Lectura de Números cap. 10:11-36 y cap. 11:1-35.
Israel debía marchar conforme al gobierno de Dios delegado en Moisés. Bajo la nube de día y el pilar de fuego en la noche, Su Presencia angelical en el Arca del Pacto determinaba el movimiento o el descanso del pueblo en el desierto. Pero algunos israelitas no estaban de acuerdo con el Señor y se quejaron de Moisés (Núm: 11:1). El era quien recibía la guía y dirección del viaje que tenían que hacer. Toda manifestación del pecado quedaba de inmediato bajo el Juicio de Dios. Se encendió en ellos el fuego en Tabera, donde probaron Su enojo en un sector del campamento.
Pero el resto del pueblo no entendió y no aprendió del azote que recibieron sus hermanos. Muchos pensaron que era un problema ajeno, lejano a ellos, en otro lugar de la tierra. Entonces el espíritu de queja se extendió y dio lugar a un vivo deseo en la gente extranjera, quienes tenían una mirada particular del viaje que estaban haciendo mezclados con Israel. Había un espíritu mentiroso escondido en sus corazones, porque amaban otras ideas y creencias. Fueron el instrumento de satanás para desunir a todo Israel con su razonamiento carnal. Para ellos el ministerio de Moisés era cuestionable. Entonces el pueblo hebreo contaminado argumentó que necesitaba otro alimento más atractivo, que no fuera solo el maná que caía del cielo.
Ahora en el tiempo del Fin, aquellos extranjeros representan a las personas poseídas de un ministerio falso de la palabra de Dios - Leer 1 Cor. 2:7, 14-16 - que arrastra a mucha gente a su vivo deseo. Pero los creyentes debemos examinarlo todo y juzgar los espíritus si son de Dios. Los extranjeros son los cristianos que no están identificados con la palabra de la cruz. Ellos protestan así : '¡Basta, basta de maná, siempre lo mismo, estamos hartos de verdades básicas! ¡Queremos comer carne y tener una mesa como en Egipto...! (Núm. 11:4)
Pero, lamentablemente, muchos israelitas no alcanzaron el crecimiento porque menospreciaron el maná. Ellos presumieron que ya estaban listos para comer alimento sólido. Es que los extranjeros del campamento los habían contagiado con sus críticas al ministerio de Moisés y al maná del Cielo, que hasta parecían más razonables que los hebreos. Estos no quisieron ser menos y se enredaron con el vivo deseo de codiciar las ollas de carne egipcia. Pero el menosprecio al maná por parte de Israel era rechazar la voluntad del Señor. Y ahora todo eso le sucede a muchos cristianos porque no tienen sus almas libres del pecado - el yo del viejo hombre. Por esta causa son tentados por espíritus seductores del diablo a consumir el pensamiento intelectual de la carne. En el Cristianismo en general hay hombres herejes, con doctrinas que impresionan y arrastran a muchas congregaciones actuales (Ef. 4:14). Son espíritus engañadores que están en el mundo para introducir el culto a falsos profetas y a falsos maestros, y encarcelar a los niños fluctuantes en el error.
La carne del Cielo es el alimento sólido de todas las doctrinas de la Biblia, impartidas por el ministerio quíntuple del Cuerpo de Cristo. Jesús dijo: 'De cierto, de cierto os digo: Si no coméis la carne del Hijo del Hombre, y bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros..., las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida' (Juan 6:53,63). Pero la otra carne, la que no viene de arriba sino de abajo, a través del hombre, es el alimento 'egipcio' del conocimiento teológico de las instituciones religiosas. Ese conocimiento es adictivo para el viejo hombre. Tiene un estímulo extraño que tienta a los cristianos emocionales a buscar conocimiento, para lograr alguna posición o nombramiento dentro del mundo iglesias, hasta obtener el primer lugar. Es el culto a la personalidad, un espíritu de muerte que separa al creyente de Cristo y de la unidad fraternal. La carne de Egipto es la teología del hombre que ha metido sus manos en las Sagradas Escrituras, mezclando muchas verdades bíblicas con su propia interpretación humana.
El alimento egipcio es enseñanza bíblica sin el Espíritu de sabiduría y de revelación de la mente de Cristo.
EL TABERNACULO y SU TESTIMONIO
Las codornices del mar son el alimento sólido de la doctrina apostólica del Nuevo Testamento. El viento favorable es el Espíritu Santo, enviando a Su pueblo alimento espiritual abundante con la palabra de enseñanza. El tabernáculo es el evangelio de Jesucristo en el hombre interior del renacido. Su mensaje encarna en el corazón Su obra expiatoria en la cruz por nuestros pecados. El tomó nuestro Juicio sobre Su cuerpo en el madero y consumó la salvación de la humanidad y de la tierra. En el atrio exterior del tabernáculo de Moisés se pre-anunciaba la muerte y sepultura del Señor, pero los atrios interiores del Lugar Santo y el Lugar Santísimo representaron Su resurrección y ascensión. El exterior del tabernáculo representó el cuerpo humano de Jesús y el interior es Cristo, el Verbo de Dios que se encarnó en El. También Su Iglesia por medio de El es el tabernáculo de la morada de Dios. Nuestro cuerpo es el atrio exterior y el espíritu es el santuario interior, donde nuestra persona (el alma) es el sacerdote.
Las codornices de las revelaciones apostólicas son Juicio de muerte a los que muerden la verdad con dientes destructivos. Su mordedura es la interpretación religiosa de la palabra de Dios. Un espíritu de satanás inspiró a Israel la acumulación y acaparamiento individual de tantas codornices, idealizando estar de regreso en Egipto; y eso es apostasía. Ver Núm. 11:32-33. Ellos dijeron: '¿Para qué salimos de Egipto?' (Núm. 11:19). Así que pretendieron comer las codornices de Dios según la fórmula de Egipto, como lo ha hecho la religión organizada. Qué manera tan insensata de tomar la Biblia en este desierto del mundo. Muchos cristianos no pueden discernir la mentalidad nicolaíta del sistema institucional y abordan las Sagradas Escrituras sujetos a ese espíritu autoritario y dominante.
'Dejad crecer juntamente lo uno y lo otro hasta la siega; y al tiempo de la siega yo diré a los segadores: Recoged primero la cizaña, y atadla en manojos para quemarla; pero recoged el trigo en mi granero' (Mateo 13:30).
'De manera que como se arranca la cizaña, y se quema en el fuego, así será en el fin de este siglo. Enviará el Hijo del Hombre a sus ángeles, y recogerán de su reino a todos los que sirven de tropiezo y hacen iniquidad, y los echarán en el horno de fuego; allí será el lloro y el crujir de dientes. Entonces los justos resplandecerán como el sol en el reino de su Padre. El que tiene oídos para oír, oiga' (Mateo 13:40-43).
KIBROT - HATAAVA
La tumba de los codiciosos es el Movimiento Ecuménico. Eso fue la gran plaga de Núm. 11:33, que reunió en Kibrot-hataava a todos los que sirvieron de tropiezo. Allí es donde los manojos de los apóstatas sufren las tinieblas de afuera - espíritus de demonios. Es el lloro y el crujir de dientes en el horno de fuego de las tribulaciones de hoy, y la gran tribulación que vendrá.
'No puedo yo hacer nada por mí mismo; según oigo, así juzgo; y mi juicio es justo, porque no busco mi voluntad, sino la del que me envió, la del Padre' (Jn. 5:30).
'Yo deshice como una nube tus rebeliones, y como niebla tus pecados; vuélvete a mí, porque yo te redimí' (Is. 44:22).
'Pero Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de nuestra ignorancia, ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan; por cuanto ha establecido un día en el cual juzgará al mundo con justicia, por aquel varón a quien designó, dando fe a todos con haberle levantado de los muertos' (Hechos 17: 30-31).
'Juzgad con el Juicio del sacrificio de Cristo sobre el pecado, las falsas doctrinas, las obras de las tinieblas y los malos obreros, para tener libertad, sanidad y descanso en vuestras almas. Amad a vuestros hermanos y honrad la obra del Espíritu Santo en la predicación, enseñanza y edificación del Cuerpo de Cristo, durante vuestra peregrinación en el desierto de la vida terrenal'.
EL MANA
El maná es la leche espiritual que produce el crecimiento del creyente inmaduro (Sal. 19:8-14).
'Desechando, pues, toda malicia, todo engaño, hipocresía, envidias, y todas las detracciones, desead como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación, si es que habéis gustado la benignidad del Señor' (1 Pedro 2:1-3).
Pero, lamentablemente, muchos israelitas no alcanzaron el crecimiento porque menospreciaron el maná. Ellos presumieron que ya estaban listos para comer alimento sólido. Es que los extranjeros del campamento los habían contagiado con sus críticas al ministerio de Moisés y al maná del Cielo, que hasta parecían más razonables que los hebreos. Estos no quisieron ser menos y se enredaron con el vivo deseo de codiciar las ollas de carne egipcia. Pero el menosprecio al maná por parte de Israel era rechazar la voluntad del Señor. Y ahora todo eso le sucede a muchos cristianos porque no tienen sus almas libres del pecado - el yo del viejo hombre. Por esta causa son tentados por espíritus seductores del diablo a consumir el pensamiento intelectual de la carne. En el Cristianismo en general hay hombres herejes, con doctrinas que impresionan y arrastran a muchas congregaciones actuales (Ef. 4:14). Son espíritus engañadores que están en el mundo para introducir el culto a falsos profetas y a falsos maestros, y encarcelar a los niños fluctuantes en el error.
LA CARNE DEL CIELO
La carne del Cielo es el alimento sólido de todas las doctrinas de la Biblia, impartidas por el ministerio quíntuple del Cuerpo de Cristo. Jesús dijo: 'De cierto, de cierto os digo: Si no coméis la carne del Hijo del Hombre, y bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros..., las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida' (Juan 6:53,63). Pero la otra carne, la que no viene de arriba sino de abajo, a través del hombre, es el alimento 'egipcio' del conocimiento teológico de las instituciones religiosas. Ese conocimiento es adictivo para el viejo hombre. Tiene un estímulo extraño que tienta a los cristianos emocionales a buscar conocimiento, para lograr alguna posición o nombramiento dentro del mundo iglesias, hasta obtener el primer lugar. Es el culto a la personalidad, un espíritu de muerte que separa al creyente de Cristo y de la unidad fraternal. La carne de Egipto es la teología del hombre que ha metido sus manos en las Sagradas Escrituras, mezclando muchas verdades bíblicas con su propia interpretación humana.
El alimento egipcio es enseñanza bíblica sin el Espíritu de sabiduría y de revelación de la mente de Cristo.
La teología terrenal está patrocinada por espíritus de error, que han contaminado la palabra de Dios con ideas atractivas (las cebollas, los ajos y los picantes de la cocina egipcia), fascinando el intelecto y los sentimientos humanos de los oyentes. (Leer Gál. 3:1-5; 2 Tim. 4:4). Ese es el vivo deseo de muchos cristianos carnales: la codicia de figurar y ser vistos como gente importante y preparada, que se exhalta a sí misma sobre los demás. Y esta codicia es el vivo deseo del nicolaísmo : un espíritu autoritario, dominante y posesivo.
'Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual comió así como ella' (Gn. 3:6).
Los creyentes 'egipcios' de hoy son los cristianos infieles que aman el liderazgo del nicolaísmo (Puedes leer en este ministerio el mensaje 'La doctrina de los nicolaítas'). Tienen como 'cocineros especializados' en teología sistemática y divinidad a maestros bíblicos, que con astucia elaboran sabrosos mensajes. Emplean, como ingredientes sus credos, dogmas, tradiciones y reglas esclavizantes de la voluntad humana. De esta manera logran envolver y alienar a la gente (leer Ef. 4:14). Son líderes codiciosos que resisten la guía del Espíritu Santo, para usurpar el Ministerio de la ascensión de Cristo, delegado en Sus verdaderos ungidos.
Los hebreos eran egipcios en su interior. Solo deseaban profundamente volver al menú de Egipto. Por eso, Moisés exclamó que él no podía darles a comer carne conforme al vivo deseo que los poseía. Tenían que convertirse y santificarse de ese pecado (v. 18), para recibir del cielo el nuevo alimento (Núm. 11:10-13). El propósito del espíritu satánico, si hubiera logrado imponerse sobre Israel, era usurpar el Ministerio de Moisés. Poco tiempo después, María, Aarón y otros rebeldes de Israel también fueron inspirados por ese vivo deseo de un Ministerio propio.
EL TRIBUNAL DE CRISTO
'Y salió Moisés y dijo al pueblo las palabras de Jehová; y reunió a los setenta varones de los ancianos del pueblo, y los hizo estar alrededor del tabernáculo. Entonces Jehová descendió en la nube, y le habló; y tomó del espíritu que estaba en él, y lo puso en los setenta varones ancianos; y cuando posó sobre ellos el espíritu, profetizaron, y no cesaron...Y Moisés volvió al campamento, él y los ancianos de Israel. Y vino un viento de Jehová, y trajo codornices del mar, y las dejó sobre el campamento, un día de camino a un lado, y un día de camino al otro, alrededor del campamento, y casi dos codos sobre la faz de la tierra' (Núm. 11:24-25, 30-31).
Moisés se decepcionó tanto con esas personas problemáticas y se cansó de llevar la carga de lidiar con ellas. El Gran Juez intervino en el asunto a través de Su siervo fiel. Instituyó un Tribunal de Juicio con setenta ancianos de Israel en el tabernáculo de reunión, para juzgar el pecado del vivo deseo. Este suceso nos revela que la Iglesia verdadera tiene que 'llevar cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo, estando prontos para castigar toda desobediencia, cuando vuestra obediencia sea perfecta' (2 Co. 10:5-6).
'Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el Tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo'(2 Co. 5:10).
Nuestro Moisés, enviado por el Señor a todos los cristianos gentiles en el siglo 20, fue el profeta-mensajero William Marrion Branham. En Apocalipsis 10:7 leemos la profecía acerca de una Voz y una trompeta, para consumar en el tiempo del Fin el misterio de Dios anunciado a Sus siervos, los profetas. La Voz es el Juicio del Tribunal de Cristo al Cristianismo del tiempo Final y la trompeta es el evangelio de Hechos 2:38. Uniendo el mensaje de Juicio y el evangelio, tenemos la Voz del Esposo - clamor de medianoche - en la parábola de las diez vírgenes (Mt. 25:6).
Su Voz es la 'palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día amanezca y el lucero de la mañana surja en vuestros corazones; entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada, porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo' (2 Pedro 1:19-21).
Ahora, Moisés no estaba solo para lidiar con Israel porque tenía colaboradores ungidos, para juzgar a Israel y a los extranjeros. Cristo es el Juez del Tribunal del Cielo. El habló proféticamente en sus bocas para juzgar el vivo deseo y a los rebeldes del pueblo. Cuando los codiciosos se desesperaron al ver la abundancia de codornices que les mandó el Señor, eso no era hambre físico de sus estómagos. En la imaginación carnal de sus corazones se habían trasladado a Egipto. La carne que veían sus ojos humanos se convirtió de inmediato en el viejo culto egipcio a lo terrenal, que habían practicado. Endiosaron el montón de codornices con un sentimiento idólatra por lo egipcio y provocaron a celos al Señor, porque menospreciaron alimentarse según el plan de Dios. Entonces, por adorar al espíritu faraónico y a Egipto (el nicolaísmo y el sistema mundanal) desataron Su ira. Murieron todos los presumidos y pretenciosos bajo una plaga muy grande (verso 33), porque el Señor aborrece la codicia materialista. El alimento no era malo en sí mismo. Lo malo delante de Dios fue el culto idólatra a lo terrenal que muchos fueron capaces de hacer.
'Mas estas cosas sucedieron como ejemplos para nosotros, para que no codiciemos cosas malas, como ellos codiciaron' (1 Cor. 10:6).
'Porque por ahí andan muchos, de los cuales os dije muchas veces, y aun ahora lo digo llorando, que son enemigos de la cruz de Cristo; el fin de los cuales será perdición, cuyo dios es el vientre, y cuya gloria es su vergüenza; que sólo piensan en lo terrenal' (Fil. 3:18-19).
EL RETORNO DE CRISTO
'Porque por ahí andan muchos, de los cuales os dije muchas veces, y aun ahora lo digo llorando, que son enemigos de la cruz de Cristo; el fin de los cuales será perdición, cuyo dios es el vientre, y cuya gloria es su vergüenza; que sólo piensan en lo terrenal' (Fil. 3:18-19).
EL RETORNO DE CRISTO
'Vi descender del cielo a otro ángel fuerte, envuelto en una nube, con el arco iris sobre su cabeza; y su rostro era como el sol, y sus pies como columnas de fuego. Tenía en su mano un librito abierto; y puso su pie derecho sobre el mar, y el izquierdo sobre la tierra;...levantó su mano al cielo, y juró por el que vive por los siglos de los siglos, que creó el cielo y las cosas que están en él, y la tierra y las cosas que están en ella, y el mar y las cosas que están en él, que el tiempo no sería más, sino que en los días de la voz del séptimo ángel, cuando él comience a tocar la trompeta, el misterio de Dios se consumará, como él lo anunció a sus siervos los profetas' (Ap. 10:1-2;5-7).
En la verdad presente, el Espíritu de Cristo que descendió para hablar con Moisés en el tabernáculo, ahora está en medio de nosotros y nos revela Su palabra. El está pisando con Su pie derecho ardiente sobre el mar de la humanidad Gentil, mientras la Novia de Cristo come el Libro que está en Su mano. 'Derecho' denota Gracia y Misericordia. 'Izquierdo' significa Su capacidad de Juicio. Su pie izquierdo está sobre la tierra de Israel para tratar con esa nación más adelante por haber firmado, en esa hora, un pacto falso por siete años con el Anticristo. 'Mar' significa: Gentiles. 'Tierra' significa: Judíos. Sus dos pies pisando sobre el mar y la tierra nos dicen que Cristo ha venido a reclamar Su propiedad de la tierra y sus posesiones, con el Título de propiedad en Su mano. 'Del Señor es la tierra y su plenitud; el mundo y los que en él habitan' (Salmo 24:1).
Vemos que la Gracia de Cristo es mostrada a los Gentiles y cómo es que El viene a buscar a Sus elegidos y revelarles Su Presencia a ellos. Su Presencia aporta una iluminación (apocalipsis) de Su palabra, que purga y purifica a los verdaderos creyentes de las obras del diablo en los sistemas de las iglesias de hoy. Dios es rico en misericordia a quien El quiere mostrar misericordia. Pero el Juicio está hoy sobre la iglesia falsa y todas sus hijas prostituidas. El fuego de Dios pronto será consumado. (Ver Ap. 3:14-22 y Ap. 18).
Vemos que la Gracia de Cristo es mostrada a los Gentiles y cómo es que El viene a buscar a Sus elegidos y revelarles Su Presencia a ellos. Su Presencia aporta una iluminación (apocalipsis) de Su palabra, que purga y purifica a los verdaderos creyentes de las obras del diablo en los sistemas de las iglesias de hoy. Dios es rico en misericordia a quien El quiere mostrar misericordia. Pero el Juicio está hoy sobre la iglesia falsa y todas sus hijas prostituidas. El fuego de Dios pronto será consumado. (Ver Ap. 3:14-22 y Ap. 18).
Moisés ministró a los ancianos para que oficiaran como jueces de Dios, eliminando a los rebeldes y bendiciendo al pueblo fiel. En el tiempo presente, el Tribunal de Cristo está separando a la cizaña y a los malos y bendiciendo al trigo y a los justos (Leer Mateo 13:41-43).
Cristo se hizo carne en aquellos setenta ancianos. Parados alrededor del altar de los sacrificios y del santuario condenaron a los pecadores y profetizaron un nuevo alimento al pueblo. Asimismo, Cristo ungió a setenta discípulos con Su Espíritu para que condenaran las maldiciones del pecado y profetizaran salvación a las ovejas perdidas de la casa de Israel (Lc. 10:1, 17-20).
La manifestación actual del Hijo de Dios a Su Iglesia verdadera, es una parte de Su Segunda Venida. Esto comenzó con Su profeta-mensajero de Mal. 4:5 y Ap. 10:7, William Marrion Branham en el siglo 20. Así como Dios ungió a Moisés, también ungió a nuestro hermano y a otros varones ministros para que sean Su Palabra Hablada en este tiempo del Fin. Profetizamos el Juicio Justo de Dios y predicamos el evangelio de Hechos 2:38. Este evangelio es el camino hacia el Arbol de la Vida. Con espadas encendidas de Juicio guardamos Hechos 2:38 y condenamos las falsas doctrinas, los pecados ocultos, las maldiciones demoníacas y las acusaciones de satanás a los hijos de Dios. Las interpretaciones teológicas del hombre son hoy el paralelo con la carne egipcia, que ambiciosamente pretendió Israel en su corazón. Leer Génesis 3:24.
EL TABERNACULO y SU TESTIMONIO
Las codornices del mar son el alimento sólido de la doctrina apostólica del Nuevo Testamento. El viento favorable es el Espíritu Santo, enviando a Su pueblo alimento espiritual abundante con la palabra de enseñanza. El tabernáculo es el evangelio de Jesucristo en el hombre interior del renacido. Su mensaje encarna en el corazón Su obra expiatoria en la cruz por nuestros pecados. El tomó nuestro Juicio sobre Su cuerpo en el madero y consumó la salvación de la humanidad y de la tierra. En el atrio exterior del tabernáculo de Moisés se pre-anunciaba la muerte y sepultura del Señor, pero los atrios interiores del Lugar Santo y el Lugar Santísimo representaron Su resurrección y ascensión. El exterior del tabernáculo representó el cuerpo humano de Jesús y el interior es Cristo, el Verbo de Dios que se encarnó en El. También Su Iglesia por medio de El es el tabernáculo de la morada de Dios. Nuestro cuerpo es el atrio exterior y el espíritu es el santuario interior, donde nuestra persona (el alma) es el sacerdote.
Cristo nos identificó con Su sangre, muerte, resurrección y ascensión. Estamos muertos al pecado, sin condenación alguna, por Su sacrificio en la cruz y vivimos en el Lugar Santísimo del Cielo de Dios, donde Cristo es nuestro Apóstol y Sumo Sacerdote (Heb. 3:1 y 9:11). Habiendo resucitado y ascendido juntamente con El, ahora somos perfeccionados y transformados a Su imagen por Su Espíritu. Nos libró del velo de la carnalidad, crucificándola en Su cuerpo al morir y nos ha restaurado al Principio.
'El que se une al Señor, un espíritu es con El' (1 Cor. 6:17).
'Entonces tomé el librito de la mano del ángel, y lo comí; y era dulce en mi boca como la miel, pero cuando lo hube comido, amargó mi vientre'.
'Y él me dijo: Es necesario que profetices otra vez sobre muchos pueblos, naciones, lenguas y reyes' (Ap. 10: 10-11).
'Entonces tomé el librito de la mano del ángel, y lo comí; y era dulce en mi boca como la miel, pero cuando lo hube comido, amargó mi vientre'.
'Y él me dijo: Es necesario que profetices otra vez sobre muchos pueblos, naciones, lenguas y reyes' (Ap. 10: 10-11).
Las codornices de las revelaciones apostólicas son Juicio de muerte a los que muerden la verdad con dientes destructivos. Su mordedura es la interpretación religiosa de la palabra de Dios. Un espíritu de satanás inspiró a Israel la acumulación y acaparamiento individual de tantas codornices, idealizando estar de regreso en Egipto; y eso es apostasía. Ver Núm. 11:32-33. Ellos dijeron: '¿Para qué salimos de Egipto?' (Núm. 11:19). Así que pretendieron comer las codornices de Dios según la fórmula de Egipto, como lo ha hecho la religión organizada. Qué manera tan insensata de tomar la Biblia en este desierto del mundo. Muchos cristianos no pueden discernir la mentalidad nicolaíta del sistema institucional y abordan las Sagradas Escrituras sujetos a ese espíritu autoritario y dominante.
SEPARACION
'En aquel día vosotros conoceréis que yo estoy en mi Padre, y vosotros en mí, y yo en vosotros. El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él' (Juan 14:20-21).
Los santos Novia de Cristo son el trigo que es apartado de la cizaña y es colocado en el granero del Lugar Santísimo, en el Cielo de Dios. El ha venido a unirlos a Sí Mismo como está prometido en Juan 14:3: 'Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy , vosotros también estéis'.
Pero el Juicio es para la cizaña. Estos son los creyentes manufacturados e infieles apóstatas que están siendo juntados en el Movimiento Ecuménico, la imagen de la bestia de Ap. 13:14-15. El trigo vírgenes fatuas son creyentes como Lot el sobrino de Abraham, que conviven con el mundo de Sodoma y Gomorra respirando la perversión de la palabra de Dios, lo cual es la obra de la cizaña. Establecen temerariamente compromisos con ellos, porque pueden obtener beneficios económicos y éxito en lo personal. Sus corazones siempre están ávidos de bienestar material y tienen el espíritu nicolaíta porque son carnales.
Los santos Novia de Cristo son el trigo que es apartado de la cizaña y es colocado en el granero del Lugar Santísimo, en el Cielo de Dios. El ha venido a unirlos a Sí Mismo como está prometido en Juan 14:3: 'Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy , vosotros también estéis'.
Pero el Juicio es para la cizaña. Estos son los creyentes manufacturados e infieles apóstatas que están siendo juntados en el Movimiento Ecuménico, la imagen de la bestia de Ap. 13:14-15. El trigo vírgenes fatuas son creyentes como Lot el sobrino de Abraham, que conviven con el mundo de Sodoma y Gomorra respirando la perversión de la palabra de Dios, lo cual es la obra de la cizaña. Establecen temerariamente compromisos con ellos, porque pueden obtener beneficios económicos y éxito en lo personal. Sus corazones siempre están ávidos de bienestar material y tienen el espíritu nicolaíta porque son carnales.
'Dejad crecer juntamente lo uno y lo otro hasta la siega; y al tiempo de la siega yo diré a los segadores: Recoged primero la cizaña, y atadla en manojos para quemarla; pero recoged el trigo en mi granero' (Mateo 13:30).
'De manera que como se arranca la cizaña, y se quema en el fuego, así será en el fin de este siglo. Enviará el Hijo del Hombre a sus ángeles, y recogerán de su reino a todos los que sirven de tropiezo y hacen iniquidad, y los echarán en el horno de fuego; allí será el lloro y el crujir de dientes. Entonces los justos resplandecerán como el sol en el reino de su Padre. El que tiene oídos para oír, oiga' (Mateo 13:40-43).
KIBROT - HATAAVA
La tumba de los codiciosos es el Movimiento Ecuménico. Eso fue la gran plaga de Núm. 11:33, que reunió en Kibrot-hataava a todos los que sirvieron de tropiezo. Allí es donde los manojos de los apóstatas sufren las tinieblas de afuera - espíritus de demonios. Es el lloro y el crujir de dientes en el horno de fuego de las tribulaciones de hoy, y la gran tribulación que vendrá.
Los hijos de Dios se afirman en el Señor Jesucristo, la roca de fundamento. Cada día recuerdan Su muerte y la llevan por fe en el cuerpo, para que Su Vida de resurrección y ascensión se manifieste en ellos. Amados hermanos en Cristo: Este es el día de recibir de Dios el alimento sólido que El nos provee. La lluvia de codornices son las revelaciones y enseñanzas que hacen madurar a los elegidos. Estos creyentes no tratan de amontonar conocimiento bíblico codiciosamente, en forma intelectual. No tienen el vivo deseo carnal de figurar con el conocimiento espiritual que tienen de Dios, hacer justicia propia por su cuenta y ser aplaudidos por los demás.
Dios está pesando los corazones y separando hoy a los codiciosos. Nuestro alimento sólido es la revelación de Su palabra. Debemos permanecer firmes como tabernáculo de Dios (Gál. 5:1) sin mirar atrás a Egipto. 'No somos de los que retroceden para perdición, sino de los que tienen fe para preservación del alma' (Heb. 10:39). Recordemos que Egipto significa una dimensión espiritual de cautividad, esclavitud y alienación mental. Allí, el diablo está en el ego de muchos hombres llamados ministros, porque tienen elocuencia teológica. Las personas que van tras ellos son víctimas del sistema organizado. Hay muchos mensajeros, pero no poseen el Espíritu de Cristo. No conocen al Hijo de Dios porque no se ha revelado en sus almas, ni se ha formado en ellos. Están encadenados por un deseo de gloria personal al abismo sin fondo, una estructura espiritual sin fundamento. Lo que tienen es una imitación de la Ciudad de Dios, que sí tiene fundamentos. Pero están reprobados por el Gran Juez y sujetos a recibir las plagas de Ap. 18:4-5.
Es el Juicio Justo a quienes hacen iniquidad y causan tropiezo a los cristianos inmaduros. Ellos le dicen que no hay que ser exagerados ni extremistas con la fe en Dios. Resueltamente y sin temor se encogen de hombros ante la plomada recta del Ministerio de Cristo. A gente así le da igual el pescado egipcio, que es el evangelio modificado de los apóstatas. Esta es la maldad de los inicuos : Se quejan del gobierno de Cristo y menosprecian la provisión del maná espiritual de la palabra revelada. El Juicio Justo del Tribunal Celestial en la tierra es para separar la paja del trigo.
'Porque es tiempo de que el juicio comience por la casa de Dios; y si primero comienza por nosotros, ¿cuál será el fin de aquellos que no obedecen al evangelio de Dios?' (1 Pe. 4:17).
Pero los que menospreciaron el día de las pequeñeces, es decir, las verdades básicas del mensaje del tiempo del Fin, ahora se pueden regocijar porque están viendo la plomada en la mano de Zorobabel (Zac. 4:10), el Ministerio Apostólico del verdadero Cuerpo de Cristo en la tierra.
Dios está pesando los corazones y separando hoy a los codiciosos. Nuestro alimento sólido es la revelación de Su palabra. Debemos permanecer firmes como tabernáculo de Dios (Gál. 5:1) sin mirar atrás a Egipto. 'No somos de los que retroceden para perdición, sino de los que tienen fe para preservación del alma' (Heb. 10:39). Recordemos que Egipto significa una dimensión espiritual de cautividad, esclavitud y alienación mental. Allí, el diablo está en el ego de muchos hombres llamados ministros, porque tienen elocuencia teológica. Las personas que van tras ellos son víctimas del sistema organizado. Hay muchos mensajeros, pero no poseen el Espíritu de Cristo. No conocen al Hijo de Dios porque no se ha revelado en sus almas, ni se ha formado en ellos. Están encadenados por un deseo de gloria personal al abismo sin fondo, una estructura espiritual sin fundamento. Lo que tienen es una imitación de la Ciudad de Dios, que sí tiene fundamentos. Pero están reprobados por el Gran Juez y sujetos a recibir las plagas de Ap. 18:4-5.
Es el Juicio Justo a quienes hacen iniquidad y causan tropiezo a los cristianos inmaduros. Ellos le dicen que no hay que ser exagerados ni extremistas con la fe en Dios. Resueltamente y sin temor se encogen de hombros ante la plomada recta del Ministerio de Cristo. A gente así le da igual el pescado egipcio, que es el evangelio modificado de los apóstatas. Esta es la maldad de los inicuos : Se quejan del gobierno de Cristo y menosprecian la provisión del maná espiritual de la palabra revelada. El Juicio Justo del Tribunal Celestial en la tierra es para separar la paja del trigo.
'Porque es tiempo de que el juicio comience por la casa de Dios; y si primero comienza por nosotros, ¿cuál será el fin de aquellos que no obedecen al evangelio de Dios?' (1 Pe. 4:17).
Pero los que menospreciaron el día de las pequeñeces, es decir, las verdades básicas del mensaje del tiempo del Fin, ahora se pueden regocijar porque están viendo la plomada en la mano de Zorobabel (Zac. 4:10), el Ministerio Apostólico del verdadero Cuerpo de Cristo en la tierra.
CONCLUSION
Dos espíritus diferentes había en Israel. El Espíritu de Moisés y el espíritu de Egipto. Permíteme preguntarte hermano: ¿Tú de qué lado estás? ¿Aceptas en tu corazón la influencia de los extraños, que trajeron la muerte al campamento de Israel, o quieres el Espíritu apostólico de Cristo que Dios tomó de Moisés, para ungir a los ancianos con el ministerio de la revelación profética? Unos tuvieron la obra carnal que los llevó a la desgracia. Otros tuvieron el fruto del Espíritu que trajo alivio a Moisés y el triunfo de la palabra sobre el plan usurpador y destructivo del diablo. Unos produjeron la muerte, otros produjeron la vida. Recuerda las palabras del Apóstol Juan, que nos ordena en el amor de Cristo:
'Amados, no creáis a todo espíritu, sino juzgad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo' (1 Juan 4:1).
El Juicio de todo espíritu y obra maligna fue en el tabernáculo. Allí era donde Dios hablaba con Moisés y resolvía los asuntos contra Su Reino en Israel. Toda la carga de la carnalidad del pueblo y las maldiciones que el diablo lanzó contra quienes eran la verdadera Iglesia en el desierto, solamente podían recibir Juicio donde Dios juzgaba al pecado todos los días. Su dedo profético apuntaba al altar de los holocaustos, porque ¡¡ los holocaustos del tabernáculo eran la muerte del pecado y de las tinieblas !! Ahora, Cristo nos ha ungido a Sus escogidos para profetizar en la tierra aquel mismo Juicio en 'Jesucristo y éste crucificado' (1 Cor. 2:2). El condenó en la cruz toda injusticia que se opone a la voluntad de Dios. Por eso el Tribunal de Cristo juzga por medio del tabernáculo del evangelio y tiene toda potestad en el cielo y en la tierra para condenar las acusaciones de satanás. El Juez de todos dicta con Su sangre el veredicto de libertad y victoria a favor del creyente que se santifica de todo pecado y de toda maldición contra su vida. Después de santificarte puedes resistir y reprender las tinieblas con la potestad de Cristo, porque el pecado y sus maldiciones murieron en el Calvario cuando El fue crucificado (Stg. 4:7).
Dos espíritus diferentes había en Israel. El Espíritu de Moisés y el espíritu de Egipto. Permíteme preguntarte hermano: ¿Tú de qué lado estás? ¿Aceptas en tu corazón la influencia de los extraños, que trajeron la muerte al campamento de Israel, o quieres el Espíritu apostólico de Cristo que Dios tomó de Moisés, para ungir a los ancianos con el ministerio de la revelación profética? Unos tuvieron la obra carnal que los llevó a la desgracia. Otros tuvieron el fruto del Espíritu que trajo alivio a Moisés y el triunfo de la palabra sobre el plan usurpador y destructivo del diablo. Unos produjeron la muerte, otros produjeron la vida. Recuerda las palabras del Apóstol Juan, que nos ordena en el amor de Cristo:
'Amados, no creáis a todo espíritu, sino juzgad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo' (1 Juan 4:1).
El Juicio de todo espíritu y obra maligna fue en el tabernáculo. Allí era donde Dios hablaba con Moisés y resolvía los asuntos contra Su Reino en Israel. Toda la carga de la carnalidad del pueblo y las maldiciones que el diablo lanzó contra quienes eran la verdadera Iglesia en el desierto, solamente podían recibir Juicio donde Dios juzgaba al pecado todos los días. Su dedo profético apuntaba al altar de los holocaustos, porque ¡¡ los holocaustos del tabernáculo eran la muerte del pecado y de las tinieblas !! Ahora, Cristo nos ha ungido a Sus escogidos para profetizar en la tierra aquel mismo Juicio en 'Jesucristo y éste crucificado' (1 Cor. 2:2). El condenó en la cruz toda injusticia que se opone a la voluntad de Dios. Por eso el Tribunal de Cristo juzga por medio del tabernáculo del evangelio y tiene toda potestad en el cielo y en la tierra para condenar las acusaciones de satanás. El Juez de todos dicta con Su sangre el veredicto de libertad y victoria a favor del creyente que se santifica de todo pecado y de toda maldición contra su vida. Después de santificarte puedes resistir y reprender las tinieblas con la potestad de Cristo, porque el pecado y sus maldiciones murieron en el Calvario cuando El fue crucificado (Stg. 4:7).
'No puedo yo hacer nada por mí mismo; según oigo, así juzgo; y mi juicio es justo, porque no busco mi voluntad, sino la del que me envió, la del Padre' (Jn. 5:30).
'Yo deshice como una nube tus rebeliones, y como niebla tus pecados; vuélvete a mí, porque yo te redimí' (Is. 44:22).
'Pero Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de nuestra ignorancia, ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan; por cuanto ha establecido un día en el cual juzgará al mundo con justicia, por aquel varón a quien designó, dando fe a todos con haberle levantado de los muertos' (Hechos 17: 30-31).
'Juzgad con el Juicio del sacrificio de Cristo sobre el pecado, las falsas doctrinas, las obras de las tinieblas y los malos obreros, para tener libertad, sanidad y descanso en vuestras almas. Amad a vuestros hermanos y honrad la obra del Espíritu Santo en la predicación, enseñanza y edificación del Cuerpo de Cristo, durante vuestra peregrinación en el desierto de la vida terrenal'.