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LA REVELACION DE JESUCRISTO - 20


Apocalipsis Capítulo 20


Este capítulo describe los eventos que preceden y tiene éxito el período del Reino Milenial de Cristo. No se hace mención del Rapto de los Santos ni de la Gran Cena de Bodas del Cordero. Los eventos aquí descriptos tendrán lugar después del Rapto y de la Gran Cena.

Satanás Atado Por 1000 Años

Versos 1, 2 y 3:

"Vi a un ángel que descendía del cielo, con la llave del abismo, y una gran cadena en la mano".

"Y prendió al dragón, la serpiente antigua, que es el diablo y Satanás, y lo ató por mil años";

"Y lo arrojó al abismo, y lo encerró, y puso su sello sobre él, para que no engañase más a las naciones, hasta que fuesen cumplidos mil años; y después de esto debe ser desatado por un poco de tiempo".

Satanás, el una vez gran Arcángel Lucifer, la gran estrella caída, a quien se le dio la llave del pozo del abismo (Ap. 9), ahora se encontrará en él. El había abierto el pozo, la morada de los ángeles caídos, y dejó el infierno suelto sobre la tierra, por así decirlo. Pero ahora otro ángel tiene la llave del pozo del abismo y está portando una gran cadena en su mano. (Este "ángel" no es Jesucristo como algunos creen. Nunca puede ser establecido que este ángel es Cristo, (Ap. 10:1 y 18:1). Este ángel tiene la autoridad y el control sobre el abismo. Y él tiene el poder de vencer a Satanás. Su propósito es prenderlo a Satanás, el Diablo, esa Serpiente Antigua, el Dragón, y encerrarlo durante mil años. A diferencia de los espíritus de la Bestia y el Falso Profeta que son arrojados vivos dentro del Lago de Fuego, Satanás, el instigador del mal, será prendido y encerrado en el abismo donde algunos desobedientes ángeles caídos habían sido encadenados desde los días de Noé (ver 2 Pedro 2:4, Judas 6).

Así, con una gran cadena en su mano el ángel se apodera de esa Serpiente y la arroja dentro del pozo del abismo. Luego él cierra el pozo y pone un sello sobre Satanás para evitar que siga engañando a las naciones del mundo durante los mil años del reinado de Cristo. Después de eso Satanás será dejado libre por un corto tiempo, para cumplir el propósito de Dios para él. Es citado en Isaías 24:21-23 que junto con Satanás también habrá "reyes de la tierra" apresados y lanzados dentro del pozo. Esos "reyes de la tierra" son "los principados y potestades en lugares celestiales" (Efesios 3:10 - ver 6:12). Ellos son poderosos ángeles caídos que siguen a Satanás estrechamente en el control de los lugares altos de este mundo pervertido.

Cuando Satanás sea encadenado, Jesucristo comenzará a reinar sobre la tierra. Como un Rey justo, El la regirá con vara de hierro y producirá una regeneración de la gente de la tierra (ver Mateo 19:28). Esta Era de la Regeneración durará mil años.

Tronos y Juicios

Verso 4:

"Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos los que recibieron facultad de juzgar; y vi las almas de los decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios, los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen, y que no recibieron la marca en sus frentes ni en sus manos; y vivieron y reinaron con Cristo mil años".


Observe con cuidado que este es el comienzo del establecimiento del Reino Milenial de Cristo sobre la tierra que eventualmente conducirá a la Santa Ciudad Nueva Jerusalén siendo puesta en la Era Eternal del Cielo Nuevo y de la Tierra Nueva. Después que Satanás sea encadenado, Cristo pondrá tronos sobre la tierra (no en el Cielo). Juan "vio tronos, y se sentaron sobre ellos los que recibieron facultad de juzgar". Los "tronos" hablan de posiciones de autoridad. Jesús dijo, "Al que venciere yo le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo también he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono" (Ap. 3:21).


Todos los que estarán sentados sobre los "tronos" y serán facultados para juzgar, serán los santos raptados, la Novia - Esposa de Jesucristo de todas las edades. Ellos son el grupo elegido de la Iglesia del Primogénito. Porque ellos son vencedores y son fieles a la Palabra que han recibido en sus respectivas edades, a ellos les es dada la autoridad de actuar como jueces y dictar sentencia. Gobernarán con Cristo y compartirán el honor con El, como está registrado en las parábolas de Mateo 25:14-30 y Lucas 19:12-27 - "...Bien, buen siervo y fiel, sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; ¡entra en el gozo de tu señor!" "¡Está bien, buen siervo!,  por cuanto en lo poco has sido fiel, tendrás autoridad sobre diez ciudades". A cada individuo le será dada una cierta posición de autoridad para reinar con Cristo en Su Reino. Cristo determinará la posición de cada santo de acuerdo a su fidelidad hacia su llamamiento en el Cuerpo de Cristo. Cuanto mayor es el llamamiento que uno ha recibido de Cristo, más es requerido de ese individuo. El siguiente grupo de santos que Juan vio fue "las almas de los decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios, los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen, y que no recibieron la marca en sus frentes ni en sus manos". Estos son los Santos de la Gran Tribulación. Ellos son principalmente las Vírgenes Fatuas que se perderán el Rapto. Serán dejados atrás por causa de su necia actitud hacia la Palabra de Verdad. No son la cizaña denominacional, porque la cizaña está ordenada para ser quemada. Sino que son los que han oído el mensaje del retorno de Cristo y que están separados del Iglesia-ismos y sus sistemas. Ellos son los separatistas, los independientes, e incluso son también llamados los creyentes del Mensaje del Tiempo Final. Pero al igual que los Fariseos y los Saduceos, son de mente carnal y no están dispuestos a venir y a enfrentarse con las Sagradas Escrituras y reconocer la Palabra de Verdad (Mateo 22:29). Están satisfechos de tener sus creencias religiosas y las enseñanzas de sus iglesias. Incluso se comprometerían con el espíritu del error para complacer a ciertas personas. Verdaderamente, sus túnicas blancas están manchadas con carnalidades, falsas doctrinas y enseñanzas, y ellos ni siquiera lo saben. Por lo tanto, tendrán que ir a través de la Gran Tribulación para ser purgados y entonces dar sus vidas como un testimonio por el Señor Jesucristo (Ap. 7:9-17 - ver Ef. 5:27). A pesar de que fallaron en vestirse a sí mismos con EL ESPIRITU y LA PALABRA, tienen el "testimonio de Jesús".  Con ellos están los Judíos Fieles que tienen "la palabra de Dios". Todos deberán vencer a Satanás muriendo por su fe en esa hora oscura de la Gran Tribulación, cuando la Bestia estará teniendo el poder de Satanás al hablar y al forzar a la gente del mundo a adorarle a él y a su imagen. Todos ellos morirán en la fe al negarse a someterse a la Bestia y su imagen.

Este segundo grupo de santos no tendrán la misma autoridad como aquellos del primer grupo que se sentarán sobre "tronos". Sin embargo, ellos serán resucitados para reinar con Cristo durante mil años. Esta es la jerarquía de Dios. (Más tarde veremos su ubicación en los rangos inferiores, mientras Dios trabaja hacia la Era Eternal).

El Profeta Daniel vio una visión paralela a esta visión del Apóstol Juan. El escribió: "Estuve mirando hasta que fueron puestos tronos, y se sentó un Anciano de días, cuyo vestido era blanco como la nieve, y el pelo de su cabeza como lana limpia; su trono llama de fuego, y las ruedas del mismo, fuego ardiente. Un río de fuego procedía y salía de delante de él; millares de millares le servían, y millones de millones asistían delante de él; el Juez se sentó, y los libros fueron abiertos" (Daniel 7:9-10).

Es importante notar que justo después de esta visión de la escena de los "tronos" (la cual le fue mostrada a Juan) viene el juicio de las naciones a la tierra. Aunque el Apóstol Juan no vio una visión de eso, Daniel sí lo hizo: "Miraba yo en la visión de la noche, y he aquí con las nubes del cielo venía uno como un hijo de hombre, que vino hasta el Ancianos de días, y le hicieron acercarse delante de él. Y le fue dado dominio, gloria y reino, para que todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieran; su dominio es dominio eterno, que nunca pasará, y su reino uno que no será destruido" (Daniel 7:13-14)  "Y juzgará entre las naciones, y reprenderá a muchos pueblos; y volverán sus espadas en rejas de arado, y sus lanzas en hoces; no alzará espada nación contra nación, ni se adiestrarán más para la guerra" (Is. 2:4).

Todas las naciones tendrán que comparecer ante el Trono de Cristo para ser juzgadas por Cristo y Su Esposa. Los doce apóstoles juzgarán a las doce tribus de Israel y los santos juzgarán al resto de los pueblos del mundo (ver Mateo 19:28; 1 Cor. 6:2). "Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él, entonces se sentará en su trono de gloria, y serán reunidas delante de él todas las naciones; y apartará los unos de los otros, como aparta el pastor las ovejas de los cabritos. Y pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda. Entonces el rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo. Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recogisteis; estuve desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí. Entonces los justos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te sustentamos, o sediento y te dimos de beber? ¿Y cuándo te vimos forastero, y te recogimos, o desnudo, y te cubrimos? ¿O cuándo te vimos enfermo, o en la cárcel, y vinimos a ti? Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis. Entonces dirá también a los de la izquierda: Apartaos de mí, malditos al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. Porque tuve hambre, y no me disteis de comer; tuve sed, y no me disteis de beber; fui forastero, y no me recogisteis; estuve desnudo, y no me cubristeis; enfermo, y en la cárcel, y no me visitasteis. Entonces también ellos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, sediento, forastero, desnudo, enfermo, o en la cárcel, y no te servimos?  Entonces les responderá diciendo: De cierto os digo que en cuanto no lo hicisteis a uno de estos más pequeños, tampoco a mí lo hicisteis. E irán éstos al castigo eterno, y los justos a la vida eterna" (Mateo 25: 31-46).

Jesucristo no es el pastor  de estas naciones de gente. Pero "como aparta el pastor las ovejas de los cabritos" El separará a las naciones de personas. El dará vida a las "ovejas" al vivir en la Era de la Regeneración milenial. Estas personas "ovejas" son aquellas que mostraron amor y humanidad a los hermanos de Cristo, los Judíos y los Cristianos. A las "cabras" le pronunciará juicio y sentencia y las condenará al fuego eterno. Estas personas "cabras" son aquellos que no tienen ninguna consideración por los Judíos y los Cristianos. Ellos no serán inmediatamente echados dentro del Lago de Fuego para ser quemados cuando la sentencia es dictada, pero morirán en esa maldición. Y en el infierno (el lugar de los muertos malvados), ellos esperarán el tiempo de su resurrección cuando deberán comparecer ante el Dios Todopoderoso en el Gran Trono Blanco para dar cuenta de sus pecados.

Cuando el juicio de las naciones es completado, entonces son cumplidas las palabras de Daniel 12:11-12: "Y desde el tiempo que sea quitado el continuo sacrificio hasta la abominación desoladora, habrá mil doscientos noventa días. Bienaventurado el que espere, y llegue a mil trescientos treinta y cinco días"  y Apocalipsis 11:15  "El séptimo ángel tocó la trompeta, y hubo grandes voces en el cielo, que decían: Los reinos del mundo han venido a ser de nuestro Señor y de su Cristo; y él reinará por los siglos de los siglos".


La Primera Resurrección


Versos 5 y 6:


"Pero los otros muertos no volvieron a vivir hasta que se cumplieron mil años. Esta es la primera resurrección". 

"Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad sobre éstos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años".


¿Qué es la primera resurrección, y por qué el santo que tiene parte en ésta es llamado bendito y santo?

A diferencia de la segunda resurrección, la primera resurrección comprende tres fases. La primera fase ya ha tenido lugar.  Lo tuvo el día cuando Jesús resucitó de entre los muertos, tres días después que fue crucificado y sepultado en la tumba. Mientras Su cuerpo fue puesto en la tumba después de Su muerte, el alma de Cristo descendió al corazón de la tierra, conocido en hebreo como el "sheol", el lugar de los difuntos muertos. Parado allí en medio de todas aquellas almas en la cárcel de Satanás, predicó el Evangelio y dio testimonio de la Palabra que El fue enviado a cumplir y había consumado (ver 1 Pedro 3:19). Luego fue directo sobre Satanás, tomó "las llaves del infierno y de la muerte" de él (Ap. 1:18) y comenzó a abrir las puertas de la prisión de los espíritus de Sus santos. Siendo liberados de la cautividad de Satanás, estos santos se convirtieron en los cautivos de Jesucristo (ver Ef. 4:8). Entonces sucedió algo en la Ciudad de Jerusalén cuando Cristo llevó a Sus santos fuera de la cárcel de Satanás.  " Y he aquí, el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo; y la tierra tembló, y las rocas se partieron; y se abrieron los sepulcros, y muchos cuerpos de santos que habían dormido, se levantaron; y saliendo de los sepulcros, después de la resurrección de él, vinieron a la santa ciudad, y aparecieron a muchos" (Mateo 27:51-53). Estos "muchos cuerpos" de santos del Antiguo Testamento han ascendido al paraíso de Dios. Esta es la primera fase de la primera resurrección.

Más tarde en los días del Apóstol Pablo, muchos Cristianos estuvieron preocupados acerca de sus queridos familiares difuntos, en cuanto a la resurrección de la muerte. Estas preguntas debían ser contestadas y Dios le dio a Su apóstol una revelación concerniente a la resurrección de la Novia de Cristo. Pablo declaró precisamente en 1 Tesalonicenses 4:13-18: "Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza. Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él. Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor:  que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron. Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero.  Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor. Por lo tanto alentaos los unos a los otros con estas palabras"  y en 1 Corintios 15:51-53:  "He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados, en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados. Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad".

Esas fueron las palabras de un Apóstol y ellas no habían sido escritas por cualquier persona en ningún lugar antes que  él.  Y ningún hombre desafió a Pablo y le requirió por una "cita" en el Antiguo Testamento para probar su enseñanza. Pero la revelación estaba allí; la consistencia de una Verdad Escritural estaba allí.  Así, el hombre trajo una profecía y dejó que sus palabras sean juzgadas. Amén.

Esta segunda fase de la primera resurrección todavía no ha tenido lugar. Tendrá lugar cuando nuestro Señor Jesús venga por Su Iglesia en el Rapto.  Nosotros estamos viviendo en el tiempo final cuando este evento pronto se celebrará.  Justo antes de que Cristo venga a tomar Su Iglesia, los Siete Truenos deberán pronunciar sus voces específicamente a los santos que se han preparado a sí mismos.  Estos habrán de ser los santos que se hayan separado de las iglesias prostituidas - Misterio Babilonia - la Gran Ramera y sus Hijas Prostitutas, y que están contendiendo por la Fe Apostólica que una vez fue entregada a los santos. Estos santos deberán alistarse a sí mismos como Esposa de Cristo en el tiempo que los Siete Truenos deberán pronunciar sus voces. Porque ellos han oído la Palabra Hablada de Dios para la hora y han recibido la revelación del Señor Jesucristo, ciertamente estarán listos y esperando recibir la revelación de la Verdad que los Siete Truenos deberán hablar. La Palabra Hablada de los Siete Truenos dará a la Novia-Esposa la Fe de Rapto para su transformación. Ellos tendrán una reactivación y esto los ocultará de los ojos de la gente del mundo. Entonces, los muertos en Cristo resucitarán incorruptibles de sus tumbas como testimonio a los santos vivos, quienes en un abrir y cerrar de ojos serán cambiados de la mortalidad a la inmortalidad. Después, juntos serán arrebatados para ser reunidos con el Señor Jesucristo en el aire.

"Ellos serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años".  Esta declaración se refiere a los santos de la Gran Tribulación y conformará la tercera fase de la primera resurrección.

Hagamos memoria. La primera resurrección tiene tres fases. En la primera fase,  muchos de los santos del Antiguo Testamento se levantaron durante la resurrección de Jesucristo. En la segunda fase, los que murieron en Cristo resucitarán primero y luego juntos con los santos vivientes serán arrebatados para reunirse con el Señor en el aire. En la tercera fase, los santos martirizados resucitarán después que haya terminado el período de la Gran Tribulación. "Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad sobre éstos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años".

Observe. "Pero cada uno en su debido orden: Cristo, las primicias; luego los que son de Cristo, en su venida" (1 Cor. 15:23). Los santos que resucitarán en la primera resurrección son considerados "Bienaventurados y consagrados santos" porque tienen la seguridad de la vida eterna. La segunda muerte no tendrá ningún poder sobre ellos para reclamar cualquier alma que se levantará en la primera resurrección. Estas almas son puestas aparte, separadas del resto de las almas de la humanidad. Por lo tanto, benditos y consagrados son estos santos porque serán sacerdotes de Dios y de Cristo y reinarán con El durante mil años. Esta es ciertamente una grande bendición de un grado superior y una completa consagración eterna de Dios.

La Segunda Muerte

¿Qué es la muerte?  La muerte es la cesación de la vida. El hombre consiste de espíritu, alma y cuerpo. Para decirlo simplemente, el espíritu está en el alma que existe en el cuerpo. La Primera Muerte ocurre cuando una persona deja de respirar (el aire de vida en el cuerpo se ha ido). El alma, junto con el espíritu, dejará el cuerpo.  La Segunda Muerte ocurre cuando el alma es echada dentro del Lago de Fuego. El espíritu (de vida que procede de Dios) deja el alma y vuelve al Dador de la Vida, mientras el alma pecadora es quemada y destruida en el Lago de Fuego - "el alma que pecare, esa morirá" (Ezequiel 18:4).  No hay tal cosa como un infierno eterno donde se queman las almas pero no se mueren. La vida no existe en la Muerte. La esencia de todos las almas impías y pecadoras será completamente aniquilada y totalmente consumida en el Lago de Fuego, sin existir ya nunca más.

Sí, la segunda muerte no tendrá poder sobre aquellos que serán levantados a la vida en la Primera Resurrección, porque todas estas almas resucitadas recibirán vida inmortal y no serán juzgadas ni condenadas. Todas ellas serán dignas de ser puestas en Cuerpos Glorificados, y serán parte de la Esposa del Señor Jesucristo que gobernará con El durante mil años. Y después de los mil años, el resto de los muertos serán entonces resucitados y serán juzgados ante el Gran Trono Blanco. Leer Apocalipsis 20:11-15 y Daniel 7:9-10.

La Era Milenial de la Regeneración

Ahora, durante los mil años de la Era de la Regeneración, la tierra será renovada a la condición Edénica (que será realidad en la Era Eternal - el Cielo Nuevo y la Tierra Nueva, por los profundos cambios profetizados en Isaías 11:1-10 y 65:18-25:  "Saldrá una vara del tronco de Isaí, y un vástago retoñará de sus raíces. Y reposará sobre él el Espíritu del Señor; espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de poder, espíritu de conocimiento y de temor del Señor. Y le hará entender diligente en el temor del Señor. No juzgará según la vista de sus ojos, ni argüirá por lo que oigan sus oídos; sino que juzgará con justicia a los pobres, y argüirá con equidad por los mansos de la tierra; y herirá la tierra con la vara de su boca, y con el espíritu de sus labios matará al impío. Y será la justicia cinto de sus lomos, y la fidelidad ceñidor de su cintura. Morará el lobo con el cordero, y el leopardo con el cabrito se acostará; el becerro y el león y la bestia doméstica andarán juntos, y un niño los pastoreará. La vaca y la osa pacerán, sus crías se echarán juntas; y el león como el buey comerá paja. Y el niño de pecho jugará sobre la cueva del áspid, y el recién destetado extenderá su mano sobre la caverna de la víbora. No harán mal ni dañarán en todo mi santo monte; porque la tierra será llena del conocimiento del Señor, como las aguas cubren el mar. Acontecerá en aquel tiempo que la raíz de Isaí, la cual estará puesta por pendón a los pueblos, será buscada por las gentes; y su habitación será gloriosa".  "Mas os gozaréis y os alegraréis para siempre en las cosas que yo he creado; porque he aquí que yo traigo a Jerusalén alegría, y a su pueblo gozo. Y me alegraré con Jerusalén, y me gozaré con mi pueblo; y nunca más se oirán en ella voz de lloro, ni voz de clamor. No habrá más allí niño que muera de pocos días, ni viejo que sus días no cumpla; porque el niño morirá de cien años, y el pecador de cien años será maldito. Edificarán casas, y morarán en ellas; plantarán viñas, y comerán el fruto de ellas. No edificarán para que otro habite, ni plantarán para que otro coma; porque según los días de los árboles serán los días de mi pueblo, y mis escogidos disfrutarán la obra de sus manos. No trabajarán en vano, ni darán a luz para maldición; porque son linaje de los benditos del Señor, y sus descendientes con ellos. Y antes que clamen, responderé yo; mientras aún hablan, yo habré oído. El lobo y el cordero serán apacentados juntos, y el león comerá paja como el buey; y el polvo será el alimento de la serpiente. No afligirán, ni harán mal en todo mi santo monte, dijo el Señor".


Satanás y sus hordas de demonios serán encerrados durante el período de los mil años, en  tanto que Cristo estará trayendo una nueva creación sobre la tierra (Ap. 20:1-3). La vida natural común y las condiciones existentes sobre la tierra continuarán durante este período. Pero todas las naciones estarán bajo el gobierno de Cristo y tendrán paz y seguridad en toda la tierra. Mientras Cristo el Señor reinará desde Jerusalén sobre Su pueblo, Israel, y sobre todas las naciones de la tierra, Su Gente Redimida y Glorificada (Su Esposa) reinará con El en sus respectivos lugares de autoridad sobre toda la tierra.  Los santos Gentiles gobernarán el país de donde fueron tomados (Mateo 19:28; Ap. 3:21). Durante este período, las personas naturales que serán los súbditos del reino, tendrán que procrear los hijos que repoblarán la tierra (ver Ezequiel 47:22). No habrá allí muerte, pero el envejecimiento será la acción punitiva que será tomada contra los pecadores rebeldes. Esos que cometan un pecado digno de muerte serán ejecutados. La ponzoña de las criaturas vivientes se desactivará y los animales salvajes carnívoros comerán pasto.  La humanidad se revertirá gradualmente a comer hierbas y frutas de la tierra.  "Y todos los que sobrevivieren de las naciones que vinieron contra Jerusalén, subirán de año en año para adorar al Rey, el Señor de los ejércitos, y a celebrar la fiesta de los tabernáculos. Y acontecerá que los de las familias de la tierra que no subieren a Jerusalén para adorar al Rey, el Señor de los ejércitos, no vendrá sobre ellos lluvia. Y si la familia de Egipto no subiere y no viniere, sobre ellos no habrá lluvia; vendrá la plaga con que el Señor herirá a las naciones que no subieren a celebrar la fiesta de los tabernáculos. Esta será la pena del pecado de Egipto, y del pecado de todas las naciones que no subieren para celebrar la fiesta de los tabernáculos" (Zac. 14:16-19). Sí, "El Señor está Allí" en Jerusalén (Ezequiel 48:35). Y Vida fluirá desde Jerusalén porque la Gloria Shekinah del Señor habitará en ella. ¡Bendito sea el Nombre del Señor!

Verdaderamente, aquellos que confían y obedecen las Leyes del Señor durante los mil años de Su reinado, vivirán por siempre, pero los días de los rebeldes serán acortados. El pecado estará dentro de los individuos, pero Satanás no estará alrededor para formar una comunidad de pecado. Pero justo después del final de los mil años, Satanás será dejado suelto de su encarcelamiento por un pequeño espacio de tiempo para servir al propósito de Dios.


La Batalla de Gog y Magog

Versos 7 y 8:

"Cuando los mil años se cumplan, Satanás será suelto de su prisión",


"y saldrá a engañar a las naciones que están en los cuatro ángulos de la tierra, a Gog y a Magog, a fin de reunirlos para la batalla; el número de los cuales es como la arena del mar".

Recuerde que Satanás tuvo siempre deseos de ser adorado como Dios.  Como tal, él siempre está tratando de poner a Dios abajo y de derribar lo que El ha establecido. Odia la autoridad de Dios. Conoce que la autoridad divina está en Cristo y Sus santos. Saldrá sobre toda la tierra a engañar y causar que las naciones bajo los mil años del Reino de Cristo se rebelen contra esa autoridad.  No, Satanás no edificará otro Reino Bestial ni otra organización de Profecías Falsas.  Aquellos dos espíritus malvados habrán sido arrojados en el Lago de Fuego  para ser  destruidos.  Ellos ya no existirán más sobre la tierra. Satanás terminará yendo por ahí en medio de las naciones de la gente sobre toda la tierra, y con mentiras y engaños los convencerá a unirse con él para la guerra, "el número de los cuales es como la arena del mar". (Muchos lectores de la Biblia están confundidos por las palabras "Gog" y "Magog". Ellos tratan de encajar eso con la batalla registrada en Ezquiel 38 y 39, lo cual es una batalla diferente que será librada previamente al Rapto de la Novia de Cristo. La palabra "Gog" denota a alguien que se siente orgulloso, poderoso, grande, enorme, rebelde, y anti-Dios en  naturaleza; y la palabra "Magog" simboliza el gran número de pueblos de la misma tierra).


¿Puede usted imaginar una innumerable multitud de personas siendo engañadas? ¿Puede imaginar naciones siendo engañadas después que ellos gustaron la justicia y la paz y el conocimiento del reino de Cristo durante mil años? Pero Dios tiene que eliminar la naturaleza rebelde de la humanidad de una vez y por todas  antes de que El esté trayendo el Cielo Nuevo y la Tierra Nueva. Toda mancha de pecado deberá ser erradicada. Entonces la gente que haya pasado durante mil años por el período de  'des-hibridación' por la Palabra de Dios y son limpiadas de la naturaleza de su 'pecado original', la fe y la lealtad de estas naciones de personas (hijos nacidos de gente mortal en el milenio) ,  no habían sido probadas. Por lo tanto, Satanás deberá ser soltado para que sean probados. Y un gran número, como la arena del mar, habrán de ser engañados y reunidos para la guerra contra el Cristo y Sus santos.

Verso 9:

"Y subieron sobre la anchura de la tierra, y rodearon el campamento de los santos y la ciudad amada; y de Dios descendió fuego del cielo, y los consumió".

Esta batalla en realidad no tiene mucho de una batalla. Como el ejército de Satanás-naciones  por él traídas van a maniobrar en sus posiciones alrededor de los campamentos de los santos sobre toda la tierra y la ciudad de Jerusalén para la batalla.  Dios inmediatamente envió fuego  desde los Cielos, a consumirlos justo donde ellos estaban establecidos. Los santos de Dios ni siquiera tienen que mover un dedo.

Esta batalla ha traído la Era de la Regeneración a un final. El resultado de esta Era de Regeneración es la preservación de las naciones regeneradas de personas mortales que tendrán vida eterna en un reino natural. Estas naciones de personas son aquellos que no fueron engañados por Satanás a entrar en rebelión contra Cristo y Sus santos. Ellos serán regenerados por las Palabras procedentes del Trono de Cristo durante Su reinado.  Recibirán la revelación de la Justicia del Señor Jesucristo y caminarán en la luz  de la misma. Y estos mortales entrarán a la Era Eternal en sus cuerpos naturales. Ellos habitarán como naciones de gente natural sobre la tierra en el Cielo Nuevo y la Tierra Nueva.

Verso 10:

"Y el diablo que los engañaba fue lanzado en el lago de fuego y azufre, donde estaban la bestia y el falso profeta; y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos".

Con la destrucción del grande y poderoso campamento de los orgullosos, los rebeldes, los anti-Cristianos y gente anti-Dios, el Diablo que los engañaba entonces fue consignado al Lago de Fuego, "donde estaban la bestia y el falso profeta". Recuerde, el Lago de Fuego fue "preparado para el diablo y sus ángeles" (Mateo 25:41). Excepto los espíritus de la Bestia y el Falso Profeta, ningún otro había sido arrojado dentro del Lago de Fuego antes que Satanás  fuera echado allí. Los otros espíritus caídos que estaban encadenados en el pozo del abismo, también fueron juzgados y arrojados dentro del Lago de Fuego junto con Satanás (ver 2 Pedro 2:4; Judas 6; 1 Cor. 6:3).  No se sabe por cuán largo tiempo ese fuego eternal los quemará "por los siglos de los siglos" en cuanto a consumirlos a estos espíritus caídos. Pero estos espíritus serán quemados y dejados fuera de existencia en última instancia.

El Juicio ante el Gran Trono Blanco


Versos 11, 12 y 13:

"Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de delante de cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró para ellos".


"Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras".


"Y el mar entregó los muertos que había en él; y la muerte y el infierno entregaron los muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno de ellos según sus obras".

Esta visión debe estar impresa en la mente de todos los Cristianos.  Este es el gran juicio en el que cada uno que no fue hecho parte de la Primera Resurrección,  será juzgado. Ellos deberán comparecer ante el Dios Todopoderoso Que está sentado sobre Su Gran Trono Blanco. Este será el último y final juicio donde el pecado será completamente tratado. Note que hay solamente Un Trono y no tres tronos. Y usted no verá 'Tres Personas' de Padre, Hijo y Espíritu Santo sentados sobre el Trono. Pero "Aquel que está sentado en él" no es otro que el Señor Jesucristo, a quien todo el juicio es encomendado. La Plenitud de la Divinidad está investida en El. El tiene la autoridad absoluta del Espíritu Eterno a sentarse sobre el Gran Trono Blanco como el Juez Supremo.

En esta visión el Apóstol Juan vio no solamente el Gran Trono Blanco y al Unico Todopoderoso sentado sobre él,  pero también la tierra y el cielo desaparecidos de Su presencia. Esta escena marca la disolución de la tierra y sus cielos (la atmósfera). Su presente estado corruptible será transformado a uno glorioso e incorruptible. Todas las obras de la mano del hombre desaparecerán de la vista de Aquel Todopoderoso sentado sobre el Trono. Todos los restos del pecado serán quemados. El Apóstol Pedro advirtió de este inminente juicio en su epístola:  "Pero los cielos y la tierra que existen ahora, están reservados por la misma palabra, guardados para el fuego en el día del juicio y de la perdición de los hombres impíos". "Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche, en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas. Puesto que todas estas cosas han de ser deshechas, ¡cómo no debéis vosotros andar en santa y piadosa manera de vivir, esperando y apresurándoos para la venida del día de Dios, en el cual los cielos, encendiéndose, serán deshechos, y los elementos siendo quemados, se fundirán!  Pero nosotros esperamos, según sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia". (2 Pedro 3:7 , 10-13).

La Segunda Resurrección

Después de que la disolución del cielo y la tierra había tenido lugar, Juan vio también "los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios;...Y el mar entregó los muertos que había en él; y la muerte y el infierno entregaron los muertos que había en ellos".  A diferencia de aquellos que ya habían sido resucitados en la Primera Resurrección, todos los que una vez vivieron y murieron, deberán salir de sus tumbas y comparecer ante el Juez Que está sentado sobre el Gran Trono Blanco.  Esta es la Segunda Resurrección - donde la Segunda Muerte tiene el poder de reclamar algún alma cuyo nombre no está escrito en el Libro de la Vida.

"Y los libros fueron abiertos,  y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras".  Note que "los muertos fueron juzgados...de acuerdo a sus obras" y no en cualquier otra cosa.

Versos 14 y 15:

"Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda".


"Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego".


La Segunda Resurrección es la resurrección que el Apóstol Pablo trató de evitar cuando dijo: "Si por alguna manera llegase a la resurrección (la anterior,  o temprana resurrección) de entre los muertos" (Fil. 3:11 - Texto griego). El buscó ser parte de la Primera Resurrección porque: "Bienaventurado y consagrado es el que tiene parte en la primera resurrección, la segunda muerte no tiene potestad sobre éstos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años".  En la Segunda Resurrección, la Segunda Muerte  tendrá el poder  para reclamar la "vida" debido a la afirmación "y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego".  Pero, todo aquel cuyo nombre está escrito en el Libro de la Vida tiene Vida Eterna. Este es un hecho que nadie puede negar. Esta es la resurrección donde dos grupos de personas comparecerán en juicio, y un grupo tendrá que tener vida eterna y el otro se enfrentará con la segunda muerte.  Es la resurrección general de la que Jesús habló cuando El dijo: "No os maravilléis de esto; porque vendrá hora cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz; y los que hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de vida; mas lo que hicieron lo malo, a resurrección de condenación" (Juan 5:28-29).  Los muertos serán juzgados de acuerdo a sus obras que están registradas en los libros de las obras y todos aquellos cuyos nombres no están escritos en el Libro de la Vida deberán entonces ser arrojados dentro del Lago de fuego.

Pero ¿quiénes son aquellas personas cuyos nombres están escritos en el Libro de la Vida? Ellos son los Elegidos que tienen una cierta FE relacionada con Dios y Su Palabra. Para un entendimiento, demos una mirada a Cornelio. Cornelio era un hombre que no adoraba ídolos, pero era alguien devoto y temeroso de Dios (ver Hechos 10). Como un Gentil, él obviamente no sabía acerca del Dios de Abraham, de otra manera él se hubiera circuncidado y sido prosélito del Judaísmo. Sin embargo,  Dios le mostró Su Gracia a Cornelio y le dio el Evangelio. Cornelio fue hecho una persona bienaventurada. Para otros que no tienen este privilegio porque viven fuera del ámbito de las tierras del tiempo Bíblico, la elección de Dios sigue en pie (Rom. 9:11 - ver 11:2-8). Leer Génesis 18:25; Prov. 11:18-19,30; 14:32; Salmos 58:11 y 112:5-7).

Sin embargo, entre quienes tienen una Fe relacionada con Dios, hay muchos cuyos nombres serán borrados y eliminados; porque algunos se han vuelto de Dios hacia los ídolos (Exodo 32:30-34; Ezequiel 3:20; 18: 24,26; 33:18), otros han rechazado al verdadero Mesías en quien decían haber creído (Salmos 69: 21-28); y aquellos que, en el transcurso del tiempo, rechazarán la Palabra de Verdad y rendirán homenaje a la Bestia y a su Imagen (Ap. 13:8). Considere las palabras de Jesús: "No todo el que me dice: Señor,  Señor, entrará en el reino del cielo; pero el que hace la voluntad de mi Padre es quien entrará en el cielo. Muchos me dirán en ese día, Señor, Señor,  ¿no hemos nosotros profetizado en tu nombre? y en tu nombre ¿no echamos fuera demonios? y en tu nombre ¿no hicimos muchos milagros?  Y entonces Yo le diré:  Nunca os conocí,  apártense de mí obreros de iniquidad" (Mateo 7:21-23).

Aquellos cuyos nombres no son borrados del Libro de la Vida son esas personas ovejas (descriptas en Mateo 25: 31-46) que serán juzgadas al final de la Gran Tribulación y tendrán Vida al ingresar en la Era de la Regeneración. Observe que estas almas justas que estarán en el Juicio ante el Gran Trono Blanco no son los Cristianos de las Edades de la Iglesia llenos del Espíritu Santo (de lo contrario habrían seguido el Mensaje de sus respectivas edades y sido resucitadas junto con los santos vivientes del Tiempo Final en la Venida de Cristo), ni tampoco son ellos gente consagrada como Moisés, Abraham, Sara en el tiempo del Antiguo Testamento que tuvieron una profunda e íntima relación de FE con Dios y fueron conducidos por la Palabra y el Espíritu de Dios.

Ahora, considere esta pregunta de Pablo: "Habéis recibido el Espíritu Santo DESDE que creísteis?" (Hechos 19:2). Pablo se estaba dirigiendo a los creyentes del Evangelio. Ciertamente, fueron muchos creyentes del Evangelio a través de las edades, que nunca recibieron el Espíritu Santo. Ellos creyeron el Evangelio, se arrepintieron de sus pecados, y fueron santificados por el Espíritu, pero no tuvieron la PRESENCIA INTERIOR del Espíritu Santo (ver Juan 14:17; Marcos 1:15; Juan 1:12-13; 20:31; Rom. 10: 8.13). Sin la presencia interior del Espíritu,  muchos fueron carnales como Himeneo, Fileto y Alejandro.  Ellos se alejaron y blasfemaron de la Verdad de Dios (1 Tim. 1:20; 2 Tim. 2:17 - ver Heb. 10:38-39; 1 Cor. 3:1). Sí, como Judas Iscariote,  muchos fueron ungidos; como los antiguos adoradores que ofrecieron sacrificios por sus pecados, muchos fueron justificados; y como vasos sucios que fueron limpiados, muchos fueron santificados; pero ellos no recibieron el Espíritu Santo. No fueron llenos con el Espíritu Santo. Por lo tanto, serán juzgados de acuerdo con sus obras (ver 1 Cor. 10:11-15), y a quien fue hallado escrito en el Libro de la Vida le será dada Vida Eterna "para que el propósito de Dios de acuerdo a la elección permaneciese" (ver Rom. 9:11).  Y este grupo que es redimido y tiene vida eterna, también ha de tener cuerpos inmortales.  Ellos serán parte de esa SANTA CIUDAD,  LA NUEVA JERUSALEN que está revelada en las palabras de Pablo: "Sino que os habéis acercado al monte de Sion, a la ciudad del Dios vivo, a Jerusalén la celestial, a la compañía de muchos millares de ángeles, a la congregación [Gr.: "paneguris" toda la asamblea] de la iglesia [Gr.: "ekklesia"] de los primogénitos que están escritos en el cielo, a Dios el Juez de todos y a los espíritus de los justos hechos perfectos" (Heb. 12:22-23).  Sin embargo, ellos son de menor rango en el Reino eterno de Dios.

"Y la muerte y el infierno fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda".  La muerte y el infierno (el lugar o el estado de las almas de los difuntos) serán quemados.  Ellos serán eliminados de esa manera. Ya no habrá más infierno porque ya no habrá más muerte.  Serán aniquilados. Esto marca el fin de todos los enemigos de Dios -  Satanás, los espíritus del mal, el pecado, el infierno, la muerte, etc. ¡Bendito es el Nombre del Señor!

Después del Juicio ante el Gran Trono Blanco, el tiempo cesará, mientras la eternidad comience. Recuerde que el Señor Jesús nunca ha sido el Hijo Eterno de Dios. El es el Unigénito Hijo de Dios. Como tal, el ministerio de Filiación tiene su fin, así como tuvo su comienzo. Habiendo cumplido todo lo que ha sido escrito de El, Jesús ahora encomienda el Reino redimido de regreso al Espíritu Eterno - el Padre Celestial- para que el PADRE pueda ser todo en todos así como fue en el principio. "Luego el fin, cuando entregue el reino al Dios y Padre, cuando haya suprimido todo dominio, toda autoridad y potencia. Porque preciso es que él reine hasta que haya puesto a todos sus enemigos debajo de sus pies. Y el postrer enemigo que será destruido es la muerte. Porque todas las cosas las sujetó debajo de sus pies. Y cuando dice que todas las cosas han sido sujetadas a él, claramente se exceptúa aquel que sujetó a él todas las cosas. Pero luego que todas las cosas le estén sujetas, entonces también el Hijo mismo se sujetará al que le sujetó a él todas las cosas, para que Dios sea todo en todos" (1 Cor. 15:24-28 - ver 1 Cor. 11:3).

Cuando la Era Eternal transcurra con el Cielo Nuevo y la Tierra Nueva,  Jesucristo entonces tomará Su lugar a la cabeza de la familia de los hijos de Dios como el Mayor, el Primogénito entre muchos hermanos (ver Rom. 8:29; Ef. 5:23; Col. 1:18).  Sí, nosotros somos "herederos de Dios,  y co-herederos con Cristo" (Rom. 8:17).  Jesucristo siempre será nuestro Señor, aunque El Mismo estará sujeto a la Autoridad del Dios Todopoderoso.  Como hijos e hijas de Dios, nosotros somos Sus hermanos y hermanas.  Cada uno de nosotros tendrá un posición real en el Reino Eterno de Yahweh en nuestro reinado junto con el Señor Jesucristo.