, en el Calvario. (Rom. 8:3).
En Su juicio del pecado tres partes fueron envueltas, y Dios quitó las extremidades a la Serpiente, quien fue el instrumento para el plan de Satanás, y le maldijo a convertirse en un miembro de la familia de los reptiles. [Nota: Antes de este juicio particular, la Serpiente no era una víbora. El no era un reptil originalmente, sino una criatura inteligente, que hablaba y andaba erguida. Fue creado sobre todas las criaturas del campo y tenía la semejanza y afinidad del hombre]. El órgano sexual de la mujer fue maldito incrementando el dolor en su concepción y en su parto. Esto prueba que ella fue engañada para mal usar ese miembro particular de su cuerpo. Había fornicado con la Serpiente. El hombre no fue maldito porque él no fue engañado. Pero, por el hecho de haberse identificado con el pecado de su esposa, la tierra, de la cual fue tomado, fue maldita. Ahora él tendría que esforzarse por el alimento para sostener su cuerpo moribundo. [Nota: El acto redentivo de Cristo también incluye la restauración de todas las criaturas de la tierra a su primera gloria (Rom. 8:18-23; Is. 11:6-9).]
La pareja fue separada de Dios para enfrentar muerte eterna. ¡Pero Dios proveyó un remedio y la muerte fue sorbida en victoria por Cristo Jesús! ¡Bendito sea el Nombre del Señor! ¡Amén!
SIMIENTE DE DISCREPANCIA
La Caída de la humanidad resultó en otra simiente siendo producida. Caín fue esa simiente: la simiente de la Serpiente. Caín no era un hijo de Adán y Eva. El era el hijo de la Serpiente y de Eva, mientras que Abel sí era el hijo de Adán y Eva. Por lo tanto, Eva fue llamada la madre de todos los vivientes. La herencia del hombre del pecado original se remonta a esta simiente.
Caín era una simiente pervertida. Fue el primer híbrido producido en la tierra. Toda forma de vida, buena o mala, viene de Dios (Is. 45:7). A través de la ley de la reproducción de Dios, cada simiente produce según su propia clase. Caín era, de hecho, la obra del diablo quien era él mismo un engañador y un pervertido. Fue Satanás quien sembró la semilla del deseo en el 'jardín mental' de Eva, y con la ayuda de la Serpiente, produjo una simiente de discrepancia, por medio de su 'jardín físico'.
Caín era una simiente de discrepancia, la cual era incoherente con la operación de la ley de la naturaleza que Dios había hecho.
SIMIENTE HIBRIDA: UN ALMA, DOS NATURALEZAS
Todas las criaturas vivientes originales tenían solo una naturaleza específica. Dios había propuesto que traerían simiente según su clase, para manifestar la gloria específica que El les había dado. Por lo tanto, un caballo sería un caballo; un burro, un burro; y así sucesivamente.
Adán fue hecho un alma viviente y puesto sobre la tierra para manifestar o revelar la naturaleza del Espíritu de Dios dentro de él. El era una simiente de Dios hecho por la Palabra de Dios. No tenía otra naturaleza. Incluso después de la Caída continuaba poseyendo esa misma naturaleza, con la excepción de que el pecado le había sido imputado por el Señor. El solo era un hijo caído de Dios. Todos sus descendientes poseían la misma naturaleza imputada de pecado que él. Pero muchos de ellos, excepto por aquellos primogénitos registrados en la genealogía, se volvieron al modo de Caín, cohabitando con las hijas de los hombres, las mujeres cainitas. Esto resultó en la depravación de la humanidad. La raza adámica pura había sido mezclada con la raza cainita. Se había convertido en una raza mixta, manifestando dos naturalezas en un alma.
¿Cuál era la otra naturaleza? ¿De dónde vino? ¿Y cómo entró en el alma del hombre por el cruzamiento?
La otra naturaleza era la naturaleza Serpentina. Vino de la Serpiente. Entró en el alma del hombre por la simiente.
Sabemos que Caín era un bastardo, la simiente de la Serpiente. Sin embargo, dentro de él, tenía el instinto de adorar a Dios. Pero sabemos que solo el hombre Adán fue creado en la imagen de Dios como un hijo para adorar al Padre. La Serpiente era un animal. No tenía un alma en la imagen de Dios, porque no fue creada en esa imagen. Por lo tanto no podía adorar a Dios; pero su simiente lo hizo. ¿Por qué ocurrió esto?
El alma es esa parte innata e inherente de toda criatura viviente. Sin embargo, hay una diferencia entre el alma del hombre y la de los animales. El alma es la naturaleza del espíritu. El hombre Adán poseía la naturaleza del Espíritu de Dios. Poseía las mismas características de Dios. Los animales tenían su propia naturaleza respectiva. Por ejemplo, el alma de un caballo tiene la misma naturaleza del espíritu, o característica, de un caballo. Y un burro posee la naturaleza del espíritu de burro. De la misma manera, la Serpiente tenía su propia naturaleza.
Permítame enfatizar: Toda y cada simiente pura manifestará su respectiva naturaleza como le fue provista por el Creador. Pero cuando una simiente es hibridada con otra simiente, hereda la naturaleza de la otra simiente; no la absorbe. Por ejemplo, tome un limón e hibrídelo con una naranja; usted no obtendrá una simiente que produzca limones y naranjas, sino que obtendrá toronjas. ¡Ciertamente! (¡Ahí va la 'Doctrina de las Dos Almas' por el desagüe!) ¡Amén!
Una simiente es una simiente. Una simiente híbrida es la que posee dos naturalezas o características. Y Caín era tal simiente. Si la Serpiente se hubiera mezclado con su Serpiente femenina, habrían producido una simiente de Serpiente pura con la naturaleza serpentina. Pero la Serpiente sucumbió ante Satanás, el diablo, y se convirtió en su instrumento para cometer el acto malvado de una doble fornicación.
La mujer era una parte del hombre Adán, quien era una simiente - Palabra de Dios. En lugar de mantenerse detrás de la Palabra, la mujer se fue buscando sabiduría. Como muchas mujeres de hoy, pensó que era inteligente, por así decirlo. (Hermanas en Cristo, por favor permanezcan fieles a la Palabra). Cuando abrió su mente para recibir la palabra del maligno, una semilla de deseo fue sembrada y ella cometió fornicación espiritual. Entonces un acto físico siguió, y una doble fornicación fue cometida. Ese acto maligno causó que la imagen de Dios, la cual es espiritual, y la semejanza de Dios, la cual es tangible, en la raza Adámica fuese dañada. Ese fue indiscutiblemente el pecado original.
NATURALEZA SERPENTINA
Ahora examinaremos brevemente las almas de Adán y de sus descendientes, al igual que la de Caín y las de los suyos.
Génesis capítulo 5 contiene un registro de los descendientes de Adán comenzando con Seth. La primera oración expone "Este es el libro de las generaciones de Adán" - es decir, es un listado de TODA la Simiente Adámica Pura. Aquellos que están registrados en la genealogía eran todos los primogénitos. Todos ellos poseían la sangre Adámica pura. Todos, excepto Noé, se casaron con su misma clase y propagaron una raza de gente pura. Noé fue el último de los primogénitos puros, quien se casó con una Cainita o mujer híbrida. Muchos de los hijos de aquellos primogénitos fueron atraídos por la belleza de las mujeres Cainitas y comenzaron a tomarlas por esposas. Como resultado del cruzamiento de simientes nacieron gigantes, antes y después del Diluvio. Leer Génesis 6:1-4.
Nota: Todos los descendientes registrados en la genealogía de Adán eran la raza Adámica verdadera (o raza Séthica). Ninguno de nosotros hoy en día es un descendiente de la verdadera raza Adámica; cada uno puede ser rastreado sólo hasta uno de los tres hijos de Noé y su esposa. Pertenecemos a la raza Noénica. Es decir, todos tenemos la misma sangre que Noé y su esposa. Leer Gén. 9:19, ver Hechos 17:26.
Las almas de Adán y de sus descendientes fueron dañadas cuando el pecado fue imputado a Adán, después de la Caída. Como tal, todos los Adánicos y Séthicos heredaron el pecado imputado sobre Adán. No había en ellos ni la más mínima manifestación de naturaleza serpentina, ya sea espiritual o físicamente. Solo la imagen y semejanza de Dios que poseían fueron dañadas por ese pecado.
Sin embargo, no fue así con Caín. Para comenzar, Caín era levemente diferente que su padre físico, la Serpiente. Este, siendo un animal, no adoraba a Dios, pero Caín sí lo hizo. El había heredado esa parte de su naturaleza, espiritual o religiosa, de Eva, cuando fue formado adentro de ella.
Caín era, de hecho, un hombre - bestia. La composición de su personalidad era mitad de animal y mitad de hombre. Y en lo espiritual, él era vicariamente el hijo de Satanás ("el maligno" - 1 Juan 3:12) quien había inspirado a la Serpiente para cometer ese hecho malvado. Como tal, él estaba en contra de toda la revelación de Dios. Compare su revelación espiritual con la de Adán, por su ofrenda a Dios.
REVELACION DOGMATICA
Ciertamente Caín tenía revelación - pero una revelación híbrida! ¡La suya era una revelación pervertida, incoherente con la revelación de la Verdad de Dios!
Abel tenía toda la revelación de la Verdad. El sabía que debía ser lo mejor y que la sangre era necesaria. Entonces, trajo al Señor una ofrenda del primogénito más gordo de su rebaño y derramó su sangre.
Y Caín, siendo un labrador de la tierra, también trajo a Dios de lo mejor, los primeros frutos de la tierra. El creyó que Dios estaría complacido con su ofrenda por la que había trabajado con el sudor de su frente. No tenía revelación de la sangre, a pesar que desde su niñez fue testigo de la adoración apropiada para Dios en las vidas de Adán y Eva. (Tal vez, para él, la sangre no era necesaria; el jugo vegetal y de frutas era igual de bueno). Ahora, la mitad de la revelación o la mitad de la verdad no es aceptable para el Señor. Dios desea un adorador sincero, que le adore en espíritu y en verdad.
No digamos que Dios no tuvo misericordia ni gracia cuando rechazó la ofrenda de Caín. En Su divinidad, Dios le proveyó a Caín un modo correcto para ser aceptado. Proveyó una ofrenda por el pecado justo ante Caín, para que hiciera como El deseaba (ver Gén. 4:7). Pero, al igual que mucha gente que rechaza la ofrenda por el pecado provista en el monte Calvario, Caín también rechazó esa ofrenda puesta delante de él. Incluso vino y asesinó a Abel, un hijo de Adán, quien era un hijo de Dios, evidentemente por celos religiosos. Y desde entonces, la simiente de la Serpiente ha estado continua e implacablemente persiguiendo a la simiente de Dios en nombre de la religión.
Caín era arrogante. El, literalmente, luchó contra toda la Verdad revelada de Dios, cuando rechazó el Modo Divino (provisto por Dios).
"Pero no miró con agrado a Caín y a la ofrenda suya. Y se ensañó Caín en gran manera, y decayó su semblante. Entonces Jehová dijo a Caín: ¿Por qué te has ensañado, y por qué ha decaído tu semblante? Si bien hicieres, ¿no serás enaltecido? Y si no hicieres bien, el pecado está a la puerta; con todo esto, a tí será su deseo, y tú te enseñorearás de él." - Génesis 4:5-7.
Siendo una raza cruzada, producido por la Serpiente y la mujer, Caín - el hijo de la Serpiente, heredó parte de la naturaleza de Eva, la naturaleza del Espíritu de Dios que estaba sobre Adán.
La ley de Mendel dice que "todo individuo es la suma total de las características recesivas o dominantes de sus dos progenitores inmediatos. No hay nada en un individuo que no esté en el padre o en la madre de esa persona, y todo lo que está en el padre y en la madre está en la descendencia."
Por lo tanto, la mitad del alma de Caín buscaba las cosas celestiales, mientras que la otra mitad buscaba malas obras. La última mitad fue más dominante porque la simiente fue concebida bajo la influencia del maligno mismo (1 Juan 3:12).
MULA - BURRO Y CABALLO EN UNO
Para comprender mejor cómo el alma del hombre fue dañada, debemos observar mejor a un animal híbrido muy común - la mula. Ahora, el 'padre' de la mula es un burro, y su 'madre', una yegua. Es un animal tan bueno para trabajar como su madre, pero es obstinado como su padre. Tiene orejas de burro pero casi toda su cabeza parece de caballo.
La mula es la simiente del burro, pero su imagen está dañada, y solo parece un burro a medias. La semejanza de su padre también está dañada, por eso solo parece la mitad de un burro.
El hombre ha hecho a esta pobre mula y a muchos otros híbridos, tales como el zedonk (una cruza entre una cebra y un burro) y el ligre (una cruza entre un león y una tigresa). La hibridación causó que la imagen de la simiente fuese dañada y que su semejanza fuese destruida.
LA NEUTRALIZACION DE LA OBRA MAESTRA DE DIOS
El deseo maligno del Diablo, el Adversario de Dios, era pervertir la obra original de Dios. Y el hombre - serpiente, Caín, fue su herramienta. Produciendo un híbrido, el plan de Satanás era pervertir la naturaleza de Dios en el hombre, quien era la obra maestra de Dios en la tierra. La Serpiente fue su instrumento y Caín fue su simiente, con el cual él sembró y cosechó sus primeros frutos en la generación de Enoc (Judas 14,15). Esa fue la generación que vio la tierra plagada con el daño y la maldad del hombre. Ese fue el resultado del cruzamiento entre los hijos de Dios (hombres Séthicos) y las hijas de los hombres (mujeres Cainitas), alrededor de dos o tres generaciones antes (Gén. 6:2).
El cruzamiento carnal produjo "gigantes", quienes eran "poderosos" y "hombres de renombre", cuyos "pensamientos del corazón era de continuo solamente el mal" (Gén. 6:5). No solo eran terriblemente malvados y corruptos (Gén. 6:12), sino que también profanaron el Santo Nombre del Señor en su adoración (Gén. 4:26).
Sin embargo, cuando comenzó su trabajo sucio, el Diablo no se dio cuenta que, desde que nada existía, Dios ya había preordenado 'un remedio' para redimir a su obra maestra, la cual El sabía que habría de caer. A fin de redimir Su obra maestra, Dios propuso que Su Hijo Unigénito sería LA OBRA MAESTRA en la misma semejanza, para que Su Imagen y Semejanza en Su obra maestra fuese restaurada.
Sí, Dios fue manifestado en la semejanza de carne pecaminosa, y por medio de un sacrificio, condenó al pecado en la carne sobre la cruz, para que Sus hijos e hijas pudieran ser devueltos a El, por elección de acuerdo a Su preconocimiento.
Ahora, en su esfuerzo por neutralizar la obra maestra de Dios, el Diablo produjo su obra maestra de engaño, sembrando su simiente de falsedad en Eva, causando por lo tanto una doble fornicación - espiritual y física. Desde entonces, toda la raza humana ha venido bajo esta misma influencia y como resultado todos nacen en el mundo con un estado pervertido.
Sí, a través de su simiente de engaño, Satanás había inyectado su maldad y su pecado en la raza humana, produciendo una simiente de discrepancia, la cual corrompió la humanidad y la degradó a un estado depravado en cuanto a su relación con Dios. Entonces, la Biblia declara: "Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios" (Rom. 3:23).
EL CONFLICTO DE DOS NATURALEZAS
En el capítulo 7 de su epístola a los Cristianos Romanos, San Pablo escribió, en referencia al conflicto entre las dos naturalezas dentro del hombre, cómo es que la buena naturaleza está diametralmente opuesta a la naturaleza maligna. Nadie nace espiritual. Toda persona nace 90 % mental y 10 % física, con una mente y una conciencia que le impulsan a hacer el bien y condenar el mal.
A causa de que su alma está espiritualmente muerta, el hombre ama la oscuridad en lugar de la luz. Como ha nacido con una naturaleza maligna dentro de él, tiende a alejarse de la Luz. Sabiendo que la Luz expondría sus hechos malignos, se mantiene alejado de Esta y alimenta su mente con las cosas del mundo a través de sus sentidos naturales. Cada vez que la Luz brilla ante él y él La rechaza, se aleja más aún de la Verdad y la Vida Eterna. Leer Juan 3:19-20.
Sin embargo, Dios envió a Su Hijo en semejanza de carne pecaminosa, como una ofrenda por el pecado, condenando al pecado en la carne. Esto fue hecho para que los requisitos justos de la ley pudieran ser satisfechos en aquellos que creyeran y vivieran de acuerdo al Espíritu y no de acuerdo a la naturaleza pecaminosa. "Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz" (Rom. 8:6). Todos aquellos que son guiados por el Espíritu de Dios, son Sus hijos.
TRANSFORMACION
"Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. No os conforméis a este mundo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cual sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta." (Rom. 12:1-2).
"Y El os dio vida a vosotros cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados;...Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aún estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo, (por Gracia sois salvos), y juntamente con El nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús." (Ef. 2:1,4-6).
Estas palabras de San Pablo concluyentemente desacreditan las muchas doctrinas del 'alma', que están siendo propagadas por muchos ministros del Mensaje del Tiempo del Fin entre los creyentes. Una teoría dice que cuando una persona se convierte, su alma es cambiada por la de Cristo. Otra teoría dice que un hijo predestinado de Dios posee dos almas, y que el alma del mundo debe ser 'pateada fuera' de él o ella antes de que el alma de Dios pueda serle dada.
Estos 'predicadores' que son culpables de enseñar tales teorías, están trayendo reproche sobre la Palabra de Dios, así como también sobre el Profeta y su Mensaje. Muchos de ellos sostienen que deben buscar en el 'Mensaje', tal como el Profeta lo ha dicho, y enseñarlo como él lo enseñó. Ellos se oyen bien, pero ciertamente no lo están haciendo de manera correcta.
Cualquier enseñanza o "revelación" que no esté fundada en la Palabra, o que está en conflicto con Esta, no es Verdad. Como todas las enseñanzas denominacionales, estas sólo son una confusión de discrepancias - ¡enseñanzas híbridas! En lugar de comprender lo que el Hermano Branham enseñó sobre la Palabra Absoluta para obtener Revelación Espiritual, ellos simplemente están tomando parte de sus varios sermones y produciendo sus propias interpretaciones de lo que ellos sienten personalmente que él enseñó.
Observe las palabras que Pablo usó en sus escritos: transformaos, renovaos en vuestra mente, os dio vida, y resucitó. Estas pocas palabras son suficientes para que uno comprenda que es la misma alma del creyente la que es transformada, o bajo una transformación, y no que es reemplazada por otra como algunos están enseñando.
NACIDO DE NUEVO
El Señor Jesús dijo que un hombre debe ser nacido de nuevo a fin de comprender y entrar en el Reino de Dios (Juan 3:3-8). Esta experiencia de nacer de nuevo viene de arriba, es decir, es una nacimiento celestial a través del Espíritu de Dios. Pero, hay tres cosas envueltas en este nacimiento espiritual, así como también hay tres cosas envueltas en el nacimiento natural.
En el nacimiento natural, el agua y la sangre aparecen, y luego la vida. Paralelo a eso, en el renacimiento espiritual, está el Agua de la Palabra, la Sangre de Jesús el Cristo, y la Vida del Espíritu Santo. Ver 1 Juan 5:6-9; Ef. 5:26; Tito 3:5; Santiago 1:18. Recuerde que la Vida fue provista para la Novia por el Hijo de Dios en el Calvario, porque la sangre y el agua salieron de Su costado (ver Juan 19:34).
Sin embargo, a menos de que exista una simiente, la vida no puede aparecer. Ninguna mujer puede concebir ni dar a luz un hijo sin haber tenido primero una 'semilla' plantada en ella. (Aunque algunos científicos locos puedan pensar otra cosa). Y si un hombre es estéril tampoco puede traer vida.
Similarmente, una persona no puede ser nacida del Espíritu sin ser una simiente de Dios en primer lugar. Pero, ¿quién es simiente de Dios y quién no lo es? Este es el misterio de la predestinación de los Elegidos por el preconocimiento de Dios.
El hombre es un agente moral libre. Dios, Quien es rico en misericordia, ha provisto al hombre en su estado caído de una senda de escape de la muerte a la vida eterna. El hombre debe escoger entre los caminos puestos delante de él. Y Dios, siendo Omnipotente y Omnisciente, conoce todas las cosas desde el principio hasta el final, y el final desde el principio. Como tal, El ya preconoció la elección de cada uno antes que naciese.
Por eso es que San Pablo escribió a los Cristianos de Efeso que "según nos escogió en El antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de El, en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de Su Voluntad. En El asimismo tuvimos herencia, habiendo sido predestinados conforme al propósito del que hace todas las cosas según el designio de Su Voluntad" (Ef. 1:4,5,11). No obstante, desde el principio de la era Cristiana, muchos Cristianos han estado luchando en contra de la enseñanza de la Predestinación de Dios. O Dios es Todopoderoso y Todo Conocedor (lo cual significa que El puede estar presente en todos lados al mismo tiempo) o no lo es. Si lo es, entonces tiene todo el poder de elegir de acuerdo a Su preconocimiento. San Pedro también escribió que nosotros somos "elegidos según la presciencia de Dios Padre en santificación del Espíritu, para obedecer y ser rociados con la sangre de Jesucristo." (1 Pedro 1:2). Leer también Romanos 8:29.
La Caída del hombre y sus consecuencias fueron preconocidas por Dios y permitidas "por causa del que la sujetó en esperanza" (Leer Rom. 8:18-23). Por lo tanto, todos los hombres nacen con una naturaleza carnal heredada, teniendo un espíritu terrenal, que está bajo la influencia de los gobernadores de las tinieblas de este mundo y sus principados, poderes y maldad espiritual en los lugares altos. Tal naturaleza está sujeta a muerte, que significa el apartamiento de Dios. "Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios" (Rom. 3:23).
Y no hay ningún modo por el que el hombre pueda salvarse a sí mismo de la ira de Dios, excepto por arrojarse en la Misericordia de Dios.
Cuando Dios en su Mente infinita, preconoció que una persona haría esto, la ordenó como Su simiente antes de que la fundación de la tierra fuese llevada a cabo. Aunque predestinada como una simiente en la Mente de Dios, esa persona sería carnal desde su nacimiento hasta su regeneración por el Espíritu Santo de Vida, y entonces nunca más estaría muerto en sus delitos y pecados. En lugar de eso, un proceso de germinación comenzará en la hora en que el Agua de la Santa Palabra de Dios venga purificando su alma, y la Sangre de Jesucristo la limpie. Entonces será resucitado por el Espíritu Santo y se le hará sentar junto con otros santos de Dios en lugares celestiales en Cristo Jesús. (Ver Ef. 2:1-10).
Así es como un alma, que es predestinada bajo la filiación, es cambiada.
Un alma es predestinada como 'simiente', un 'gen', en la Mente de Dios desde antes de la fundación de la tierra. Pero, como todos los hombres, vendría al mundo con una naturaleza carnal dentro de él. Sin embargo, siendo una SIMIENTE Palabra - Novia, habría una concepción cuando fuese fusionada con el Gen Incorruptible de la Palabra - Esposo, por el Espíritu Santo (1 Pedro 1:23). ¡Alabado sea el Señor! (Oh mi Dios, ¿cómo puede la Simiente - Novia predestinada de Dios fornicar con los credos y dogmas hechos por el hombre de las iglesias organizadas, y continuar siendo llamada la Verdadera Novia - Iglesia del Señor Jesucristo?).
Entonces, con el Agua de la Palabra y la Preciosa Sangre de Jesucristo viniendo sobre él, el alma es vivificada y hecha salva por el Espíritu. Al igual que la mariposa cuando emerge de su crisálida (o capullo), una transformación (Gr: metamorphoo) toma lugar; una nueva vida aparece. La antigua naturaleza ha muerto, y la naturaleza de Dios está resucitada y ahora vive en él. Ahora no puede morir, porque tiene la Vida Eterna de Dios cuyo 'gen' Simiente permanece en él (ver 1 Juan 3:9; 1 Pedro 1:23).
"De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas" - 2 Cor. 5:17.
DESHIBRIDACIÓN
Ahora, la naturaleza de Dios en él comenzará a manifestarse en sí misma. El Espíritu 'deshibridará' la naturaleza serpentina en él a través de Su Palabra, y el 'Gen' Simiente que permanece en él crecerá en gracia, y en el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo (2 Pedro 3:18). ¿No testificó Juan el Bautista que Jesucristo, la Palabra de Dios bautizaría a los creyentes con el Espíritu Santo y con fuego? El fuego del Espíritu Santo quemaría toda escoria del "hombre viejo" en el creyente y limpiaría su vida de toda cosa que es contraria a la Palabra.
En el renacimiento, el Espíritu Santo convierte el alma del creyente en una nueva alma, la cual tiene la naturaleza de Dios. Pero como el creyente continúa viviendo en un ambiente natural, los cinco sentidos de su cuerpo físico están en constante contacto con el medio que lo rodea. Si no es cuidadoso, su espíritu puede responder a las influencias del mundo y sucumbir ante él.
Por esa razón, Pablo encomendó a los creyentes a que se deshicieran del 'viejo hombre', la vida anterior, que no trae nada al cuerpo sino pecado, y que se hicieran con el "nuevo hombre", la vida nueva, y se renovaran en el espíritu de la mente, en el conocimiento según la imagen de Dios que los creó. (Leer Ef. 4:22-24; Col. 3:9-10; Rom. 6:6-12). "No os conforméis a este mundo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta" (Rom. 12:2).
Los otros Apóstoles, en sus respectivas epístolas, también exhortan a los Cristianos a caminar en la Luz de la Palabra de Cristo para que puedan crecer en ella. Pero las palabras del Rey David en el libro de los Salmos hacen un resumen acertado: "En mi corazón he guardado tu Palabra, para no pecar contra tí" (Salmo 119:11), ¡Amén! En esta última hora del tiempo, dejemos que cada 'nacido de nuevo' de Dios se esfuerce en caminar diligentemente en la Luz de la Palabra de Dios hasta que la Simiente de Dios dentro de nosotros sea completamente 'deshibridada' de la naturaleza serpentina en nosotros, a través de Su Santa Palabra.
RESTAURACION DE LA IMAGEN Y SEMEJANZA DE DIOS
Cuando Pablo enseñó a los creyentes en Corinto sobre la jefatura (1 Cor. 11:1-16), trató acerca de la imagen, gloria y honor. Sabemos que la mujer vino del hombre. Entonces el hombre es la cabeza de la mujer. La cabeza del hombre es Cristo, y la cabeza de Cristo es Dios. Por lo tanto, la mujer está para honrar al hombre; el hombre está para honrar a Cristo; y Cristo está para honrar a Dios. Porque son la gloria de sus respectivas cabezas.
Pablo dijo que el hombre "es la imagen y la gloria de Dios" (1 Cor. 11:7), confirmando el hecho de que el hombre no solo fue creado en la Imagen de Dios, sino que siendo un gen de Dios, también reflejaría la Gloria de Dios. La Gloria de Dios en el hombre es Su carácter perfecto. La humanidad (Adán) tenía esa naturaleza divina y ese carácter perfecto de Dios, su Padre.
Lamentablemente, la decisión tomada por Adán en el Jardín del Edén fue desastrosa, no solo para Adán mismo, sino también para toda la raza humana. Por una persona, el pecado se infiltró en el ser trino del hombre y alteró toda la composición de su personalidad. La Imagen y la Semejanza de Dios en el hombre fueron dañadas por ese pecado original. Como resultado, todos los hombres cayeron de la Gloria de Dios.
El pecado no puede frustrar el Plan Eterno de Dios. El es Todopoderoso. Conociendo el fin desde el principio, se propuso en Sí Mismo ser el Pariente Redentor. "Porque la creación fue sujetada a vanidad, no por su propia voluntad, sino por causa del que la sujetó en esperanza" (Rom. 8:20). Y cuando el tiempo estuvo cumplido, Dios envió a Su Hijo Unigénito, Quien es "la imagen del Dios invisible" (Col. 1:15), "el cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma (Gr: copia exacta) de su sustancia" (Heb. 1:3), para redimir a todas las simientes predestinadas de Dios y para restaurar su imagen original. El fue LA GRAN OBRA MAESTRA de Dios, a Quien sacrificó, quebrantó y levantó, a fin de que las otras 'obras maestras' pudieran ser levantadas junto con El.
Aquellas 'obras maestras' dañadas podrían ser entonces remodeladas y restauradas a su gloria original - la Imagen de Cristo - para que cada uno de ellos se despojase del "viejo hombre con sus hechos, y revestido del nuevo hombre, el cual conforme a la imagen del que lo creó se va renovando hasta el conocimiento pleno" (Col. 3:9-10). En otras palabras, cada uno se deshará de su antiguo ser no regenerado con sus obras malignas, y se vestirá con el nuevo ser a través del proceso de renovación y remodelación hasta el más completo y perfecto conocimiento (pleno conocimiento), según el Padre, en el cual fue originalmente creado.
LA GLORIA DE DIOS
"Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor...Porque Dios, que mandó que de las tinieblas resplandeciese la luz, es el que resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz (o persona) de Jesucristo" (2 Cor. 3:18; 4:6).
La Caída había distorsionado tanto la Imagen de Dios en el hombre que él ya no podía reflejar toda la Gloria de Dios. Como resultado del pecado, todos los hombres cayeron de esa Gloria. Pero Cristo Jesús vino para restaurarnos a esa misma imagen en la que fuimos originalmente creados.
Ahora, nosotros, los hijos de Dios con el rostro sin velo, continuamos contemplándonos (reflejando) en el espejo de la Palabra de Dios (la Gloria del Señor), mientras somos constantemente transformados a Su Propia Imagen en creciente esplendor de un grado de gloria a otro. Esto viene del Señor Dios, el Mismo Espíritu que ordenó "Sea la luz" para que brille en la oscuridad; El ahora brilla en nuestros corazones, iluminando Su Majestad y Gloria en la Persona de Jesucristo. Todos somos devueltos a la paternidad original en la que fuimos creados, es decir, la misma paternidad que Dios ha ordenado en Su Mente desde antes del principio de la creación.
Todo esto hubiera sido innecesario si Adán y Eva hubieran permanecido en la Palabra. Todas sus simientes y descendientes hubieran tenido la misma Imagen y Semejanza de Dios en la que ellos fueron creados. Esa es la ley de Dios.
Si un animal de sangre pura y su simiente se mantiene exacto a su propia raza, a través de la línea, generación tras generación, mantendrá perpetuamente la imagen y la semejanza de un pura raza. Entonces, un Mustang invariablemente producirá Mustangs de pura sangre; un Pekinés, siempre Pekineses puros. De la misma forma, un hijo de Dios producirá invariablemente hijos de Dios, en la Imagen y Semejanza de Dios, que reflejarán Su Gloria.
LA VIDA EN EL ESPIRITU
La epístola de Pablo a los Romanos es el resumen más poderoso y preciso del mensaje Cristiano en todo el Nuevo Testamento. En el capítulo 8 de esa carta, él enseñó acerca de la vida Cristiana en el Espíritu del Señor. Observen la tremenda y profunda verdad en simplicidad de palabras, en los versos 1, 5 y 14:
"Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu...Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu...Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios."
¿Ve cuán importante es caminar en el Espíritu? El Espíritu de Dios guiará al creyente y lo cambiará, de gloria en gloria, para ser hecho a la Imagen de Su Hijo, Jesucristo, Quien es la Imagen del Dios Invisible, y la Gloria de Dios. Leer 2 Cor. 3:18; Rom. 8:29; Col. 1:15; 2 Cor. 4:6 y Heb. 1:3.
EN LA SEMEJANZA DE SU RESURRECCION
En Su Plan de Redención, Dios no sólo se ha propuesto que el alma-espíritu del Hombre sea redimida, sino que también lo sea su cuerpo, porque el Hombre fue originalmente creado y hecho en esa forma para morar en la tierra.
El pecado no sólo trajo muerte al alma sino también al cuerpo. La muerte no puede tocar el cuerpo sin primero penetrar en el alma, la cual es como sabemos, por analogía, el gen. Este entró al alma por medio del jardín mental de la Mujer, Eva.
El 'gen' de Eva fue 'envenenado' por una sustancia conocida como 'engaño'. El 'gen' de Adán no fue 'envenenado' así. Pero siendo la cabeza de la mujer, Adán cargó con toda la culpa, por ella. Eva se hubiera perdido para siempre si no hubiera sido por Adán, quien se identificó con su pecado para 'redimirla'.
"El alma que pecare, esa morirá", declaró el Todo Poderoso. Como pecado, el veneno penetró, el alma pereció, separándose de Dios, Quien es la Fuente de Vida. E inmediatamente, la muerte reinó sobre el cuerpo causando que decayera y que se corrompiera, confirmando la muerte de ese gen. ¿No dijo Jesús que "lo que del hombre sale, eso contamina al hombre"? (Marcos 7:20). ¿Vé? Es como mirar y oler una fruta amarga y saber que es amarga. Y tomando una pizca de ésta confirmar que tiene un gen amargo. Del mismo modo, el estado interno del hombre corrompido, que no puede ser visto ante los ojos abiertamente, es demostrado visiblemente en y a través del cuerpo.
Por tanto, Cristo Jesús vino para salvar y comprar a todo el hombre, primero su alma-espíritu y luego su cuerpo. Los creyentes, tanto los que duermen como los que están despiertos en Cristo, están ahora esperando por la redención de sus cuerpos (Rom. 8:23). Esto ocurrirá cuando Cristo Jesús, el Esposo de la Iglesia Verdadera, venga para ser glorificado en los santos (2 Tes. 1:9-10).
¿Cómo nosotros lo merecemos? ¿Qué identificación tenemos para eso? "Pero dirá alguno ¿cómo resucitarán los muertos? ¿Con qué cuerpo vendrán?" (1 Cor. 15:35). Estas son las respuestas de la Biblia:
"Necio, lo que tú siembras no se vivifica, si no muerte antes. Y lo que siembras no es el cuerpo que ha de salir, sino el grano desnudo, ya sea de trigo o de otro grano" - 1 Cor. 15:36-37.
"Así también es la resurrección de los muertos. Se siembra en corrupción, resucitará en incorrupción. Se siembra en deshonra, resucitará en gloria; se siembra en debilidad, resucitará en poder. Se siembra cuerpo animal, resucitará cuerpo espiritual. Hay cuerpo animal, y hay cuerpo espiritual. Así también está escrito: Fue hecho el primer hombre Adán alma viviente; el postrer Adán, espíritu vivificante" - 1 Cor. 15:42-45.
"El cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya, por el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas" - Fil. 3:21.
"En un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados. Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad" - 1 Cor. 15:52-53.
¡Amén! El Espíritu de Vida, a través de Pablo escribió cómo "Dios, enviando a Su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne" (Rom. 8:3).
"Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva. Porque si fuimos plantados juntamente con él en la semejanza de su muerte, así también lo seremos en la de su resurrección" - Rom. 6:4-5.
Sí, el Hijo de Dios vino para librar a la carne de su poder pecador, siendo una ofrenda por el pecado. Entonces, "Sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado. Porque el que ha muerto, ha sido justificado del pecado" (Rom. 6:6-7). ¡Amén! Así, somos libres del pecado, porque nos hemos vuelto uno con El por el bautismo en Su muerte.
Nuestro cuerpo de pecado debe ser condenado a la muerte, o el gen transformado no puede salir del cascarón. Si nuestro cuerpo de pecado es condenado a muerte, la naturaleza justa de Dios es revelada en nosotros. Cuando nuestra alma es transformada y liberada del pecado, el hombre interior manifestará su naturaleza visible al mundo. Esa naturaleza es vida eterna. ¡Y testificará al mundo de la resurrección del cuerpo! Como Cristo fue levantado de la muerte, ¡así también lo seremos nosotros! Porque "Si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros" (Rom. 8:11).
Así como somos identificados en la semejanza de Su muerte, ¡también somos identificados en la semejanza de Su resurrección! ¡Así como somos transformados en la Imagen de Cristo Jesús, también seremos transformados en la misma Semejanza de su Glorioso Cuerpo - en Novedad de Vida! ¡Así también será en Novedad de Cuerpo! ¡Oh, Bendito sea el Santo Nombre del Señor!
LA MANIFESTACION DE LOS HIJOS DE DIOS
Pablo proclamó, "tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse. Porque el anhelo ardiente de la creación es aguardar la manifestación de los hijos de Dios...porque sabemos que toda la creación gime a una, y a una está con dolores de parto hasta ahora; y no sólo ella, sino que también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, nosotros también gemimos dentro de nosotros mismos, esperando la adopción, la redención de nuestro cuerpo" (Rom. 8:18,19,22,23).
De acuerdo a la infalible Palabra de Dios, ciertamente seremos manifestados como Sus hijos en la Era de la Regeneración milenial (Mateo 19:28), cuando Cristo vendrá para ser glorificado en Sus Santos Novia (2 Tes. 1:9-10), y seremos expuestos en público, como hijos adoptados de Dios, para la Gloria del Padre - obras maestras rotas, finalmente restauradas, y ¡sentados con Cristo en Su Trono! ¡Amén!
Mientras tanto, continuemos caminando en la luz de cada Palabra Preciosa que procede de la boca de Dios. Cada hijo de Dios debe vivir por toda Palabra que Dios ha establecido, desde antes de la fundación del mundo, para él (Mateo 4:4; Deut. 8:3).
Cada Palabra de Dios está contada como los cabellos de nuestra cabeza están contados (Mateo 10:30). Toda Palabra es como la hebra de un cabello en la cabeza de una mujer, al que se debe dejar crecer. Como tal, siendo la Novia y la Gloria de Cristo, Quien es la Gloria de Dios, nosotros debemos poseer y vivir por toda Palabra de Dios, dejándola crecer en nuestras vidas. Aquellos que recortan la Palabra de Dios están cortando Su Gloria. Entonces, no tendrán parte en la Gloriosa Posición de la Novia, la cual espera por cada hijo de Dios que permanece en la Palabra.
Así que ¡Vive la Palabra que está aquí! ¡Ven pues, Señor Jesús!